Psicología

Centro MENADEL PSICOLOGÍA Clínica y Tradicional

Psicoterapia Clínica cognitivo-conductual (una revisión vital, herramientas para el cambio y ayuda en la toma de consciencia de los mecanismos de nuestro ego) y Tradicional (una aproximación a la Espiritualidad desde una concepción de la psicología que contempla al ser humano en su visión ternaria Tradicional: cuerpo, alma y Espíritu).

“La psicología tradicional y sagrada da por establecido que la vida es un medio hacia un fin más allá de sí misma, no que haya de ser vivida a toda costa. La psicología tradicional no se basa en la observación; es una ciencia de la experiencia subjetiva. Su verdad no es del tipo susceptible de demostración estadística; es una verdad que solo puede ser verificada por el contemplativo experto. En otras palabras, su verdad solo puede ser verificada por aquellos que adoptan el procedimiento prescrito por sus proponedores, y que se llama una ‘Vía’.” (Ananda K Coomaraswamy)

La Psicoterapia es un proceso de superación que, a través de la observación, análisis, control y transformación del pensamiento y modificación de hábitos de conducta te ayudará a vencer:

Depresión / Melancolía
Neurosis - Estrés
Ansiedad / Angustia
Miedos / Fobias
Adicciones / Dependencias (Drogas, Juego, Sexo...)
Obsesiones Problemas Familiares y de Pareja e Hijos
Trastornos de Personalidad...

La Psicología no trata únicamente patologías. ¿Qué sentido tiene mi vida?: el Autoconocimiento, el desarrollo interior es una necesidad de interés creciente en una sociedad de prisas, consumo compulsivo, incertidumbre, soledad y vacío. Conocerte a Ti mismo como clave para encontrar la verdadera felicidad.

Estudio de las estructuras subyacentes de Personalidad
Técnicas de Relajación
Visualización Creativa
Concentración
Cambio de Hábitos
Desbloqueo Emocional
Exploración de la Consciencia

Desde la Psicología Cognitivo-Conductual hasta la Psicología Tradicional, adaptándonos a la naturaleza, necesidades y condiciones de nuestros pacientes desde 1992.

lunes, 1 de noviembre de 2021

Una enseñanza budista — Arsgravis - Arte y simbolismo - Universidad de Barcelona

Últimamente he estado leyendo a Meister Eckhart. En uno de sus sermones, cuando alguien le pregunta: «¿Qué es la vida eterna?», él responde de este modo: «¿Y por qué no preguntarle a la vida eterna misma, en vez de preguntarme a mí?». Si quie­res saber si puedes realizar la Budeidad, lo mejor es que le preguntes al Buda mismo. Ésta es la manera en la que Eckhart res­pondía. Esto me recuerda a cierto seguidor laico del Shin que vivió en Japón hace algún tiempo. Aunque era un jornalero sin estudios, Shoma hacía gala de una maravillosa comprensión del Buddha-dharma. Es impresionante que una persona tan igno­rante pueda captar el más profundo de los significados, aquello que incluso agudos filósofos, eruditos y estudiosos no llegan a captar debido a que es demasiado profundo para su capacidad de entendimiento. Este hombre iletrado pero de gran devoción comprendía el budismo perfectamente, y era bien conocido en­tre sus vecinos por su hondísima intuición. De hecho, su «vecin­dario» se extendía muchos kilómetros más allá de su hogar, pues numerosas gentes de lejanas comarcas sabían de la compren­sión y devoción de Shoma; venían desde todos los lugares para pedirle consejo acerca de ser salvados, nacer en la Tierra Pura o entrar en contacto con Amida. Esto me recuerda a cierto seguidor laico del Shin que vivió en Japón hace algún tiempo. Aunque era un jornalero sin estudios, Shoma hacía gala de una maravillosa comprensión del Buddha-dharma. Un día, cierto hombre emprendió viaje desde un lejano lu­gar para venir a ver a Shoma. En aquellos días no había aviones ni trenes, por lo que tuvo que caminar varios cientos de kilóme­tros para poder visitarle. Cuando finalmente llegó al sitio donde estaba Shoma, lo encontró moliendo arroz afanosamente para ganarse el jornal de ese día. En tiempos antiguos —no tan anti­guos, puesto que aún me recuerdo moliendo el arroz yo mis­mo— el arroz había de ser refinado moliéndolo en un enorme mortero de madera. Es una labor más bien ardua, pero Shoma estaba absorto en ella cuando el fatigado viajero se le acercó y le dijo: «Os lo suplico, por merced, decidme ¿cómo puedo nacer en la Tierra Pura? ¿Cómo es que Amida será tan misericordio­so como para ocuparse de mí?». Shoma no respondió, y simplemente siguió moliendo arroz sin prestar ninguna atención al visitante. Pero éste, que había venido de tan lejos, continuó preguntándole con fervor e insisten­cia. A pesar de ello, Shoma, obstinado, ni siquiera le miró. Cuan­do las personas que aquel día habían contratado a Shoma vieron esto, sintieron lástima por el visitante y rogaron a Shoma que no se mostrase tan desconsiderado e indiferente. Aun así, Shoma si­guió moliendo arroz. Ante esto, ellos tuvieron a bien invitar al vi­sitante a pasar a la casa y ofrecerle una taza de té. Transcurrido un tiempo, el viajero, desilusionado y sin espe­ranza, exclamó tristemente: «He venido desde tan lejos… Sin em­bargo, si no puedo obtener respuesta acerca de Amida y su sal­vación, no puedo hacer otra cosa que irme de vuelta a mi pueblo». Se le veía completamente abatido. Entonces, cuando ya se disponía a marchar, Shoma habló y le dijo: «Si te encuen­tras en semejante estado de desesperación, te equivocas com­pletamente al venir a consultarme a mí acerca de estos temas. ¿Por qué no vas a preguntarle al mismísimo Amida-sama? Es él el que se encarga de estas cosas; no son en absoluto asunto mío». El viajero, conmovido en lo más profundo por este pensa­miento, partió de regreso. ¿Por qué no vas a preguntarle al mismísimo Amida-sama? Es él el que se encarga de estas cosas; no son en absoluto asunto mío. Se suele citar a Voltaire como habiendo hecho una vez la si­guiente declaración: «Salvar a la gente es asunto divino; ésos son asuntos de Dios, y nosotros no tenemos nada que ver con ellos. Déjale esas cosas a Dios; nosotros no debemos preocuparnos por ellas; no debemos interferir en los asuntos de Dios». Si Vol­taire realmente dijo esto, entonces él fue alguien de gran talla espiritual, una persona iluminada como Shoma. Yo ignoro si Voltaire era una persona tan espiritual o no, ésa es otra cues­tión. Pero si tomamos estas palabras simplemente así, tal y co­mo son, Voltaire estaba muy en lo cierto, al igual que lo estaba Shoma. Puede que sintáis que no tenemos nada que ver con Amida, que Amida es algo ajeno a nuestras vidas, un tipo de ser que a veces, o esporádicamente, o incluso de forma errática, aparece en nuestra vida —como dirían los cristianos— por «gracia divi­na». La gracia divina surge en nuestras vidas aleatoriamente, así que no podemos contar con ella todo el tiempo. REFERENCIA LIBRO La entrada Una enseñanza budista de Suzuki se publicó primero en Arsgravis - Arte y simbolismo - Universidad de Barcelona. Artículo*: ArsGravis Más info en psico@mijasnatural.com / 607725547 MENADEL (Frasco Martín) Psicología Clínica y Tradicional en Mijas Pueblo (MIJAS NATURAL) *No suscribimos necesariamente las opiniones o artículos aquí compartidos. No todo es lo que parece.
Daisetsu Teitaro Suzuki en su libro “El Buda de la luz infinita. Las enseñanzas del budismo Shin”, cuenta una anécdota de un gran valor para quien comienza cualquier aventura del saber. Edición, Raimon Arola y Lluïsa Vert.

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