"P. A menudo me encuentro a mí mismo intentando repetir ciertas experiencias o sensaciones que fueron placenteras. ¿Por qué esto? R. La persona necesita experiencias para existir y procura repetirlas. El placer ofrece más seguridad para el ego que el dolor. En tanto te tomes a ti mismo por un vividor de experiencias, seguirás viviendo en el ciclo placer-dolor. La consciencia sin objeto, tu verdadera naturaleza, es gozo sin experimentador ni experiencia. No está relacionada con el tiempo, la memoria, los sentimientos o las sensaciones, por lo que nada hay que repetir. Tú eres el huésped del gozo, no puedes imponerte a ti mismo. P. ¿Podrías aclarar la distinción entre gozo y placer? R. El placer está siempre en la sombra del dolor. En el gozo no hay contrapartida. El gozo no tiene causa ni objeto. Así como todo aparece en el gozo, también el placer aparece en el gozo. El gozo es el fondo del que emergen los opuestos, placer y dolor, y al que éstos se reducen. El placer mantiene a la persona mientras que el gozo la aniquila. El gozo puede aparecer espontáneamente pero a menudo degenera en placer. P. ¿Cómo tiene lugar la degeneración? R. Tú conceptualizas el gozo. El gozo es global, pero aquello que se conceptualiza se hace sucesivo ya que no puede haber más de un concepto a la vez. El placer es fraccionario. El gozo es multidimensional. El placer tiene un principio y un fin, pero el gozo es continuo. P. ¿Dirías que el gozo es la síntesis de placer y dolor? R. El gozo lo abarca todo. Es la fuente, no la síntesis, de las fracciones. El “gozo tranquilo” del que hablo es un principio vivo. La existencia, el placer y el dolor están en este gozo pero éste gozo no se limita a ellos. Allí donde sólo hay un principio conceptual —y no un principio vivo— no hay calor, no hay vida." Jean Klein (¿Quién soy yo?)
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