A quienes esto vieren, leyeren u oyeren. Debo empezar haciendo la aclaración de que no soy un experto, ni pretendo serlo, en cuestiones de nutrición. Simplemente me he preocupado por informarme y, a quien esto lea, pienso que puede serle útil. Todas las informaciones que vienen a continuación están extraídas de los siguientes tres libros, especialmente del primero: 1. Grener, Michael; Stone, Gene, Comer para no morir, Barcelona, Paidós,2015. 2. Montignac, Michel, Comer para adelgazar, Barcelona, Muchnik Editores, 1993. 3. Domínguez, María E., Dietas, mentiras y verdades, Madrid, Libro Hobby-Club, 2002. El origen fundamental de la enfermedad es la mala alimentación 1) Lo más significativo que he aprendido con estos textos es que el origen fundamental de la enfermedad es una mala alimentación. Las enfermedades son hereditarias porque las dietas son hereditarias. Así, las personas no mueren a causa de la vejez, en otros siglos considerada en sí misma una enfermedad (“muerte por decrepitud”, leemos en los archivos), sino como consecuencia de la enfermedad. La inmensa mayoría de las muertes de las personas se vinculan a una enfermedad, no a la vejez en sí misma. Las causas de muerte más frecuentes en la historia, han tenido lugar por enfermedades pulmonares, del aparato digestivo y por infecciones. En la sociedad occidental actual, las muertes se producen por malos hábitos de vida, peor alimentación (rica en grasas, hidratos de carbono y azúcares) y sedentarismo. Principales causas de muertes en 2017: 1.- Enfermedades coronarias. 2.- Enfermedades pulmonares. 3.- Infecciones en hospitales y errores médicos. 4.- Enfermedades cerebrales: Ictus y Alzheimer. 5.- Cáncer del aparato digestivo: colorrectal, pancreático y esofágico. 6.- Infecciones respiratorias y sanguíneas. 7.- Diabetes. 8.- Hipertensión arterial. 9.- Enfermedades hepáticas: cirrosis y cáncer. 10.- Cáncer en la sangre: leucemia, linfoma. 11.- Insuficiencia renal. 12.- Cáncer de mama. 13.- Cáncer de próstata. 14.- Parkinson. 15.- Suicidio. La longevidad del ser humano tiene, por tanto, mucha relación con la ingesta de alimentos saludables. 1) Hay una relación directa entre la dieta y la enfermedad. 2) En relación con lo anteriormente expuesto, orientaremos nuestros actos (y nuestra comida) con carácter preventivo, procurando siempre una buena y correcta alimentación. 3) Alimentarse de forma saludable es más fácil de lo que pudiera pensarse, más barato (en muchos casos) y quizás nos ayuda a salvar vidas. 4) La dieta correcta y un estilo de vida saludable hacen retroceder la enfermedad, en general, y los problemas coronarios en particular, que son los que generan la primera causa de morbilidad en la moderna sociedad occidental. Adoptemos, pues, una dieta sana para prevenir enfermedades. 5) La dopamina es el neurotransmisor que el cerebro segrega para recomponer las conductas positivas y motivarnos a comer, beber y mantener relaciones sexuales, todo ello orientado -sabiamente- a perpetuar la especie humana. Así, tanto la drogodependencia como la obesidad, comparten la incapacidad para controlar una conducta, a pesar de saber que es perjudicial para la salud. 6) La sensibilidad a la dopamina debe recuperar la normalidad de modo que comamos alimentos sencillos y no azucarados ni grasientos. Ya que lo que comemos y bebemos puede afectar a cómo experimentamos todos los placeres de la vida. 7) Aunque desarrollásemos esta idea, los alimentos integrales de origen vegetal son los que mejor articularán una buena y excelente salud y nuestra responsabilidad personal está en priorizarlos (opción 1) o tomarlos de forma única y exclusiva (opción 2). 8) Paradójicamente, cuanto más obeso se es, menor es el gasto de energía. El capital físico que poseemos o que nos queda, es el resultado de nuestra alimentación pasada, de nuestra salud, y nuestras expectativas de vida son consecuencia de la alimentación. 9) El ánimo, la eficiencia, el dinamismo, el tono vital, la vitalidad en sí misma, dependen de nuestro modo de alimentación. 10) La comida poco saludable hace mal al momento y no solo a largo plazo y, con las condiciones adecuadas, el cuerpo se cura a sí mismo. Los alimentos Los componentes de los cuatro alimentos, fundamentalmente, se dividen en grupos: a) Hidratos de carbono. Arroz, azúcar, harina, dulces y vegetales (en notable menor proporción). b) Proteínas. Es el principio más importante de todos pues forma las estructuras de las células. Huevo, carne, pescado, legumbre, verdura, leche, queso y frutos secos. c) Grasas. Las cuales proporcionan energía. Carne de vaca, oveja y cerdo. d) Vitaminas. Frutas, aunque también se encuentran en otros productos. Si optamos por una alimentación completa de vegetales, cereales integrales, carne y pescado, lo que se recomienda, desde la perspectiva científica, es: 1. Evitar a toda costa mezclar carne, pescado, charcutería, huevo, queso, mantequilla y aceite con: patatas o puré de patata, pastas, pan blanco, cereales azucarados, arroz blanco, maíz, remolacha, plátano, zanahoria, miel, azúcar, galletas, palomitas y “corn flakes”. 2. Por la noche evitar carne, mejor huevo o pescado, queso (sin grasa o con la menor posible) y yogur desnatado que puede mezclarse con gelatina o yogur de bífidos. Para la cena, que siempre ha de ser la ingesta más liviana, se recomienda: legumbre (alubia blanca, lentejas), sopa de verdura, arroz integral, alcachofas, ensalada. En este modelo de dieta conviene que el 70% de las calorías diarias venga de los vegetales y frutas, el 30% de las proteínas (huevo, carne de pollo, pescado, legumbre, leche y queso) y el 10% de grasa animal. La carne está llena de toxinas bacterianas (endotoxinas) nada convenientes para nuestro organismo. Empezaremos diciendo que los asados y barbacoas conservan mejor las vitaminas cárnicas pero las grasas saturadas que se hallan en la carne, embutidos, aves, huevos, leche, productos lácteos y queso aumentan la tasa de colesterol total, sobre todo el LDL que se deposita sobre las paredes arteriales favoreciendo accidentes cardiovasculares. Por ello, afirmaremos que los alimentos de origen vegetal contienen 68 veces más antioxidantes que los cárnicos, los lácteos o el pescado. Incluso el pollo sin piel es poco conveniente en nuestra ingesta por su considerable manipulación genética que transforma su carne en grasa. Tampoco es muy recomendable la carne de cerdo. En general, los virus que hay en la carne, y a pesar de la cocción, pueden pasar al cuerpo humano y ser factor propulsor del cáncer. De hecho, los carniceros y los que trabajan en los mataderos son más propensos a contraer leucemia, cáncer de hígado y otros. El ácido araquidónico se encuentra sobre todo en el pollo (y en los huevos) y se le atribuye la capacidad de empeorar el estado de ánimo por su posible efecto inflamatorio sobre el cerebro. También acontece esto en la carne de ternera, y en el pescado en menor medida. El consumo de pollo es nefasto para el cáncer de próstata y lo mismo diremos del consumo de carne de pavo, no conveniente para la Hiperplasia Benigna de Próstata (HBP). El consumo de pollo está relacionado con el letal cáncer de páncreas. El pollo contiene, asimismo, arsénico y el clorobenceno y la dioxina se ubican en la carne en general por manipulación industrial. Y es que la ganadería industrial moderna ha acabado con el consumo de productos herbívoros por parte de los animales, a los que se les alimenta en las granjas industriales con desechos cárnicos procesados y así entran los metales pesados en su cuerpo, que trasladan luego a la cadena humana. Las vacas producen leche contaminada y las gallinas huevos poco recomendables. La leche. No conviene tomar leche entera por su alto contenido en grasa y por su manipulación. Es preferible desnatada. La ingesta de leche de vaca aumenta el riesgo y extensión del cáncer de próstata. La bebida de almendra o soja no, y ambas son altamente recomendables, decantándonos por la de soja. Y lo mismo acontece con el queso. Además, el efecto que la leche ejerce sobre la mortalidad es más elevado de lo que se creía, pues arrastra bacterias poco recomendables para el consumo humano debido a los procesamientos comerciales. La leche y sus derivados también poseen plomo, y su alto consumo es perjudicial para el Parkinson. A la leche entera se la vincula con el cáncer de próstata y de ovarios. Los huevos son poco recomendables. De esta manera, comer más de medio huevo al día se asocia a un riesgo de entre dos y tres veces mayor de desarrollar cáncer de colon, boca, vejiga, próstata y mama, en comparación con quienes no comen huevos en absoluto o con alta moderación. El huevo tiene colina, un compuesto nada beneficioso para el cuerpo. El aceite de oliva conviene tomarlo natural, sin calentarlo en la sartén u otros aparatos. Está muy bien su utilización en ensaladas y su máximo beneficio es que sustituye a la grasa de origen animal. Hace desaparecer el colesterol malo (LDL) y aumenta el bueno (HDL) por lo que recomendamos su ingesta natural en medio vaso cada mañana, especialmente si tenemos problemas de hipertensión. Si vamos a emprender hábitos de comida sana (que arreglarán nuestro colesterol) contando con carne, estas deberán ser las normas: 1. Primaremos las frutas, verduras y lácteos desnatados, evitando totalmente la sal, producto peligroso. 2. Tomaremos carne blanca con moderación (10%), pollo, pavo y conejo de corral. 3. Combinaremos la ingesta de carne con pescado dentro de ese 10%. 4. Evitaremos totalmente las grasas. No solo conseguiremos una vida más sana sino que decaerá la hipertensión. Realizaremos cuatro comidas al día, sin saltarnos ninguna. Además: a) Desterraremos el azúcar y los dulces (pasteles y bollería industrial) cuyo consumo genera cansancio. Si no podemos pasar sin dulce, tomaremos moderadamente chocolate negro. El helado no ayuda a hacer la digestión, pero de forma discreta se permite. b) No tomaremos arroz blanco, solo integral. c) Evitaremos el consumo de maíz. d) Despreciaremos las patatas en todas sus tipologías (incluido el puré) y renunciaremos totalmente a las patatas fritas. e) Nunca tomaremos bebidas gaseosas, carbonatadas. f) Nos pasaremos a las bebidas vegetales, como la soja, o en todo caso a la leche desnatada. g) Primaremos, en lo posible, el consumo de pescado, aunque evitaremos totalmente el pescado ahumado, nada recomendable. El pescado, de forma general, contiene metales pesados y los océanos se han convertido en las alcantarillas de la humanidad, rebosantes de DDT y de clorobenceno, que los hallamos en los peces de mar. Los mariscos, por añadidura, están contaminados de mercurio, mientras que el atún rebosa arsénico. Los pescados tienen perflurocarbonos. Hay que comer pescado también de forma moderada porque posee fósforo y una crecida excesiva de este mineral en la sangre puede aumentar el riesgo de insuficiencia renal o cardiaca y acelera el envejecimiento. Pero también indicaremos que tomar pescado graso (salmón, atún, sardina, caballa, anchoa y arenque) provoca el descenso de los nefastos triglicéridos y previene la trombosis. En este modelo de alimentación habrá que reducir totalmente la ingesta de carne, especialmente animal, y en menor medida de peces, y aumentaremos la toma de vegetales, frutas y legumbres mejorando notablemente el tracto intestinal. Sin embargo, los científicos expertos en nutrición recomiendan fehacientemente DIETAS BASADAS SUSTANCIALMENTE EN ALIMENTOS INTEGRALES DE ORIGEN VEGETAL que, además, son buenos para quien le gusta comer pues diariamente pueden comer tanto como quieran sin preocuparse por las calorías y son más fáciles de mantener a largo plazo. Si optamos por esta segunda tipología, o si la combinamos con consumo moderado de carne, la clasificación de alimentos que seguiremos es la siguiente (semáforo): Verde: Alimentos de origen vegetal sin procesar, especialmente sin sal o azúcar. Ámbar: Alimentos de origen vegetal procesados. Alimentos de origen animal sin procesar. Rojo: Alimentos de origen vegetal muy procesados. Alimentos de origen animal procesados o muy procesados. Si decidimos consumir solo productos vegetales, deberemos descartar el falso mito según el cual no se puede vivir sin las vitaminas y proteínas de las carnes y del pescado. Científicamente no está probado pues de lo que se trata es que el cuerpo adquiera vitaminas y proteínas, que la cadena biológica necesita, vengan de donde vengan. Por procesado entendemos: nada malo añadido al producto a ingerir, nada bueno extraído. Si buscamos una DIETA BASADA EXCLUSIVAMENTE EN ALIMENTOS INTEGRALES DE ORIGEN VEGETAL deberemos saber lo que sigue, aunque ello sea totalmente útil para el resto de modelos. El agua. No se debe beber durante las comidas. Si no tenemos más remedio, tomaremos vino o agua, nunca los dos, con la ingesta ya empezada, a partir del segundo plato. El agua es fundamental para el organismo pues el cuerpo está compuesto en un 60% de H2O. El consumo de agua recomendable es: Mujeres, de 1 a 2’6 litros diarios. Hombres, de 1’4 a 2’6 litros diarios. Lo ideal está en 1,5 litros en hombres y 1,2 en mujeres. Conviene tomar un gran vaso de agua al levantarse y una o dos horas antes de comer, no tomarla de golpe y de forma impetuosa, sino poco a poco. El agua es la bebida más sana de todas, después vienen el té y el café. La posibilidad de tener cáncer de vejiga se reduce un 50% consumiendo dos litros de agua al día. También es excelente para prevenir enfermedades coronarias y reduce la viscosidad de la sangre y su fluido. Hay que beber agua del grifo (en países occidentales, se entiende) y no solo por su menor coste, sino porque es posible que tenga menos contaminación química y microbiana que la embotellada. Si bebemos tres vasos de agua y evacuamos menos de uno, al cabo de una hora, es muy probable que estemos deshidratados. El café. Es beneficioso para el hígado, la mente y el cerebro, haciendo vivir más a las personas adultas. Con menos de 50 años, se recomienda un máximo de cuatro tazas al día. Pese a todo, hay una relación directa entre el consumo de café y el reflujo gastroesofágico (ERGE). Conviene pasarse al café descafeinado o consumir más té que no genera ese reflujo. También es malo el café si tenemos alguna enfermedad epiléptica. La cafeína, en contra de la creencia popular, ejerce efecto protector sobre el ritmo cardiaco. Además, quienes toman dos o más tazas de café al día presentan la mitad de riesgo de suicidio sobre los que no lo toman. El té. El blanco es excelente y mejor que el verde, y este mejor que el negro o el rojo. El té de hibisco es muy bueno, sobre todo contra la hipertensión y conviene tomar un litro diario. El té ayuda a prevenir la caries por su alto contenido en flúor. Cuando estamos despiertos, los estados de vigilia son el alfa y el beta. El alfa nos hace estar relajados, conscientes y atentos como cuando meditamos. El beta nos provoca agitación, estímulo y es el periodo mayoritario de la vigilia diaria. Pues bien, el té nos acerca al estado alfa. Los edulcorantes. En cualquier de los tipos de dieta por la que optemos, se debe sustituir el azúcar blanco pues es uno de los principales venenos que pueden entrar en el cuerpo humano. El mejor edulcorante, desde la perspectiva científica, es el azúcar de dátil y después el eritritol. La sacarina y la stevia deben tomarse en pequeñas cantidades. El azúcar con procesamiento industrial es un veneno, insistimos, y 150 mm de un refresco de cola o similar, equivale a cuatro azucarillos. Nunca tomaremos zumo de fruta industrial pues está lleno de azúcares, sino que lo sustituiremos por zumo de frutas natural aunque tiene menos vitaminas que si tomamos la fruta sola. El vino. En los aperitivos tomaremos cava, vino tinto o blanco seco. Son buenos los tintos jóvenes (no deben despreciarse) pero también tomaremos reserva o crianza. Los vinos de mayor calidad son los de Rioja y Ribera de Duero, pero tintos y rosados de Navarra son excelentes, y blancos catalanes también. Es preferible no beber vino en las comidas, y jamás tomaremos vino y agua en una misma comida o cena. Tampoco lo beberemos en ayunas pues es una catástrofe metabólica. Pero, si por alguna razón hemos de ingerir vino en una comida social privada o de trabajo, lo haremos habiendo empezado ya a comer (final del primer plato y arranque del segundo). Pese a lo que se piensa, la ingesta moderada del licor de Baco y tomada de esta manera, no da sensación de modorra ni ganas de dormir después. El consumo moderado de vino ayuda a reducir el colesterol. El alcohol. Engorda, y mucho, pues activa la salida de insulina del páncreas y genera grasa. Solo recomendable el vino. Un vaso de whisky equivale a medio litro de vino. Los combinados y cubalibres son aún peor, ya que están llenos de azúcares de los refrescos o zumos industriales. Una copa al final de las comidas es digestiva y si no hemos tomado vino, o poco, ayuda a digerir las grasas. Por consumo excesivo de alcohol entendemos más de una bebida alcohólica al día en las mujeres y dos en los hombres. Por bebida alcohólica aclaramos: 36 cl de cerveza, 15 cl de vino, 4’4 cl de alcohol destilado (chupito). Para los que nunca se levantan del sofá, una ingesta moderada de alcohol ayuda en los problemas de hipertensión; para los que llevan una vida sana y dieta equilibrada, no tanto. Las frutas. Deben tomarse siempre entre horas, entre la comida y la cena, y conviene incluso media hora antes de las comidas y especialmente media hora antes del desayuno (lo mejor). También dos horas después de la cena, antes de acostarse. Nunca deben tomarse como postre pues combustiona con el resto de alimentos y no es conveniente para el organismo. No conviene comer fruta en conserva o almíbar (llena de azúcar). Fresas y melón se pueden comer siempre. La ingesta de una manzana diaria reduce el colesterol y también el riesgo de accidente cerebro-vascular (ictus). A esto último también contribuye el consumo diario de naranjas. Los cítricos también son excelentes contra el colesterol y la sandía es conveniente para la erección masculina. Muy recomendables: cerezas, frambuesas, fresas, mango, moras. Todas estas frutas son antioxidantes. Son frutas muy interesantes para el organismo: aguacate, uvas (uvas pasas también) y grosellas. Los frutos secos. No engordan en términos absolutos y son saciantes de manera inmediata, eliminan el apetito. El cacahuete es excelente contra el infarto; el pistacho magnífico para la disfunción eréctil, problema es que tiene relación con disfunciones cardiovasculares; las castañas muy interesantes y ricas en nutrientes (cuando las tomamos asadas). La nuez es el mejor fruto seco, muy beneficiosa contra todo tipo de cáncer. Las nueces de Brasil mejoran el nivel de colesterol. Los frutos secos están permitidos aunque tengan grasas, no obstante hay que tomarlos en cantidades comedidas. Las personas que comen frutos secos de forma habitual tienden a vivir más y a morir menos de cáncer. Los incluimos en el apartado de luz verde. LA DIETA QUE EVITA LA ENFERMEDAD (según opinan los científicos). Es aquella sustentada exclusivamente en la ingesta de frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y especias. La que evita carne, incluido pescado, lácteos, refrescos, azúcar y cereales refinados. Es una dieta de vida saludable y mejores hábitos que nos evita el cansancio debido a una alimentación desmesurada de malos glúcidos con demasiado azúcar, demasiadas bebidas azucaradas, demasiado pan blanco, demasiadas patatas, pasta y arroz y que implica altísima secreción de insulina. Deberemos empezar por mentalizarnos del cambio de paradigma alimenticio y diremos no al estrés, a la vida sedentaria y al tabaquismo. Así, esta dieta evitará enfermedades y prolongará la vida porque las personas más felices son más sanas y tienen menos posibilidades de caer enfermas. Sin duda alguna, la salud mental influye sobre la salud física. Por ejemplo, tomar muchas bebidas edulcorantes aumenta el riesgo de depresión, sobre todo en personas maduras pues contiene aspartamo que se encuentra en 6.000 productos edulcorados industriales. Por el contrario, hacer ejercicio físico con regularidad reduce el riesgo de caer en depresión en un 25%. Las verduras. La mejor ingesta es la que proviene de las verduras y, dentro de estas, el número uno son las llamadas verduras crucíferas: brócoli, coliflor, col, col de Bruselas, col rizada. Después las de hoja verde: acedera, acelga, apio, borraja, cardo, escarola, espinacas, lechuga, endivia, alcachofa, judía verde, guisante. Las hortalizas como berenjena, calabacín, calabaza, pepino, tomate, pimiento, nabo, rábano, zanahoria, mandioca, ajo, cebolla, hinojo, remolacha, puerro, espárrago, jengibre, bayas convienen mucho. Muy importante: cuanto más intenso es el color de frutas y verduras, son mejores. Las legumbres. Se han asociado a una esperanza de vida prolongada. El riesgo de muerte prematura se reduce un 8% con la ingesta diaria de legumbres (algo que debemos hacer en combinación con las verduras) y disminuyen el riesgo de ictus y cáncer de colon y de próstata. También bajan el colesterol radicalmente. Se recomienda: soja, alubia blanca o roja, lenteja, garbanzo, y debemos comer legumbres cada dia. Hitos a tener en cuenta: 1. Toda la alimentación ha de ser de origen vegetal. 2. La col, en todas sus modalidades, la coliflor y el brócoli mantienen las defensas intestinales y frenan el avance de cáncer de próstata. 3. Las dietas vegetarianas ayudan notablemente a reducir la tensión arterial. Las dietas absolutamente veganas ofrecen una protección adicional ante la obesidad, la hipertensión, la diabetes 2 y la mortalidad relacionada con accidente cardiovascular o ictus. 4. El consumo de verduras aumenta el deseo y la actividad sexual. 5. Las verduras de hoja verde y el tomate ayudan contra la depresión. 6. Una dieta en productos de origen vegetal reduce un 98% la toma de dioxinas perjudiciales para nuestro organismo. 7. Los veganos tienen niveles de contaminación muy inferiores a los que comen carne o pescado. 8. Las verduras de hoja verde son el grupo de alimentación más saludable del planeta y hay que comer fruta y verdura como si nos fuera la vida en ello. Recomendamos una ensalada diariamente. Las verduras de hoja verde reducen un 20% los efectos del infarto de miocardio y cuando las tomamos el cuerpo acoge clorofila. 9. Las verduras y frutas es mejor comprarlas naturales porque las que vienen en bolsas, congeladas, tienen sodio (sal) aunque no en cantidades elevadas. 10. Es muy beneficiosa la ingesta de ajo y cebolla. 11. La berenjena, pimiento y tomate tienen nicotina que previene la enfermedad de Parkinson. 12. Las setas deben formar parte de la dieta de forma continua pues mejoran notablemente el sistema inmunitario, son micronutrientes. 13. El brócoli es un excelente producto contra el cáncer. 14. La espinaca provoca fuerza en quien la consume y previene todo tipo de cáncer. 15. El rábano es un producto a tener en cuenta en la dieta y magnífico contra el cáncer de estómago. 16. Contra el cáncer de mama: pimiento, pepino, achicoria, patata y remolacha, además de coliflor, coles, cebolleta, puerro y ajo. 17. El pimiento es excelente contra el cáncer de páncreas. 18. Las bayas de todos los colores son las campeonas en la prevención de la enfermedad y previenen el cáncer de esófago. Comer un puñado de bayas al día retrasa el deterioro del cerebro, reduce el Parkinson, así como los arándanos y las fresas. 19. La rúcula es muy buena para reducir la hipertensión además del zumo de remolacha. 20. La soja es una muy buena semilla para que la próstata funcione bien. Muchos estudios poblacionales demuestran que las personas que comen muchas legumbres tienden a pesar menos y tener tensión arterial más baja. Las legumbres están llenas de proteínas. El mayor estudio realizado contra el cáncer en Estados Unidos (Instituto Americano para la Investigación del Cáncer) recomienda como prevención utilizar legumbres en cada comida. Por ejemplo, en la ensalada, con el arroz integral. Las especias. Muy interesantes y beneficiosas para este cambio de hábito alimentario que estamos emprendiendo. Incorporar especias a la dieta favorece el equilibrio de la glucosa en el cuerpo (azúcar), los lípidos (grasas) en la digestión y refuerza la defensa de antioxidantes. Las especias son excelentes pero hay excepciones como las semillas de amapola que son muy peligrosas y que evitaremos o tomaremos con muchísima moderación. El exceso de nuez moscada también puede ser un problema. Por ejemplo, en el siglo XVI se aplicaba nuez moscada para provocar abortos. Es mejor evitarla o tomarla en cantidades mínimas. La especia más saludable es la cúrcuma, que tomaremos a diario. Es muy buena contra el cáncer de colon, de páncreas y de estómago, así como contra la artrosis y la osteoporosis. Se puede usar prácticamente con todo y añadir a cualquier plato que estemos preparando. Media cucharadita va bien. Las semillas de lino se pueden espolvorear sobre cereales, ensaladas o sobre cualquier cosa que vamos a tomar y permiten que se horneen. Son muy beneficiosas contra el cáncer y la hipertensión. El azafrán se asocia con la antidepresión y cura el ansia. El wasabi y el clavo son especias muy interesantes para la salud en general. La canela es buena en el desayuno. Los cereales y el arroz. Han de ser integrales. Tres raciones diarias de cereales integrales reducen el riesgo de enfermedad coronaria, diabetes tipo 2, obesidad e ictus. El trigo sarraceno es muy recomendable al igual que la avena (apta para el café), la quinua o el amaranto. Otras recomendaciones 1. El deporte nunca ha hecho adelgazar a nadie si no lo combinamos con buenos hábitos alimenticios. No conviene estar sentado seis horas o más al día pues acorta la vida. Si no tenemos más remedio, por nuestro trabajo, nos levantaremos de vez en cuando y daremos breves paseos. Conviene caminar a paso vivo 90 minutos diarios (6’5 km/hora) ya que es altamente beneficioso. En su defecto, una hora tampoco va mal. 2. Freír alimentos se asocia a mayores posibilidades de enfermar de cáncer. El método mejor de procesar las verduras es a la plancha, cocción o en el microondas pues mantienen mejor los antioxidantes. 3. Para limpiar frutas y verduras, y eliminar pesticidas y otras impurezas conviene usar agua salada. Nueve porciones de agua y una de sal y pasar todo por esa mezcla, enjuagar bien la sal antes de comer. 4. Los productos orgánicos no tienen un contenido en vitaminas y minerales significativamente superior al de los no orgánicos. Sin embargo, podemos considerar que son entre un 20 y un 40% más saludables que los convencionales pero un 40% más caros. Sí parecen contener más nutrientes como polifenoles y antioxidantes, lo que es debido a que las plantas de cultivos convencionales, a las que se fertiliza con mayores dosis de nitrógeno sintético, destinan más recursos a crecer que a protegerse. Si solo tenemos en cuenta la calidad de nutrientes por dinero invertido, los alimentos orgánicos no son mejores, pero son más seguros y mucho menos contaminados. 5. Si emprendemos una alimentación más saludable tendremos un aspecto físico más saludable, sin duda. Y en la variedad de productos que ponemos en nuestra dieta no solo está el gusto, sino también la salud. 6. Si tenemos problemas de hipertensión y colesterol podemos tomar aspirina que ayuda a evitar infartos y es buena contra el cáncer. Pero es mala para la hemorragia cerebral y daña el revestimiento del tubo digestivo. No se recomienda tomar dosis generalizada de una aspirina diaria. Una alternativa a ello es el uso del comino, lleno de ácido acetilsalicílico. Cuidaremos esta circunstancia pues el colesterol también afecta al cerebro y puede provocar la enfermedad de Alzheimer. 7. Cuanto mayores y más frecuentes sean nuestras deposiciones, más probabilidades tendremos de estar sanos. Téngase en cuenta que el sistema inmunitario se debilita a medida que envejecemos. 8. Dormir ocho horas seguidas es algo excelente contra el ictus, al igual que la ingesta rica en fibra. * * * Descarga: Dieta y estilo de vida contra la enfermedad de Prof. Dr. José Manuel Azcona. - Artículo*: Ricardo Cob - Más info en psico@mijasnatural.com / 607725547 MENADEL Psicología Clínica y Transpersonal Tradicional (Pneumatología) en Mijas y Fuengirola, MIJAS NATURAL *No suscribimos necesariamente las opiniones o artículos aquí enlazados
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