Psicología

Centro MENADEL PSICOLOGÍA Clínica y Tradicional

Psicoterapia Clínica cognitivo-conductual (una revisión vital, herramientas para el cambio y ayuda en la toma de consciencia de los mecanismos de nuestro ego) y Tradicional (una aproximación a la Espiritualidad desde una concepción de la psicología que contempla al ser humano en su visión ternaria Tradicional: cuerpo, alma y Espíritu).

“La psicología tradicional y sagrada da por establecido que la vida es un medio hacia un fin más allá de sí misma, no que haya de ser vivida a toda costa. La psicología tradicional no se basa en la observación; es una ciencia de la experiencia subjetiva. Su verdad no es del tipo susceptible de demostración estadística; es una verdad que solo puede ser verificada por el contemplativo experto. En otras palabras, su verdad solo puede ser verificada por aquellos que adoptan el procedimiento prescrito por sus proponedores, y que se llama una ‘Vía’.” (Ananda K Coomaraswamy)

La Psicoterapia es un proceso de superación que, a través de la observación, análisis, control y transformación del pensamiento y modificación de hábitos de conducta te ayudará a vencer:

Depresión / Melancolía
Neurosis - Estrés
Ansiedad / Angustia
Miedos / Fobias
Adicciones / Dependencias (Drogas, Juego, Sexo...)
Obsesiones Problemas Familiares y de Pareja e Hijos
Trastornos de Personalidad...

La Psicología no trata únicamente patologías. ¿Qué sentido tiene mi vida?: el Autoconocimiento, el desarrollo interior es una necesidad de interés creciente en una sociedad de prisas, consumo compulsivo, incertidumbre, soledad y vacío. Conocerte a Ti mismo como clave para encontrar la verdadera felicidad.

Estudio de las estructuras subyacentes de Personalidad
Técnicas de Relajación
Visualización Creativa
Concentración
Cambio de Hábitos
Desbloqueo Emocional
Exploración de la Consciencia

Desde la Psicología Cognitivo-Conductual hasta la Psicología Tradicional, adaptándonos a la naturaleza, necesidades y condiciones de nuestros pacientes desde 1992.

sábado, 31 de diciembre de 2016

Cabalgar el tigre

Cabalgar el tigre Estar en el mundo sin ser del mundo. Cabalgar el tigre o cómo vivir en un mundo que no es el nuestro sin dejarnos influir por él, seguros de nuestra invulnerabilidad. No se trata de huir del peligro del tigre, sino de cabalgarlo para anularlo domesticándolo (H.B.). - Artículo*: Halil Bárcena - Más info en psico@mijasnatural.com / 607725547 MENADEL Psicología Clínica y Transpersonal Tradicional (Pneumatología) en Mijas y Fuengirola, MIJAS NATURAL *No suscribimos necesariamente las opiniones o artículos aquí enlazados
 

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MENADEL PSICOLOGÍA Clínica y Transpersonal

Revista MENADEL PSICOLOGÍA Clínica y Transpersonal Tradicional (Pneumatología) ★ December 31, 2016 at 06:13PM
 

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- 29/1 - Lectio Magistralis di F.Antonacci: "I Bambini e la Preghiera"

- Artículo*: zarziguli@gmail.com (Simmetria) - Más info en psico@mijasnatural.com / 607725547 MENADEL Psicología Clínica y Transpersonal Tradicional (Pneumatología) en Mijas y Fuengirola, MIJAS NATURAL *No suscribimos necesariamente las opiniones o artículos aquí enlazados
 

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C.S. Lewis, The Abolition of Man (full text)

or Reflections on education with special reference to the teaching of English in the upper forms of schools "The Master said, He who sets to work on a different strand destroys the whole fabric" (Confucius, Analects II. 16) Chapter 1. Men Whithout Chests "So he sent the word to slayAnd slew the little childer." (Traditional Carol) I doubt whether we are sufficiently attentive to the - Artículo*: Radu Iliescu - Más info en psico@mijasnatural.com / 607725547 MENADEL Psicología Clínica y Transpersonal Tradicional (Pneumatología) en Mijas y Fuengirola, MIJAS NATURAL *No suscribimos necesariamente las opiniones o artículos aquí enlazados
 

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Carl W. Ernst, Las etapas del amor en el sufismo persa primitivo de Rābea a Ruzbāhan (text integral)

Todo el mundo sabe que en el amor es difícil establecer clasificaciones, pero no por ello ha dejado la gente de intentar hacerlo. Especialmente en una tradición como el sufismo persa, en la que el amor es objeto de innumerables homenajes, ha sido imposible resistirse al intento de describir el carácter del amor. El panorama del sufismo primitivo en Persia ofrece muchos testimonios de amor en sus - Artículo*: Radu Iliescu - Más info en psico@mijasnatural.com / 607725547 MENADEL Psicología Clínica y Transpersonal Tradicional (Pneumatología) en Mijas y Fuengirola, MIJAS NATURAL *No suscribimos necesariamente las opiniones o artículos aquí enlazados
 

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Leonardo Alishan - Los adamitas (text integral)

Un heresiógrafo persa anónimo de principios del siglo undécimo ha dejado un manuscrito poco conocido identificado por el título general de al-melal wal nehal (Religiones y sectas). El género se hizo popular con la expansión del imperio islámico pero degeneró en clichés y discusiones de viajeros hasta que llegaron los mongoles y demostraron a los persas que la curiosidad por los extraños no - Artículo*: Radu Iliescu - Más info en psico@mijasnatural.com / 607725547 MENADEL Psicología Clínica y Transpersonal Tradicional (Pneumatología) en Mijas y Fuengirola, MIJAS NATURAL *No suscribimos necesariamente las opiniones o artículos aquí enlazados
 

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La Trífida en infrarrojo | Imagen astronomía diaria - Observatorio

La nebulosa Trífida, también conocida como Messier 20, es fácil de encontrar con un pequeño telescopio y es una parada habitual en la constelación Sagitario, rica en nebulosas. Las imágenes en luz visible muestran la nebulosa dividida en tres partes por unas bandas de polvo oscuro, pero esta imagen en infrarrojo -una cortesía del Telescopio Espacial Spitzer– revela filamentos de nubes de polvo brillante así como estrellas recién nacidas. Los astrónomos han utilizado los datos de las imágenes en infrarrojo del Spitzer para contar las estrellas recién nacidas y embrionarias que de otro modo suelen quedar ocultas en las nubes de polvo y de gas de esta intrigante guardería estelar. La Trífida tiene unos 30 años luz de diámetro y se encuentra a tan sólo 5.500 años luz de distancia. - Artículo*: Alex Dantart - Más info en psico@mijasnatural.com / 607725547 MENADEL Psicología Clínica y Transpersonal Tradicional (Pneumatología) en Mijas y Fuengirola, MIJAS NATURAL *No suscribimos necesariamente las opiniones o artículos aquí enlazados
 

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René Guénon, Capitolul V. Simbolismul Graalului ( Regele lumii )

Tocmai am amintit despre «Cavalerii Mesei Rotunde»; nu ar fi deci lipsit de interes să explicăm aici semnificaţia «căutării Graalului» care, în legendele de origine celtică, este prezentată ca principala lor menire; se face astfel aluzie, în toate tradiţiile, la ceva care, începând cu o anumită epocă, pare a fi fost pierdut sau ascuns: "Soma" hinduşilor, de exemplu, sau "Haoma" Persanilor, « - Artículo*: Radu Iliescu - Más info en psico@mijasnatural.com / 607725547 MENADEL Psicología Clínica y Transpersonal Tradicional (Pneumatología) en Mijas y Fuengirola, MIJAS NATURAL *No suscribimos necesariamente las opiniones o artículos aquí enlazados
 

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Las paradojas del progreso: datos para el optimismo

A pesar de que los políticos populistas se aprovechan del pesimismo de la población, estamos mejorando en casi todos los parámetros - Artículo*: Kiko Llaneras / Nacho Carretero - Más info en psico@mijasnatural.com / 607725547 MENADEL Psicología Clínica y Transpersonal Tradicional (Pneumatología) en Mijas y Fuengirola, MIJAS NATURAL *No suscribimos necesariamente las opiniones o artículos aquí enlazados
 

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Abatele Henry Stéphane, Introducere în esoterismul creştin, Tratatul IV.3 Faptele sacre (fragment)

„Semnificaţia faptelor sacre rezultă din structura însăşi a Supranaturalului, adică din „legile”care guvernează ordinea sau ierarhia domeniului spiritual. Limbajul utilizat pentru a o exprima este cel al simbolismului tradiţional, şi nu ar putea fi tributar unei convenţii arbitrare: Apostolii nu s-au reunit pentru „a conveni” să-l predice pe Iisus reînviat, iar succesorii lor nu sunt datori să - Artículo*: Radu Iliescu - Más info en psico@mijasnatural.com / 607725547 MENADEL Psicología Clínica y Transpersonal Tradicional (Pneumatología) en Mijas y Fuengirola, MIJAS NATURAL *No suscribimos necesariamente las opiniones o artículos aquí enlazados
 

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elkorg-projects.blogspot.com

„Or, spuneam noi, toate acestea – vărsarea sângelui, comuniunea cu sânge – sunt în natura însăşi a lucrurilor: sângele este vehiculul oricărei vieţi corporale; dar, în domeniul mai extins al integralităţii stării omeneşti, el apare ca suportul plastic al Vieţii (« Iar Viaţa este Lumina oamenilor » – prologul Sfântului Ioan) şi Hristos a venit să ne aducă « Viaţa veşnică » prin vărsarea Sângelui - Artículo*: Radu Iliescu - Más info en psico@mijasnatural.com / 607725547 MENADEL Psicología Clínica y Transpersonal Tradicional (Pneumatología) en Mijas y Fuengirola, MIJAS NATURAL *No suscribimos necesariamente las opiniones o artículos aquí enlazados
 

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Columna | Muy tarde

Nadie puede ser de veras bueno habiéndose divertido tanto como yo - Artículo*: Fernando Savater - Más info en psico@mijasnatural.com / 607725547 MENADEL Psicología Clínica y Transpersonal Tradicional (Pneumatología) en Mijas y Fuengirola, MIJAS NATURAL *No suscribimos necesariamente las opiniones o artículos aquí enlazados
 

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Un religioso del siglo XVIII que compuso más de 130 villancicos « MusicaAntigua.com

Millones de personas se desearán Felices Fiestas y entonarán esta Nochebuena villancicos populares como «Los peces en el río», «El tamborilero» o «Hacia Belén va una burra», sin saber posiblemente que deben todas estas canciones a un modesto religioso español que vivió en el siglo XVIII. Antonio Soler compuso más de 130 villancicos en su vida, algunos de los cuales han perdurado de generación en generación durante más de dos siglos. «Muchos de nuestros cantos populares se deben a él y a su inagotable talento», explica Francisco José Gómez en su «Breve historia de la Navidad». Nacido en Olot en 1729, Soler apenas tenía seis años cuando ingresó en la Escolanía de la Abadía de Montserrat (Barcelona). Allí inició sus estudios de música y órgano. Gómez relata cómo tras ser ordenado sacerdote en 1732, fue nombrado maestro de capilla de la catedral de Lérida y posteriormente organista y director de coro del monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Soler pertenecía ala comunidad jerónima. En El Escorial fue alumno de José Nebra y del compositor de la Corte Domenico Scarlatti, que fue maestro de música de Bárbara de Braganza e influiría notablemente en el «padre Soler». Soler impartió clases al infante Gabriel de Borbón, hijo de Carlos III, y sumó a sus labores la composición de música sacra para los oficios. «En el momento de su muerte, en diciembre de 1783, había escrito más de cuatrocientas obras, de las que al menos trescientas eran de carácter religioso», señala Gómez. Lamentablemente gran parte de su obra se perdió bien porque no había sido recogida por escrito o porque fue destruida por las tropas francesas durante la invasión de 1808 en la que tomaron El Escorial. «Su impronta en nuestra cultura es muy importante», subraya el autor de la «Breve historia de la Navidad», que recuerda que el padre Soler «es el máximo representante de la escuela española de música para teclado del siglo XVIII» y se le considera el mayor experto en teoría musical en España. «Sus escritos en este campo, bajo el título “Llave de la modulación y antigüedades de la música” (1762), se convirtieron en obras de vanguardia, que suscitaron polémicas en las que tomaron parte los principales músicos españoles de la época», cuenta el historiador de la Navidad. Nuestro más fecundo compositor navideño fue la principal figura musical española del siglo XVIII. Fuente ABC.es Artículos relacionados: Españoles recuperan villancicos y cantatas bolivianas del siglo XVIII Noticia aparecida en el Diario Página Siete de Bolivia: “Tras... Ludovice Ensemble lleva hoy a Peñíscola a un viaje por la música del siglo XVIII El grupo portugués Ludovice Ensemble ofrecerá este en el Festival... La catedral de Getafe acogerá el primer festival de órgano del siglo XVIII La catedral de Santa María Magdalena de Getafe acogerá del... - Artículo*: MusicaAntigua - Más info en psico@mijasnatural.com / 607725547 MENADEL Psicología Clínica y Transpersonal Tradicional (Pneumatología) en Mijas y Fuengirola, MIJAS NATURAL *No suscribimos necesariamente las opiniones o artículos aquí enlazados
 

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Calmar los trastornos del alma con música, o la música como ciencia « MusicaAntigua.com

Platón defendía que la música debía servir para calmar los trastornos del alma y los movimientos que experimenta un cuerpo lleno de imperfecciones. Pero aunque según el filósofo la música no está hecha para sentir placer, lo cierto es que la música suscita sentimientos y emociones placenteras en las personas. La palabra música procede del griego mousike, que significa el arte de las musas. Podemos considerarla el arte de organizar de forma sensible y lógica una combinación coherente de sonidos y silencios, mediante la intervención de complejos procesos psico-anímicos. Nos entra por el oído pero la sentimos, comprendemos e interpretamos en nuestro cerebro, ya sea de manera consciente e inconsciente. La ciencia da respuestas a la relación entre música y emociones Es la Psicología de la Música, una disciplina joven, y no muy difundida, la que estudia el comportamiento musical y lo que significa la música para el cuerpo, la mente, la emoción y el espíritu. ¿Quién no ha sentido la respuesta galvánica de la música sobre su piel?, es lo que se conoce vulgarmente como poner los pelos de punta. La música, como amplificador de emociones, proporciona placer físico. La responsable de esta sensación es la hormona de la dopamina, un neurotransmisor que también se libera con la alimentación, el sexo o el dinero. Josefa Lacarcel, doctora en Psicología Evolutiva, música y antigua profesora de Didáctica de la Expresión Musical, Psicología de la Música y Musicoterapia de la Universidad de Murcia, explica que existen tres regiones del cerebro implicadas en el reconocimiento de la melodía y el ritmo. La actividad sensorial está ubicada en la zona bulvar del cerebro, donde se ubica la experiencia rítmica. En segundo lugar, el mensaje afectivo de la música está en la zona más profunda del cerebro, el diencéfalo, donde se localizan las emociones. Los diseños melódicos adquieren en él significación, y es aquí donde se despiertan todo un mundo interior de sentimientos. Por último, la actividad intelectual de la música se ubica en la zona de la corteza cerebral. Aunque existen estas tres partes, el cerebro funciona como un todo. Según Lacarcel, la música modifica las células C de nuestro sistema inmunológico y las metaendorfinas, que son liberadas por las neuronas a través de los neurotrasmisores que actúan en el cerebro y proporcionan un bien o un placer; además, la música modifica las ondas alfa hidroeléctricas de nuestro cerebro y el áurea o la energía luminosa de nuestro cuerpo. ¿Qué despierta la música en lo más profundo de nosotros mismos? Aristóteles hablaba del valor médico de la música ante las emociones incontrolables. En nuestro día a día solemos escuchar eso de que la música amansa a las fieras, aunque esta expresión no se refiere a los animales salvajes, sino a lo que anida en lo más profundo de nuestro ser y se puede manifestar en cualquier momento, explica Josefa. Según la investigadora, la música nos proporciona un nivel adecuado de bienestar y felicidad. Escuchar y hacer música desarrolla la sensibilidad, la creatividad, la capacidad de abstracción y nos ayuda a descubrir nuestro propio mundo interior, y además, facilita la comunicación con la otra persona, con el grupo o con el mundo que nos rodea, afirma. La música es un vehículo perfecto para desarrollar la inteligencia emocional, es una forma de actuar con el mundo, que tiene en cuenta los sentimientos: los nuestros y los ajenos. Base científica de la música La música se ha desarrollado junto con otras disciplinas; su estudio está íntimamente relacionado con las Matemáticas y la Física. Hablar de música es hablar de espectros, frecuencias, resonancias, vibraciones y análisis armónico. Debemos tener en cuenta que el sonido está formado por cuatro parámetros fundamentales: la tonalidad, la duración, la intensidad y el timbre. La música es un ejercicio aritmético secreto, y la persona que se entrega a ella no se da cuenta de que está manipulando números. Aunque se sabe que los antiguos chinos, egipcios y mesopotámicos estudiaros los principios matemáticos del sonido, son los pitagóricos de la Grecia antigua quienes fueron los primeros investigadores de la expresión de las escalas musicales en términos de proporcionalidad numérica. Su doctrina principal era que toda naturaleza consiste en armonía que brota de números. Fuente y artículo completo ELCiudadano.cl Artículos relacionados: Cómo aprender música cambia el cerebro de los niños Aprender música aumenta las conexiones neurológicas en los pequeños, lo... Las manos de Savall son como “bisturíes” que curan el alma No es Jordi Savall músico de temperamento imprevisible, sino más... Música ¿Ciencia o Arte? La música fue considerada una ciencia desde Pitágoras (siglo VI... - Artículo*: MusicaAntigua - Más info en psico@mijasnatural.com / 607725547 MENADEL Psicología Clínica y Transpersonal Tradicional (Pneumatología) en Mijas y Fuengirola, MIJAS NATURAL *No suscribimos necesariamente las opiniones o artículos aquí enlazados
 

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Contra la dictadura del bienestar

Resiliencia, 'mindfulness', 'wellness' o sanación son palabras a las que nos hemos visto cada vez más expuestos en los últimos años - Artículo*: Mercedes Cebrián - Más info en psico@mijasnatural.com / 607725547 MENADEL Psicología Clínica y Transpersonal Tradicional (Pneumatología) en Mijas y Fuengirola, MIJAS NATURAL *No suscribimos necesariamente las opiniones o artículos aquí enlazados
 

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viernes, 30 de diciembre de 2016

Maurice Alliot. - Le Culte d'Horus à Edfou au temps des Ptolémées.

Maurice Alliot. - Le Culte d'Horus à Edfou au temps des Ptolémées. - Artículo*: Yahya De Kuyper - Más info en psico@mijasnatural.com / 607725547 MENADEL Psicología Clínica y Transpersonal Tradicional (Pneumatología) en Mijas y Fuengirola, MIJAS NATURAL *No suscribimos necesariamente las opiniones o artículos aquí enlazados
 

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MUNDO TRADICIONAL

Siendo un tema bastante recurrente, hace algún tiempo hubo cierta polémica entre algunos “guenonianos” al pronunciarse sobre la necesidad o no de la práctica de un exoterismo por parte de los iniciados en alguna forma de esoterismo. Tomando como referencia el capítulo siete: Necesidad del exoterismo, del libro Iniciación y realización espiritual, Guénon insiste en que lo más normal y - Artículo*: Revista Mundo Tradicional - Más info en psico@mijasnatural.com / 607725547 MENADEL Psicología Clínica y Transpersonal Tradicional (Pneumatología) en Mijas y Fuengirola, MIJAS NATURAL *No suscribimos necesariamente las opiniones o artículos aquí enlazados
 

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MENADEL PSICOLOGÍA Clínica y Transpersonal

Revista MENADEL PSICOLOGÍA Clínica y Transpersonal Tradicional (Pneumatología) ★ December 30, 2016 at 06:12PM
 

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Secret

Il existe bien des sortes de secrets. Mais il en est un qui est au cœur de tous les autres ; qui ne peut être dévoilé ni même gardé par nul autre, et qui est pourtant celui qui rend possible tous dévoilements et toutes occultations. Tout secret, en ce monde et ailleurs, n'est un écho de ce mystère originel. Il s'offre à chaque instant, mais nul ne peut s'en emparer. Plus il se révèle, plus il se cache. Offert à chacun, il échappe à tous. Quel est-il ? Tous les univers, tous les mondes, toutes les vies, toutes les existences sont le murmure de la réponse à cette question. - Artículo*: noreply@blogger.com (Dubois David) - Más info en psico@mijasnatural.com / 607725547 MENADEL Psicología Clínica y Transpersonal Tradicional (Pneumatología) en Mijas y Fuengirola, MIJAS NATURAL *No suscribimos necesariamente las opiniones o artículos aquí enlazados
 

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ADÁN, EVA Y JANUKAH

Ya vimos la semana pasada que la festividad de Janukah comienza el 25 del mes de Kislev (כסלו), y que los comentaristas han asociado este número con la palabra Or (אור), “luz”, que es la vigesimoquinta palabra que aparece en el relato de la creación, y con la palabra Tov (טוב), “bien”. (Véase http://wp.me/p2Xmky-Dn). Veamos ahora qué relación hay entre Janukah y Adán y Eva, nuestros primeros padres. Podemos asociar varios de los números más sobresalientes relacionados con Janukah con Adán (אדם) y Eva (חוה), nuestros primeros padres. Veamos cómo: א = 1 ד = 4 ם = 40 ———– 45 ח = 8 ו = 6 ה = 5 ———— 19 45 – 19 = 26 Si a Adán se le resta a Eva (de hecho es lo que nos describe el Génesis cuando nos dice que IHWH tomó “un costado” de Adán para hacer a Eva), obtenemos el número 26 que es el resultado de restarle 19 a 45. Como es bien conocido, 26 es la guematria de IHWH, el Tetragrama, pero también es algo más: es la guematria Katan de Janukah (חנוכה) 26: ח = 8 נ = 5 ו = 6 כ = 2 ה = 5 ——— 26 Por otra parte si calculamos el cuadrado de 45, la guematria de Adán (אדם), obtenemos 2025, que es el número de palabras que aparecen en la parashah Mikets, que es la parashah que se lee en Janukah. Como escribe el Rabbí Shimón Avigal en su libro Parperaoth BeShivah Shearim: “Miketz siempre se lee en el Shabbat de Janukah. Hay 2025 palabras en la Parashah. Si tomamos la guematria de Ner (vela) que es 250 y la multiplicamos por 8, el número de días que prendemos las luces de Janukah, y le sumamos 25, la fecha en que comienza Janukah, el resultado es 2025”. El sabio Ben Ish Jai, en su introducción a las halajot de Janukah, nos regala otra idea sumamente interesante. Si en el relato de la creación contamos a partir de la palabra Bereshit (en el comienzo), hasta vaiehi Or (y fue la Luz), descubrimos que hay 25 palabras. Este gran erudito nos dice entonces: Janu el 25 (כה), porque en la palabra 25 apareció la Luz, que representa la espiritualidad, la pureza la conexión directa con el Padre celestial. En el relato de la creación Dios dirá que la luz, es Tov (טוב), “buena” o “bueno”, palabra cuya guematria es 17. Si calculamos la guematria Katán o reducida de Kislev (כסלו), el mes de Janukah, descubrimos que también es 17: כ = 2 ס = 6 ל = 3 ו = 6 ———- 17 JULI PERADEJORDI - Artículo*: Zohar - Más info en psico@mijasnatural.com / 607725547 MENADEL Psicología Clínica y Transpersonal Tradicional (Pneumatología) en Mijas y Fuengirola, MIJAS NATURAL *No suscribimos necesariamente las opiniones o artículos aquí enlazados
 

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La cara oculta de la Luna | Imagen astronomía diaria - Observatorio

La rotación síncrona, provocada por el acoplamiento de marea, hace que la Luna presente siempre la misma cara visible a los habitantes de la Tierra. Desde la órbita lunar, sin embargo, la cara oculta de la Luna también puede llegar a resultar familiar. Esta nítida imagen de la cara oculta es parte de una composición global de más de 15.000 fotografías captadas entre noviembre de 2009 y febrero de 2011 por la cámara gran angular de la sonda Lunar Reconnaissance Orbiter. La versión de más alta resolución de esta composición muestra características a una escala de 100 metros por píxel. Sorprendentemente, la superficie rugosa y maltratada de la cara oculta tiene un aspecto muy diferente al de la cara visible, cubierta de mares suaves y oscuros. La explicación más plausible es que la corteza de la cara oculta es más gruesa, por lo que es más difícil que el material fundido del interior fluya a la superficie y forme mares suaves. - Artículo*: Alex Dantart - Más info en psico@mijasnatural.com / 607725547 MENADEL Psicología Clínica y Transpersonal Tradicional (Pneumatología) en Mijas y Fuengirola, MIJAS NATURAL *No suscribimos necesariamente las opiniones o artículos aquí enlazados
 

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ADÁN, EVA Y JANUKAH

Ya vimos la semana pasada que la festividad de Janukah comienza el 25 del mes de Kislev (כסלו), y que los comentaristas han asociado este número con la palabra Or (אור), “luz”, que es la vigesimoquinta palabra que aparece en el relato de la creación, y con la palabra Tov (טוב), “bien”. (Véase http://wp.me/p2Xmky-Dn). Veamos ahora qué relación hay entre Janukah y Adán y Eva, nuestros primeros padres. Podemos asociar varios de los números más sobresalientes relacionados con Janukah con Adán (אדם) y Eva (חוה), nuestros primeros padres. Veamos cómo: א = 1 ד = 4 ם = 40 ———– 45 ח = 8 ו = 6 ה = 5 ———— 19 45 – 19 = 26 Si a Adán se le resta a Eva (de hecho es lo que nos describe el Génesis cuando nos dice que IHWH tomó “un costado” de Adán para hacer a Eva), obtenemos el número 26 que es el resultado de restarle 19 a 45. Como es bien conocido, 26 es la guematria de IHWH, el Tetragrama, pero también es algo más: es la guematria Katan de Janukah (חנוכה) 26: ח = 8 נ = 5 ו = 6 כ = 2 ה = 5 ——— 26 Por otra parte si calculamos el cuadrado de 45, la guematria de Adán (אדם), obtenemos 2025, que es el número de palabras que aparecen en la parashah Mikets, que es la parashah que se lee en Janukah. Como escribe el Rabbí Shimón Avigal en su libro Parperaoth BeShivah Shearim: “Miketz siempre se lee en el Shabbat de Janukah. Hay 2025 palabras en la Parashah. Si tomamos la guematria de Ner (vela) que es 250 y la multiplicamos por 8, el número de días que prendemos las luces de Janukah, y le sumamos 25, la fecha en que comienza Janukah, el resultado es 2025”. El sabio Ben Ish Jai, en su introducción a las halajot de Janukah, nos regala otra idea sumamente interesante. Si en el relato de la creación contamos a partir de la palabra Bereshit (en el comienzo), hasta vaiehi Or (y fue la Luz), descubrimos que hay 25 palabras. Este gran erudito nos dice entonces: Janu el 25 (כה), porque en la palabra 25 apareció la Luz, que representa la espiritualidad, la pureza la conexión directa con el Padre celestial. En el relato de la creación Dios dirá que la luz, es Tov (טוב), “buena” o “bueno”, palabra cuya guematria es 17. Si calculamos la guematria Katán o reducida de Kislev (כסלו), el mes de Janukah, descubrimos que también es 17: כ = 2 ס = 6 ל = 3 ו = 6 ———- 17 JULI PERADEJORDI - Artículo*: Zohar - Más info en psico@mijasnatural.com / 607725547 MENADEL Psicología Clínica y Transpersonal Tradicional (Pneumatología) en Mijas y Fuengirola, MIJAS NATURAL *No suscribimos necesariamente las opiniones o artículos aquí enlazados
 

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Paracelsos españoles (SHJ VI, 2)

“Católico fue tambien Paracelso, pues aunque su audaz ingenio le hizo caer en algunos errores, no fue Herege; porque la faltó la pertinacia, y asi como Católico fue enterrado en la Iglesia de S. Sebastian de la Villa de Salisburgo, donde está decorado su sepulcro con tan glorioso epitafio, que hasta aora ningun Medico Hippocratico, ó Galenico le logró tan Ilustre”.Benito Jerónimo Feijoo, Ilustracion apologetica al primero y segundo tomo del Teatro critico..., por Miguel Escribano, 1773. He aquí un nuevo número académico de Studia Hermetica Journal, escrito íntegramente por el Dr. Miguel López Pérez, a quien debo agradecer, una vez más, su generosidad y buen hacer y, sobre todo, los cuatro excelentes artículos que aquí presentamos. La historia del paracelsismo español, una terra ignota hasta hace no tanto tiempo, encontrará un antes y un después en este sexto volumen de esta nuestra aún joven revista. Paracelsus, una figura enigmática, sumida en la bruma del ocultismo desde el Siglo de las Luces, a quien los aficionados al esoterismo recurren para justificar pseudociencias y galimatías; citado hasta la saciedad por literatos y cineastas… y también por académicos amparados tras la rosa luterana. Y sin embargo es conocido en profundidad por unos pocos escogidos, con Carlos Gilly, Joachim Telle y Didier Kahn a la cabeza. Pero, ¿quién fue en realidad Paracelso? Una rápida búsqueda en la red nos brinda, como suele ser habitual, numerosos equívocos, pistas falsas y medias verdades, por lo que se hace indispensable que busquemos mejor y más profundamente. Tenga en cuenta que el hermetismo que usted conoce o cree conocer, no es más que el fruto marchito de sucesivas polémicas mantenidas en el seno del ámbito académico centroeuropeo. Pero de este acalorado debate religioso y filosófico, emergería un solo ganador: la ciencia moderna, que se iría arrastrando muy lentamente hasta su estrellato decimonónico. Podríamos decir, con una intención estrictamente divulgativa, que en este debate se enfrentaron la ortodoxia abstrusa derivada del aristotelismo académico, las autoridades luteranas y calvinistas, la Contrarreforma católica y nuestros filósofos hermético-platónicos, defensores de una visión del mundo caracterizada, en general, por los siguientes elementos: 1. Una metafísica o teodicea gnóstico-platónica. 2. Una imagen del hombre como centrum mundi[1]. 3. Una actitud favorable a la intervención humana sobre la naturaleza, si bien ejercida a través de las famosas “ciencias ocultas”, la astrología, la magia y la alquimia. Pero quítese la venda de los ojos, amigo lector, porque la realidad fue muchísimo más extraña, compleja y apasionante. Cada autor vio en el hermetismo, la magia o la alquimia lo que quiso ver, y las controversias en el seno de cada facción fueron feroces. De hecho, nuestras regias artes fueron con frecuencia llevadas a cabo por vividores y golfos de toda condición, y por ese motivo, cuando algunos de mis colegas tratan de meter en el mismo saco a santurrones alucinados, apasionados filósofos, apóstatas recalcitrantes y cicateros estafadores, no puedo evitar sonreírme. Como bien escribe el Dr. Miguel López Pérez: “Si ya resultaría muy interesante poder contar con una definición certera de la Alquimia y poder ofrecerla, a nosotros se nos antoja aún más interesante conocer qué era lo que las personas de esos siglos pensaban sobre ella”[2]. Sólo puedo aplaudir su punto de partida, porque así es como se logran los mayores descubrimientos en este oficio. Sí, es indudable que el espíritu de cada época determina el modo de proceder de sus actores, pero éstos confieren distintos significados a aquello que leen y escriben. A este respecto recomendaría, por esclarecedor, la lectura del capítulo 6 del estudio sobre el humanista Bernardino Gómez Miedes que hoy presentamos, dedicado a la recepción de las doctrinas de Paracelso en Europa. Y para la recreación completa y a todo color de uno de esos “escenarios complejos” que tratamos de poner sobre la mesa, obsérvese el siguiente cuadro extraído del tercer artículo del volumen sexto que hoy nos ocupa, “Los hijos de Paracelso”: En palabras del propio Dr. Miguel López (“El humanista Bernardo Gómez Miedes…”, p. 50): “En realidad, el gran logro de Paracelso fue el ver este problema, el de la disfunción entre Aristóteles y la realidad de la experiencia. Es por ello por lo que él creó un nuevo lenguaje donde, por medio de la experiencia no se podían aceptar los dogmas de Galeno como verdaderos. El purismo extremo de Valla y su defensa del vulgaris sermo no esconde otra cosa que la fase de un proceso que se acrecentará en el siglo XVI y provocará una crisis epistemológica extensiva a la Universidad por medio de la Filosofía”. Johann Arndt (1555-1621), Alexander von Suchten (ca.1520-1575), Giordano Bruno (1548-1600), Heinrich Khunrath (ca.1560-1605), Gerhard Dorn (ca.1530-1584), Cesare della Riviera (d. ca. 1615), Petrus Severinus (1542-1602) y, por supuesto, Theophrastus Bombastus von Hohenheim (1493-1541), más conocido como Paracelso, hablaron de “leer con las manos” en el gran libro de la naturaleza[3]. Así, de acuerdo con cierta visión romántica, todos habrían sido héroes de la humana sapienza, los verdaderos sabios capaces de acceder al santuario del alma de la madre naturaleza, de conocerla y alterarla mediante las ciencias ocultas. Aun con todo, este esquema de pensamiento encaja mucho mejor en el Paracelsian revival (es decir, en la actualización y reinterpretación que llevaron a cabo los seguidores de la obra de Paracelso tras su muerte) que en humanistas “clásicos”, como lo fue el médico suizo. El Arbatel. De Magia veterum (Wesel: Andreas Luppius, 1686), confirma la divinización del viejo maestro, con un aforismo tan bello como explicativo: “HERMES TRISMEGISTUS EST SECRETORUM PATER CUM THEOPHRASTO PARACELSO et in se omnes vires habent secretorum”[4]. En mi cabeza resuenan aún las palabras del Dr. Carlos Gilly (y estoy parafraseando): “La ciencia moderna fue el fruto de la experimentación de las grandes personalidades que la hicieron posible, pero sin el ataque continuado y organizado que el hermetismo ejerció contra la ortodoxia aristotélica y las autoridades eclesiásticas, el camino hacia ella hubiera sido aún más costoso”[5]. Y sin quitarle la razón, no es menos cierto lo que el especialista en paracelsismo hispánico, el Dr. Miguel López, sostiene en dos de los cuatro artículos publicados en este sexto volumen de SHJ: Paracelso es, en buena medida, un mito historiográfico defendido por sus supuestos continuadores; porque es innegable que el “Lutero de los médicos”[6]o el “Trismegisto germánico”, como se le llegó a conocer, fue mediatizado y utilizado como arma arrojadiza durante las décadas posteriores a su muerte y, afrontémoslo, algunas de sus doctrinas (e incluso obras) no son más que adiciones y reinterpretaciones posteriores, de ahí la dificultad de su estudio. Sin embargo, lo que hoy tenemos entre manos no son ni Paracelso ni el paracelsismo en sí mismos, sino por qué sus doctrinas no fueron, al parecer, difundidas en el Imperio hispánico. Considerando que en la revista Azogue se ha tratado de dilucidar esta cuestión desde 2001, y que tanto la Dra. Mar Rey como el Dr. Miguel López llevan trabajando en ello desde hace bastantes años, me resta hacer una pequeña introducción a los dos primeros artículos —aquellos que abordan directamente la cuestión—, de los cuatro que integran esta inusualmente voluminosa entrega de SHJ. “Paracelso en España” Este artículo del Dr. Miguel López Pérez supone la versión completa (y en castellano) de su anterior artículo “Spanish Paracelsus Revisited and Decontaminated”. Sus tesis son las siguientes: 1. Paracelso, en su dimensión médico química, no fue censurado jamás en España, e incluso llegó a ser defendido por autores como Gaspar Bravo de Sobremonte, Jerónimo de la Fuente y Piérola[7], Benito Feijoo, Guillén Pierres o Diego Torres de Villarroel[8]. 2. Paracelso resultó “innecesario” en un Imperio hispánico inspirado por una tradición médico-química y alquímica que descendía de figuras como Arnau de Vilanova, Rupescissa y el pseudo-Ramón Llull[9]. Así, afirmar la radical novedad de la medicina paracelsista, supone ignorar la tradición alquímica medieval española, que ya hacía uso de técnicas como la destilación y la elaboración de medicamentos, entre otras[10]. 3. El Imperio “tenebroso” de ortodoxia y represión política y religiosa perpetrado por Felipe II, no fue tal: el Princeps Hispaniarum alentaría la ciencia como parte de su agenda de modernización renacentista. Como bien afirma el Dr. López Pérez: “la persecución religiosa española provocó menos muertes que la de cualquier otro país europeo, la religión católica estuvo prohibida en Inglaterra durante más de un siglo y Enrique VIII mató a más católicos que la Inquisición de España, Italia y Alemania juntas”[11]. 4. Los libros de alquimia y filosofía natural eran, al contrario de lo que se piensa, muy comunes en las bibliotecas capitulares (y universitarias)[12]. 5. Paracelso murió católico; fueron los médicos y teólogos protestantes quienes, décadas después, mediante un ejercicio de sincretismo religioso, adhirieron y reinterpretaron la magna obra del médico suizo, acercándola a las posturas hermético-platónicas del periodo[13]. “El humanista Bernardino Gómez Miedes (ca. 1515-1589) y la alquimia” En este interesantísimo artículo, se nos introduce en la figura del primer crítico antiparacelsista español, Bernardino Gómez Miedes, de quien destacamos, cómo no, su visión sobre la alquimia practicada en el periodo[14]: “-2-18,1 Este arte, no obstante, aunque sea cierto en gran parte, sin embargo parece que en una proporción mayor se mueve en torno a la duda y la incertidumbre. En sus mismos resultados no sólo suele vacilar (lo cual diría con su permiso), sino también excavar galerías subterráneas, por así decirlo, por donde se desvanece y desaparece hasta burlarse al final de los propios artífices merecidamente y con razón, porque éstos intentan en su necedad no sólo emular a la Naturaleza, sino también ponerse a su nivel y casi superarla”. Asimismo destacamos sus comentarios acerca de la sal, el húmedo radical y el calor innato”[15], así como las explicaciones que ofrece el Dr. López Pérez acerca del neumatismo[16], esenciales para nuestra comprensión de tales doctrinas médicas. De la misma manera, se hace indispensable conocer las opiniones de reputados médicos acerca de la confección del famoso “oro potable”[17]y la “quintaesencia”[18]. Especial referencia nos merecen también los relatos de fraudes y falsos alquimistas: “El mundo está lleno de falsos alquimistas. A los señores, los gentilhombres, los mercaderes y las gentes de baja clase, les prometen enriquecerles en poco tiempo, enseñarles los medios de congelar el mercurio, de cambiar el plomo, el estaño, el hierro, el mercurio en plata u oro”[19]. Es en las continuas referencias a textos poco o nada conocidos donde podemos comprobar la extraordinaria valía académica de este nuevo artículo, de cuyo adelanto pudimos disfrutar meses atrás, en lo que respecta al apartado dedicado a “los charlatanes”[20]. Gaspar Bravo de Sobremonte (1603-1683) "Los hijos de Paracelso” “Angelo D’Ainot. El falsario alquimista que quiso trabajar para Felipe II” La Historia es, con frecuencia, un conjunto de relatos que nos solemos brindar los seres humanos con el espurio propósito de justificarnos, sanar dolorosas heridas o retratarnos… y no como realmente fuimos, claro, sino como nos gustaría haber sido. Un epitafio académico en el que reposar nuestra conciencia y dormir el sueño de los justos. Hablo, claro está, de la imagen que del Imperio español se tuvo (y retuvo) en los países anglosajones. Me hago eco también de la leyenda negra que pende sobre nuestra Historia, alimentada durante siglos por la habitual desidia académica del ámbito hispanohablante. Sí, ha leído bien, estimado lector, porque si a alguien hay que responsabilizar de la decadencia de nuestro ámbito, es a nosotros mismos. Todos los imperios tuvieron detractores y enemigos, pero rara vez se ha visto que la población de tales imperios se haya contaminado por la hábil contrapropaganda difundida por sus oponentes. De todos modos, si los reinos peninsulares embarrancaron al alba de la modernidad, fue debido al modo natural en que se conduce la Historia desde siempre, pero ¿y qué hay de la pervivencia de las culturas hispánica y portuguesa? El legado de dos siglos de influencia y dominación que los reinos de la península ibérica ejercieron sobre el resto del orbe, se traduce en la actualidad en casi quinientos millones de hablantes de español y más de doscientos millones de hablantes de portugués. Ya va siendo hora de que nuestra voz resuene en consonancia con nuestra verdadera fuerza. Brevísima relación de la destruyción de las Indias. Jean Théodore y Jean Isräel de Bry (Fráncfort, 1598) Como conclusión, permítame quedarme con la reflexión de la Dra. Mar Rey (quien, por cierto, prologa este nuevo número) recordando una reveladora conversación que mantuvo con José Rodríguez Guerrero[21]: “Olvidamos que, si no abrimos nuestro objetivo, dejamos a oscuras determinadas parcelas que resultan imprescindibles para tener una visión global del período. Cuando comenté esta cita con José Rodríguez Guerrero hizo una reflexión que, desde entonces, me ha dado mucho que pensar: los españoles de la Edad Moderna tenían los ojos vueltos hacia América, de donde venían novedades un día sí y otro también, de ahí que muchas de las acaloradas disputas observadas en otros puntos neurálgicos de Europa apenas si tuvieran repercusión en la Península”. El Imperio hispánico fue un titán con vocación atlántica, poderoso e imbatible durante siglos; nostálgico del esplendor romano que sucumbiría impávido al cambio de era. El Furor de las Águilas (Sala 1), Leone y Pompeo Leoni, Carlos V y el Furor, MNP, Águila Real, MNCN – CSIC, Foto: Pedro Albornoz/Museo Nacional del Prado ¿Saben con qué me quedo? Con el futuro de nuestra cultura adormecida y con el enorme potencial de todo un continente, el americano, que aún se comunica y comprende el mundo en español y portugués. A esa América dedicamos este número. [1] Carlos Gilly, “Il Dibattito Intorno a Paracelso in Basilea”, Azogue 7, p. 263: "Oggetto di questa reazione era in particolare l’idea che l’uomo, in quanto microcosmo, potesse penetrare e comprendere la Natura o macrocosmo, fino ad interpretarne il corso, correggerlo o, addirittura, ripristinarlo per mezzo del suo spirito (corpus sydereum per Ficino, corpo astrale–luce della Natura dentro l’uomo per Paracelso, spirito di Dio dentro l’uomo per Suchten, oppure attraverso l’esperienza di uno spirito planetario esterno come insegna l’Arbatel). Era questa in sostanza l’immagine neoplatonica e magica del mondo che serviva da cornice teorica alla ricerca sperimentale di Paracelso”. [2]“El humanista Bernardino Gómez Miedes…”, p. 58. [3] Magia, alchimia, scienza dal '400 al '700…, vol. II, p. 103. [4] “Il Dibattito Intorno a Paracelso in Basilea” (Azogue), Carlos Gilly, 263: “Tutto ciò secondo un ben preciso piano di rinnovamento: una nuova riflessione critica su religione e scienza alla luce della vera magia degli antichi, e cioè del raccordo tra la tradizione ermetica e la scienza sperimentale di Paracelso: “Hermes Trismegistus est secretorum pater cum Theophrasto Paracelso, et in se omnes habent vires secretorum”, come si legge nell’aforisma XXVI dell’Arbatel”. [5] Durante su conferencia en el curso de postgrado “Las Máscaras del Mago II” (2012), Universidad de Granada. [6] Carlos Gilly, "Zwinger e Paracelso” (Azogue 7), p. 307: “Se Paracelso si meriti il soprannome di “Lutherus medicorum”? Assolutamente no. Piuttosto quello dell’eresiarca Ario! O meglio ancora: se non quello di Tessalo da Tralle, certo quello di Tessalo da Einsiedeln”. [7] Cfr. “Paracelso en España”, p. 20. [8]Ibid., p. 21. [9] Ibid., pp. 13-15. [10] Ibid., pp. 13 y 15 y ss. Cfr, también, pp. 16-17: “No fue el primero prácticamente en nada. El sistema galénico ya estaba desprestigiado, el uso de la destilación, tanto para la Farmacia como en Alquimia era algo mucho anterior a él y el uso de metales y minerales también". [11] Ibid., p. 5. [12] Ibid., p. 10. Cfr. también p. 6: "...los libros expurgados, no prohibidos, impresos del siglo XVI sobre ciencia eran el 7.6 %, y un 7 % los del periodo 1684-1785, y si tomamos los años en que se abrieron más causas contra los protestantes, entre 1551 y 1580, en la Inquisición de Toledo, el porcentaje también fue el 7,3 %. Y, finalmente, Felipe II no sólo no prohibió la ciencia, sino que la alentó siempre”. [13] Ibid., p. 10: “De esta manera, y mediante un doble proceso de prohibición católica y sincretismo protestante, el paracelsismo, que no había nacido católico ni protestante, fue transformándose en una herejía protestante”. [14] “El humanista Bernardino Gómez Miedes…”, p. 60. [15] Ibid., pp. 36-37. [16] Ibid., pp. 37-40. [17] Ibid., pp. 41-44. [18] Ibid., p. 47. [19] Ibid., p. 28 y nota ad loc. [20] Ibid., pp. 33-36. [21] Presentación de Mar Rey a Azogue, 7, p. 5. - Artículo*: Iván Elvira - Más info en psico@mijasnatural.com / 607725547 MENADEL Psicología Clínica y Transpersonal Tradicional (Pneumatología) en Mijas y Fuengirola, MIJAS NATURAL *No suscribimos necesariamente las opiniones o artículos aquí enlazados
 

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Parmenide, Sulla natura (Περί Φύσεως)

Parmenide Sulla natura (Περί Φύσεως) Proemio del Poema Fr. 1 (Sesto Empirico, Contro i matematici, VII, 111 e segg.) 1 Le cavalle che mi portano fin dove il mio desiderio vuol giungere, Continua a leggere...» - Artículo*: Pietro - Más info en psico@mijasnatural.com / 607725547 MENADEL Psicología Clínica y Transpersonal Tradicional (Pneumatología) en Mijas y Fuengirola, MIJAS NATURAL *No suscribimos necesariamente las opiniones o artículos aquí enlazados
 

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Para empezar bien 2017: Tira tu taza de Mr. Wonderful a la basura

Libros positivos, camisetas motivadoras, abrazos gratis, calendarios cuquis, charlas inspiradoras y lemas ñoños. No hay (salvo excepciones) ninguna evidencia de que este pueda ser "el mejor día de tu vida" - Artículo*: Sergio C. Fanjul - Más info en psico@mijasnatural.com / 607725547 MENADEL Psicología Clínica y Transpersonal Tradicional (Pneumatología) en Mijas y Fuengirola, MIJAS NATURAL *No suscribimos necesariamente las opiniones o artículos aquí enlazados
 

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Il substrato arcaico delle feste di fine anno: la valenza tradizionale dei 12 giorni fra Natale e l’Epifania

(Articolo originariamente pubblicato su Atrium in data 21/12/2016, in questa sede rivisto e ampliato) Ci prefiggiamo in questa sede di approfondire le credenze folkloriche che hanno portato alla configurazione di due figure intimamente connesse al calendario liturgico-profano dell’Europa degli ultimi secoli. Le due figure che ci interessano sono quelle di Santa Claus (italianizzato in Babbo Natale) e della Befana, figure che—come avremo modo di vedere—devono la propria origine e il proprio simbolismo a un substrato arcaico, antropologicamente ravvisabile in tutte quelle pratiche e credenze (miti e riti) del volk europeo (o per meglio dire euroasiatico), che altrove abbiamo definito “culti cosmico-agrari” [cfr. Culti cosmico-agrari dell’antica Eurasia]. “Crisi solstiziale” e Dies Natalis Solis Invicti Non possiamo iniziare la trattazione di questo tema senza un doveroso excursus iniziale, in cui ripeteremo concetti già trattati in altra sede. Devesi innanzitutto precisare come il periodo dell’anno in cui si verifica la “visita” con questi due personaggi è ben definito: il primo giunge il 25 dicembre, la seconda il 6 gennaio. Accenniamo subito al fatto che i dodici giorni compresi tra queste due date nelle culture tradizionali hanno un significato ben preciso, su cui ci concentreremo più avanti. Per il momento, urge sottolineare che ci troviamo nel periodo dell’anno definito “crisi solstiziale”: il Sole, al termine del suo cammino annuale, al solstizio d’inverno tocca il punto più basso del suo peregrinare: gli antichi credevano che in tale data l’astro eliaco scendesse agli Inferi, per poi risalirne dopo tre giorni, il 25 dicembre, che per questo venne denominato durante la Roma imperiale Dies Natalis Solis Invicti (“Giorno di nascita del Sole Invitto”). Si riteneva, infatti, che a risorgere fosse proprio il dio del Sole, epperò si tendeva a fare una distinzione tra il “Sole dell’Anno Calante” (o dell’Anno Vecchio), che al termine del suo percorso si inabissa nelle tenebre, e quello “dell’Anno Crescente” o Nuovo, la cui nascita il 25 dicembre era salutata come una resurrezione dell’astro eliaco precedentemente occultatosi nell’oscurità [cfr. Cicli cosmici e rigenerazione del tempo: riti di immolazione del ‘Re dell’Anno Vecchio’] . Non si può, innanzitutto, omettere di constatare come il complesso escatologico che le antiche popolazioni europee avevano creato intorno al Sole verrà ripreso pari pari dall’allogena religione cristiana, la quale laddove ha avuto l’opportunità di “cristianizzare” elementi dell’antica religione pagana non si è fatta troppi scrupoli; ovviamente questo discorso perde validità con tutti quegli elementi prettamente “pagani” su cui si fondava quello che abbiamo definito “complesso cultuale cosmico-agrario”: questa “materia mitica” non-cristianizzabile venne per così dire “demonizzata” e “rimossa”—come abbiamo già avuto modo di vedere nel nostro ciclo di saggi redatti in quest’anno che volge alla conclusione [cfr. Da Pan al Diavolo: la ‘demonizzazione’ e la rimozione degli antichi culti europei]. Si noterà infatti come il bambin Gesù, il quale nasce il 25 dicembre e, dopo essere disceso agli Inferi, risorgerà dopo tre giorni, altro non è che il risultato di una “cristianizzazione” del mito del Nuovo Sole Nascente. Si accenni qui di sfuggita come altri numerosi elementi contribuiscono a corroborare questa tesi, in particolar modo le corrispondenze con il dio iranico-romano Mitra, che si vuole nato dalla pietra o addirittura in una grotta. Allo stesso modo, durante il periodo alessandrino, questo simbolo venne veicolato per mezzo di Aion, il quale nasce “in un luogo impenetrabile”, la “caverna cosmica” da cui secondo il mito nacque lo stesso Mitra [D’Anna, Il gioco cosmico, p. 145]. Se dunque il simbolo del puer eterno, rappresentante l’Anno (e quindi l’Aion, l’ordine cosmico che si sviluppa lungo i cicli) che muore per risorgere al completarsi di ogni ciclo, venne “cristianizzato” rapidamente nella figura del bambin Gesù nella grotta della Natalità, viceversa l’individuazione per il nuovo culto del rappresentante dell’“Anno Morente” si dimostrò più problematica. Alla sua figura si sovrapposero, nei secoli, quelle di antiche divinità pagane (soprattutto Odino/Woden, conducente della “Caccia Selvaggia”), santi cristiani (San Nicola), figure demoniache a metà tra l’umano e il sub-umano (Wilder Mann, Krampus, etc.), per arrivare infine, come il lettore avrà già intuito, al personaggio che conosciamo fin dall’infanzia come “Babbo Natale”: Santa Claus. Santa Claus, il carro, le renne Devesi innanzitutto notare che il “viaggio” che Santa Claus compie sulla sua slitta trainata da renne altro non è se non il percorso che segue il Sole durante l’anno: la slitta quindi si rivela essere un ‘doppio’ del carro solare, carro su cui in tutte le religioni tradizionali veniva raffigurato il dio del Sole nell’atto di compiere, appunto, il suo cammino annuale attraverso le 12 stazioni dello Zodiaco (e qui si dica di sfuggita che il particolare evangelico dei 12 apostoli non è senza relazione). Santa Claus è dunque, in primo luogo, una rappresentazione del “Sole dell’Anno Vecchio” che, ultimato il suo percorso zodiacale della durata di un anno, si inabissa nell’oscurità (la “crisi solstiziale”), per poi rinascere a nuova vita, trasformato, nuovamente in possesso delle sue potenzialità aurorali (il Puer eterno). Non è certo un caso che gli animali che trainano questa “slitta solare” siano renne, e—come abbiamo già argomentato altrove—tradizionalmente i cervidi, per la loro peculiarità di mutare il palco di corna ogni inverno, sono connessi al simbolismo della rinascita ciclica e quindi sono anche considerati per analogia animali solari, vale a dire realtà animico-fenomeniche tramite le quali il simbolismo solare giunge fino alle menti più predisposte [cfr. Cernunno, Odino, Dioniso e altre divinità del ‘Sole invernale’]. In questo senso, la “discesa all’Ade” compiuta dall’astro eliaco al termine del suo viaggio, potrebbe forse aiutarci a decifrare il motivo per cui “Babbo Natale porta i doni”. Gli antichi, infatti, simboleggiavano Plutone per mezzo di una cornucopia e quindi lo rappresentavano come un dio che porta ricchezza, abbondanza, fecondità: il suo stesso nome rivela tali caratteristiche funzionali. Sebbene possa sembrare strano il fatto che il dio dell’oltretomba fosse considerato “il datore di ricchezza e abbondanza”, ciò invero ricalca la mentalità tradizionale e ha perfettamente senso per il discorso che stiamo impostando: si potrebbe infatti dire che il “Sole dell’Anno Vecchio” scendesse nel Regno dell’Ade per tre giorni, in seguito ai quali sarebbe asceso rinato, nuovamente pieno di vigore: e questo grazie ai “doni” di Plutone (lett.“l’invisibile”, ovvero il “Sole dell’Anno Vecchio” che si occulta al termine del suo cammino annuale). Vediamo dunque come la figura di Babbo Natale rappresenti al tempo stesso il “Sole dell’Anno Calante” e lo stesso Plutone/Ade in cui esso si cala al termine del suo viaggio. Come ebbe a dire Emanuela Chiavarelli [Diana, Arlecchino e gli spiriti volanti, p. 121]: “nell’inverno-inferi, dimora di Ade, re dei defunti, si cela, infatti, il mistero della vita vegetale. Il ‘Bimbo di Luce’ dei Misteri di Eleusi, simbolo dell’eterna Zoé, nascerà negli abissali antri di Ade” [cfr. Divinità del Mondo Infero, dell’Aldilà e dei Misteri]. Sciamanesimo, Amanita Muscaria e rinascita iniziatica Ma c’è di più. Ci sono motivi ben fondati per ritenere che la figura di Santa Claus si inneschi su un substrato culturale ancora più antico, risalente alla preistoria del continente euroasiatico. È stato infatti provato che la sua figura, anche esteriormente, deriva dal retaggio degli antichi culti sciamanici dell’area finnico-siberiana, culti che prevedono l’assunzione del fungo psicotropo Amanita muscaria, che si presenta com’è noto con una cappella rossa con puntini bianchi. Se dunque si può intuire senza difficoltà da dove derivi il “vestiario” di Babbo Natale, dobbiamo però analizzare più dettagliatamente la sua funzionalità in rapporto a codesti culti sciamanici di cui si è detto. Abbiamo già accennato alla funzione simbolica della renna e, per esteso, dei cervidi: si noti a questo punto che sebbene l’Amanita muscaria possa essere ingerita dagli esseri umani senza causare necessariamente un’intossicazione letale, nondimeno le antiche popolazioni sciamaniche dell’area finnico-siberiana sovente preferivano darla in pasto ai cervidi (renne e alci) che allevavano, per il tramite dei quali, in seguito all’espulsione del fungo “depurato” del tutto dalle sue componenti venefiche (lo stomaco dei cervidi infatti è del tutto immune a tale rischio di avvelenamento da Amanita) gli uomini finalmente potevano ingerirlo senza remore e compiere il “viaggio sciamanico”, che come si può facilmente intuire ha contribuito anch’esso a formare il corpus folklorico sul “viaggio” di Babbo Natale sulla sua slitta trainata da renne. Si aggiunga inoltre che l’esperienza sciamanica nelle culture tradizionali era sempre considerata come una “rinascita”: il neofita, in sèguito all’iniziazione così conseguita, veniva considerato una persona nuova, e come tale gli veniva conferito un nuovo nome, conosciuto solo all’interno del circolo esoterico. In questo senso, dunque, l’uomo stesso per mezzo dell’esperienza estatica durante la “crisi solstiziale”, assurgeva a simbolo del Sole stesso, e per esteso dell’“eterna Zoé”: anch’egli, infatti, aveva la possibilità di morire al termine del ciclo per poi rinascere all’inizio del ciclo successivo, “a viaggio ultimato”. In tutto ciò si possono vedere echi che sono giunti fino alla sapienza vedica, secondo il cui insegnamento “Prajapati è l’Anno” [Aitareya Br., 7,7,2], “l’Anno è la Morte (…) [e] colui che sa ciò non è toccato dalla Morte” [Qat. Brahmano, 10,4,3,1]. Probabilmente questo è anche in rapporto con il termine “Epifania” connesso alla data del 6 gennaio, data in cui, come vedremo ora, il periodo di 12 giorni della “crisi di passaggio” tra un anno e il successivo si concludono, portando di nuovo sulla terra la luce di una rivelazione ciclicamente ripetuta: una vera e propria epifania del divino che rinasce periodicamente, nel Cosmo così come sulla terra e, in ultima analisi, nell’uomo stesso. E infatti, non può essere un caso se la data del 6 gennaio segnava, “sia nei Misteri Orfici che in quelli Eleusini, la nascita del ‘Fanciullo di Luce’, simbolo del sole invitto risorto dalle tenebre invernali” [Chiavarelli, op.cit., p. 195]. I 12 Giorni di Natale: regressione al Caos primigenio Come anticipato, nell’analizzare la seconda figura di cui ci siamo preposti l’indagine, vale a dire quella della Befana, dobbiamo ritornare sul discorso precedentemente introdotto riguardo a quel periodo di 12 giorni che va da Natale, appunto, al 6 gennaio, data in cui si attende la “visita” della Befana. Gli antichi ritenevano che in questo intervallo temporale l’anno vecchio fosse già morto, epperò quello nuovo ancora non fosse nato. In altri termini, il ciclo passato si era già concluso, ma quello nuovo ancora non era iniziato: ci si trovava dunque, per un periodo di 12 giorni, in una vera e propria situazione di “regressione al Caos”: gli ultimi giorni dell’anno trascorso venivano infatti identificati con il Caos antecedente la creazione. Scrivono Alwyn e Brinley Rees [L’eredità celtica, p.77]: “equiparate al caos primordiale che precede la creazione del cosmo, e la gestazione che prepara la nascita, le tenebre vengono per prime, ma come simbolo di morte e dissolvimento seguono il giorno”. In questo periodo culmine di dodici giorni la valenza iniziatica delle tenebre racchiude dunque entrambi i significati: dissolvimento dell’ordine e regressione al caos primigenio, e quindi ritorno all’illud tempus, alla dimensione atemporale esistente prima della creazione. La stretta relazione con la dimensione agraria di tali credenze e rituali (si tenga sempre conto che in tale periodo dell’anno ci troviamo nel bel mezzo della “crisi solstiziale”) dovrebbe rendere chiaro che, come afferma Eliade parlando dei Saturnali romani, che si svolgevano appunto alla fine dell’Anno [Nostalgia delle Origini, p. 94], “sia sul piano vegetale che sul piano umano, ci troviamo di fronte a un ritorno all’unità primordiale, all’instaurazione di un regime «notturno» in cui i limiti, i profili, le distanze diventano indiscernibili”: la dissoluzione della forma veicolata esternamente dal caos orgiastico e dalla sospensione della legge. Ogni licenza era consentita, leggi e proibizioni sono sospese, e “mentre si attende una nuova creazione, la comunità vive vicino alla divinità, o più esattamente vive nella divinità totale primordiale [Ibidem, p. 95]. Eliade coniò inoltre la locuzione “complesso cultuale del visitatore” per intendere quelle credenze, diffuse ovunque nell’àmbito europeo, sull’arrivo, nei dodici giorni compresi tra Natale e l’Epifania, del dio Odino (che abbiamo visto in seguito profanizzato in Santa Claus) e della dea Hölde/Perchta (la quale secondo la tradizione compariva durante i 12 giorni tra Natale e l’Epifania; poi profanizzata nella figura della Befana) con al loro seguito la Wildes Heer (esercito furioso, exercitus feralis) e la processione delle anime dei morti (dianaticus). Si riteneva dunque che in questo periodo di “regressione al Caos primordiale” gli spiriti dei defunti potessero tornare sulla terra, tra i vivi, e manifestarsi. Nel folklore delle popolazioni celtiche, più in generale, la “porta” del Mondo dei Vivi si apriva agli spiriti dei defunti nella data cardine di Samain (o Hallowe’en), l’ultima notte di ottobre, per poi serrarsi nuovamente, appunto, all’Epifania. Così scrivono i Rees [Op.cit., p. 81]: I punti di svolta del tempo possiedono una qualità paradossale in ogni luogo. In un certo senso non esistono; dall’altro però simboleggiano l’intera esistenza. La loro importanza può essere paragonata a quella dei “Dodici Giorni di Natale”, ciascuno dei quali pronostica il tempo che farà nel corrispondente mese del Nuovo Anno. Questi dodici giorni sono contraddistinti da mascherate, pagliacciate, licenze, scherzi, sortilegi e altri segni del caos. In questi giorni, in Scozia, nessuna corte aveva potere e in Irlanda coloro che morivano andavano direttamente in Paradiso senza passare per il Purgatorio e il Giudizio. In Galles venivano chiamati giorni dei presagi (…) e in Britannia “oltre-giorni”. “Mascherate e pagliacciate” di inizio anno Abbiamo già trattato altrove e le pratiche rituali connesse a tali credenze, ma in questa sede se ne rende necessaria le ripetizione al fine di individuare il substrato arcaico che sta a fondamento della figura folklorica della Befana. Riallacciandoci a quanto detto poco sopra riguardo il periodo di “regressione al Caos” e concentrandoci sulle caratteristiche simboliche dei rituali di inizio anno, riportiamo innanzitutto quanto scrisse Cesario di Arles nel VI secolo rivolgendosi ai membri delle comunità rurali francesi: “Quando arriva la festa delle calende di gennaio vi rallegrate stupidamente, diventate ubriaconi, vi scatenate in canti erotici e in giochi osceni (…) Se non volete partecipare al loro peccato collettivo, non permettete che vengano in corteo, davanti a casa vostra, mascherati da cervi, da streghe, da una qualunque bestia” [Centini, Le bestie del Diavolo, pp. 100-1]. Danze licenziose con maschere di cerva o di vecchia venivano effettivamente rappresentate anche nelle campagne tedesche o inglesi durante i dodici giorni tra Natale e l’Epifania [Tilak, Orione, pp. 162-3]. Anche Jung attestò l’esistenza di un’antica festa pagana dell’anno nuovo chiamata Cervula o Cervulus, celebrata alle calende di gennaio, durante la quale ci si scambiava le strenae (costituite da ra­metti di una pianta propizia che si staccavano da un boschetto sul­la via Sacra, consacrato a una dea di origine sabina, Strenia, apportatrice di fortuna e prosperità), ci si vestiva da animali o da vecchie. Appuriamo dunque come in tutta l’antica Europa, durante le Calende di gennaio, fosse d’uso mascherarsi da cervo o da vecchia/strega: anche qui ritroviamo le rappresentazioni dei due principi di fine e inizio ciclo, vale a dire l’“Anno Vecchio” (la “vecchia”, la “strega”, la “Befana”; anche lei, come Santa Claus/Plutone, “apportatrice di fortuna e prosperità”) e l’“Anno Nuovo” (il “cervo”, simbolo di rinascita ciclica). Ne deriva che tutti i combattimenti rituali tra due fazioni opposte che si svolgevano in questo periodo dell’anno, altro non erano se non la rappresentazione rituale di uno scontro che, verificatosi in illo tempore, è destinato a ripetersi ogniqualvolta un ciclo si chiude e il successivo ancora non è nato: si ritiene quindi necessario simulare la “battaglia cosmica” che avvenne all’inizio dei tempi sotto forma di una cerimonia rituale, la quale per i dettami della “magia simpatica”, laddove fosse vinta dalla schiera i cui membri sono mascherati da cervi, sarebbe avvertita come il “riflesso” di un’analoga vittoria, negli spazi cosmici, delle forze della Luce su quelle delle Tenebre, vittoria che garantirebbe l’abbondanza e la fertilità dei campi e degli armenti per l’anno a venire [cfr. Metamorfosi e battaglie rituali nel mito e nel folklore delle popolazioni eurasiatiche]. Per questo, al termine dei 12 giorni che Eliade connette al “complesso cultuale del visitatore”, il Caos viene riassorbito nel Cosmo (ovvero: il disordine viene riassorbito nell’ordine) e anzi un nuovo ordine rinasce dalle tenebre della “crisi solstiziale”: a questo punto, i morti ritornano nel Regno di Ade e con loro i vari “dèi Vecchi”, Odino/Santa Claus e Hölle/Befana i quali, dopo aver svolto la rispettiva funzione “distributiva”, lasciano la terra per ritornarvici solo al termine dell’anno successivo, nei 12 giorni in cui, pur essendo morto l’anno vecchio, il nuovo anno non è ancora nato. La Giöbia e la Befana Nella tradizione dell’Italia settentrionale (Piemonte e Lombardia) inoltre la figura della Befana si confonde con quella della Giöbia, orribile vecchiaccia che nel folklore ancestrale veniva ritenuta colpevole di rapimenti di bambini durante le notti di gennaio (notti, appunto, in cui il vecchio anno è terminato ma il nuovo non è ancora iniziato). Sebbene credenze analoghe siano ampiamente documentate nell’antico folklore europeo (per es. nelle isole britanniche, nella zona baltico-germanica e finanche in Scandinavia e in Islanda), la tradizione della Pianura Padana merita una menzione a parte in questa sede, in quanto essa ha saputo mantenere in vita fino ad oggi una celebrazione di sommo interesse per la nostra ricerca, vale a dire la Festa della Giöbia. Essa si svolge l’ultimo giovedì del mese di gennaio e prevede l’accensione nelle piazze di grandi falò e di un rogo su cui viene bruciata la Giubiana, un grande fantoccio di paglia vestito di stracci rappresentante appunto la Vecchia dell’Anno Passato. Non si può d’altronde notare come i fuochi che in questa occasione vengono accesi, altro non sono che i fuochi che precedentemente (all’inizio della crisi solstiziale, o all’inizio dei 12 giorni di Natale, o a Samhain, o a Capodanno) erano stati spenti, per simboleggiare la chiusura di un ciclo. Con la loro riaccensione rituale, dunque, un nuovo ordine viene fondato, e l’arsione della Vecchia sul rogo veicola ancora una volta l’idea della vittoria delle forze della Luce (o dell’Anno Nuovo) e dell’Ordine su quelle delle Tenebre (o dell’Anno Vecchio) e del Caos. Come la Befana, di cui è sostanzialmente un ‘doppio’, la Giöbia è simbolo dell’inverno/inferno/notte e delle sue ansie, che devono essere bruciate in un grandissimo fuoco collettivo per far sì che la nuova stagione/anno possa rinascere, e portare alla comunità doni abbondanti. In questo senso, citando un passaggio particolarmente brillante della Chiavarelli [op.cit., p. 195], è interessante notare che “Anus [da janua, “porta”, da cui poi “Diana”, la dèa conduttrice del dianaticus, nda], la vecchia, è l’antenata primordiale, ma è anche anus, l’anello—ruota del ciclo annuale e del destino (…) La Befana, che arriva (…) con le scarpe vecchie e rotte, emblema del termine del cammino annuale, ‘consunto’ e devitalizzato, sintetizza tutte le caratteristiche semantiche di questa simbologia. Quando la crisi solstiziale è definitivamente superata, volando sulla scopa nella notte dell’Epifania, la buona strega scende per il camino, ipostasi assiale che ricorda il tentativo di ripristinare in base all’analogia, la giusta posizione dell’asse cosmico, per portare dolci, frutta e carbone nelle calze o nelle scarpine dei bambini. Se le calzature dei piccini alludono al nuovo percorso del giovanissimo sole-anno, frutta e dolci esprimono l’augurio di fertilità mentre il carbone, più che una punizione per i capricci dei fanciulli, rinvia all’esigenza, tipica di tutti i culti solari, di alimentare con il fuoco, nel centro del focolare, l’astro eliaco (…) In questa misteriosa vecchia si rivelano le antiche dee decadute in streghe (…) ‘Figlie del Sole’, spose, figlie e madri dell’astro addette a rigenerare l’anno ‘rimembrandolo’, catturando, cioè, il sole nel ‘caldaio’ solare [il paiolo o calderone delle streghe, nda] per ‘rifonderlo’ al calore del fuoco”. BIBLIOGRAFIA: M. Centini, Le bestie del Diavolo. Gli animali e la stregoneria tra fonti storiche e folklore (Rusconi, Milano, 1998). E. Chiavarelli, Diana, Arlecchino e gli spiriti volanti. Dallo sciamanesimo alla “caccia selvaggia” (Bulzoni, Roma, 2007). N. D’Anna, Il gioco cosmico (Mediterranee, Roma, 2006). M. Eliade, La nostalgia delle origini (Morcelliana, Brescia, 2000). A. Rees e B. Rees, L’eredità celtica. Antiche tradizioni d’Irlanda e del Galles (Mediterranee, Roma, 2000). L.B.G. Tilak, Orione. A proposito dell’antichità dei Veda (ECIG, Genova, 1991). - Artículo*: Marco Maculotti - Más info en psico@mijasnatural.com / 607725547 MENADEL Psicología Clínica y Transpersonal Tradicional (Pneumatología) en Mijas y Fuengirola, MIJAS NATURAL *No suscribimos necesariamente las opiniones o artículos aquí enlazados
 

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jueves, 29 de diciembre de 2016

LA VERDAD QUE NADIE QUIERE OIR SOBRE LOS MEDIOS ALTERNATIVOS DE INTERNET (I)

Últimamente, estamos presenciando una guerra informativa alrededor de las posibles noticias falsas que circulan por Internet. Determinados grupos de poder están utilizando la proliferación de supuestas bulos y noticias falsificadas, para iniciar una cruzada contra muchos medios alternativos y silenciar las noticias que les resultan incómodas. El caso del Pizzagate se ha convertido en el […] - Artículo*: El Robot Pescador - Más info en psico@mijasnatural.com / 607725547 MENADEL Psicología Clínica y Transpersonal Tradicional (Pneumatología) en Mijas y Fuengirola, MIJAS NATURAL *No suscribimos necesariamente las opiniones o artículos aquí enlazados
 

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Il substrato arcaico delle feste di fine anno: la valenza tradizionale dei 12 giorni tra Natale e l’Epifania

(Articolo originariamente pubblicato su Atrium in data 21/12/2016, in questa sede rivisto e ampliato dall’autore) Ci prefiggiamo in questa sede di approfondire le credenze folkloriche che hanno portato alla configurazione di due figure intimamente connesse al calendario liturgico-profano dell’Europa degli ultimi secoli. Le due figure che ci interessano sono quelle di Santa Claus (italianizzato in Babbo Natale) e della Befana, figure che—come avremo modo di vedere—devono la propria origine e il proprio simbolismo a un substrato arcaico, antropologicamente ravvisabile in tutte quelle pratiche e credenze (miti e riti) del volk europeo (o per meglio dire euroasiatico), che altrove abbiamo definito “culti cosmico-agrari” [cfr. Culti cosmico-agrari dell’antica Eurasia]. “Crisi solstiziale” e Dies Natalis Solis Invicti Non possiamo iniziare la trattazione di questo tema senza un doveroso excursus iniziale, in cui ripeteremo concetti già trattati in altra sede. Devesi innanzitutto precisare come il periodo dell’anno in cui si verifica la “visita” con questi due personaggi è ben definito: il primo giunge il 25 dicembre, la seconda il 6 gennaio. Accenniamo subito al fatto che i dodici giorni compresi tra queste due date nelle culture tradizionali hanno un significato ben preciso, su cui ci concentreremo più avanti. Per il momento, urge sottolineare che ci troviamo nel periodo dell’anno definito “crisi solstiziale”: il Sole, al termine del suo cammino annuale, al solstizio d’inverno tocca il punto più basso del suo peregrinare: gli antichi credevano che in tale data l’astro eliaco scendesse agli Inferi, per poi risalirne dopo tre giorni, il 25 dicembre, che per questo venne denominato durante la Roma imperiale Dies Natalis Solis Invicti (“Giorno di nascita del Sole Invitto”). Si riteneva, infatti, che a risorgere fosse proprio il dio del Sole, epperò si tendeva a fare una distinzione tra il “Sole dell’Anno Calante” (o dell’Anno Vecchio), che al termine del suo percorso si inabissa nelle tenebre, e quello “dell’Anno Crescente” o Nuovo, la cui nascita il 25 dicembre era salutata come una resurrezione dell’astro eliaco precedentemente occultatosi nell’oscurità [cfr.Cicli cosmici e rigenerazione del tempo: riti di immolazione del ‘Re dell’Anno Vecchio’] . Non si può, innanzitutto, omettere di constatare come il complesso escatologico che le antiche popolazioni europee avevano creato intorno al Sole verrà ripreso pari pari dall’allogena religione cristiana, la quale laddove ha avuto l’opportunità di “cristianizzare” elementi dell’antica religione pagana non si è fatta troppi scrupoli; ovviamente questo discorso perde validità con tutti quegli elementi prettamente “pagani” su cui si fondava quello che abbiamo definito “complesso cultuale cosmico-agrario”: questa “materia mitica” non-cristianizzabile venne per così dire “demonizzata” e “rimossa”—come abbiamo già avuto modo di vedere nel nostro ciclo di saggi redatti in quest’anno che volge alla conclusione [cfr. Da Pan al Diavolo: la ‘demonizzazione’ e la rimozione degli antichi culti europeiDa Pan al Diavolo: la ‘demonizzazione’ e la rimozione degli antichi culti europei]. Si noterà infatti come il bambin Gesù, il quale nasce il 25 dicembre e, dopo essere disceso agli Inferi, risorgerà dopo tre giorni, altro non è che il risultato di una “cristianizzazione” del mito del Nuovo Sole Nascente. Si accenni qui di sfuggita come altri numerosi elementi contribuiscono a corroborare questa tesi, in particolar modo le corrispondenze con il dio iranico-romano Mitra, che si vuole nato dalla pietra o addirittura in una grotta. Allo stesso modo, durante il periodo alessandrino, questo simbolo venne veicolato per mezzo di Aion, il quale nasce “in un luogo impenetrabile”, la “caverna cosmica” da cui secondo il mito nacque lo stesso Mitra [D’Anna, Il gioco cosmico, p. 145]. Se dunque il simbolo del puer eterno, rappresentante l’Anno (e quindi l’Aion, l’ordine cosmico che si sviluppa lungo i cicli) che muore per risorgere al completarsi di ogni ciclo, venne “cristianizzato” rapidamente nella figura del bambin Gesù nella grotta della Natalità, viceversa l’individuazione per il nuovo culto del rappresentante dell’“Anno Morente” si dimostrò più problematica. Alla sua figura si sovrapposero, nei secoli, quelle di antiche divinità pagane (soprattutto Odino/Woden, conducente della “Caccia Selvaggia”), santi cristiani (San Nicola), figure demoniache a metà tra l’umano e il sub-umano (Wilder Mann, Krampus, etc.), per arrivare infine, come il lettore avrà già intuito, al personaggio che conosciamo fin dall’infanzia come “Babbo Natale”: Santa Claus. Santa Claus, il carro, le renne Devesi innanzitutto notare che il “viaggio” che Santa Claus compie sulla sua slitta trainata da renne altro non è se non il percorso che segue il Sole durante l’anno: la slitta quindi si rivela essere un ‘doppio’ del carro solare, carro su cui in tutte le religioni tradizionali veniva raffigurato il dio del Sole nell’atto di compiere, appunto, il suo cammino annuale attraverso le 12 stazioni dello Zodiaco (e qui si dica di sfuggita che il particolare evangelico dei 12 apostoli non è senza relazione). Santa Claus è dunque, in primo luogo, una rappresentazione del “Sole dell’Anno Vecchio” che, ultimato il suo percorso zodiacale della durata di un anno, si inabissa nell’oscurità (la “crisi solstiziale”), per poi rinascere a nuova vita, trasformato, nuovamente in possesso delle sue potenzialità aurorali (il Puer eterno). Non è certo un caso che gli animali che trainano questa “slitta solare” siano renne, e—come abbiamo già argomentato altrove—tradizionalmente i cervidi, per la loro peculiarità di mutare il palco di corna ogni inverno, sono connessi al simbolismo della rinascita ciclica e quindi sono anche considerati per analogia animali solari, vale a dire realtà animico-fenomeniche tramite le quali il simbolismo solare giunge fino alle menti più predisposte [cfr. Cernunno, Odino, Dioniso e altre divinità del ‘Sole invernale’]. In questo senso, la “discesa all’Ade” compiuta dall’astro eliaco al termine del suo viaggio, potrebbe forse aiutarci a decifrare il motivo per cui “Babbo Natale porta i doni”. Gli antichi, infatti, simboleggiavano Plutone per mezzo di una cornucopia e quindi lo rappresentavano come un dio che porta ricchezza, abbondanza, fecondità: il suo stesso nome rivela tali caratteristiche funzionali. Sebbene possa sembrare strano il fatto che il dio dell’oltretomba fosse considerato “il datore di ricchezza e abbondanza”, ciò invero ricalca la mentalità tradizionale e ha perfettamente senso per il discorso che stiamo impostando: si potrebbe infatti dire che il “Sole dell’Anno Vecchio” scendesse nel Regno dell’Ade per tre giorni, in seguito ai quali sarebbe asceso rinato, nuovamente pieno di vigore: e questo grazie ai “doni” di Plutone (lett.“l’invisibile”, ovvero il “Sole dell’Anno Vecchio” che si occulta al termine del suo cammino annuale). Vediamo dunque come la figura di Babbo Natale rappresenti al tempo stesso il “Sole dell’Anno Calante” e lo stesso Plutone/Ade in cui esso si cala al termine del suo viaggio. Come ebbe a dire Emanuela Chiavarelli [Diana, Arlecchino e gli spiriti volanti, p. 121]: “nell’inverno-inferi, dimora di Ade, re dei defunti, si cela, infatti, il mistero della vita vegetale. Il ‘Bimbo di Luce’ dei Misteri di Eleusi, simbolo dell’eterna Zoé, nascerà negli abissali antri di Ade” [cfr. Divinità del Mondo Infero, dell’Aldilà e dei Misteri]. Sciamanesimo, Amanita Muscaria e rinascita iniziatica Ma c’è di più. Ci sono motivi ben fondati per ritenere che la figura di Santa Claus si inneschi su un substrato culturale ancora più antico, risalente alla preistoria del continente euroasiatico. È stato infatti provato che la sua figura, anche esteriormente, deriva dal retaggio degli antichi culti sciamanici dell’area finnico-siberiana, culti che prevedono l’assunzione del fungo psicotropo Amanita muscaria, che si presenta com’è noto con una cappella rossa con puntini bianchi. Se dunque si può intuire senza difficoltà da dove derivi il “vestiario” di Babbo Natale, dobbiamo però analizzare più dettagliatamente la sua funzionalità in rapporto a codesti culti sciamanici di cui si è detto. Abbiamo già accennato alla funzione simbolica della renna e, per esteso, dei cervidi: si noti a questo punto che sebbene l’Amanita muscaria possa essere ingerita dagli esseri umani senza causare necessariamente un’intossicazione letale, nondimeno le antiche popolazioni sciamaniche dell’area finnico-siberiana sovente preferivano darla in pasto ai cervidi (renne e alci) che allevavano, per il tramite dei quali, in seguito all’espulsione del fungo “depurato” del tutto dalle sue componenti venefiche (lo stomaco dei cervidi infatti è del tutto immune a tale rischio di avvelenamento da Amanita) gli uomini finalmente potevano ingerirlo senza remore e compiere il “viaggio sciamanico”, che come si può facilmente intuire ha contribuito anch’esso a formare il corpus folklorico sul “viaggio” di Babbo Natale sulla sua slitta trainata da renne. Si aggiunga inoltre che l’esperienza sciamanica nelle culture tradizionali era sempre considerata come una “rinascita”: il neofita, in sèguito all’iniziazione così conseguita, veniva considerato una persona nuova, e come tale gli veniva conferito un nuovo nome, conosciuto solo all’interno del circolo esoterico. In questo senso, dunque, l’uomo stesso per mezzo dell’esperienza estatica durante la “crisi solstiziale”, assurgeva a simbolo del Sole stesso, e per esteso dell’“eterna Zoé”: anch’egli, infatti, aveva la possibilità di morire al termine del ciclo per poi rinascere all’inizio del ciclo successivo, “a viaggio ultimato”. In tutto ciò si possono vedere echi che sono giunti fino alla sapienza vedica, secondo il cui insegnamento “Prajapati è l’Anno” [Aitareya Br., 7,7,2], “l’Anno è la Morte (…) [e] colui che sa ciò non è toccato dalla Morte” [Qat. Brahmano, 10,4,3,1]. Probabilmente questo è anche in rapporto con il termine “Epifania” connesso alla data del 6 gennaio, data in cui, come vedremo ora, il periodo di 12 giorni della “crisi di passaggio” tra un anno e il successivo si concludono, portando di nuovo sulla terra la luce di una rivelazione ciclicamente ripetuta: una vera e propria epifania del divino che rinasce periodicamente, nel Cosmo così come sulla terra e, in ultima analisi, nell’uomo stesso. E infatti, non può essere un caso se la data del 6 gennaio segnava, “sia nei Misteri Orfici che in quelli Eleusini, la nascita del ‘Fanciullo di Luce’, simbolo del sole invitto risorto dalle tenebre invernali” [Chiavarelli, op.cit., p. 195]. I 12 Giorni di Natale: regressione al Caos primigenio Come anticipato, nell’analizzare la seconda figura di cui ci siamo preposti l’indagine, vale a dire quella della Befana, dobbiamo ritornare sul discorso precedentemente introdotto riguardo a quel periodo di 12 giorni che va da Natale, appunto, al 6 gennaio, data in cui si attende la “visita” della Befana. Gli antichi ritenevano che in questo intervallo temporale l’anno vecchio fosse già morto, epperò quello nuovo ancora non fosse nato. In altri termini, il ciclo passato si era già concluso, ma quello nuovo ancora non era iniziato: ci si trovava dunque, per un periodo di 12 giorni, in una vera e propria situazione di “regressione al Caos”: gli ultimi giorni dell’anno trascorso venivano infatti identificati con il Caos antecedente la creazione. Scrivono Alwyn e Brinley Rees [L’eredità celtica, p.77]: “equiparate al caos primordiale che precede la creazione del cosmo, e la gestazione che prepara la nascita, le tenebre vengono per prime, ma come simbolo di morte e dissolvimento seguono il giorno”. In questo periodo culmine di dodici giorni la valenza iniziatica delle tenebre racchiude dunque entrambi i significati: dissolvimento dell’ordine e regressione al caos primigenio, e quindi ritorno all’illud tempus, alla dimensione atemporale esistente prima della creazione. La stretta relazione con la dimensione agraria di tali credenze e rituali (si tenga sempre conto che in tale periodo dell’anno ci troviamo nel bel mezzo della “crisi solstiziale”) dovrebbe rendere chiaro che, come afferma Eliade parlando dei Saturnali romani, che si svolgevano appunto alla fine dell’Anno [Nostalgia delle Origini, p. 94], “sia sul piano vegetale che sul piano umano, ci troviamo di fronte a un ritorno all’unità primordiale, all’instaurazione di un regime «notturno» in cui i limiti, i profili, le distanze diventano indiscernibili”: la dissoluzione della forma veicolata esternamente dal caos orgiastico e dalla sospensione della legge. Ogni licenza era consentita, leggi e proibizioni sono sospese, e “mentre si attende una nuova creazione, la comunità vive vicino alla divinità, o più esattamente vive nella divinità totale primordiale [Ibidem, p. 95]. Eliade coniò inoltre la locuzione “complesso cultuale del visitatore” per intendere quelle credenze, diffuse ovunque nell’àmbito europeo, sull’arrivo, nei dodici giorni compresi tra Natale e l’Epifania, del dio Odino (che abbiamo visto in seguito profanizzato in Santa Claus) e della dea Hölde/Perchta (la quale secondo la tradizione compariva durante i 12 giorni tra Natale e l’Epifania; poi profanizzata nella figura della Befana) con al loro seguito la Wildes Heer (esercito furioso, exercitus feralis) e la processione delle anime dei morti (dianaticus). Si riteneva dunque che in questo periodo di “regressione al Caos primordiale” gli spiriti dei defunti potessero tornare sulla terra, tra i vivi, e manifestarsi. Nel folklore delle popolazioni celtiche, più in generale, la “porta” del Mondo dei Vivi si apriva agli spiriti dei defunti nella data cardine di Samain (o Hallowe’en), l’ultima notte di ottobre, per poi serrarsi nuovamente, appunto, all’Epifania. Così scrivono i Rees [Op.cit., p. 81]: I punti di svolta del tempo possiedono una qualità paradossale in ogni luogo. In un certo senso non esistono; dall’altro però simboleggiano l’intera esistenza. La loro importanza può essere paragonata a quella dei “Dodici Giorni di Natale”, ciascuno dei quali pronostica il tempo che farà nel corrispondente mese del Nuovo Anno. Questi dodici giorni sono contraddistinti da mascherate, pagliacciate, licenze, scherzi, sortilegi e altri segni del caos. In questi giorni, in Scozia, nessuna corte aveva potere e in Irlanda coloro che morivano andavano direttamente in Paradiso senza passare per il Purgatorio e il Giudizio. In Galles venivano chiamati giorni dei presagi (…) e in Britannia “oltre-giorni”. “Mascherate e pagliacciate” di inizio anno Abbiamo già trattato altrove e le pratiche rituali connesse a tali credenze, ma in questa sede se ne rende necessaria le ripetizione al fine di individuare il substrato arcaico che sta a fondamento della figura folklorica della Befana. Riallacciandoci a quanto detto poco sopra riguardo il periodo di “regressione al Caos” e concentrandoci sulle caratteristiche simboliche dei rituali di inizio anno, riportiamo innanzitutto quanto scrisse Cesario di Arles nel VI secolo rivolgendosi ai membri delle comunità rurali francesi: “Quando arriva la festa delle calende di gennaio vi rallegrate stupidamente, diventate ubriaconi, vi scatenate in canti erotici e in giochi osceni (…) Se non volete partecipare al loro peccato collettivo, non permettete che vengano in corteo, davanti a casa vostra, mascherati da cervi, da streghe, da una qualunque bestia” [Centini, Le bestie del Diavolo, pp. 100-1]. Danze licenziose con maschere di cerva o di vecchia venivano effettivamente rappresentate anche nelle campagne tedesche o inglesi durante i dodici giorni tra Natale e l’Epifania [Tilak, Orione, pp. 162-3]. Anche Jung attestò l’esistenza di un’antica festa pagana dell’anno nuovo chiamata Cervula o Cervulus, celebrata alle calende di gennaio, durante la quale ci si scambiava le strenae (costituite da ra­metti di una pianta propizia che si staccavano da un boschetto sul­la via Sacra, consacrato a una dea di origine sabina, Strenia, apportatrice di fortuna e prosperità), ci si vestiva da animali o da vecchie. Appuriamo dunque come in tutta l’antica Europa, durante le Calende di gennaio, fosse d’uso mascherarsi da cervo o da vecchia/strega: anche qui ritroviamo le rappresentazioni dei due principi di fine e inizio ciclo, vale a dire l’“Anno Vecchio” (la “vecchia”, la “strega”, la “Befana”; anche lei, come Santa Claus/Plutone, “apportatrice di fortuna e prosperità”) e l’“Anno Nuovo” (il “cervo”, simbolo di rinascita ciclica). Ne deriva che tutti i combattimenti rituali tra due fazioni opposte che si svolgevano in questo periodo dell’anno, altro non erano se non la rappresentazione rituale di uno scontro che, verificatosi in illo tempore, è destinato a ripetersi ogniqualvolta un ciclo si chiude e il successivo ancora non è nato: si ritiene quindi necessario simulare la “battaglia cosmica” che avvenne all’inizio dei tempi sotto forma di una cerimonia rituale, la quale per i dettami della “magia simpatica”, laddove fosse vinta dalla schiera i cui membri sono mascherati da cervi, sarebbe avvertita come il “riflesso” di un’analoga vittoria, negli spazi cosmici, delle forze della Luce su quelle delle Tenebre, vittoria che garantirebbe l’abbondanza e la fertilità dei campi e degli armenti per l’anno a venire [cfr. Metamorfosi e battaglie rituali nel mito e nel folklore delle popolazioni eurasiatiche]. Per questo, al termine dei 12 giorni che Eliade connette al “complesso cultuale del visitatore”, il Caos viene riassorbito nel Cosmo (ovvero: il disordine viene riassorbito nell’ordine) e anzi un nuovo ordine rinasce dalle tenebre della “crisi solstiziale”: a questo punto, i morti ritornano nel Regno di Ade e con loro i vari “dèi Vecchi”, Odino/Santa Claus e Hölle/Befana i quali, dopo aver svolto la rispettiva funzione “distributiva”, lasciano la terra per ritornarvici solo al termine dell’anno successivo, nei 12 giorni in cui, pur essendo morto l’anno vecchio, il nuovo anno non è ancora nato. La Giöbia e la Befana Nella tradizione dell’Italia settentrionale (Piemonte e Lombardia) inoltre la figura della Befana si confonde con quella della Giöbia, orribile vecchiaccia che nel folklore ancestrale veniva ritenuta colpevole di rapimenti di bambini durante le notti di gennaio (notti, appunto, in cui il vecchio anno è terminato ma il nuovo non è ancora iniziato). Sebbene credenze analoghe siano ampiamente documentate nell’antico folklore europeo (per es. nelle isole britanniche, nella zona baltico-germanica e finanche in Scandinavia e in Islanda), la tradizione della Pianura Padana merita una menzione a parte in questa sede, in quanto essa ha saputo mantenere in vita fino ad oggi una celebrazione di sommo interesse per la nostra ricerca, vale a dire la Festa della Giöbia. Essa si svolge l’ultimo giovedì del mese di gennaio e prevede l’accensione nelle piazze di grandi falò e di un rogo su cui viene bruciata la Giubiana, un grande fantoccio di paglia vestito di stracci rappresentante appunto la Vecchia dell’Anno Passato. Non si può d’altronde notare come i fuochi che in questa occasione vengono accesi, altro non sono che i fuochi che precedentemente (all’inizio della crisi solstiziale, o all’inizio dei 12 giorni di Natale, o a Samhain, o a Capodanno) erano stati spenti, per simboleggiare la chiusura di un ciclo. Con la loro riaccensione rituale, dunque, un nuovo ordine viene fondato, e l’arsione della Vecchia sul rogo veicola ancora una volta l’idea della vittoria delle forze della Luce (o dell’Anno Nuovo) e dell’Ordine su quelle delle Tenebre (o dell’Anno Vecchio) e del Caos. Come la Befana, di cui è sostanzialmente un ‘doppio’, la Giöbia è simbolo dell’inverno/inferno/notte e delle sue ansie, che devono essere bruciate in un grandissimo fuoco collettivo per far sì che la nuova stagione/anno possa rinascere, e portare alla comunità doni abbondanti. In questo senso, citando un passaggio particolarmente brillante della Chiavarelli [op.cit., p. 195], è interessante notare che “Anus [da janua, “porta”, da cui poi “Diana”, la dèa conduttrice del dianaticus, nda], la vecchia, è l’antenata primordiale, ma è anche anus, l’anello—ruota del ciclo annuale e del destino (…) La Befana, che arriva (…) con le scarpe vecchie e rotte, emblema del termine del cammino annuale, ‘consunto’ e devitalizzato, sintetizza tutte le caratteristiche semantiche di questa simbologia. Quando la crisi solstiziale è definitivamente superata, volando sulla scopa nella notte dell’Epifania, la buona strega scende per il camino, ipostasi assiale che ricorda il tentativo di ripristinare in base all’analogia, la giusta posizione dell’asse cosmico, per portare dolci, frutta e carbone nelle calze o nelle scarpine dei bambini. Se le calzature dei piccini alludono al nuovo percorso del giovanissimo sole-anno, frutta e dolci esprimono l’augurio di fertilità mentre il carbone, più che una punizione per i capricci dei fanciulli, rinvia all’esigenza, tipica di tutti i culti solari, di alimentare con il fuoco, nel centro del focolare, l’astro eliaco (…) In questa misteriosa vecchia si rivelano le antiche dee decadute in streghe (…) ‘Figlie del Sole’, spose, figlie e madri dell’astro addette a rigenerare l’anno ‘rimembrandolo’, catturando, cioè, il sole nel ‘caldaio’ solare [il paiolo o calderone delle streghe, nda] per ‘rifonderlo’ al calore del fuoco”. BIBLIOGRAFIA: M. Centini, Le bestie del Diavolo. Gli animali e la stregoneria tra fonti storiche e folklore (Rusconi, Milano, 1998). E. Chiavarelli, Diana, Arlecchino e gli spiriti volanti. Dallo sciamanesimo alla “caccia selvaggia” (Bulzoni, Roma, 2007). N. D’Anna, Il gioco cosmico (Mediterranee, Roma, 2006). M. Eliade, La nostalgia delle origini (Morcelliana, Brescia, 2000). A. Rees e B. Rees, L’eredità celtica. Antiche tradizioni d’Irlanda e del Galles (Mediterranee, Roma, 2000). L.B.G. Tilak, Orione. A proposito dell’antichità dei Veda (ECIG, Genova, 1991). - Artículo*: Marco Maculotti - Más info en psico@mijasnatural.com / 607725547 MENADEL Psicología Clínica y Transpersonal Tradicional (Pneumatología) en Mijas y Fuengirola, MIJAS NATURAL *No suscribimos necesariamente las opiniones o artículos aquí enlazados
 

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MENADEL PSICOLOGÍA Clínica y Transpersonal

Revista MENADEL PSICOLOGÍA Clínica y Transpersonal Tradicional (Pneumatología) ★ December 29, 2016 at 06:11PM
 

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Sobre el Amor Divino

Jesús, la paz sea con él, un día vio a un hombre regando su jardín y le dio el saludo de la paz. El hombre reconociendo a Jesús le dijo: "¡Oh Mensajero de Dios! Reza por mí al Altísimo para que me conceda un átomo de su amor". A lo que Jesús replicó: "Debes saber que no podrías soportar ni un átomo del amor de Dios que deseas". Pero el joven insistió: "En ese caso, ruega a Dios que me conceda la mitad de un átomo de Su amor". Jesús, el Espíritu de Dios, alzó las manos al cielo, suplicando a la Divina Unidad: "Oh Señor, Concede a este joven tan sólo la mitad de un átomo de Tu amor". Luego, siguió su camino. Transcurrido cierto tiempo, Jesús volvió a pasar por el mismo lugar, y como no viera al hombre que le había implorado sólo la mitad de un átomo del amor de Dios, preguntó dónde se hallaba. A lo que le respondieron: "Oh Profeta de Dios, aquel joven se fue a las montañas y a vagabundear por los desiertos. No sabemos cómo está, ni qué ha sido de él". Jesús, la paz sea con él, rezó al Altísimo pidiendo que le fuera mostrado aquel hombre. Por inspiración divina supo dónde estaba el joven y Jesús dio con él. Lo encontró sentado en una roca, profundamente inmerso en la contemplación, Jesús lo llamó, pero el hombre ni siquiera volvió la cabeza para mirar. Jesús lo llamó por segunda vez identificándose, pero no hubo respuesta. Entonces Dios, Señor de la Majestad y la perfección, envío a Jesús esta inspiración: "¿Cómo esperas que alguien que goza de la mitad de un átomo de Mi amor en su corazón escuche las voces de los hombres? ¡Oh Jesús!, por el amor de mi Señorío y Majestad, no pienses que te escuchó y no respondió. Si su cuerpo físico fuera cortado con una sierra, no sentiría dolor alguno. Si fuera arrojado al fuego, las llamas no lo quemarían, y ni siquiera sentiría su calor". ¡Oh Amante sincero! Siguiendo la guía del amor, los seres de la Realidad alcanzan el Amor Real, encuentran al Amante Real y se unen a El para siempre. El amor es la fuente de todas las formas de conocimiento. El amor es el origen de todas las cosas creadas. Muzaffer Ozak ksf - Artículo*: Sabiduria Sufi - Más info en psico@mijasnatural.com / 607725547 MENADEL Psicología Clínica y Transpersonal Tradicional (Pneumatología) en Mijas y Fuengirola, MIJAS NATURAL *No suscribimos necesariamente las opiniones o artículos aquí enlazados
 

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Siete frases en la lengua de signos que todos deberíamos conocer

Miguel Ángel Sampedro es poeta, sordo y estudioso de la lengua de signos. Nos enseña a contar con las manos algunas ideas inspiradoras - Artículo*: Sergio C. Fanjul - Más info en psico@mijasnatural.com / 607725547 MENADEL Psicología Clínica y Transpersonal Tradicional (Pneumatología) en Mijas y Fuengirola, MIJAS NATURAL *No suscribimos necesariamente las opiniones o artículos aquí enlazados
 

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