BARCINO IDENTITARIO: Torre de la Miranda
“Incluso las tinieblas deben pasar. Un nuevo día vendrá. Y cuando el sol brille, brillará más claro. Esas fueron las historias que se quedaron contigo, que significaron algo, incluso si eras demasiado pequeño para entender por qué”.
J.R.R. Tolkien
“Donde hay ruina, hay esperanza de un tesoro”.
Rumi
“La ruina y la recuperación son ambos desde dentro”.
Epicteto
Estamos ante un extraño monumento ubicado en la localidad de Sant Boi de Llobregat, estructura sagrada que descubrimos hará un par de años en una de nuestras marchas montañeras de Hermandad, bajando de la Sierra del Montbaig-Montpedrós y una vez ya internados en la ciudad: Torre de la Miranda, concretamente ubicada en la parte alta del bello y espectacular Parque Marianao, un lugar de poder como luego veremos. Se desconoce su autor o fecha exacta de construcción, hay teorías que adjudican la autoría de su diseño a Antonio Gaudí, otras se la adjudican a Josep Fontserè; se estima construida junto al resto del Parque de Marianao a finales del Siglo XIX. Hoy este monumento en estado ruinoso está catalogado como Bien Cultural de Interés Local. Pese a su penoso estado, al menos en teoría está prohibido su derribo y es de obligado cumplimiento el mantenimiento del mismo, en teoría… ya sabemos cómo funcionan las teorías a la hora de la verdad en el oscuro Reino de la Cantidad, en la pseudocivilización demoníaca e infrahumana del Quinto Estado, la Tierra Negra o Baldía de la Edad Oscura…
La Torre símbolo del Eje y del Centro desde un punto de vista espiritual y metafísico; desde un punto de vista metapolítico simboliza el Orden, la Jerarquía; desde un punto de vista más “profano”, símbolo no sólo de refugio, sino también de lucha, de combate y de ascesis.
Localizada en lo alto de una colina hoy enteramente urbanizada, dentro de los límites de la finca del Marqués de Marianao (1). Estamos ante una torre cargada de un alto poder simbólico donde -muy al estilo del modernismo-, se inspira dicha construcción en los elementos sacrales de la naturaleza (el árbol, la gruta, la piedra, el lago, etc.) (2); originariamente también hubo un lago artificial junto al monumento como vemos en una foto que reproducimos abajo del año 1940, y hoy, como no, desaparecido víctima de la barbarie criminal tecno-plutocrática y de su diabólico “progreso” a base de cemento y asfalto a raudales… Una escalera externa de caracol (hoy muy deteriorada) conduce hacia un pabellón hexagonal en el que se encuentra dentro el CHRISTUS PHILOSOPHORUM, el Cristo portador de la Victoria y de la Iluminación, el Cristo del Sagrado Corazón simbolizando este último el Centro del Mundo; como decía René Guénon, el Sagrado Corazón también era un símbolo identitario del “Globo del Mundo”, es decir, de la unificación en una síntesis superior del poder espiritual y del poder temporal encarnados por Cristo, pero también de la Realeza Sagrada e Imperial. Curiosamente la figura del Cristo que corona la cima de la torre, fue salvajemente vandalizada hace años rompiéndosele ambos brazos, todo un símbolo identificativo que refleja a la perfección el mundo putrefacto e infernal en el que vivimos, y de la ruptura de ambos poderes sagrados con la liquidación del Sacro imperio y el advenimiento de la subversión moderna e iluminista, en cuyas últimas consecuencias -ciertamente espeluznantes y a cual más demencial-, hoy estamos inmersos.
Vanitas vanitatis son dos términos relacionados con un pasaje del Eclesiastés: «Vanitas vanitatum et omnia vanitas» («Vanidad de vanidades, todo es vanidad»), que intenta transmitir la inutilidad de los placeres mundanos ante la certeza de la muerte y el absurdo intento luciferino o prometeico del hombre de parecerse a Dios, olvidándose de que es un ser mortal y finito, y de que su discurrir en este mundo es realmente un período de prueba y de lucha, de combate espiritual como Vía de Acceso -el Deva Yana de la tradición indoaria- a la verdadera Patria, además de conquistar la Inmortalidad o Eternidad: la Mansión Celeste.
Por otro lado, en el simbolismo tradicional la torre no sólo tenía un carácter metafísico -símbolo del Axis Mundi, del Eje y del Centro-, sino también castrense y ascético-guerrero; la Torre no como símbolo de refugio, sino como símbolo de lucha y de resistencia contra las potencias oscuras y de la subversión. Hoy este monumento teóricamente protegido, se encuentra en muy mal estado, vallado y arrinconado, olvidado, pero sobre todo incomprendido en un mundo groseramente materialista, enloquecido y que camina hacia el precipicio. Para que nos hagamos una idea de lo que hoy es esa superstición satánica y claramente contratradicional del “progreso” -puro nihilismo suicida en el fondo-, hasta la fecha todos los reclamos y denuncias que han habido hacia el nauseabundo Ayuntamiento de la localidad pidiendo a gritos la restauración y verdadera protección de dicho monumento, han caído en saco roto; ningún interés hay -lógicamente- por parte de la purrela democrática y progre por la habilitación y/o restauración plena de un monumento que está en las completas antípodas de su inmunda y deletérea visión del mundo y de la existencia, donde prima más el Tener que el Ser, la mera apariencia o los cantos de sirena de un saber meramente profano y desacralizador que el Conocimiento y la Sabiduría verdaderos, exactamente al contrario de la cosmovisión tradicional y sagrada. Como mucho, y como ocurre con tantos y tantos otros monumentos y estructuras sagradas, de restaurarse el mismo se haría con fines puramente turísticos, la invasión de las hordas de Mordor de un mundo en ruinas, de unas ruinas principalmente espirituales y existenciales…
“Debemos tomar un camino duro, un camino imprevisto. Ahí radica nuestra esperanza, si es que hay esperanza. Caminar hacia el peligro, hacia Mordor. Debemos enviar el anillo al fuego” (J.R.R. Tolkien).
FUERZA HONOR Y TRADICIÓN
Joan Montcau
La Torre de la Miranda, foto de 1940
NOTAS:
1) El Marquesado de Marianao fue creado por la reina Isabel II en 1860 en favor de Salvador Samá Martí, Coronel de Milicias de Infantería en Cuba, Regidor de la Habana y Senador del Reino. Su denominación hace referencia a la localidad de Marianao, en Cuba. Otro indiano que hizo su fortuna en las Américas para luego ejercer de mecenas a su llegada a Barcelona, como tantos otros que con su fortuna ayudaron a cambiar la faz -para bien o para mal- principalmente de la metrópoli, pero también de otros muchos pueblos. Ahí están también los Xifré, Güell -principal mecenas de Gaudí-, Antonio López, Vidal-Quadras, etc.
2) “Trabajada imitando un fantasmal tronco de árbol, tiene una escalera exterior en forma de caracol con restos de una balaustrada de piedra en forma de rama que trepa a lo largo del tronco. Arriba hay una imagen religiosa protegiendo y bendiciendo el conjunto. La parte inferior está vacía con diferentes techos. El primero, a la altura del primer tramo de escaleras, imita una gruta, mientras que cada una de las columnas, por la parte interior, tiene un banco de piedra, como si fuese excavado en la roca viva… Fuentes orales hablan de la concentración de determinadas fuerzas telúricas en este lugar” (Josep Mª Solías i Arís, arqueólogo, Doctor en Historia Antigua y actualmente Director del Museo de Historia de Hospitalet de Llobregat), breve exposición en un estudio del mismo en un proyecto de rehabilitación del monumento que efectuó para el Ayuntamiento de Sant Boi de Llobregat, aunque desconocemos la fecha del mismo. Obviamente al final quedó en nada…
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