Psicología

Centro MENADEL PSICOLOGÍA Clínica y Tradicional

Psicoterapia Clínica cognitivo-conductual (una revisión vital, herramientas para el cambio y ayuda en la toma de consciencia de los mecanismos de nuestro ego) y Tradicional (una aproximación a la Espiritualidad desde una concepción de la psicología que contempla al ser humano en su visión ternaria Tradicional: cuerpo, alma y Espíritu).

“La psicología tradicional y sagrada da por establecido que la vida es un medio hacia un fin más allá de sí misma, no que haya de ser vivida a toda costa. La psicología tradicional no se basa en la observación; es una ciencia de la experiencia subjetiva. Su verdad no es del tipo susceptible de demostración estadística; es una verdad que solo puede ser verificada por el contemplativo experto. En otras palabras, su verdad solo puede ser verificada por aquellos que adoptan el procedimiento prescrito por sus proponedores, y que se llama una ‘Vía’.” (Ananda K Coomaraswamy)

La Psicoterapia es un proceso de superación que, a través de la observación, análisis, control y transformación del pensamiento y modificación de hábitos de conducta te ayudará a vencer:

Depresión / Melancolía
Neurosis - Estrés
Ansiedad / Angustia
Miedos / Fobias
Adicciones / Dependencias (Drogas, Juego, Sexo...)
Obsesiones Problemas Familiares y de Pareja e Hijos
Trastornos de Personalidad...

La Psicología no trata únicamente patologías. ¿Qué sentido tiene mi vida?: el Autoconocimiento, el desarrollo interior es una necesidad de interés creciente en una sociedad de prisas, consumo compulsivo, incertidumbre, soledad y vacío. Conocerte a Ti mismo como clave para encontrar la verdadera felicidad.

Estudio de las estructuras subyacentes de Personalidad
Técnicas de Relajación
Visualización Creativa
Concentración
Cambio de Hábitos
Desbloqueo Emocional
Exploración de la Consciencia

Desde la Psicología Cognitivo-Conductual hasta la Psicología Tradicional, adaptándonos a la naturaleza, necesidades y condiciones de nuestros pacientes desde 1992.

lunes, 29 de mayo de 2017

La Verdadera Naturaleza de las Emociones

Budismo Vajrayana Gendyn Rinpoche Aquellos que practican el Vajrayana, las enseñanzas tántricas secretas, tienen un compromiso sagrado de no rechazar las emociones del apego, la ira, la ignorancia, el orgullo y la envidia o los celos. La razón para que esto sea así tiene que ver con que si las rechaza, nunca tendrán la posibilidad de descubrir su sabiduría intrínseca. Al abandonar los cinco venenos, abandonamos, al mismo tiempo cualquier posibilidad de realizar las cinco sabidurías, puesto que ellas se encuentran en el mismo lugar de las emociones. Esa es la razón por la cual, cuando nos comprometemos con las prácticas tántricas, debemos trabajar con los diferentes objetos que dan surgimiento a las reacciones emocionales. Los objetos mismos del apego, el odio, etc.; se convierten en los medios para la liberación de los conflictos emocionales. En términos prácticos, esto significa que cuando uno de los cinco venenos aparece en la mente, tenemos que mirar directa mente su esencia hasta entender que en verdad no tiene una existencia real. Percepción, emoción y sabiduría: Las emociones aparecen debido a las condiciones creadas por nuestra mente confusa. Nuestra conciencia fundamental, que en el momento presente se encuentra en un estado de total ignorancia, proyecta a partir de sí la idea de un mundo experimentado por medio de los cinco sentidos, los cinco órganos de los sentidos y sus relaciones activas con los objetos externos. Debido a nuestros hábitos previos, la mente proyecta imágenes que considera separadas de ella misma. Entonces, éstas se convierten en formas que actúan como objetos para la vista, sonidos para el oído, y así sucesivamente. La presencia de estos objetos aparentemente independientes hace que la mente se perturbe, percibiendo la aparición de las emociones. Por ejemplo, cuando nuestros ojos ven una forma, la cosa no se queda ahí: inmediatamente reaccionamos frente a ella. Cuando la forma nos parece agradable, nos sentimos atraídos. Si la encontramos desagradable o repulsiva, la rechazamos y queremos alejarnos. Lo mismo aplica, toda la infornación sensorial, es decir, a todo lo que oímos, olemos, probamos o tocamos. Cada vez que los órganos de los sentidos entran en funcionamiento deberíamos mirar directamente la esencia real de lo que está sucediendo. Gradualmente llegaremos a ver que el objeto que estamos percibiendo no es más que la mente trabajando. El objeto es la mente, no se diferencia de ella y por lo tanto, no hay necesidad de crear ninguna dualidad artificial manteniendo una distinción clara entre sujeto y objeto. Si miramos la esencia de esta carencia de dualidad, la verdadera naturaleza del objeto y de la mente que lo percibe, descubriremos la esencia misma de la mente. Esta percepción de la esencia de la mente tiene lugar cuando todos los pensamientos previos se han detenido y el siguiente pensamiento aún no ha aparecido. La mente se encuentra en el presente espontáneo su propia realidad. Es la mente la que ve su propia esencia y es a esto a lo que le damos el nombre de sabiduría primordial. Su presencia, entonces, aclara las emociones atómicamente. Es como encender una vela en un cuarto oscuro: tan pronto como la luz se hace presente, la oscuridad desaparece por sí sola. En forma similar, el simple hecho de que la sabiduría esté en la mente hace que las emociones se desvanezcan por completo. Si tenemos éxito en meditar así, en ese mismo instante veremos la sabiduría inherente a cada emoción y, por ende, nos liberamos de su aspecto negativo, esto es lo que se conoce como la aparición y la liberación simultánea de las emociones. Cada uno de los cinco venenos se reconoce como una de las cinco sabidurías. Sí, por el contrario, no logramos ver el aspecto de sabiduría del evento que está teniendo lugar en la mente, una vez más quedamos atrapados en la dualidad. Seguimos el pensamiento, nos dejamos influenciar por él y empezamos a reaccionar ante el objeto aceptándolo o rechazándolo, hasta que la mente queda invadida por la confusión y las emociones y terminamos por experimentar el sufrimiento que sigue. Dice en el texto que si renunciamos a los cinco venenos será imposible encontrar la sabiduría. La actividad de las emociones es la actividad de la mente. Cada emoción que aparece no es más que la mente misma en acción y por lo tanto, si rechazamos las emociones estamos rechazando, al mismo tiempo la mente. Sólo a través de su actividad descubrimos la actividad de la sabiduría y entonces, al rechazar la actividad emocional de la mente, rechazamos la posibilidad de encontrar su actividad de sabiduría. Esto nunca nos llevará a realizar la realidad última de la mente. Advertencia: Abandonar los cinco venenos es un camino menos directo a la iluminación. El camino que siguen los sravakas (practicantes realizados del camino Hinayana). Sin embargo, ver la verdadera naturaleza de las emociones en la medida en que se presentan no es una tarea fácil. Si solamente nos permitimos mirar las emociones que aparecen en nuestra mente, una detrás de la otra, en la forma usual, no somos diferentes de lo que éramos antes. Nada ha cambiado. Si de verdad gozamos con nuestras emociones, incrementando deliberadamente su fuerza hasta que nos intoxican completamente, nos estaremos comportando como alguien poseído y en consecuencia, acumularemos el karma de un demonio. También puede suceder que nos convirtamos en ese tipo de personas que se sienten cada vez más orgullosas de su habilidad para lidiar con las emociones. Puesto que su entendimiento no se ha desarrollado plenamente, incrementan el poder de las emociones. Entre más fuertes se vuelven más grande se hace su orgullo y las cosas no paran ahí. Pese a no estar libres de confusiones emocionales, estas personas sostienen que sí lo están y se auto erigen en ejemplos para otros. Motivadas por un gran orgullo, buscan hacer crecer su reputación que las reconozcan es lo más importantes y famosas por su “adecuado” manejo de las emociones. Cada vez más confusas acumulan un karma que crece cada instante en negatividad. Un Buda para cada emoción: Si logramos mirar directamente la realidad de cada uno de los cinco venenos, en la medida en que aparecen, reconoceremos que no son otra cosa, que las cinco sabidurías. En el veneno de la ira y el odio percibiremos la sabiduría como espejo que corresponde al Buda Dorje Sempa. Mirando directamente la naturaleza del orgullo, encontraremos la sabiduría de la igualdad y al Buda Ratnasambhava. En la naturaleza del deseo descubriremos la sabiduría discriminativa y al Buda Amithaba si miramos los celos y la envidia, veremos la sabiduría que todo lo logra y al Buda Amoghasiddhi. Y si miramos la ignorancia encontraremos la sabiduría del Dharmahatu y al Buda Vairocana. Estos Budas también corresponden a las diferentes energías elementales del cuerpo cada una de las cuales está asociada con una emoción. Ver a través de las emociones produce no sólo la realización de un aspecto de la sabiduría sino que transforma el elemento correspondiente del cuerpo en cada uno de los cinco Budas. En el Vajrayana no abandonamos las emociones, simplemente miramos su naturaleza o esencia, a partir de la cual éstas se transforman automáticamente en las cinco sabidurías y espontáneamente generamos las mentes de los cinco Budas arquetípicos. Este tipo de práctica la emplean quienes meditan de acuerdo con la tradición del Mahamudra o Dzogchen. Un remedio para todas las enfermedades: Mirar directamente la esencia o naturaleza de una emoción es un método que puede aplicarse en todos los casos, de la misma manera en que podemos utilizar una sola medicina para curar cien enfermedades. El practicante con grandes habilidades utilizará este método para “inflar” las emociones en el instante en que alguna de ellas aparezca en la mente, esto equivale a arrojar una diminuta chispa de fuego en un montón de heno seco: inmediatamente se encenderá y será completamente destruido, aunque la chispa original es pequeña, puede quemar cualquier cantidad de heno, de la misma forma una pequeña chispa de sabiduría puede quemar toda la confusión de la mente y las emociones asociadas con ella, hasta que lo único que queda en la mente es realidad última. Aquellos practicantes de medianas capacidades deben utilizar este método de la siguiente manera: tan pronto como una emoción aparezca en la mente en el momento de la meditación, deben examinarla directamente, con una mirada desprovista de cualquier revestimiento. La emoción se calmará inmediatamente y perderá poder sobre el practicante. Se dice que este proceso equivale a reconocer la no dualidad del agua y las olas. En la superficie del mar se pueden ver muchas olas de diversos tamaños y formas, sin embargo el contenido de las olas es la misma agua del mar. En realidad, no hay distinción entre las olas y el agua. De igual forma todas las emociones que aparecen en la mente no son otra cosa que la mente misma. Por lo tanto, no hay razón para que debamos rebasar la emoción o para que la consideremos diferente a la mente. El practicante promedio podrá entender esto y al experimentar directamente el hecho de que las emociones son simplemente la mente, éstas se calmarán por su propia cuenta. El practicante de capacidades ordinarias podrá hacerse consciente de la emoción en el momento en que ésta aparece en la mente. No deberá involucrarse en la emoción y dejarse tomar por ella que es lo que usualmente sucede. Es como alguien loco que de pronto recupera el juicio. Libre de su locura, su conciencia ordinaria regresa. En forma similar, tan pronto como esta persona se da cuenta de la presencia de una emoción, aplica la práctica que considere apropiada en ese momento y circunstancias. Ser concientes de la emoción, incluso de manera parcial, aunque no nos libera nos da el punto de arranque para la aplicación posterior de otros enfoques para trabajar con las emociones. Para nosotros es difícil considerar la ignorancia como una emoción pero, si pensamos cuidadosamente, podemos ser influenciados por la ignorancia como por el deseo y la ira. La ignorancia no es algo neutral sin efectos o consecuencias, es un estado definido de la mente que hace que actuamos en una forma determinada. La ignorancia ocurre cuando no somos capaces de ver las cosas como realmente son. Esta incapacidad de reconocer lo que está sucediendo puede ser consciente o inconsciente: unas veces se presenta como la inocencia y otras como indiferencia, es decir, no quiere ver deliberadamente lo que está pasando. Puede involucrar factores como una confusión general acerca de lo que está ocurriendo o la formación de visiones totalmente erradas. También tiene que ver con el apego. La ignorancia a veces puede ser muy cómoda (“la ignorancia es una bendición”, dicen. Si nos miramos de cerca, podemos encontrar estas actitudes en gran cantidad de nuestros comportamientos). Desde el punto de vista budista, la ignorancia nada tiene que ver con la inocencia o la bienaventuranza. Por el contrario, es la causa principal de nuestro sufrimiento y por ello es que se incluye de forma explícita entre los cinco venenos. Traducción al español: Miriam Cotes Benítez. Extraido de “Budismo Hoy”, nº 3, Invierno del año 2002, por Sangha San Salvador Mónaco y Sangha San José Costa Rica - Artículo*: Tradición Perenne - Más info en psico@mijasnatural.com / 607725547 MENADEL Psicología Clínica y Transpersonal Tradicional (Pneumatología) en Mijas y Fuengirola, MIJAS NATURAL *No suscribimos necesariamente las opiniones o artículos aquí enlazados
 

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