OBJETIVO ALCANZABLE GRACIAS A LA MEMORIA Es precisamente ahora la oportunidad de zambullirse en la inconmensurable sabiduría emanada del Okéanos Primordial (1). Esta es la clave de acceso al legado de la Cadena Áurea: saber que es posible en este preciso instante. Objetivo alcanzable, o mejor, objetivo alcanzado gracias a la Memoria. Se nos ha brindado la oportunidad de ser dichosos testimonios de esta Cadena Áurea gracias a Federico González Frías, último eslabón vivo del que tengamos constancia, adorador del Misterio, a cuya indescifrable Belleza nunca dejó de abismarse. Otros testimonios lo forjaron a él y se erigió portador de este Fuego Sagrado de la Tradición en tiempos de una oscuridad mayúscula. Federico tuvo el atrevimiento de tratar de nombrar lo Innombrable. A ello dedicó su vida, y los aquí presentes no queremos sino seguir haciéndolo, emulando su admirable ejemplo; un ejemplo de dedicación a la realización espiritual efectiva y plena. En el transcurso de esta empresa le ponemos nombre a todo lo que puede nombrarse, somos lo que conocemos, nos convertimos en lo que contemplamos, basculando delicadamente en el interregno que media entre el Ser y el No Ser, advirtiendo la identidad indisoluble entre uno y otro y adivinando la sabiduría que permite reírse de todo lo que es pasajero; y todo lo es salvo el Centro de la Rueda, donde reside el Espíritu. Esto está claramente representado en la carta del loco del Tarot. Es una oportunidad única, irrepetible. Cada momento es irrepetible. Es en este corazón que palpita ahora mismo que se puede reconocer el Misterio que da vida y sostiene la Gran Obra. El hombre viejo, este ser decrépito atrapado en la distracción y el olvido, obliga a mantenerse en guardia, a velar por este espacio sagrado de la Memoria que alberga las verdades ocultas y primigenias, ajenas a toda contingencia y mutabilidad. Sí, nos sabemos testimonios vivos de la Academia Numénica, convocados como estamos a sumergirnos en el Noûs, el intelecto divino, la verdadera Inteligencia. La Influencia Espiritual sólo te atraviesa ubicándote en el Eje inmutable. La Cadena Áurea es la antorcha incandescente de un tiempo mítico y de esa Memoria del esplendor y de la majestad del Principio. Este tiempo mítico es el mundo de los dioses. Ahí los númenes se manejan a su antojo y juegan al sagrado juego de no atraparse en las sombras. Al Reino de los Cielos, entendido como los estados superiores del Ser, se tiene entrada completamente despojado de los apegos individuales y entregado en sacrificio. La Cadena Áurea, o Academia Numénica, es el Hilo de Oro que permite al alma el Viaje hacia la Liberación, también llamada en la tradición hindú la Suprema Identidad. Acompaña a aquellos que están adheridos a este Hilo de Oro una actitud de puro Asombro. El Asombro es un estado de gracia donde uno se abisma hacia la Oscuridad, hacia el Misterio, que subyace tras lo manifestado (etimológicamente “a-sombro”': "hacia la sombra"). En ese no saber nada, se está, paradójicamente, libre de sombra y oscuridad, de confusión e ignorancia, jalado por el Misterio, por esa "Oscuridad más que luminosa". Es el estado donde el iniciado está arrebatado por la Certeza y a la vez por el Misterio. Es la Docta Ignorancia que los depositarios de la Cadena Áurea han encarnado, donde no se sabe nada y, a la vez, es así como se sabe todo. Y así discurre la gracia del Hombre que pertenece a la República de las Letras: contemplando lo misterioso y eternamente incognoscible, que es la ausencia de la Deidad siempre presente. Porque la Posibilidad Universal aúna sin dualidad, simultáneamente, el ser y el no ser. Llevados por el símbolo, guiados por él, hemos llegado a una Utopía, tan real, como cualquier otro sueño, salvo que éste está signado por la certeza. Y guiados por todos los dioses, esos desconocidos, hemos llegado a las puertas del Misterio. Y entonces debemos callar, aunque tratando de hacer comprender a nuestros contemporáneos el valor del Silencio absoluto, de una gratitud que no puede medirse. Vivificando la Tradición Hermética estamos cada uno en su casa, como si no pasara nada, aguardando el fin de un ciclo y rogando podamos transbordar a la majestuosa barca de Hermes y Anubis, para navegar perennemente por las aguas de lo no finito (2). Notas 1 Por Okéanos Primordial hemos de entender aquí no el Océano de la tierra, sino más bien las “Aguas superiores”, es decir al Cielo en su fluir perenne, semejante al “Tiempo sin límites” como imagen verdadera de la Eternidad, idea que está presente en todas las cosmogonías tradicionales. 2 Federico González Frías, Proemio, Documentos de la Iglesia Secreta I. Symbolos, Barcelona, 2014. - Artículo*: Letra Viva. Una Utopía Hermética - Más info en psico@mijasnatural.com / 607725547 MENADEL Psicología Clínica y Transpersonal Tradicional (Pneumatología) en Mijas y Fuengirola, MIJAS NATURAL *No suscribimos necesariamente las opiniones o artículos aquí enlazados
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