El marxismo no es de izquierdas Carlos X Blanco 2022 978-8412458916 Eas 113 ★★★★★ El marxismo no es de izquierdas es el título de este interesante y breve ensayo del filósofo asturiano Carlos X Blanco, de quien ya hemos reseñado un buen número de obras en los últimos tiempos. El prólogo que precede al contenido de la obra en sí, a cargo del escritor Francisco José Fernández Cruz-Sequera, ya nos ofrece un escrito de presentación que constituye un verdadero alegato contra el ominoso Régimen de 1978, aquel de la Monarquía constitucional y parlamentaria, de la democracia liberal y plutocrática que desde hace algo más de 40 años ha puesto en práctica un plan de demolición y destrucción de la Patria hispánica, en el que el PSOE ha jugado, y sigue haciéndolo, un papel fundamental como caballo de Troya en este proceso en el que a través de varios frentes en paralelo se han ido minando los derechos políticos y sociales del pueblo trabajador, se ha destruido el tejido industrial y productivo español, han sometido lo político a lo económico y a la finanza anónima trasnacional y al neoliberalismo salvaje, han degradado la educación negando las posibilidades de ascenso social de los sectores más depauperados, de quienes también han degradado sus condiciones laborales para condenarlos al paro y al subsidio, del mismo modo que han destruido a la Familia, han extendido la corrupción a los propios resortes del poder con sus redes clientelares, y en definitiva han debilitado tanto al Estado como a la sociedad española al someterla a los instrumentos y poder del globalismo plutocrático mundial, el mismo que a través de Estados Unidos y la OTAN mantienen bases militares en territorio español, como Estado cipayo, para perpetrar sus acciones criminales por todo el mundo. Esta España del R78, en la que el PSOE, como decíamos, ha jugado un papel decisivo, es un país completamente fragmentado en su unidad interna, sin soberanía militar, económico-monetaria-industrial ni política, con una destrucción deliberada e intencionada del modo de vida rural, la invasión «migratoria», que es obvio que obedece a una planificación y que en última instancia ha provocado el empobrecimiento de los trabajadores españoles. Es la España sometida a los dictámenes de los burócratas de Bruselas configurada para atender los intereses de las economías alemana y francesa, que son los verdaderas beneficiarias de las decisiones de esta organización al servicio del globalismo y todo el conglomerado de organizaciones que subyuga y detrae la soberanía de nuestra Patria al tiempo que perpetúa unas condiciones de explotación del pueblo trabajador español. En este sentido, la mención del PSOE y en general la de aquellos partidos adscritos o etiquetados a la izquierda no es casual ni de una importancia menor. Estas izquierdas, lejos de representar un frente común contra los valores disolventes del globalismo, y en defensa de los derechos de los trabajadores, se presentan como los principales defensores del sistema de valores de ese capitalismo transnacional, apátrida y usurocrático, al tiempo que se sirven de la figura e ideas de Marx a modo de recurso retórico, totalmente vacío e inconsecuente, en sus discursos «para establecer una cultura normativa», como nos dice el prologuista, perpetuando así unas relaciones de sumisión y humillación tanto del pueblo trabajador como de la propia nación española. Esta misma izquierda, totalmente aburguesada y sistémica, bien acomodada en el poder, ejerce un poder censor contra quienes se salen de la norma al tiempo que pretenden fijar un estándar de valores ideológicos totalmente delirantes, destructivos y que obedecen a perversas ingenierías sociales que vienen diseñadas desde las altas esferas, de los poderes plutocráticos globales. La izquierda que nada tiene que ver con los intereses del pueblo trabajador, que ha roto con el propio discurso de Marx, y que, en definitiva, odia al pueblo, algo que Fernández Cruz-Sequera afirma y que, como vemos en el índice, también da nombre a uno de los capítulos del libro donde esta idea se desarrolla más ampliamente. En el análisis de Carlos X Blanco, vemos como hay un «revisionismo», si se puede expresar en estos términos, de aquello que se entiende por marxismo tanto a nivel de definición en un plano filosófico, como en los elementos clave y más conocidos que articulan su doctrina y visión del mundo. En primer lugar, y según nos expone el autor, el marxismo se podría definir como una ontología del ser social, y que como tal reflexiona sobre la existencia del hombre dentro de un plano histórico, y dentro del mismo hay una serie de elementos que lo condicionan en el devenir histórico, como es su ser social y comunitario así como su naturaleza. De ahí que Blanco nos hable de dos categorías ontológicas fundamentales, la que se refiere al hombre como tal, con sus atributos y características, y un segundo nivel marcado por las categorías contingentes, por los ciclos históricos concretos que se derivan del «materialismo histórico» y que se identifican como «esclavismo», «feudalismo» o «capitalismo». Uno de los errores fundamentales, nos dice Blanco, es que se hayan elevado a la categoría de ontología fundamental y transhistórica lo que era una mera sucesión de «modos de producción», y en ningún caso ese carácter teleológico y de predicción suprahistórica dentro de un esquema rígido e invariable. En consecuencia, su carácter descriptivo implica una cualidad diferenciada que, por ejemplo, impide comparar la revuelta de esclavos en el Imperio Romano con la Revolución de Octubre en la Rusia Zarista, y por tanto son fruto de unas coordenadas espacio-temporales concretas. La mezcla de ambas mediaciones (aquella del hombre y la de las categorías contingentes) es la que en teoría habría servido para articular la crítica contra diferentes aspectos del marxismo. En este sentido, las críticas de Eugenio del Río a Marx servirán como hilo conductor de ese revisionismo crítico hacia los detractores del marxismo. En estas críticas se niega la categoría de ontología fundamental al marxismo, incurre en argumentos psicologistas (necesidad de identificarse con un líder) o circunscribe la veracidad del marxismo al dato histórico de la revolución de octubre de 1917 y ulteriores desarrollos de la URSS. En este sentido último, destaca Blanco, la filosofía se define por la búsqueda de la Verdad, de una verdad intrínseca, y no en términos de poder, y que reduce toda la comprensión del marxismo al fracaso histórico de la URSS. Las críticas de Carlos Blanco también toman como referente a una autoridad del panorama filosófico español del último siglo, Gustavo Bueno, del que nos advierte el error cometido al criticar a Marx por no poseer una visión de la pluralidad de los Imperios, una dimensión geopolítica de los mismos, de la cual quizás adolece por una falta de perspectiva histórica. En última instancia Blanco propone un «cruce» entre la ontología marxiana y el pluralismo de los Imperios, de una dialéctica de las clases frente a una dialéctica, de carácter schmittiano, de los Estados. Leer más » Artículo*: Hipérbola Janus Más info en psico@mijasnatural.com / 607725547 MENADEL (Frasco Martín) Psicología Clínica y Tradicional en Mijas Pueblo (MIJAS NATURAL) #Psicologia #Menadel #MijasPueblo *No suscribimos necesariamente las opiniones o artículos aquí compartidos. No todo es lo que parece.
Reseña del ensayo de Carlos X Blanco «El marxismo no es de izquierdas», en una visión revisionista y crítica del marxismo y la izquierda.
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