SORPRESA QUE CAUSARÍA EL HALLAZGO DE UN LIBRO EGIPCIO Si se nos dijera que existe en nuestros días una obra del antiguo Egipto, un libro que se salvó del incendio que redujo a cenizas sus magníficas bibliotecas y en el que se trata de las más puras doctrinas, referentes a ciertos asuntos muy importantes, es seguro que una gran mayoría se apresuraría en conocer un libro tan extraordinario y precioso. Si a esto añadimos que el tal libro se ha divulgado en una gran parte de Europa y que desde hace siglos está al alcance de todo el mundo, la sorpresa sería todavía mayor; pero llegaría a su colmo si afirmáramos que jamás se sospechó de su origen egipcio, que le tenemos muchas veces entre las manos sin saberlo, que nadie se ha preocupado en descifrar una sola de sus hojas, y que el fruto de tan elevada sabiduría es considerado como un conjunto de figuras extravagantes sin mérito alguno. ¿No se diría que deseamos divertirnos a costa de nuestros lectores? PUES BIEN, ESE LIBRO EXISTE Lo repetimos, ese libro egipcio, único vestigio de sus soberbias bibliotecas, existe; y es tan común que ningún sabio se ha dignado ocuparse de él. Antes de nosotros nadie sospechó su ilustre origen. Este libro está compuesto por 77 páginas y también por 78, dividido en cinco clases, cada una de las cuales ofrece aspectos tan variados cuanto instructivos y entretenidos. Digámoslo de una vez: este libro es el TAROT. Juego desconocido en París, es verdad, pero en cambio muy conocido en Italia, Alemania y hasta en la Provenza, y, tan original por el aspecto de las figuras, como por la variedad y multiplicidad de las mismas. A pesar de su extraordinaria difusión, nada se sabía de sus extrañas figuras, y su origen, que se pierde en la noche de los tiempos, es tal que se ignoraba cuándo y en qué lugar se lo había inventado ni los motivos en virtud de los cuales se había reunido un conjunto de figuras tan extrañas, y al parecer sin ilación, de tal modo que ninguna persona había logrado resolver el enigma que encerraba. Por otra parte este juego ha llamado tan poco la atención, que ningún sabio se ha dignado mencionarlo en los estudios que se han realizado sobre las cartas. Tan sólo nos han citado las cartas francesas, usadas en París, y cuyo origen es relativamente moderno —con lo que se han dado por satisfechos—. Generalmente se confunde el origen de un conocimiento con el país que nos lo reveló por vez primera. Es precisamente lo que hicimos notar al hablar de la brújula: los griegos y los romanos nos han transmitido por igual las características de este instrumento, motivo que confunde la pureza de su origen. Mas la forma, la disposición y el arreglo de este juego —como así también el aspecto simbólico de sus figuras— se corresponden de tal manera con las doctrinas civiles, filosóficas y religiosas de los antiguos egipcios, que no podemos evitar de reconocerlo como la obra maestra de ese pueblo de sabios. Únicamente ellos pudieron ser los autores de ese juego, digno rival del juego de ajedrez, inventado por los hindúes. La Captura del Jabalí de Erimanto, Hércules el mito. El Gran Presidente, dentro de la Cámara del Concilio del Señor, consideraba la naturaleza del hijo del hombre que es asimismo un hijo de Dios. Él pensaba en lo que se necesitaba para hacerlo aun más parecido a su Padre. “Otro trabajo debe ser llevado a cabo. Él necesita equilibrio, y juicio sano, y preparación para una prueba mayor y para futuro servicio a la raza de los hombres. Por esto, que se prepare con cuidado”. Y el Maestro, anotando en sus tablas el propósito de la próxima prueba, salió y habló a Hércules. “Sal, hijo mío, y captura al jabalí; salva una región asolada, pero toma el tiempo de alimentarte”. Y Hércules salió. Y Hércules, que es un hijo de hombre y no obstante un hijo de Dios, pasó a través del séptimo Portal. El poder del séptimo signo pasó a través de él. No sabía que se enfrentaba a una prueba dual, la prueba de la rara amistad y la prueba del coraje sin temor. El Maestro lo había instruido para buscar un jabalí, y Apolo le dio un arco flamante para usar. Dijo Hércules: “No lo llevaré conmigo en el camino, por temor a matar. En mi último trabajo, en las riberas del gran mar, maté y destruí. Esta vez no mataré. Dejo el arco”. Y así, desarmado, excepto por su fuerte clava, trepó el acantilado de la montaña, buscando al jabalí, y viendo, a cada lado, visiones de miedo y terror. Subió aún más y más alto. Y entonces se encontró con un amigo. En el camino se encontró con Folos, uno de un grupo de centauros, conocido de los dioses. Se detuvieron y hablaron, y por un momento Hércules olvidó el objeto de su búsqueda. Y Folos llamó a Hércules, invitándolo a abrir un tonel de vino, que no era suyo, ni tampoco pertenecía a Folo. Este gran barril, pertenecía al grupo de centauros; y de los dioses, que los habían beneficiado con el tonel, había venido la orden de que nunca debía ser abierto, salvo cuando los centauros se encontraran y estuvieran todos presentes. El tonel pertenecía al grupo. Pero Hércules y Folo lo abrieron en ausencia de sus hermanos, llamando a Quirón, otro centauro sabio, para que fuera y compartiera su jarana. Este así lo hizo y los tres bebieron juntos, y se deleitaron y embriagaron e hicieron mucho bullicio. Esta gritería fue oída por los otros centauros desde lugares distantes. Ellos acudieron encolerizados, y una feroz batalla tuvo entonces lugar y a pesar de las sabias resoluciones, nuevamente el hijo del hombre, que era un hijo de Dios, se transformó en el mensajero de la muerte y mató a sus amigos, los dos centauros con los cuales antes había bebido. Y, mientras los otros centauros se afligían con fuertes lamentaciones, Hércules escapó otra vez a las altas montañas, y nuevamente reanudó su búsqueda. * * * Llegó hasta los límites de la nieve, siguiendo las huellas del feroz jabalí; lo siguió hasta las alturas y el áspero frío, y sin embargo no lo vio. La noche se fue acercando, una a una las estrellas salieron, y aún el jabalí se le distanciaba, y buscó dentro de sí mismo alguna maña sutil. Colocó una trampa con habilidad, y sabiamente oculta. Entonces esperó en una sombra oscura la llegada del jabalí. Las horas pasaron, y él aún esperó hasta que se acercó el alba. El jabalí salió de su guarida, buscando comida, impulsado por un hambre de días. En las sombras, cerca de la trampa, esperaba el hijo del hombre. El jabalí cayó dentro de la trampa y a su debido tiempo Hércules soltó a la bestia salvaje, haciéndola prisionera de su habilidad. Luchó con el jabalí y lo dominó y obligó a hacer lo que él decía, o ir por el camino que él deseaba. Desde la cima nevada de la alta montaña bajó Hércules, gozoso en el camino, conduciendo por la senda que bajaba, al feroz pero domesticado jabalí. Por las patas traseras, conducía al jabalí, y todos en la montaña reían al ver la escena. Y los que encontraban al hijo del hombre, que es el hijo de Dios, cantando y bailando en el camino, reían también al ver la marcha de los dos. Y todos en la ciudad reían al ver la misma escena; al tambaleante, cansado jabalí y al hombre que reía y cantaba. Así ejecutó Hércules su séptimo trabajo y regresó hacia el Maestro de su vida. Y el Gran Presidente dentro de la Cámara del Concilió del Señor observó: “La lección del verdadero equilibrio ha sido aprendida. Aún falta una lección. De nuevo en el noveno Portal el centauro debe ser encontrado y conocido y rectamente comprendido”. Y el Maestro dijo: “El séptimo trabajo está completado, el séptimo Portal ha sido pasado. Considera las lecciones del pasado; reflexiona sobre las pruebas, hijo mío. Dos veces has matado lo que deberías amar. Aprende el por qué”. Y Hércules permaneció dentro de las puertas de la ciudad y allí se preparó para lo que luego sucedería, la prueba suprema. Prólogo “El mito es el velado pensamiento del alma “. (Isis sin velo) Libra nos presenta muchas paradojas, y marcados extremos, dependiendo de si uno está en la vuelta del zodíaco en sentido de las agujas del reloj, o en la trayectoria inversa, la del discípulo que ha vuelto conscientemente, al sendero evolutivo, al camino de regreso al hogar. Se dice que es uno de los signos más difíciles de comprender. Es el primer signo que no tiene ni símbolo humano ni símbolo animal, excepto que sosteniendo la balanza está la figura de la justicia –una mujer cegada— cegada tal vez para la objetiva visión exterior, que la visión intuitiva interior debe adivinar dónde está la justicia. Es un intervalo, se nos dice, comparable al silencioso escuchar en la meditación: un tiempo de imposición del pasado. De nuevo, extrañamente, el hombre medio se acerca a Libra a través de la drástica prueba de Escorpio, mientras que el hombre más evolucionado entra a la prueba de Libra desde el signo de Virgo, con la conciencia de Cristo agitándose en su corazón y su mente. Piensa cuán diferentes serán las experiencias de estos dos hombres en Libra. En un caso la balanza oscilará salvajemente arriba y abajo; en el otro se aproximará al equilibrio o éste será logrado, entre la materia y el espíritu, y entre los más pequeños pares de opuestos. En este punto empezamos a ver por qué, en este tranquilo signo, nos encontramos con los problemas del sexo y el dinero, ambos buenos servidores y malos maestros, según el uso que se haga de ellos. El sexo es un sacramento, una compensación del hombre y la mujer, para la producción de las formas, para la continuación de la vida evolutiva. El dinero es un medio de trueque, de compartir a distancia. Si es amado y retenido sólo por sí mismo, es el oro del avaro, y si no, el oro del amante, entregado corazón. El equilibrio de los pares de opuestos está agudamente definido. La balanza puede oscilar desde la parcialidad y el prejuicio a la justicia o el discernimiento; desde la insensible estupidez a la sabiduría entusiasta. Cuán inusual y deliciosa combinación de palabras es esa. En el lenguaje común nosotros simbolizamos la sabiduría con la estúpida, parpadeante lechuza, y aquéllos que piensan que son sabios están demasiado, a menudo, llenos de solemnidad y son algo pesados. Sin embargo, la sabiduría debe ser “entusiasta”. Esto es algo para reflexionar. Y puede haber intriga, los tortuoso caminos de las leyes hechas por el hombre la invitan; o hay una conducta recta y el nativo de Libra puede estar caracterizado por actitudes materialistas o espirituales. Nuevamente una y otra vez en este viaje circular, las constelaciones son todas armoniosas, buenas, y para un propósito; es nuestra receptividad y el uso que hagamos de ellas, que determina lo que manifestamos. Esto se relaciona con penosa exactitud con las impresiones logradas por el turista ocasional, y por el hombre que vive por algún tiempo en un país, y realmente conoce a su gente. A veces uno piensa que una prueba de inteligencia debería ser tomada antes de otorgar una visa. Tales extravagantes ideas, por ejemplo, nos surgen al ver y oír a las gentes que han pasado unos pocos días en París y piensan que conocen Francia. Y en este imponente signo de equilibrio, justicia y ley, encontramos que la prueba termina en un estallido de risa, el único trabajo que la provoca. Desde la montaña venía Hércules, haciendo rodar al jabalí como si fuera una carretilla, cantando y riendo, y todos los espectadores reían con él. ¡Cuán encantador!; y esto a pesar del hecho de que nuevamente Hércules cometió un lamentable error. El Maestro le había dicho que “tomara tiempo para alimentarse”, pero Hércules tomó tiempo para una orgía de borrachos con dos sabios, viejos amigos, centauros. Y tomen nota de que ellos abrieron el tonel de vino que debía ser abierto sólo por y para el grupo. Todo un sermón podría ser predicado sobre este punto y también sobre el hecho de que, mientras Hércules tomaba precaución para no matar al jabalí, terminó matando a dos amigos. Así aparece la tentación detrás, cuando pensamos que hemos despejado de trampas el sendero delante nuestro. Pero entonces el sabio Maestro, cuando evaluaba el trabajo, pasó ligeramente sobre el alboroto al que todos habían contribuido, diciendo tan sólo, “Reflexiona sobre las lecciones del pasado” (contribución de Libra). “Dos veces has matado lo que deberías amar. Aprende el por qué”. Esto es todo; y se nos recuerda que la personalidad permanece fuera del ashrama, (nuestros maestros sólo ven cualquier luz que llevemos). No hay ningún elogio especial, Hércules simplemente pasó, no con honores, pero al séptimo trabajo se lo proclamó como completado y al séptimo Portal como atravesado. Justicia como misericordia. “Sí, Tú, Oh Dios, quieres ser tan severo para señalar todo lo que está mal hecho, Oh Señor, ¿quién puede soportarlo?” Reflexiones de un Nativo de Libra Antes que Hércules capturara al jabalí de Erimanto, se sentó a la mesa de Folo y bebió vino fuerte. En este momento él era el alma de la jovialidad, buscando y encontrando placer. Para Hércules, como para todos los que asumen el trabajo que debe ser realizado en Libra, los vapores del placer se deben disipar antes que la tarea mayor del autodominio, es decir, la captura del jabalí, sea emprendida. Es de señalar que el beber vino en abundancia conduce a Hércules a la tragedia, la muerte de Folo. Esta repentina intervención de la catástrofe dentro de la existencia buscadora de placer de un libriano; por desagradable que la experiencia pueda ser, es una necesidad para el desarrollo del alma. Sin tales tragedias, las potencialidades de Libra permanecen latentes. El libriano emprende su camino en invierno, una época de desolación, cuando la vida de la personalidad ha perdido su atractivo. Hércules no usa la fuerza bruta para capturar al jabalí. Coloca una trampa, espera y permite que la bestia caiga por sí sola en la trampa. Cuando el jabalí tropieza y cae en los ventisqueros, Hércules aprovecha su oportunidad. Es curiosamente libriano el evitar un encuentro directo, y no gastar más fuerza que la necesaria. Él busca lograr sus fines suavemente, no forzadamente. Se nos dice que Hércules toma las patas traseras del jabalí, y obliga a la bestia a bajar por la ladera de la montaña en sus patas delanteras, y que este espectáculo provoca la risa de todos los que observan eso. En este incidente observamos la habilidad del libriano para encontrar soluciones inusitadas, y para percibir el valor de lo incongruente. Situaciones de gran consecuencia en la historia de la humanidad son determinadas por inusitados acercamientos a problemas comunes. Por ejemplo, un jefe tártaro, inició un gran fuego detrás de sus propias tropas, forzándolas así a arremeter con un vigor tan desesperado que ningún enemigo podía resistirlos. Otra vez, cuando Aníbal mandó sus elefantes contra Escipión, éste ordenó a los soldados soplar las trompetas en las orejas de los animales; confundidos y aterrorizados por el ruido, los elefantes huyeron en desorden, y mataron a muchos de los hombres de Aníbal. La percepción de las incongruencias es una de las más grandes armas dadas a la humanidad en su perpetua lucha contra el espejismo. Es la fuente de la risa la que desbarata la ostentación y destruye las instituciones anticuadas. Este es el único trabajo que termina en una explosión de risa. Hércules no sólo realizó la tarea asignada, sino que hizo del feroz jabalí un objeto del ridículo. Por una perspectiva ligeramente alterada muchas de las aterrorizantes experiencias de la vida pueden ser trasformadas por un benéfico sentido del humor. Mucho de lo que la gente mira con grave y seria formalidad tiene decididamente ridículas implicancias. La descripción gráfica de Hércules conduciendo al jabalí por sus patas traseras, es una representación simbólica del alma dirigiendo un cuerpo torpe. Esta relación en la cual cada aspecto logra su debida importancia es característica de los librianos más altamente organizados. Así es el principio de equilibrio observado. El libriano se maneja pesando y equilibrando todas las cosas. Esta actitud lo hace aparecer frecuentemente fluctuante e indeciso. Sabiendo que hay innumerables gradaciones entre el negro y el blanco, él es raramente propenso a ser un extremista. Sabe que aquellos que son mirados como pilares de la sociedad pueden ser fariseos; y los modestos y humildes, la sal de la tierra; que aquéllos que declaran su excelencia más vehementemente pueden ser los menos meritorios; que el sabio de palabra puede actuar como los necios; los necios pueden encontrarse con tesoros; que los juicios del mundo pueden ser revocados por una corte superior; que la verdad puede manifestarse sobre la tierra de muchas inverosímiles maneras. La búsqueda de la verdad, entonces, se cambia en el desarrollo de la discriminación. En un sentido, la verdad no existe para los seres humanos, pues todas las verdades no son sino parte fraccionarias de mayores conjuntos. La búsqueda de estos conceptos más inclusivos es de más importancia que la insistencia sobre un fragmento aislado de un limitado segmento separativo. Como una laboriosa araña, el libriano está perpetuamente hilando hilos de relaciones, creando una sensitiva red de significados. El resultado de tal actividad es la síntesis. Permanece entre lo concreto y lo abstracto, tratando de relacionarlos a los dos. Siempre hay una discrepancia, siempre la brecha entre el fin previsto y la meta lograda; y no obstante, la tela brilla luminosamente y asume un modelo de intrincada belleza. A medio camino entre el cielo y la tierra, el libriano espera. Mirando arriba, ve la visión, el amanecer dorado iluminando la cima de la montaña cubierta de nieve; contemplando hacia abajo mira los lodazales y el cieno a través del cual pasan los hijos de los hombres. Por un lado, reconoce altos ideales; por el otro, los ve repudiados. Si él se eleva hacia el mundo del ideal, pierde contacto con las cosas comunes; si desciende al nivel de la actividad materialista, pierde las preciadas percepciones que son la causa principal de su ser. Se mantiene suspendido en equilibrio entre estos dos mundos para poder lograr comprensión, una comprensión que incluye lo superior y lo inferior, lo bueno y lo malo, lo excelso y lo insignificante. Esto es la compasión. El conocimiento logrado causa desilusión. Escudriñando dentro de los corazones humanos, percibe las sombras oscuras, y el sedimento de extrañas pasiones. Descubre los métodos básicos por medio de los cuales personas de importancia establecen sus éxitos, los puntos oscuros en la vida de hombres respetables, los hábiles caminos por los que ellos eluden las sugerencias de la conciencia. Observa las ideas en capullo que son mordidas por la escarcha a la primera tentación. Contempla la larga marcha hacia adelante de la raza humana, con sus esporádicos logros y sus multiplicados fracasos. ¿Cuál es el resultado de tales reflexiones? En primer lugar, se debilitan sustancialmente los espejismos que tan a menudo encadenan al hombre a la tierra. Se entera que el hombre vive en una arremolinada bruma de ilusión, asiéndose a la vida como si fuera un fin en sí misma, huyendo a menudo de la verdad como de una catástrofe. Esta descripción de defectos no significa que la bondad humana es pasada por alto; sin una suficiente cantidad de ella, el mundo no se podría soportar. El libriano no está seguro en absoluto de querer tomar parte en la lucha agresiva para lograr un modo de vivir, y avanzar belicosamente hacia un sitio de poder y prestigio en el mundo. Si sólo tuviera que preocuparse de sí mismo, probablemente se retiraría a una biblioteca, y pasaría sus días allí. Sin embargo, también existen otros seres humanos que le hacen reclamos. El motivo del servicio se arraiga así en su vida, un sentido de servicio basado en una evaluación realista de la naturaleza humana. Realmente es muy difícil servir a la especie increíble llamada hombre. Informa a un hombre de una verdad que, si la aceptara alteraría su estereotipado modo de vida, y él te condenará como si fueras un radical; razona con él, y él tercamente insistirá en la supremacía de sus instintos; por otra parte, muéstrale indiferencia hacia su condición, y te denunciará por ser insensible a sus sufrimientos. Quienquiera que sirva a la raza humana debe estar preparado para la incomprensión, la mala interpretación, y la perversidad que apoya lo opuesto de lo que se dice. El libriano no es inclinado a ser fanático ni tirano. Buscando más bien persuadir que forzar, él entiende el arte del compromiso espiritual; esto implica una complacencia de que el cielo se alcanza con una serie de pasos separados más bien que con un simple salto salvador. Servir a otros requiere una justa apreciación de sus capacidades; esperar de ellos lo que son incapaces de dar es a la vez insensato y frustrante. La ayuda dada a una persona debe encontrar expresión dentro del marco de sus limitaciones. Si esto no se hace, la ayuda puede resultar un impedimento. Se debe hacer una cuidadosa distinción entre demasiada ayuda y demasiado poca; si se da demasiado, el individuo, no será estimulado a usar sus propios recursos, mientras que demasiado poca puede causarle el hundirse en un mar de desesperación. En otras palabras, la ayuda dada debe ser cuidadosamente adecuada a las necesidades del individuo involucrado. En muchos casos, la ayuda será solamente un estorbo; por lo tanto, es a menudo mejor permitir a una persona formar sus propias certidumbres espirituales, de sus propios amargos conflictos. El constante pesar y medir tan característico de Libra, tiene una finalidad; el establecimiento del equilibrio. El mundo está sostenido por el equilibrio, y a esto lo comprende el libriano. De hecho, las leyes del karma pueden ser consideradas como actividades equilibrantes que impiden la continuación de una condición desequilibrada. Las catástrofes que le sobrevienen a un hombre están destinadas, no a castigarlo, sino a restaurar el equilibrio en su naturaleza. El que establece el equilibrio en su propia vida no estará obligado a que se lo impongan por medio de desagradables, intimidantes circunstancias. Los platillos de la balanza de Libra son fácilmente inclinados a un lado u otro, pero el punto medio en el cual descanza la balanza, permanece inalterado. Este es el punto del equilibrio, el refugio seguro que las sombras fluctuantes de los cataclismos terrenales y las catástrofes nunca pueden amenazar. Se debe señalar que el equilibrio, como es aquí concebido, es una condición más bien dinámica que estática. Un sistema equilibrado de energía sería una definición más adecuada; expresado de otra forma, podría ser llamado una distribución ordenada, de las energías dirigidas y controladas por una muy inclinada voluntad al bien. El hombre completamente desarrollado, o iniciado, podría tal vez ser descripto también en tales términos. En medio de la disonancia, el libriano acaricia el sueño de la armonía; en un país lejano, él recuerda la casa de su Padre. En recuerdo de esto busca ser un punto de paz en un mar de fuerzas en pugna. Esa es la meta, pero no siempre el logro. Sin embargo, este anhelo de armonía fortalece en él el deseo de ser un hacedor de paz. Puede comprender hábilmente ambos lados de un problema’ y esta habilidad le sirve bien para ser mediador y árbitro. Las energías que emplea son la persuasión, la cortesía, y la cooperación; cuando éstas fracasan, desdeña métodos más rigurosos. Se siente naturalmente inclinado hacia el trabajo de grupo, y es atraído por los programas de acción que promueven la hermandad y la unidad. Hay un elemento fuertemente femenino en el libriano, y esto es natural ya que Venus gobierna este signo zodiacal. El duro, impetuoso empuje de la vida moderna es demasiado agresivamente masculino; la gracia y la belleza artística del componente femenino debería actuar como una influencia complementaria. El libriano comprende esto instintivamente. Sabe que el dogmatismo masculino debe ser modificado por el sabor más sutil de la dulzura femenina; que la dúctil agua durará más que la piedra implacable y el rígido acero. Cuando el libriano ha asimilado las suaves armonías de Venus, empieza a responder a otra vibración, la de Urano. La afirmación en la Biblia que describe este impulso está expresada en estas palabras, “Mira, Yo hago todas las cosas nuevas”. Se entiende a las viejas formas como siendo cadenas y trabas. Ellas deben ser descartadas. La escoba de Dios debe arrastrar con todos los escombros de las edades para que los altos ideales de la hermandad y la unidad, puedan ser incorporados dentro de la misma estructura de nuestras instituciones, para que las vidas que los hombres conducen puedan reflejar la divina imagen que está indeleblemente marcada en su ser esencial. Sin embargo, este cambio revolucionario no se debe cumplir cambiando el arreglo de nuestro aspecto exterior, formas o instituciones; debe originarse dentro de la mente humana en el silencio del corazón del hombre, cuando él se vuelve hacia la luz que brilla sobre él y que viene del resto de inmortalidad que en él mora. El libriano se equipa para rehacerse, sabiendo que éste es el primer paso hacia el reordenamiento del mundo. Los Regentes de Libra y su Signo Opuesto El signo opuesto de Libra, con el cual debe ser hecha la compensación, es Aries, cuyo regente exotérico es Marte, mientras que el gobernante de Libra es Venus. Exotéricamente, por lo tanto, debe haber una compensación entre la Voluntad y la mente superior, expresándose a través del deseo o el amor, según el estado de evolución. El regente esotérico de Libra es Urano, y Saturno en este signo es el gobernante de esa “estupenda Jerarquía creadora” que forma parte del tercer aspecto de la divinidad. Es por esta razón que Libra está estrechamente conectada con la Jerarquía, y explica el tercer aspecto de la Divinidad y de ahí que es un signo gobernante y un mayor factor determinante donde la ley, el sexo y el dinero están comprometidos. El Tibetano expresa más adelante que, “Si los estudiantes hicieran un estudio cuidadoso de estas tres cosas: la ley, primer aspecto; la relación entre los pares de opuestos (el sexo), segundo aspecto; y la energía condensada, llamada dinero, tercer aspecto; tal como ellos se expresan hoy en día y como ellos pueden expresarse en el futuro, tendrían un cuadro de la realización física humana y de la futura expresión espiritual que sería instructiva y tendría mayor valor. Todo el proceso es explicado por la actividad de los tres regentes de Libra: Venus, Urano y Saturno”. (Condensación, Astrología Esotérica). Una belleza singular emerge cuando consideramos los principios fundamentales de Aries y Libra como fueron dados por Dane Rudhyar en “Dones del Espíritu”. El distintivo para Libra es, “tranquilidad”, pero está lejos de la tranquilidad del confort lujoso. El autor lo define como “una expresión de relación totalmente aceptada, sea ésta con un objeto, una situación o una persona… Los hombres sólo pueden estar libres de la naturaleza cumpliendo con la naturaleza; cumpliendo con ella con tranquilidad, con elegancia. “Por elegancia queremos decir esa cualidad que el matemático tiene en la mente cuando habla de ‘la elegante solución de un problema matemático’, una solución que avanza con extrema facilidad, con la mayor simplicidad de medios, con un mínimo de pasos intermedios, con lógica inherente. Un pino gigantesco de California es asimismo la elegante solución del problema contenido en la semilla; un perfectamente fácil y lógico desarrollo de las potencialidades inherentes a esta semilla. “El natural crecimiento de las potencialidades inherentes, la facilidad y la lógica de la evolución, la elegancia del desarrollo; éstas son joyas del arte de vivir; éstas son las pruebas del dominio”. Que tu mente descanse en la contemplación de estas hermosas palabras. Es difícil imaginar un concepto más alentador del crecimiento, un crecimiento que se desarrolla desde adentro como se abre una flor, sin esfuerzo y ansiosa tensión. Aquí podríamos advertir que Libra representa al reino vegetal, al sexo y a la afinidad natural. En ese reino se dice que tres rayos vibran al unísono. Esto da por resultado servicio, color y fragancia. Las palabras de Rudhyar no son poesía mística; ellas tienen sus raíces en hechos biológicos, donde también la energía creadora, el Dios inmanente, está trabajando. Volviendo a Aries, encontramos que el principio fundamental es “adaptabilidad” que indica un método por el cual la tranquilidad de libra puede ser obtenida. Todos nosotros sabemos de hombres y mujeres en la historia y en torno nuestro ahora, que se mueven con serenidad y poder en medio de trágicos acontecimientos. Y ¡qué espectáculo terrible e inspirador es ese! También encontramos adaptabilidad en el camuflaje del reino animal, en el colorido de los pájaros y bestias que les ayuda a proteger sus vidas. El hombre en circunstancias peligrosas tiene una necesidad igual de disfraz, en su caso, para aumentar la adaptabilidad. Esto inmediatamente hace surgir una duda en cuanto a los peligros del compromiso, del abandono de los principios por la seguridad. Pero lo mismo que El Tibetano nos ha dicho que “el compromiso espiritual” puede ser un reconocimiento del tiempo y la evolución, no implicando ninguna traición a la meta, así leemos lo siguiente escrito por Rudhyar: “Este tipo de adaptación social no deberá ser tal como para desviar o enturbiar la corriente de la liberación del poder. No deberá alterar la cualidad de las imágenes proyectadas, u oscurecer la visión que ellas trasmiten… Es ésta una difícil tarea de discriminación. Ser adaptable, pero retener la pureza y la total integridad de nuestra visión y de nuestro ideal; aceptar rodeos, pero no perder el rumbo de la meta; ser comprensible y aceptable para aquellos que necesitan el despertar espiritual, pero no distorsionar o rebajar el carácter del mensaje; usar los valores nacidos del pasado, pero no desestimar el futuro a cambio del incierto presente; ser amable con los hombres, pero inflexiblemente verdadero para con el espíritu, tales son los problemas con los que la persona de Aries se encontrará constantemente, en una forma u otra. El individuo que está consagrado verdaderamente al espíritu, actúa como el espíritu en términos de necesidades humanas”. (Tranquilidad y adaptabilidad; Libra se compensa con su signo opuesto, Aries). Las Constelaciones y las Estrellas Hay tres constelaciones en Libra, todas de especial interés. Primero está la Cruz del Sur que nunca ha sido vista en el hemisferio norte desde los tiempos de la Crucifixión, cuando fue vista en Jerusalén. Ahora la Cruz que aún se divisa en el hemisferio sur se está alejando. Tratemos de entender la presentación dramática de este gran símbolo. Cuatro estrellas brillantes forman esta cruz; cuatro, el número del aspecto material del hombre, el cuaternario. La Cruz del Sur, el cuaternario, se está alejando. El mismo simbolismo se ve en Géminis, con Cástor y Pólux. Cástor, simbolizando la inmortalidad, se está volviendo más brillante y Pólux, la mortalidad, se está oscureciendo. La cruz se está retirando, y esta promesa está en Libra, llamada la puerta abierta a Shamballa, el signo en el cual se encuentra “el sendero angosto, como el filo de la navaja” que conduce al hombre al reino del alma. La segunda constelación es la de Lupus, el lobo. A través de las edades, la cabeza del lobo ha sido el símbolo del iniciado. Pero es un lobo moribundo, y la naturaleza del lobo que ha devorado la naturaleza del alma hasta ahora, es simbolizada como desapareciendo, pues a medida que el hombre logra el equilibrio, la actividad y el poder del lobo desaparecen. La tercera es la Corona, la corona sostenida delante del hombre trabajando en Libra. El símbolo está basado en la historia de Ariadna, el aspecto madre, a quien Baco le dio una corona de siete estrellas, símbolo del segundo aspecto de la divinidad que glorifica la materia haciéndola la expresión de la mente divina. (Según A.A.B..) Como con todo lo de Libra, las interpretaciones y comprensión de las constelaciones son difíciles, pero estimulantes de la reflexión. Si los datos parecen escasos y vagos, es tal vez nuevamente representativo del interludio del Libriano, al que uno de los Maestros de Sabiduría ha llamado “el maestro de la tierra de nadie”. Así sólo podemos reflexionar, recordando cómo el lobo aparece como el animal que amamantaba a Rómulo y Remo; y fue el feroz animal al que San Francisco de Asís amansó por el amor que sentía por él, y el sentimiento de unidad con él. Algunos detalles sobresalientes de la disertación de A.A.B. En Libra tenemos al hombre que no habla, simbólico del intervalo de silencio en la vida de Jesús. Entre los 12 y los 30 años no tenemos noticias de él. Esos fueron años de silencio, ya que los pasaba entre los esenios en Egipto o en el taller de carpintero en el cual, ese gran hijo de Dios, equilibraba el espíritu y la materia y se preparaba para su ministerio como un hijo del hombre que era también un hijo de Dios –demostrablemente—. La gran revelación, a mi parecer, no es que nosotros seamos espíritu sino que todo es Dios es manifestación; todo es energía de diferentes categorías. Cristo fue la perfecta expresión de la divinidad en la forma. Él equilibraba perfectamente el espíritu y la materia. Ese es el trabajo que todos nosotros tenemos que hacer… Los dos centauros buenos que Hércules mató, son conocidos como Quirón (pensamiento bueno) y Folo (fuerza física). Esta prueba fue para mostrar el control de la naturaleza emocional, astral o del deseo, en cualquier forma que ella pueda tomar. Tú no puedes controlar o guiar la naturaleza del deseo por medio de la fuerza física o sólo por el pensamiento, pueden tener éxito por un tiempo y después vuelve a surgir nuevamente en tí. La única solución es apresar al jabalí del deseo en las altas montañas. Es en la cima de las montañas que ocurren todas las grandes revelaciones, donde la niebla del valle desaparece y llega la iluminación… “Libra es un signo de aire y está en la cruz cardinal que gobernará al próximo sistema solar, y en este sistema gobierna el sendero de la iniciación, que es hollado por la flor de la raza”. Otra vez el misterio cubre con un velo para que nosotros encontremos al signo difícil de comprender. Pero los principios fundamentales del signo son claros, y sencillos: hablan derecho al corazón y sin oscuridad. Para el hombre medio, con no desarrollado conocimiento espiritual la palabra acude una y otra vez a través de los eones: “Y el Verbo dijo: que se haga la elección.” La respuesta eventualmente vuelve como un resultado del proceso evolutivo y desde el alma. “Yo elijo el camino que conduce entre las dos grandes líneas de fuerza”. (Astrología Esotérica, pág. 175). Alice Bailey, los trabajos de Hércules. La madriguera y hasta qué punto quiera uno adentrarse en ella es en realidad hasta donde y cuanto quiere descubrir una persona de sí misma. Alicia se adentró en la madriguera y se encontró con el sombrerero. El sombrerero estaba loco. La idea es que quiere salir de la madriguera una vez que ha entrado. En la ciencia hay pues dos fases, está la parte alocada, cuando te adentras en la madriguera, y está la parte en la que compruebas la locura de tus ideas mediante un proceso riguroso, estricto y delimitado. Lo interesante de la ciencia, de la física, es que es una forma nueva y original de intentar entender el mundo. El método experimental que en física es importante es algo muy distinto del método de la revelación o del método de la meditación, o cosas así. Por ejemplo los budistas no cambiarían sus creencias a partir de los resultados de los experimentos hechos con electrones. Podemos preguntarnos porque se ha producido esta aparente ruptura entre la iglesia y la ciencia. La religión y la ciencia, creo que las razones son muy profundas porque seguramente tienen que ver con la convicción de que algunos libros de las sagradas escrituras como el génesis, que relataba los inicios, no nos explican verdaderamente los orígenes del mundo. Pero lo cierto es que cualquier estudioso de la biblia diría y esto no es ninguna novedad, que el génesis no narra ni nunca ha pretendido hacerlo. Aún así muchos creyentes creen que el génesis tiene una especie de noticiario en directo como si fuera la CNN del inicio de la creación. En todas las épocas ha habido gente como el famoso arzobispo irlandés James Ussher que calculó con gran satisfacción que la creación del mundo tuvo lugar en año 4.004 Ac. El 17 de Septiembre a las 09:00 de la mañana. La espiritualidad debe tener una explicación científica, y hasta hace muy poco no había ninguna satisfactoria. Para mí la única válida es que los amores platónicos de la protoconciencia, la bondad, la verdad, existe a un nivel fundamental de la geometría espacio/tiempo que puede influir en nuestras acciones si estamos abiertos a ellos. Nos conecta exhaustivamente con los seres del universo. La ciencia crea las historias que rigen nuestra vida y la ciencia nos ha contado una historia muy cruda, nos ha dicho que somos una especie de error genético, que tenemos genes que nos utilizan básicamente para avanzar hasta la generación siguiente, y que mutamos al azar. Nos ha dicho que estamos solos fuera de nuestro universo, que estamos solos, que estamos separados, y que somos una especie de error solitario, en un planeta solitario, en un universo solitario. Y eso moldea nuestra visión del mundo, moldea nuestra visión de nosotros mismos, y ahora nos estamos dando cuenta de que esa visión de la separación es francamente destructiva. Es la causa de todos los problemas que hay en el mundo. Ahora nos estamos dando cuenta de que ese paradigma es incorrecto, de que no estamos separados, de que estamos todos unidos, de que estamos conectados hasta el elemento más profundo de nuestro ser. Así pues, intentamos entender y asimilar cuales son las consecuencias de esto. ¿Qué implicará para mí y mi vida? Necesitamos un entorno espiritual nuevo, necesitamos una nueva forma espiritual de entender la naturaleza de lo que es un ser humano, porque las viejas explicaciones, las viejas mitologías, el viejo Rey Dios enfrentado al científico que cree en leyes que lo rigen todo ya no tienen validez. Hay que enterrar todo eso, necesitamos un nuevo paradigma, una visión nueva, la física cuántica puede ayudarnos a subir un peldaño más en la dirección correcta. El aspecto clave del nuevo paradigma, al menos en medicina, es que la conciencia es real y hace mella. Para crear un paradigma nuevo tenemos que dejar de lado los sentidos. Puede ser perfectamente que lo que pasa dentro de ti, en tu cerebro, en tu sistema nervioso, en tu naturaleza de la observación, en la forma de trabajar de la memoria, de la mente, puede ser perfectamente que lo que pase ahí sea una especie de interrelación de observador/materia que no hace más que convertirte las cosas en reales afectando así tu forma de percibir la realidad. No se trata de cambiar la realidad del entorno, no hablamos de transformar sillones, camiones, excavadoras y cohetes espaciales… eso no lo cambias, no. Pero si cambias como percibes las cosas y que es lo que piensas de ellas, como las sientes, como sientes el mundo. En física, el primer presentimiento de que el tiempo no era lo que parecía tuvo cuando se descubrió la realidad. Es ese fue el primero, se intuyó que el tiempo no era absoluto, que no era el soberano último del universo, que Dios todo poderoso no había dicho: “un segundo, un segundo, un segundo… un metro, un metro, un metro…” Las ecuaciones fundamentales de la física tienen una propiedad a la que denominamos simetría de inversión temporal, y la simetría de la inversión temporal significa que hay un conjunto de leyes que son simétricas si se cambia el signo del tiempo, y que tiene las siguientes características. Cualquier proceso que se rija sobre estas leyes si se da al revés en el tiempo seguirá rigiéndose por esas mismas leyes. Muy bien, eso debería significar que la leche que se sale de un café igual que se disuelve en él, que la gente rejuvenece igual que envejece, que tenemos la misma clase de acceso al conocimiento del futuro que al del pasado, que actuando ahora podemos influir en el pasado igual que podemos influir en el futuro. Pues eso no es así, todo esto entra en conflicto directo con la forma en que psicológicamente experimentamos el mundo. Una de las ideas aún más difíciles de aceptar a pesar de que la física cuántica lleva ya tiempo por estos mundos, es la posibilidad o la noción de que el futuro puede tener un efecto causativo en el presente. Si sujeto una pelota la suelto y cae causa efecto cuando llega al suelo, pero… ¿Puede que el suelo sea la causa de que haya soltado la pelota? Solo en la experiencia consciente nos parece que avanzamos en el tiempo. En la teoría cuántica se puede retroceder en el tiempo, y hay indicios de que los procesos del cerebro relacionados con la conciencia se proyectan al revés en el tiempo. A finales de los 70, por ejemplo un neurofisiólogo de la universidad de California realizó unos experimentos muy conocidos. Examinó a pacientes que se sometieron en una neurocirugía cerebral con el cerebro al descubierto y sin perder la conciencia. Les dio anestesia local con el objetivo de dormir la zona del cráneo y del cuero cabelludo y poder acceder al cerebro mientras estaban conscientes y podían conversar. Hizo dos cosas; por un lado les estimulaba el meñique, miraba la parte de la corteza sensorial del lado opuesto que estaba relacionado con eso, registraba eléctricamente la actividad, y preguntaba al paciente cuando notaba el estímulo en el meñique. Por otro lado, también les estimulaba esa zona concreta de la corteza. Lo normal es pensar que si estimulas el meñique se necesita un periodo concreto de tiempo para llegar al lado opuesto de la corteza de forma que el paciente notificaba el estimulo una fracción de segundo después que se haya realizado, y si estimulas el cerebro directamente piensas que el paciente reacciona al instante. Pues comprobó que era al revés, cuando estimulaba el meñique el paciente lo notaba al instante y cuando estimulaba directamente la corteza había un intervalo y al revisar todos los datos y repetir el experimento una y otra vez llegó a la conclusión que el cerebro proyectaba información hacia atrás en el tiempo. En efecto, se necesitaba un tiempo concreto para llegar a la corteza sensorial pero el cerebro proyectaba información hacia atrás, el estímulo se notaba justo en el momento en el que se producía el pellizco. Algunos estudios han demostrado que cuando la gente empieza a mover una mano o a decir algo hay actividad en el cerebro, en determinadas células nerviosas del cerebro, incluso antes de que la persona sea consciente de lo que quiere hacer. Según la física cuántica todo el mundo tiene poderes mágicos, todo el mundo los usa, los usa siempre cada vez que mira. El observador destruyó la función de onda con solo mirar. Nosotros somos siempre el observador, pero a veces nos identificamos tanto con los acontecimientos que incluso perdemos el aspecto del observador, por eso el materialista se pierde y piensa que puede pasar sin el observador. Los datos físicos demuestran que un objeto es una simplificación de lo que llamamos el entorno, cuando nos fijamos en las partículas atómicas y subatómicas o en la materia atómica o subatómica en cualquier forma, descubrimos que nuestra manera de observar y la elección de lo que queremos examinar cambia las propiedades de lo que vemos en lo que llamamos el entorno. ¿Eso es el observador? ¿Algo tan complicado para el entendimiento? ¿El mundo tan descabellado y extraño de las partículas cuánticas, y de sus reacciones? ¿Eso es pues, el observador? Y a pesar de que no podemos tener una ciencia cuántica sin la observación de los científicos que han llegado hasta allí, que la han descubierto capa tras capa… todos son observadores y ninguno está de acuerdo de forma concluyente con todas las teorías de la ciencia porque matemáticamente todos la contemplan desde distintos ángulos de perfección. La intención humana es muy importante e influye mucho. El agua es el mayor receptivo de los cuatro elementos. Somos ondas, (un 70% de nuestro cuerpo es agua). Cuando proyectas al agua amor se vuelve preciosa, el pensamiento y la intención es el alma (como en el caso del agua), si el pensamiento hace eso al agua… ¿Qué nos hará a nosotros? Vuestra en la Santa ciencia Ana Suero Sanz - Artículo*: Filosofía Oculta - Más info en psico@mijasnatural.com / 607725547 MENADEL Psicología Clínica y Transpersonal Tradicional (Pneumatología) en Mijas y Fuengirola, MIJAS NATURAL *No suscribimos necesariamente las opiniones o artículos aquí enlazados
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