Psicología

Centro MENADEL PSICOLOGÍA Clínica y Tradicional

Psicoterapia Clínica cognitivo-conductual (una revisión vital, herramientas para el cambio y ayuda en la toma de consciencia de los mecanismos de nuestro ego) y Tradicional (una aproximación a la Espiritualidad desde una concepción de la psicología que contempla al ser humano en su visión ternaria Tradicional: cuerpo, alma y Espíritu).

“La psicología tradicional y sagrada da por establecido que la vida es un medio hacia un fin más allá de sí misma, no que haya de ser vivida a toda costa. La psicología tradicional no se basa en la observación; es una ciencia de la experiencia subjetiva. Su verdad no es del tipo susceptible de demostración estadística; es una verdad que solo puede ser verificada por el contemplativo experto. En otras palabras, su verdad solo puede ser verificada por aquellos que adoptan el procedimiento prescrito por sus proponedores, y que se llama una ‘Vía’.” (Ananda K Coomaraswamy)

La Psicoterapia es un proceso de superación que, a través de la observación, análisis, control y transformación del pensamiento y modificación de hábitos de conducta te ayudará a vencer:

Depresión / Melancolía
Neurosis - Estrés
Ansiedad / Angustia
Miedos / Fobias
Adicciones / Dependencias (Drogas, Juego, Sexo...)
Obsesiones Problemas Familiares y de Pareja e Hijos
Trastornos de Personalidad...

La Psicología no trata únicamente patologías. ¿Qué sentido tiene mi vida?: el Autoconocimiento, el desarrollo interior es una necesidad de interés creciente en una sociedad de prisas, consumo compulsivo, incertidumbre, soledad y vacío. Conocerte a Ti mismo como clave para encontrar la verdadera felicidad.

Estudio de las estructuras subyacentes de Personalidad
Técnicas de Relajación
Visualización Creativa
Concentración
Cambio de Hábitos
Desbloqueo Emocional
Exploración de la Consciencia

Desde la Psicología Cognitivo-Conductual hasta la Psicología Tradicional, adaptándonos a la naturaleza, necesidades y condiciones de nuestros pacientes desde 1992.

jueves, 24 de noviembre de 2016

Cancer y la justicia(Alquímia)

El ocho, base, elección, opción consciente, aprendizaje para llegar al equilibrio, mira de frente a los acontecimientos, está nacia para poder recibir todo captar todo aceptando sin juzgar, con sus ojos quita máscaras y velos, en su ojo reflecta todo lo que ve, lo que ha captado como un espejo que devuelve la propia imagen, con poder fuerza e intuición, con la espada ordena una vez que se han vivido los acontecimientos y pasado las pruebas, aceptando y comprendiendo las lecciones que había tras ella. Tiene una corona aureola en la cabeza que conecta con las fuerzas superiores, pero también tiene los pies hundidos en la tierra, con la balanza mide y sopesa de forma intuitiva para tomar decisión. En la época de Sócrates el sentido de la mayoría de los mitos pertenecientes a la época anterior había sido olvidado o mantenido en un estricto secreto religioso, aunque todavía se conservan pictóricamente en el arte religioso y seguían circulando como cuentos de hadas que citaban los poetas. Milagros Sanz Lobato. La Captura de la Gama o Cierva, el mito Hércules: El Gran Presidente, Quien se sienta en la Cámara del Concilio del Señor, habló al Maestro que permanecía a su lado: “¿Dónde está el hijo del hombre que es el hijo de Dios? ¿Cómo se comporta? ¿Cómo es puesto a prueba y con qué servicio está ahora comprometido?”. El Maestro dijo, echando una mirada sobre el hijo del hombre que es el hijo de Dios: “Con nada en este momento, ¡Oh, Gran Presidente! La tercera gran prueba proveyó mucho sustento aleccionador a un principiante como él, ahora medita y reflexiona”. “Proporciona una prueba que evoque su elección más sabia. Envíalo a trabajar en un campo en el cual él deba decidir qué voz, de todas las muchas voces, despertará la obediencia de su corazón. Provee asimismo una prueba de gran simplicidad en el plano exterior, y además una prueba que despierte, en el lado interior de la vida, la plenitud de su sabiduría y la rectitud de su poder de elección. Que proceda con la cuarta prueba”. Delante del cuarto gran Portal permanecía Hércules; un hijo del hombre y, no obstante un hijo de Dios. Al principio había profundo silencio. Él no pronunció palabra ni emitió ningún sonido. Más allá del Portal el paisaje se extendía en contornos despejados, y en el horizonte lejano se levantaba el templo del Señor, el santuario del Dios-Sol, las murallas almenadas fulgurantes. Sobre una colina cercana estaba parado un esbelto cervatillo. Y Hércules, que es un hijo de hombre y no obstante un hijo de Dios, miró y escuchó y, escuchando, oyó una voz. La voz salía de ese brillante círculo de la luna que es el hogar de Arternisa. Y Artemisa, el hada, habló palabras de advertencia al hijo del hombre. “La cierva es mía, por lo tanto, no la toques”, dijo ella. “Durante eras yo la alimenté y la cuidé cuando joven. La cierva es mía y mía debe permanecer”. Entonces, surgió Diana, la cazadora de los cielos, la hija del sol. Saltando hacia la cierva con sus pies calzados con sandalias, ella también reclamó la posesión. “No es así”, dijo Artemisa, la más hermosa doncella: “La cierva es mía y mía debe permanecer. Demasiado joven hasta hoy, ahora puede ser útil. La cierva de astas de oro es mía, no tuya, y mía permanecerá”. Hércules de pie entre los pilares del Portal, escuchó y oyó la querella y mucho se asombraba mientras las dos doncellas disputaban por la posesión de la cierva. Otra voz llegó a su oído, y con dominante acento dijo: “La cierva no pertenece a ninguna doncella, ¡oh, Hércules!, sino al Dios cuyo santuario tú ves en aquel monte distante. Vé y rescátala y llévala a la seguridad del santuario y déjala allí. Una cosa simple de hacer, ¡oh, hijo del hombre!, pero (y medita bien mis palabras) siendo un hijo de Dios, tú puedes así buscar y coger la cierva. Vé”. A través del cuarto Portal salió Hércules, dejando detrás los muchos dones recibidos para que no lo molestaran en la veloz persecución que tenía por delante. Y desde cierta distancia las pendencieras doncellas observaban. Artemisa, el hada, inclinándose desde la luna y Diana, hermosa cazadora de los bosques de Dios, seguían los movimientos de la cierva y, cuando la causa esperada surgía, cada una de ellas engañaba a Hércules, buscando frustrar sus esfuerzos. Él perseguía a la cierva de un punto a otro y cada una de ellas con sutileza le engañaba. Y esto hicieron una y otra vez. Así, por espacio de todo un año, el hijo del hombre que es un hijo de Dios, siguió a la cierva de lugar en lugar, atrapando ligeros reflejos de su forma, sólo para encontrar que en la espesura de los bosques profundos la había perdido. De colina en colina y de bosque en bosque, la persiguió hasta muy cerca de un tranquilo estanque donde, de cuerpo entero, sobre la hierba no hollada, la vio durmiendo, cansada de su carrera. Con paso silencioso, extendida mano y ojo inmutable, él disparó una flecha hacia la gama y la hirió en su pata. Estimulando toda la voluntad de la que estaba poseído, se acercó más, y no obstante la cierva no se movió. Así se adelantó más cerca, y ciñó a la cierva en sus brazos, cerca de su corazón. Y Artemisa y la bella Diana eran espectadoras. “La búsqueda ha terminado”, cantó en voz alta. “Dentro de la más espesa oscuridad fui conducido, y no encontré a la cierva. Dentro de los profundamente oscuros bosques sorteé mi camino, pero no encontré a la gama; y sobre las llanuras monótonas y las soledades áridas y los desiertos salvajes, me esforcé hacia la gama, sin embargo, no la encontré. A cada sitio que llegaba, las doncellas desviaban mis pasos, pero aún persistí y ¡ahora la cierva es mía! ¡la cierva es mía! “Eso no es verdad, oh, Hércules!, llegó a sus oídos la voz de uno que permanece cerca del Gran Presidente dentro de la Cámara del Concilio del Señor. “La gama no pertenece, a un hijo del hombre aún cuando sea un hijo de Dios. Lleva la gama a aquel santuario distante, donde moran los hijos de Dios y déjala allí con ellos”. “¿Por qué así, oh, sabio Maestro? La gama es mía, mía por la larga búsqueda y el largo viaje, y mía asimismo porque yo la sostengo cerca de mi corazón”. “¿Y no eres tú un hijo de Dios, aunque un hijo de hombre? ¿Y no es el santuario también tu morada? ¿Y no compartes tú la vida de todos los que moran allí dentro? Lleva al santuario de Dios la gama sagrada, y déjala allí, oh, hijo Je Dios”. Entonces Hércules cargó la gama hasta el sagrado santuario de Micenas llevándola hasta el centro del lugar sagrado y allí la dejó. Y cuando la colocaba delante del Señor, reparó en la herida de su pata, producida por una flecha del arco que él había tendido y usado. La gama era suya por derecho de la búsqueda. La gama era suya por derecho de la destreza y la proeza de su brazo. “La cierva es, por lo tanto, doblemente mía”, dijo él. Pero Artemisa, situándose dentro del atrio de ese lugar muy sagrado, oyó su fuerte grito de victoria y dijo: “No es así. La gama es mía y siempre ha sido mía. Yo vi su forma reflejada en el agua; oí sus pasos sobre los caminos de la tierra; sé que la gama es mía, pues toda forma es mía”. El Dios Sol habló desde el lugar sagrado. “La gama es mía, no tuya ¡Oh, Artemisa! Su espíritu permanece conmigo desde toda la eternidad, aquí en el centro del sagrado santuario. Tú no pueden entrar aquí ¡oh, Artemisa! y sabes que yo digo la verdad. Diana, esa hada cazadora del Señor, puede entrar por un momento y decirte lo que vea”. Por un breve momento entró al santuario la cazadora del Señor y vio la forma de lo que era la gama, yaciendo delante del altar, en apariencia muerta. Y con pena dijo: “Pero si tu espíritu descansa contigo ¡oh, gran Apolo, noble hijo de Dios!, entonces conozco que la cierva está muerta. La cierva está muerta por causa del hombre que es un hijo de hombre, aún cuando es un hijo de Dios. ¿Por qué puede él entrar al santuario y nosotras debemos esperar a la gama aquí afuera?”. “Porque él sostuvo a la gama en sus brazos, cerca de su corazón, y en el lugar sagrado la gama encuentra descanso, y también el hombre. Todos los hombres son míos. La gama es asimismo mía, no tuya. No del hombre, sino mía”. Y Hércules, volviendo de la prueba, pasó nuevamente a través del Portal y encontró su camino, de regreso al Maestro de su vida. “He cumplido la tarea señalada por el Gran Presidente. Fue simple, excepto por la cantidad de tiempo y la cautela de la búsqueda. Yo no escuché a aquellos que hacían su reclamo, ni vacilé en el camino. La gama está en el lugar sagrado, cerca del corazón de Dios y asimismo, en la hora de la necesidad, también cerca de mi corazón”. “Ve a mirar nuevamente ¡Oh, Hércules!, hijo mío, entre los pilares del Portal”. Y Hércules obedeció. Más allá del Portal, el paisaje se extendía en claros contornos y en el horizonte lejano se erguía el templo del Señor, el santuario del Dios-Sol, con brillantes murallas almenadas, mientras que en una colina cercana se erguía un esbelto cervatillo. “¿Ejecuté la prueba, oh, sabio Maestro? El cervatillo está de nuevo sobre la colina donde antes lo vi parado”. Y desde la Cámara del Concilio del Señor, donde se sienta el Gran Presidente, llegó una voz: “Muchas y todavía muchas veces deben todos los hijos de los hombres, que son los hijos de Dios, buscar al cervatillo de la cornamenta de oro y llevarlo al lugar sagrado; muchas y todavía muchas veces”. Entonces dijo el Maestro al hijo del hombre que es un hijo de Dios: “El cuarto trabajo ha terminado, y por la naturaleza de la prueba y por la naturaleza de la gama, la búsqueda debe ser frecuente. No olvides esto, sino que reflexiona acerca de la lección aprendida”. Síntesis de los Signos: Cáncer es el último de los que podríamos llamar los cuatro signos preparatorios, si estamos considerando la involución del alma en la materia, o la evolución del aspirante a medida que se esfuerza por pasar del reino humano al espiritual. Estando equipado con la facultad de la mente, en Aries, y con el deseo, en Tauro, y habiendo llegado a la realización de su dualidad esencial en Géminis, el ser humano encarnado entra, a través del nacimiento en Cáncer, dentro del reino humano. Cáncer es un signo de masa, y las influencias que emite son apoyadas por muchos esoteristas para dar lugar a la formación de la familia humana, de la raza, de la nación y de la unidad familiar. En lo que al aspirante concierne, la historia es algo diferente, pues en estos cuatros signos, él prepara su equipo y aprende a utilizarlo. En Aries se aferra con fuerza a su mente y busca inclinarla a su necesidad, aprendiendo el control mental. En Tauro, “la madre de la iluminación”, recibe su primer destello de esa luz espiritual que crecerá cada vez más brillante a medida que se acerca a su meta. En Géminis, no sólo aprecia los dos aspectos de su naturaleza, sino que el aspecto inmortal empieza a acrecentarse a expensas del mortal. Ahora, en Cáncer, logra su primer contacto con ese sentimiento más universal, que es el aspecto superior de la conciencia de la masa. Equipado, por consiguiente, con una mente controlada, una capacidad de registrar la iluminación, una capacidad para hacer contacto con su aspecto inmortal y para reconocer intuitivamente el reino del espíritu, está listo ahora para el trabajo mayor. En los cuatro signos siguientes, a los que podríamos considerar como los signos de la lucha del plano físico por la realización, hemos pintado para nosotros la tremenda batalla por medio de la cual el individuo autoconsciente, emergiendo de la masa en Cáncer, se conoce a sí mismo como siendo el individuo en Leo, el Cristo potencial en Virgo, el aspirante esforzándose para equilibrar los pares de opuestos en Libra, y el que vence a la ilusión en Escorpio. Estos son los cuatro signos de crisis y de estupendo esfuerzo. En ella toda la iluminación, la intuición, y el poder del alma del cual Hércules, el aspirante, es capaz, son utilizados al extremo. Estos tienen su reflejo también en el arco involutivo, y se puede trazar una secuencia similar de desarrollo. El alma logra individualidad en Leo, se vuelve la que alimenta las ideas y las capacidades potenciales en Virgo, oscila violentamente de un extremo al otro en Libra, y está sujeta al efecto disciplinante del mundo de la ilusión y la forma en Escorpio. En los últimos cuatro signos, tenemos los signos de la realización. El aspirante ha trabajado en el mundo del espejismo y de la forma y en su conciencia está libre de sus limitaciones. Ahora él puede ser el arquero en Sagitario, yendo directamente a su meta; ahora puede ser la cabra en Capricornio, escalando el monte de la iniciación; ahora puede ser el trabajador del mundo en Acuario, y el salvador del mundo en Piscis. Así, puede resumir en sí mismo todos los beneficios del período preparatorio y de las batallas ferozmente luchadas en los cuatro signos de enérgica actividad; y en estos cuatro signos finales demostrar los beneficios logrados y los poderes desarrollados. Esta breve recapitulación de los signos, según afectan a Hércules, servirá para dar alguna idea de la magnífica síntesis del cuadro, y de la constante progresión, y del desarrollo controlado de las distintas fuerzas que juegan su parte sutil, en realizar los cambios en la vida del hombre. Tres palabras resumen el objetivo autoconsciente o el aspecto conciencia del evolucionado ser humano: instinto, intelecto, intuición. El signo que ahora estamos estudiando es predominantemente el signo del instinto; pero la sublimación del instinto es la intuición. En la misma forma, así como la materia tiene que ser elevada al cielo, así el instinto tiene que ser igualmente elevado, y cuando ha sido así trascendido y transmutado, se manifiesta como intuición (simbolizada por la gama). El estado intermedio es el del intelecto. La gran necesidad de Hércules ahora es desarrollar su intuición y familiarizarse con ese reconocimiento instantáneo de la verdad y de la realidad que es la alta prerrogativa y potente factor en la vida de un liberado hijo de Dios. Significado de la Historia: Euristeo, por consiguiente, envió a Hércules a capturar la gama o cierva Cerinita de los cuernos de oro. La palabra “cierva” viene de una antigua palabra gótica que significa “el que debe ser capturado”, en otras palabras, lo que es elusivo y difícil de aprisionar. Esa gama era sagrada para Artemisa, la diosa de la luna; pero Diana, la cazadora de los cielos, la hija del sol, también la pretendía y hubo una querella sobre la pertenencia. Hércules aceptó el encargo de Euristeo y se equipó para capturar la dócil cierva. Estuvo todo un año persiguiéndola, yendo de un bosque a otro, apenas avistándola y volviéndola a perder. Pasó un mes tras otro, y nunca pudo apresarla y retenerla. Finalmente el éxito coronó su esfuerzos y él capturó a la gama, la echó sobre sus hombros, “la sostuvo cerca de su corazón”, y la llevó al sagrado templo de Micenas, donde la colocó frente al altar, en el lugar sagrado. Entonces retrocedió, complacido de su triunfo. Esta es una de las historias más cortas pero, aunque se nos dice muy poco, este trabajo, cuando se lo considera reflexivamente, es de un profundo y destacado interés y la lección que contiene es de profundo sentido. No hay triunfo para el aspirante hasta que no ha transmutado el instinto en intuición, ni hay correcto uso del intelecto hasta que la intuición es puesta en juego, interpretando y extendiendo el intelecto y aportando la realización. Entonces el instinto se subordina a ambos. Trabajo: Cualidades del Signo Cáncer es llamado el Cangrejo y los griegos nos dicen que fue el cangrejo quien fue enviado por Hera a morder el pie de Hércules (de nuevo nos encontramos con este símbolo en el vulnerable “talón de Aquiles”). Esta es una interesante forma de expresar los riesgos del proceso de la encarnación y de ilustrar los obstáculos que acosan al alma mientras ella viaja a lo largo del sendero de la evolución. Simboliza las limitaciones de toda encarnación física, pues Cáncer es una de las dos grandes puertas; siendo una la puerta hacia la vida de la forma, y la otra hacia la vida espiritual; abriendo uno la puerta hacia la forma masa de la familia humana, y el otro hacia el estado universal de conocimiento que es el reino del espíritu. Uno marca el comienzo de la experiencia humana en el plano físico, el otro marca su clímax. Uno significa potencialidad y el otro consumación. Se nos dice que Cristo dio a San Pedro las llaves del cielo y de la tierra; él le dio, por lo tanto, las llaves de esta dos puertas. Nosotros leemos: “Jesús da a Pedro… las llaves de las dos puertas principales del zodíaco, que son los dos puntos solsticiales, los signos zodiacales Cáncer y Capricornio, llamados las puertas del sol. A través de Cáncer, o ‘la puerta del hombre’, el alma desciende sobre la tierra (para unirse con el cuerpo), que es su muerte espiritual. A través de Capricornio, la ‘puerta de los dioses’ ella vuelve a ascender al cielo”. (E. Valentía Straiton, El Barco Celestial del Norte, Vol. II, pág. 206). En el zodíaco de Denderah, el signo Cáncer está representado por un coleóptero, llamado en Egipto, el escarabajo. La palabra “escarabajo” significa “unigénito”; se halla por lo tanto, por el nacimiento, dentro de la encarnación, o en relación al aspirante, por el nuevo nacimiento. El mes de junio era llamado en el antiguo Egipto “meore”, que significa asimismo “renacimiento”, y así ambos, el signo y el nombre, sostienen firmemente ante nosotros el pensamiento del apoderarse de la forma y del acceder a la encarnación física. En un antiguo zodíaco de la India fechado alrededor del 400 A.C., el signo es representado asimismo por un coleóptero. Los chinos llamaban a este signo “el pájaro rojo”, pues el rojo es el símbolo del deseo, y el pájaro es el símbolo de esa proyección hacia la encarnación y de su aparición en el tiempo y el espacio. El pájaro aparece bastante frecuentemente en el zodíaco y en las antiguas historias mitológicas; Hamsa, el pájaro de la tradición hindú, “el pájaro fuera del tiempo y del espacio”, permanece igualmente para la manifestación de Dios y el hombre. Desde la oscuridad, el pájaro cruza como un relámpago y vuela a través del horizonte en la luz del día, desapareciendo nuevamente dentro de la oscuridad. Nuestra palabra “ganso”, viene de la misma raíz sánscrita, a través de los islandeses, y cuando nosotros decimos, “que ganso eres”, estamos haciendo realmente una afirmación de lo más esotérica; le estamos diciendo a otro ser humano: “Eres el pájaro fuera del tiempo y del espacio, eres el alma que toma forma; ¡eres Dios encarnado!”. El cangrejo vive mitad en la tierra y mitad en el agua. Es, por lo tanto, el signo del alma morando en el cuerpo físico, pero viviendo predominantemente en el agua, que es el símbolo de la naturaleza emocional, sensible. Exotéricamente, Cáncer está gobernado por la luna, que es siempre la madre de la forma, controlando las aguas y las mareas. Por consiguiente, en este signo la forma es dominante, y constituye un obstáculo. El cangrejo construye su casa o caparazón y la lleva sobre su espalda, y la gente nacida en este signo es siempre consciente de lo que ha construido; esas personas son por lo general demasiado sensibles, demasiado emocionales, buscando siem-pre esconderse. El nativo de Cáncer es tan sensible que es difícil de tratar y tan elusivo y a veces tan indefinido, que es difícil comprenderlo o restringirlo. La Cruz Cardinal Cáncer es uno de los brazos de la cruz cardinal. Un brazo es Aries, el signo del principio, el comienzo, de la vida subjetiva, del estado prenatal o involución, y del primer paso, ya sea hacia la toma de forma, o hacia la liberación espiritual. Un tercer brazo de la cruz es Libra, la balanza, la elección entre; el comienzo del caminar por el “sendero angosto como el filo de la navaja” al que Buda tan frecuentemente se refiere. Capricornio, el cuarto brazo, es asimismo nacimiento, el nacimiento del salvador del mundo, nacimiento dentro del reino espiritual, nacimiento fuera del mundo de la materia dentro del mundo del ser. Involución, encarnación, expresión, inspiración, son las cuatro palabras que expresan la historia de la cruz cardinal en los cielos (la cruz del iniciado). Las Estrellas No hay estrellas brillantes en Cáncer, ni estrella descollante o reluciente, porque Cáncer es un signo de ocultación, de retiro detrás de lo que ha sido construido. No es una constelación llamativa. Es interesante observar que no hay una palabra hebrea para “cangrejo”. Este era considerado como impuro y no se, lo mencionaba. Así es considerada la forma material desde el punto de vista del espíritu, y los esoteristas nos dicen que el cuerpo físico no es un principio. (La sustitución del escarabajo sagrado egipcio por el cangrejo parece un reconocimiento de la cualidad de Cáncer en sus aspectos superiores, cuando el nativo es un aspirante o discípulo, pues nosotros transitamos muchas veces alrededor del zodíaco). Hay ochenta y tres estrellas en este signo, la más brillante de la cuales es de tercera magnitud, y en el mismo centro de la constelación hay un racimo de estrellas: Praesepe, el pesebre, llamada por los astrónomos modernos, “la colmena”. Este es un maravilloso símbolo de la organización colectiva de la familia humana, y es una de las razones por la cual éste es siempre considerado como un signo de la masa. En la masa, el instinto gobierna; por consiguiente, Cáncer es el signo del instinto, de la vida del rebaño, de la reacción de la masa. Representa la mente subconsciente, el instinto hereditario, y la imaginación colectiva. Se sostiene individualmente, para la totalidad de la vida y el conocimiento de las células en el cuerpo, y de esa vida instintiva, colectiva, que es grandemente subconsciente en el hombre, pero la que siempre influencia su cuerpo físico y, subjetivamente, su mente inferior y su ser emocional. El no evolucionado nativo de Cáncer está inmerso en la masa; él es una parte inconsciente del gran todo, y en eso yace el problema; pues la persona término medio de Cáncer, así como el aspirante que está realizando el trabajo de este signo, está sujeta al impulso de elevarse por encima de la masa a la cual está asida por su instinto, y a desarrollar en cambio la intuición, la que así la capacitará para elevarse. Este signo es llamado a veces “el ataúd”, por los hebreos, porque indica falta de identidad, mientras que los primitivos cristianos lo llamaban “el sepulcro de Lázaro”, el cual fue revivido de la muerte. En estas palabras “ataúd”, “sepulcro”, “cangrejo”, y en la referencia que a veces encontramos de Cáncer como de “la matriz”, tenemos el pensamiento de la vida oculta, de una forma velada, de la potencialidad, y de esa lucha con las circunstancias que eventualmente producirá, en Leo, el surgimiento del individuo y, en Capricornio, el nacimiento de un salvador del mundo. Definitivamente, por lo tanto, este signo retrata la lucha que prosigue en la vida del aspirante para que el instinto pueda dar eventualmente, lugar a la intuición. Compensación con Capricornio: Es interesante contrastar los dos signos, Cáncer y Capricornio, pues lo que está indicado en Cáncer, es consumado en Capricornio. Cáncer representa el hogar, la madre. Es personal y emocional, mientras que Capricornio representa el grupo en el que la unidad entra conscientemente, y también “el padre de todo lo que es”. Al portal de Cáncer se entra a través del proceso de transferencia del estado animal de conocimiento, al humano; mientras que al portal de Capricornio se entra a través de la iniciación. Uno es inevitable, subconsciente y potencial; el otro es autoindicado, autoconsciente y poderoso. Cáncer representa la forma de la masa, el alma del animal colectiva; Capricornio representa el grupo, el alma universal. Cáncer era llamado originariamente el mes de nacimiento de Jesús. Capricornio es, como sabemos, el mes de nacimiento del Cristo, y el veinticinco de Diciembre ha sido celebrado a través de los siglos el nacimiento del salvador del mundo; pero en los muy antiguos días, el natalicio de los dioses del sol naciente era en Cáncer. Se nos dice: «El natalicio del niño Jesús, estando establecido arbitrariamente por los sacerdotes, produce una seria discrepancia, ya que se nos dice que nació en un pesebre. El pesebre se encuentra en el signo del solsticio de verano, la constelación de Cáncer, que era llamada la puerta del sol, a través de la cual se le decía a las almas que descendieran desde su hogar celestial a la tierra; exactamente como en el solsticio de invierno, en diciembre, se les decía que regresaran a su hogar celeste o celestial, la constelación de Capricornio, la otra puerta del sol. Capricornio era el signo del cual se decía que en él habían nacido los dioses del sol en el solsticio de invierno y eran consagrados a los hijos de la luz”. (E. Valentía Straiton, The Celestial Ship of theNorth, Vol. II, Pág. 205). Símbolos: El símbolo astrológico para el signo de Cáncer no tiene en absoluto relación con el cangrejo. Está compuesto de dos colas de “asnos”, y éstos asimismo vinculan la historia del evangelio con la historia del pesebre. En relación con el nacimiento de Jesús aparecen dos asnos; uno en el cual la Virgen cabalgó hacia Belén, previo al nacimiento, y el otro en el cual ella cabalgó a Egipto, después del nacimiento. Cerca del signo de Cáncer hay dos estrellas brillantes; una llamada Asellus Borealis, o el asno del norte, y la otra, Asellus Australis, o el asno del sur. (Hay también una tercera vez, cuando Cristo cabalgó en Jerusalén durante su breve momento de triunfo en el Domingo de Ramos sentado en las ancas de un burro, un símbolo de paciencia y humildad, las joyas de la corona de la grandeza). Por lo tanto, no desmerezcan a este símbolo. Alguien ha usado las siguientes palabras para expresar la cadencia de Cáncer cuando entró por primera vez: “Una triste vocecita subterránea, una melodía baja, capturada a medias, semi-evasiva”. Todavía no ha sido consumado el trabajo. Todo lo que se oye es la señal de un posible logro. Todo lo que se encuentra es un profundo impulso interior y un descontento que se vuelve gradualmente tan fuerte que saca a la luz al oculto, esforzado individuo, fuera de su medio de estabilizada condición del mundo y lo hace el fervoroso aspirante que no conoce descanso, que ha emergido fuera del agua y trepado constantemente hasta que se encuentra en la cima del monte en Capricornio, el nacimiento, no la consumación del salvador del mundo. “Cristo nació en Capricornio, cumplió la ley bajo Saturno, inició la era de inteligente hermandad bajo Venus, y es el perfecto ejemplo del iniciado de Capricornio, que se vuelve el servidor del mundo en Acuario; y el salvador del mundo en Piscis. Cáncer admite al alma en el centro del mundo que llamamos humanidad. Capricornio admite al alma en la participación consciente en la vida de este centro del mundo que llamamos la Jerarquía.” (Astrología Esotérica). Las Tres Constelaciones Simbólicas: Jesús es llamado a menudo el Buen Pastor, y ha sido representado muchas veces como el pastor guiando sus ovejas. El pensamiento del rebaño ha sido estrechamente asociado con Cristo en la mente de la gente. Conectadas con el signo de Cáncer hay tres constelaciones: la Osa Mayor, la Osa Menor y Aros. Los corrientes nombres occidentales para las dos primeras son Osa Mayor y Osa Menor, pero es uno de los misterios de la astronomía cómo el nombre “osa” llegó a ser asociado con cualquiera de estos grupos de estrellas, pues en los zodíacos caldeo, persa, hindú y egipcio no se encuentra ninguna osa. Los nombres más comúnmente usados son aquellos de “la majada”, o “el rebaño de ovejas”, y se encontrará que un análisis de los nombres hebreo y árabe para las estrellas que están en estas constelaciones, prueba el hecho de que los nombres antiguos significan “el rebaño menor”, “la majada”, “la oveja”, y “el barco”. En el capítulo treinta y cuatro de Ezequiel y en el capítulo décimo de San Juan, es mucho lo que se refiere a estas constelaciones. La Osa Menor es famosa porque la estrella más brillante en ella es la estrella polar, la estrella del norte. En el simbolismo de estas dos constelaciones hemos tenido ante nosotros el pensamiento de la masa o del grupo, que es la influencia significativa del trabajo hecho en el signo de Cáncer, y en el simbolismo de la estrella del norte tenemos el pensamiento de una estrella guía, una atracción magnética que guía al peregrino de vuelta al hogar. Muchos esoteristas sostienen la creencia que la familia humana, el cuarto reino en la naturaleza, vino a la existencia gradualmente durante los dos mil años, aproximadamente, cuando nuestro sol estaba en Cáncer. El pensamiento de una masa de animales, de límites determinados dentro de los cuales estas ovejas o animales estaban confinados, y el pensamiento de un centro magnético de atracción, están simbólicamente pintados para nosotros también en la tradición masónica. En el planisferio egipcio de Kircher, Argos está representado por dos galeras (así como nosotros tenemos dos rediles), cuyas proas están coronadas por cabezas de carneros, y la popa, de una de ellas, termina en una cola de pez. Adviértase, por lo tanto, como aquí hemos sostenido gráficamente frente a nosotros, la consumación en Capricornio, donde la cabra trepa la cima de la montaña. Tenemos también la descripción gráfica de ese ciclo mayor que incluye el progreso del alma desde Cáncer hasta Capricornio, pero que comienza en Aries, el carnero, y termina en Piscis, los peces. Un concienzudo análisis del simbolismo de los signos zodiacales, profundiza en uno la fuerte convicción de la eterna representación de la verdad, y el constante mantenerse ante nuestros ojos, la historia de la evolución de la materia dentro de la forma, del conocimiento, del espíritu y de la vida. Argos se extiende en todo del camino desde Cáncer hasta Capricornio y es una de las constelaciones más grandes. Tiene en ella sesenta y cuatro estrellas, de la cuales Canopus es la más brillante. Su simbolismo, por consiguiente, abarca la vida del aspirante desde el momento en que encarna hasta que ha alcanzado su meta. Usamos la palabra “barco” bastante frecuentemente en un sentido simbólico, hablando del “barco del estado”, del “barco de la salvación” y comunicando siempre la idea de seguridad, de progreso, y del logro de una salida, del hacer un viaje y de la conducción de una enorme multitud de peregrinos en búsqueda de un tesoro de oro o de un nuevo y más libre hogar. Los peregrinos están equipados con el instinto, y a medida que ellos pasan a través de varias constelaciones abarcadas por este inmenso signo, ese instinto demuestra cómo el intelecto en un ser humano a medida que desarrolla autoconciencia y emerge del puro estado animal, hasta que llega el momento en que, habiendo avanzado alrededor del zodíaco una y otra vez, el aspirante se encuentra nuevamente en Cáncer, enfrentado con el problema de encontrar esa elusiva, sensible, y profundamente oculta, o escondida, intuición espiritual que lo guiará en su ahora solitaria jornada; que el aspirante no está más identificado con la masa y perdido en ella; él no es más una de las ovejas guardadas a salvo en el redil; no es más uno del gran rebaño de emigrantes, sino que ha emergido de la masa y empezado el solitario camino de todos los discípulos. Entonces camina el sendero de la tribulación, del ensayo y la prueba, luchando por sí mismo como individuo, desde Leo hasta Capricornio, hasta que llega el momento que, con la ayuda del instinto, el intelecto y la intuición, y conducido por el impulso de la vida de Cristo, se funde de nuevo con la masa y se identifica con el grupo. Entonces se vuelve el servidor del mundo en Acuario y no tiene sentido de separación. La Lección del Trabajo: Hemos visto que la cierva o gama por la que se esforzaba Hércules, era sagrada para Artemisa, la luna, pero era reclamada también por Diana, la cazadora de los cielos, y por Apolo, el dios sol. Una de las cosas que olvidan a menudo los estudiantes de psicología y aquellos que exploran la desarrollada conciencia del hombre, es el hecho de que no hay pronunciadas distinciones entre los diversos aspectos de la naturaleza del hombre, sino que todos son fases de una realidad. Las palabras instinto, intelecto e intuición, no son sino aspectos diversos del conocimiento y de la respuesta al medio y al mundo en el cual se encuentra el humano. El hombre es un animal y posee asimismo la cualidad del instinto y de las respuestas instintivas a su ambiente. El instinto es la conciencia de la forma y de la vida celular, el modo de conocimiento de la forma, y por consiguiente, Artemisa, la luna, que gobierna sobre la forma, reclama la cierva sagrada. En su propio lugar, el instinto animal es tan divino como esas otras cualidades que nosotros consideramos como más estrictamente espirituales. Pero el hombre es también un ser humano; él es racional; puede analizar, criticar, y posee ese algo que llamamos la mente, y esa facultad de percepción y respuesta intelectual, que lo diferencia del animal, la que le abre un nuevo campo de conocimiento, pero que es, no obstante, simplemente una extensión de su instrumento de respuesta y el desarrollo del instinto en intelecto. A través de uno, él se entera del mundo de los contactos físicos y de las condiciones emocionales; a través del otro, se entera del mundo del pensamiento y de las ideas, y así es un ser humano. Cuando ha alcanzado esa etapa de percepción inteligente e instintiva, entonces “Euristeo” le indica que hay otro mundo al cual puede igualmente conocer, pero que tiene su propio método de contacto y sus propios instrumentos de respuesta. Diana, la cazadora, reclamaba la gama, porque para ella la gama es el intelecto y el hombre es el gran buscador, el gran cazador delante del Señor. Pero la gama tenía otra y más elusiva forma, y a ésta, buscaba Hércules, el aspirante. Se nos dice que por un ciclo vital, él buscó. No era la gama, el instinto, lo que él buscaba; no era la gama, el intelecto, lo que era objeto de su búsqueda. Era algo más, y por esto empleó un ciclo de su vida buscando. Finalmente, leemos, la capturó y la llevó al templo, donde fue reclamada por el dios sol, quien reconoció en la gama la intuición espiritual, esa extensión de la conciencia, ese altamente desarrollado sentido del conocimiento, que da al discípulo una visión de nuevos campos de contacto y abre para él un nuevo mundo del ser. Se nos dice que la batalla aún continúa entre Apolo, el dios sol, quien sabía que la gama era la intuición, Diana, cazadora de los cielos, quien sabía que era el intelecto, y Artemisa, la luna, quien pensaba que era solamente instinto. Ambas diosas pretendientes tienen una finalidad y el problema de todos los discípulos es usar correctamente el instinto en su justo lugar, y en su propia manera. Él debe aprender a usar el intelecto bajo la influencia de Diana, la cazadora, hija del sol, y a través de él ponerse en relación con el mundo de las ideas humanas y de la investigación. Debe aprender a llevar esa capacidad suya al templo del Señor y allí verla trasmutada en intuición, y a través de la intuición llegar a conocer las cosas del espíritu y de aquellas realidades espirituales que ni el instinto ni el intelecto pueden revelarle. (Y una y otra vez los hijos de los hombres, que son también hijos de Dios, deben recapturar estas realidades espirituales, sobre el Camino infinito). Los trabajos de Hércules, Alice Bailey. De Artemisa me gustaría dejar los nuevos descubrimientos de grandes arqueólogos. Se creía que esas protuberancias eran pechos, pero porque nadie le había preguntado a un apicultor, porque son alvéolos, donde al cabo de 21 días nacerá una abeja, de echo en los lados tiene abejas obreras siendo ella la reina… Gregg Brandem, geólogo jefe de Phillips petroloum ingeniero y diseñador de sistemas aeroespaciales, (Es un científico conocido por unir el mundo de la espiritualidad con el de la ciencia). Nuestro conocimiento actual es parte de un conocimiento lineal que nos conecta con nuestro pasado, y sabemos que esta cadena de conocimiento con nuestros antepasados se ha roto al menos en dos momentos de nuestra historia oficial. Hubo dos momentos en los últimos dos mil años en los que perdimos la información del conocimiento antiguo. El primero de esos episodios fue la quema de la biblioteca de Alejandría en el siglo I, aunque no sabemos que había exactamente dentro de la biblioteca sabemos que historiadores romanos catalogaron cientos de volúmenes y rollos. Por ejemplo; Calamatro catalogó más de 536.000 rollos en esta biblioteca, y muchos de ellos eran ya muy antiguos para esta época, y sabemos que había rollos que contenían las más antiguas tradiciones hebreas, el conocimiento astrológico de los egipcios, conocimientos médicos y mucha más información de miles de años de antigüedad que describían las relaciones humanas con el mundo y tal vez con algo aún más grande. Esta biblioteca contenía una gran cantidad de información, y el segundo acontecimiento fue la edición de los primeros textos bíblicos. Por el año 329 D.C., en los primeros años del cristianismo, Constantino arma un consejo. Sabemos que por ese entonces no había un texto bíblico compilado como hay hoy en día. Había varios textos, algunos con mucha simbología, otros pobremente escritos y muy poca gente tenía acceso a ellos. Así que Constantino en un esfuerzo por hacerlos más accesibles al público en general arma este consejo y pide recomendaciones como que libros dejar, cuales sacar, cuales modificar…. El resultado de ello es la actual biblia, aunque sabemos que hay más de veinte libros que fueron removidos completamente, los cuales tenían una perfecta edición, y los textos que quedaron fueron modificados para quedar tal cual los conocemos hoy en día. Así que por buena que sea nuestra biblia de hoy día sigue siendo incompleta, y lo sabemos porque se han encontrado esos documentos tales como los rollos del Mar Muerto. Es por esto que son tan controversiales. Cuando se encontraron los rollos del Mar Muerto, pudimos ver que algunos tenían más de 1.700 años, y lo más interesante es que muchos de estos textos describen nuestra relación con el universo y la creación de nuestro mundo a través del poder de nuestras emociones, pensamientos, sentimientos y creencias. La ciencia ahora está comenzando a decirnos en su lenguaje lo que las antiguas tradiciones nos decían en el suyo. La pregunta es: ¿Cómo las aplicamos a nuestra vida? Para empezar deberíamos de definir que son los pensamientos, emociones y sentimientos. Recuerdo haber tenido una conversación con mi madre en donde ella me decía que creía que emociones y sentimientos eran los mismo, y aunque estén muy relacionados entre sí hay una diferencia. Si miramos nuestro sistema de chakras vemos que los tres centros inferiores están asociados a lo que llamamos el poder de las emociones humanas, y en la antigüedad decían que solo podemos percibir dos emociones primarias las cuales son el amor y su opuesto cualquiera que creas que este sea, puede ser miedo odio etc. Cuando sigues investigando encuentras que en realidad estas son las dos polaridades de una misma fuerza, así que en estos centros inferiores tenemos dos experiencias primarias: el amor y su opuesto. Este es un poder, es una fuerza que nos guía en esta vida, que derriba las barreras entre nosotros y el resto del mundo, sin embargo las emociones deben ser enfocadas y es aquí donde la lógica interviene, la cual está asociada a los centros energéticos superiores del cuerpo. El pensamiento es el que enfoca o da dirección a las emociones. Por ejemplo: Tenemos el pensamiento de un día lluvioso afuera, y en ese pensamiento volcamos el poder de la emoción ya sea de amor por ese día lluvioso o el miedo a lo que la lluvia pueda traer, y al conectar el poder de la emoción con la dirección del pensamiento creamos un sentimiento. Por lo tanto, un sentimiento por definición es la unión entre la emoción, el pensamiento y el centro energético al que no hemos hecho referencia, es el centro del corazón y este centro está dedicado al poder del sentimiento. Sentimos en nuestro corazones, así que el sentimiento en nuestro corazón es el lenguaje con el que nos expresamos en este campo que aún la ciencia está empezando a comprender mediante estos experimentos. El poder del sentimiento humano es el lenguaje que abre la puerta a las posibilidades de creación de nuestro mundo. La idea de este campo es tan nueva para los científicos hoy día que aún no han logrado acordar un único nombre, algunos lo llaman el “holograma cuántico“, otros “la mente de la naturaleza” como lo hizo el Dr. Ed Mitchel. Científicos como Stephen Hopkings lo llaman “la mente de Dios“, y por más variados que sean estos nombres todos hablan del mismo campo al que describen como una red que subyace y conecta toda la existencia, y a esta red nos comunicamos mediante nuestros sentimientos en nuestros corazones. Existen tradiciones antiguas que no solo reconocen esta relación sino que van un paso más allá y nos dejan instrucciones precisas de cómo aplicar estos conocimientos en nuestra vidas. A finales de los ochenta, yo era un ingeniero trabajando para el programa aeroespacial, y comencé a investigar en estos conceptos como un ingeniero, mirando al mundo que me rodeaba para comprender la historia de los que nos precedieron, y esa busca me llevó a varios de los lugares más maravillosos del mundo desde Egipto a los Andes Bolivianos por Perú, India, Nepal, Tíbet y los desiertos del sur de EE.UU. buscando información que nos revele como nos relacionamos con el mundo, como podemos usar este poder de los sentimientos para poder comunicarnos con el mundo que nos rodea. Así que cuando comencé a estudiar los principios que se utilizan en la antigüedad para conectarse con el mundo me encontré con lo que hoy llamamos plegarias o rezos. Este tipo de información se preservó mejor en los lugares menos perturbados por nuestra civilización, y esto me llevó a una travesía en 1.998 al Tíbet, donde tuve la oportunidad de pasar por doce templos y de poder hablar mediante un traductor con aquellos que actualmente viven sus vidas mediante estos principios. Esto es lo valorable de ir al Tíbet. Una cultura viviente, podemos ir a los templos de Egipto, a los templos mayas y por fascinantes que sean, la cultura que dejó esa información ya no está aquí físicamente, lo que nos lleva a especular sobre lo que nos querían decir con la información que dejaron. Pero al ir a un monasterio en Tíbet pude hablar con los monjes y preguntarles: .- Cuando realizas una plegaria ¿Qué ocurre dentro de ti? ¿Qué sientes, que piensas? .- Fue aquí en Tíbet cuando tuve la oportunidad de ir a un templo y preguntarle a un abate lo mismo que le había preguntado a mojas y a monjes, le pregunte: .- Cuando te veo rezar durante 12 o 14 horas diarias y realizas estos mudras mantras tocas el gong, las campanas y los cantos durante tanto tiempo… ¿Qué pasa dentro tuyo?.- Y el abate me miraba y me gustaría pensar que se reía conmigo y no de mi porque me contestó: .- Nunca ves nuestro rezo porque el rezo no puede observarse, lo que tú ves es lo que hacemos para crear el sentimiento en nuestro interior, el sentimiento es el rezo.- Y él me preguntó a mí: .- ¿Cómo lo hacen en tu cultura?.- Me puse a pensar en cómo rezamos en nuestra cultura hoy en día. Cuando perdimos los textos que describen como el poder de los sentimientos es el lenguaje, como es el lenguaje que nos conecta con el universo que nos rodea, es cuando comenzamos a creer que las palabras eran los rezos, que si repetíamos las mismas palabras una cantidad de veces en determinados días del año estaríamos rezando. Sin tener en cuenta la intención en la plegaria, esta está más allá que en la mera repetición de las palabras. Durante los noventa, en el desierto al sudoeste de EE.UU. se encontraba en medio de una terrible sequía un nativo americano amigo mío que me invito a que lo acompañara a un lugar en el desierto cerca de Nuevo Méjico para compartir una plegaria para la lluvia. No tuvo que preguntármelo dos veces, le dije que me encantaría participar y ver de qué se trata. Así que nos encontramos en una localización en las montañas del desierto, y de ahí fuimos a un lugar tan antiguo que incluso los nativos de hoy en día no saben quien lo construyó. Era esencialmente un círculo de piedra donde cada piedra parecía estar allí desde sus orígenes. Fue en este lugar donde mi amigo comenzó su plegaria, y lo que hizo fue quitarse los zapatos y entrar en el círculo con los pies descalzos. Comenzó a llamar a todos sus ancestros en las cuatro direcciones, luego me dio la espalda con sus manos en pose de oración solo unos segundos, se volvió hacia mí y me dijo: .- Tengo hambre, vamos a comer algo.- Le dije: .- Creí que íbamos a compartir esta plegaria, que íbamos a rezar para que llueva. – Y él me miró y me dijo: .- No, porque si rezamos para que llueva no va a llover, porque en el momento que rezas para que algo que ocurra estas sintiendo que no existe en ese momento. – Y me quedé pensando en lo que me dijo, porque tuvo mucho sentido. Si yo digo: .- Dios, que haya paz.– Lo que estoy diciendo es que la paz no está ahí, y estoy proyectando justo lo contrario a lo que mi plegaria apunta y lo mismo pasa con los pedidos de sanación, así que le pregunte a mi amigo: .- Si no pediste por la lluvia… ¿Qué fue lo que hiciste? ¿Qué ocurrió cuando cerraste los ojos?.- Y me respondió lo siguiente: .- Cuando cierro los ojos comienzo a evocar ese sentimiento de cómo se siente la lluvia en nuestro pueblo, y recuerdo como huele el aire a tierra mojada, y logro sentir como mis pies se mojan y se entierran en el lodo, y hay mucho lodo porque está lloviendo mucho, y de esta manera abro la puerta a la posibilidad de traer lluvia a nuestro mundo.- Vuestra el la Santa Ciencia Ana Suero Sanz. - Artículo*: Filosofía Oculta - Más info en psico@mijasnatural.com / 607725547 MENADEL Psicología Clínica y Transpersonal Tradicional (Pneumatología) en Mijas y Fuengirola, MIJAS NATURAL *No suscribimos necesariamente las opiniones o artículos aquí enlazados
 

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