”Y NEGAMOS LA NEGACIÓN DE LA VERDAD Y DEL SER” (1) Que el furor, la pasión, la embriaguez, el delirio de Dionisos nos sea participado, su presencia anuncia un renacer en el mundo de los dioses. Academia Numénica, utopía donde se revela la memoria de quiénes somos. Hermes, dios inventor del lenguaje e inspirador de los escribas en la transmisión de los misterios de lo sagrado. De manera que una entrega a la lectura de estos textos inspirados es acceder o participar de su esencia hermética, su Música (de Musa, de remembranza), su Enseñanza "como forma de comunicación, por mediación del Conocimiento, con los planos más altos de la Cosmogonía y la Ontología, y por lo mismo con los auténticos soportes de la Metafísica” (2); lo que seguido de la nueva expresión vertida en la voz o pluma de los que han comprendido, va conformando una cadena áurea que proporcionará el alimento sagrado al que beba o lea de esas letras vivas. Algunos la han denominado como “una cadena de Hermes que pende hacia los mortales” (3). Desde que comenzara la escritura, nacida necesariamente para fijar de algún modo la palabra y en ella el sentido sagrado y salvaguardarlo de las muchas desviaciones que por entonces ya empezaban a abundar, muchísimas son también las falsas o malas o literales interpretaciones que han corrido paralelamente a cargo de personajes que hacen ostentación de un conocimiento que no lo es, pues no comprenden, por no poder o no saber cómo se hace uno apto para recibir la inspiración de la divinidad que revela la verdad. Esta solidificación interpretativa ha ido extendiéndose y ha llegado a nuestros días con el añadido de una fuerte espesura que envuelve la facultad intelectiva del hombre, resultando ser muchísimos los que caen en el engaño de esos pseudo conocedores, entre los que se pueden encontrar también muchos "religiosos", o los contemporáneos "científicos" o "filósofos", que escudados en su "posición", "inteligencia" o "erudición", sentencian con sus opiniones y niegan con un alarde bien ignorante todo lo que no comprenden y rebasa su nivel. En ese mismo huerto de la ignorancia, han nacido una extendida suma de individualidades que, con diversos intereses particulares, fundan "escuelas" que incluso llaman de "autoconocimiento", anunciando soluciones ideales para la liberación de la infelicidad, creyendo y enseñando que el conocimiento del Sí mismo se da fijando y ahondando en la individualidad, en lo personal. Se sirven para sus afirmaciones de los textos e imágenes simbólicas o sagradas, tergiversando o invirtiendo su significado. Por tanto, son organizaciones que se pueden calificar de diabólicas, que laboran bajo el manto del "príncipe de este mundo” al que sirven conscientemente o no, mercaderes que comercian con lo sagrado. No está de más, pues, tomar precauciones, estar atento y no beberse cualquier caldillo para saciar el impulso de búsqueda que algunos puedan tener; vivimos en el tiempo donde está saliendo a la luz todo lo residual que quedaba por manifestarse en este ciclo, y hay muchísima, muchísima falsedad corriendo e instalándose en todos los medios, aunque por otro lado también la Verdad está presente, como siempre lo ha estado y no puede dejar de estarlo, dejándose encontrar por aquél que busca de corazón. El conocerse a sí mismo no es una "transformación y evolución personal de los individuos", ni un "descubrir nuestra personalidad" oculta o "un conocimiento práctico" que "nos adapta a nuestro entorno social y nos ayudará a vivir mejor y más fácilmente” (4), como ofrecen estas instituciones; sino que muy al contrario se trata de un morir a ese punto de vista individual e individualista, morir a su ilusión y a toda ilusión engendrada junto a la noción de un "yo" invertido para ir traspasando esos límites de lo corpóreo y psíquico en los que permanecemos atrapados, e ir descubriendo mundos más amplios de nuestra realidad y razón de ser en el único Ser; el Ser de todos los seres. Este mundo que vemos no es producto de una casualidad ni el hombre, como individuo, su dueño en base al desarrollo de su inteligencia, sino que está siendo formado y participado ahora mismo por los dioses o divinidades, del cielo y de la tierra, que a través de la Inteligencia divina vienen al ser para hacer manifiesto o traer a la luz el Pensamiento de la deidad. Los hombres piadosos son muy pocos, tan pocos que incluso sería posible hacer el recuento en todo el universo. Y si la malicia persiste en la mayoría es porque carecen de la sabiduría y del conocimiento de las cosas consideradas en su conjunto. Es necesario haber comprendido el plan divino por el que ha sido constituido el universo para poder despreciar los vicios de lo material y remediarlo. Pero cuando se propagan la impiedad y la ignorancia, todos los vicios cobran fuerza y hieren el alma con pecados incurables; y el alma, infectada y corrompida por ellos, se hincha de venenos, salvo en aquellos que han encontrado el soberano remedio de la ciencia y del conocimiento (5). Este Saber que se aprende siendo, no es inventado, ni es un pensamiento en evolución, sino que es de este instante, de ahora y de siempre, eterno, el mismo que, bajo distintas formas, se revela en todos los escritos sagrados que nos han legado nuestros ancestros y al que se accede por la gracia; lo aprendemos en la Academia Numénica, la de los vivientes. Éste es un espacio real, se abre al ser evocado y en él de a poco se instala el alma al ir conociéndose, liberándonos de nuestra grave ilusión, pasando de la causalidad de la acción al azar inteligente, en la certeza de la Luz –tanta como tú mismo dejes penetrar–, acomodando el oído a la Música de Lo que nos llama, bailando esa Memoria con las Musas. La Academia Numénica es la Tradición Perenne, emanada del Centro del Mundo, nuestro centro simbolizado por el corazón; la utopía que guarda la Memoria de quienes somos, vertida en los textos sagrados o escritos inspirados por el soplo del Espíritu, encarnándose en seres humanos o entidades donde se actualiza este Conocimiento o Memoria del Sí Mismo. Aunque esté en nuestro interior, acostumbrados como estamos a todo lo exterior, no es cosa fácil dar con esta Escuela, pero para el ser que honestamente busca, es probable que le venga a su encuentro y le llame (6) desde sus profundidades. Este encuentro, o llamado, es un punto de escisión en nuestra vida, es de pronto una parada y un volver la vista, el oído, la vida, todo, hacia otro mundo, un mundo interno del que pende lo que desde siempre pensábamos que era la realidad; un mundo divino, bello, perfecto, o sea la posibilidad de un renacimiento a la Realidad. Por fin se nos manifiesta cómo y dónde alimentarnos de ese Saber tan deseado, tan buscado y ahora tan amado. Escuela divina, que guardas nuestro inmenso tesoro, quizá no haya palabras para expresar el alcance de esta Enseñanza. Se dará por fases, habiendo fijado la mirada en el único Punto quieto que corona los cielos al ir ascendiendo el escalonado de las jerarquías celestes que van apareciéndose, a la par que se abre la conciencia a su grado; y así se va cumpliendo con el destino, el destino o fin de todo ser manifestado: conocerse a Sí Mismo. No sin pasar por enormes sacrificios (obrar sagrado), pues partimos sabiendo que somos “unos tristes mierdas de origen divino”, “la cagada de nuestro padre al día de hoy” (7) que hay que transmutar en pureza, bien difícil, aunque siempre posible. Según el habla de la Naturaleza, vemos que el esplendor de una flor se origina en la podredumbre de una semilla. Cuando Hammón hubo entrado también al santuario, y el fervor de los cuatro hombres y la presencia de Dios llenaron ese santo lugar, entonces, con el debido silencio, las mentes y los pensamientos de cada uno de ellos aguardaban respetuosamente una palabra de Hermes, y entonces el amor divino empezó a hablar (8). Viviendo la concentración en la vida diaria, aquietando esta mente que acostumbra a correr sin cesar por los aspectos de nuestro micromundo, haciendo sin el deseo de la acción, despiertos en la Intuición Intelectual, se entra a participar de lo atemporal y se vive en el diálogo con los númenes, que de pronto nos inspiran o nos hablan desde cualquier rincón, ya que uno está situado en ese centro, en su corazón, donde recibe la gracia y comprende el habla divina que le es dirigida desde esa fuente que está, o es más realmente lo que uno es. Este habla es una vivencia del instante, no se accede con el pensamiento generado en la mente discursiva, es otra memoria; es la de un estado que “es”, y el corazón se hincha al percibir este rayo que regenera al ser produciendo un pensamiento certero, un Saber, a veces, impronunciable. Cuan agradable me es, Sócrates, poder, como sucede después de un largo viaje, descansar anchamente al ver terminado este discurso. Yo suplico a ese dios, cuya existencia es muy antigua, pero que en cierta manera acaba de nacer de nuestra misma conversación, que si lo que hemos dicho ha sido oportuno, nos lo tome en cuenta; y que nos imponga el castigo a que nos hayamos hecho merecedores, si hemos pronunciado, sin quererlo, alguna palabra inconveniente. Pero ningún castigo más justo para el que se engaña, que ilustrarle. A fin, pues, de que en lo sucesivo nuestros razonamientos sobre la generación de los dioses sean verdaderos, suplicamos a este dios, que nos conceda el mejor de los talismanes, el talismán por excelencia, la ciencia (9). Notas 1 Federico González, Noche de Brujas. Symbolos, Barcelona, 2007. 2 Federico González, Hermetismo y Masonería, (publicado en el 2001, cuenta con una edición reciente: Ed. Libros del Innombrable, Zaragoza, 2016). 3 “De regreso de este viaje Porfirio vivió dos años más en Roma, enseñando, escribiendo, discutiendo con ardor, sistematizando y divulgando. Eunapio caracteriza a nuestro autor como ‘una cadena de Hermes que pendía hacia los mortales, que, gracias a una variada cultura, expresaba todo en forma clara y límpida’”. (Porfirio, El antro de las ninfas en la Odisea - Puntos de partida hacia los inteligibles. Introducción.) 4 Estos entrecomillados son frases extraídas de algunas de estas “escuelas”. 5 Hermes Trismegisto, Corpus Hermeticum. 6 Entrada “Audición”: “(…) Y se da la característica de que incluso algunos han recibido ‘un llamado’ a partir de esa voz interior, que les ha hecho conocer un nuevo camino en su vida por donde avanzar. Y además, pueden incluso tener la dicha de haber sido enseñados y dirigidos en todo su camino iniciático por un instructor que asimismo manifiesta su voz en los libros que publica. Dicho de otro modo, esta revelación es aprehendida y el que la transita sabe porque se lo dicen que le aguarda una nueva para la que hay que prepararse. (...)" (Federico González Frías, Diccionario de Símbolos y Temas Misteriosos. Ed. Libros del Innombrable, Zaragoza, 2013.) 7 “ – Urano parió de la nada a sus propios hijos y el Gran Castrador los maldijo uno a uno y a todos juntos de modo general. – Nuestro propio padre nos está cagando ahora, no como fue en el Origen remoto, porque somos su cagada al día de hoy, unos tristes mierdas de origen divino, producto de una maldición filial”. (Federico González Frías, Rapsodia. Ed. Symbolos, Barcelona, 2015). 8 Hermes Trismegisto, Corpus Hermeticum. “Libro Sagrado de Hermes Trismegisto a Asclepio”. 9 Platon, Critias, en la voz de Timeo. - Artículo*: Letra Viva. Una Utopía Hermética - Más info en psico@mijasnatural.com / 607725547 MENADEL Psicología Clínica y Transpersonal Tradicional (Pneumatología) en Mijas y Fuengirola, MIJAS NATURAL *No suscribimos necesariamente las opiniones o artículos aquí enlazados
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