"En su inconfesado embarazo, la mayor parte de los psicólogos modernos se acogen a un cierto pragmatismo; se dedican a asociar la “experiencia” psíquica con una actitud clínica “aséptica”, con un distanciamiento interior, creyendo poder salvaguardar así la “objetividad” científica. Sin embargo, no pueden dejar de asociarse a tal experiencia, pues es el único modo de llegar a conocer el significado de los fenómenos psíquicos, siendo imposible captarlos desde el exterior al modo de los fenómenos corpóreos. El yo del observador psicológico, por tanto, está siempre incluido en la experiencia. ¿Qué significa, pues, la reserva clínica del “control” de la experiencia? En el mejor de los casos representa el supuesto “sentido común” que aquí, sin embargo, carece de significado, desde el momento en que su naturaleza, asaz limitada, lo deja expuesto a los prejuicios y a la arbitrariedad. La actitud artificialmente “objetiva” del psicólogo —una objetividad ostentada por el sujeto— no incide, pues, realmente en la naturaleza incierta de la experiencia psicológica." Titus Burckhardt
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