"P. ¿Cómo llega uno a ser espontáneo? R. Para descubrir la espontaneidad, uno debe ir más allá de la moralidad convencional establecida por la sociedad. La espontaneidad es amor y brota de la inteligencia e integración más elevadas. Es vivir momento a momento en el supremo arte de la autoentrega, donde el conflicto se desconoce. La acción que deriva del pensamiento, el hábito o, la emoción, los impulsos ciegos y el instinto es compulsiva y no puede en modo alguno ser espontánea. La espontaneidad brota de la quietud meditativa. No se puede perseguir; ningún sistema ni técnica puede enseñarte espontaneidad. De hecho, uno en seguida se vuelve dependiente de métodos de exclusión y disciplina, y éstos conducen a un estado de sensibilidad reducida y conducta automática y mecánica. En la vigilancia y la escucha, la mente experimenta una penetrante transformación en la que el intelecto ve sus límites y se ilumina, dejando con ello de estar confuso, inquieto y ego-centrado para volverse silencioso y meditativo. La agitación, consciente e inconsciente, debe llegar a su fin a través de la observación y el entendimiento para que tenga lugar la espontaneidad. Si vamos a la fuente de nuestras acciones en el pasado, descubrimos cómo los impulsos escondidos de la mente subconsciente niegan la acción espontánea que brota de la libertad. Hay entonces una transmutación de nuestra naturaleza básica, de sus impulsos e instintos más profundos, y la energía se integra en la totalidad, en el ser. El final del proceso de devenir es el comienzo de la espontaneidad. La espontaneidad es plenitud de energía. Es amor." Jean Klein (¿Quién soy yo?)
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