La capacidad de algunos sistemas de última generación para crear caras falsas, o sea de personas que no existen como tales, pero tan realistas como para que creamos que son fotos de rostros de gente real, abre muchas y fascinantes posibilidades de aplicación práctica, pero también nos hace muy vulnerables al engaño. Además, la inteligencia artificial es capaz de darle a un rostro muchas características por las cuales inconscientemente juzgamos que una persona es bondadosa y tiene buenas intenciones hacia nosotros, como por ejemplo una sonrisa angelical, además de complementarlo con una belleza física que comprometa nuestra ecuanimidad. Unos experimentos psicológicos recientes sobre estas cuestiones han tenido resultados sumamente inquietantes. Sophie Nightingale, de la Universidad de Lancaster en el Reino Unido, y Hany Farid, de la Universidad de California en Berkeley, Estados Unidos, llevaron a cabo experimentos en los cuales los participantes debían distinguir rostros sintéticos, generados mediante el sistema StyleGAN2, de entre rostros de personas verdaderas. Los sujetos de estudio tenían además que evaluar el nivel de confianza que les merecían todas esas personas desconocidas. Sin más elementos de juicio que las caras, la gente tendía a desconfiar de rostros con expresión poco amistosa o con facciones que consideraban inusuales o propias de gente peligrosa o de mala vida. Los resultados revelaron que los rostros generados sintéticamente resultaban indistinguibles de los rostros reales y que además esos rostros sintéticos era más probable que fuesen juzgados como más fiables, debido a la taimada capacidad del sistema para darle “cara de buena persona” a los individuos inexistentes que creaba y otorgarles rasgos faciales muy normales en vez de inusuales. De entre los rostros mostrados a los sujetos de estudio, los rostros de la fila superior resultaron ser los que más confianza les inspiraban; y los de fila inferior, los que menos. Lo más perturbador es que los tres rostros que más confianza inspiraban son sintéticos (se muestran marcados con la letra “S”) y que los cuatro que menos confianza inspiraban son reales (se muestran marcados con la letra “R”). Por otra parte, se tendía a confiar más en mujeres que en hombres. (Imágenes: © 2019, NVIDIA Corporation) En un mundo cada vez más dependiente de la información digital y de internet, donde las fake news se valen de fotos falsificadas con un talento cada vez mayor, y en el que fenómenos delictivos como el “porno vengativo” ya no se limitan a divulgar fotos íntimas privadas de la persona a la que se quiere hacer daño sino que pasan a crear fotos falsas de ella, el poder creciente de la inteligencia artificial para borrar la frontera entre realidad y ficción comienza a dar miedo. El estudio se titula “AI-Synthesized Faces are Indistinguishable from Real Faces and More Trustworthy”. Y se ha publicado en la revista académica PNAS (Proceedings of the National Academy of Sciences). (Fuente: NCYT de Amazings) Artículo*: Más info en psico@mijasnatural.com / 607725547 MENADEL (Frasco Martín) Psicología Clínica y Tradicional en Mijas Pueblo (MIJAS NATURAL) *No suscribimos necesariamente las opiniones o artículos aquí compartidos. No todo es lo que parece.
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