SIGAMOS HABLANDO DE EUTANASIA

Aclaración de términos.- "Hacer un Risto Mejide": abortar un debate de ideas manifestando una situación dramática ante la cual solo cabe el silencio respe- tuoso y sensible. Muestra de un tramposo "supremacismo emocional" del que Arcadi Espada ha sentido los desagradables efectos. Ayer me metía de nuevo en un "jardín" minado cuando reproducía un artículo decididamente contrario a la eutanasia sin apenas matizarlo. Mi intención era dar a la luz argumentos para un debate que considero que está mal planteado de raíz, en la medida en que el deseo de morir ante un deterioro doloroso e irreversible es comprensible, pero del que no podemos omitir sus dimensiónes sanitaria, social y moral. Hoy expongo mi propia visión del problema, que por supuesto no pretende ser dogmática, concluyente ni definitiva, adjetivos todos que me producen auténtica urticaria. Que lo sucedido con Angel Hernández y Mª José Carrasco haya saltado al debate electoral solo se puede entender desde la necesidad de una cierta progresía manipuladora por ofrecer carnaza a las masas ávidas de sentimentalismo barato, los votantes impulsivos y "concienciados" que responden a la movilización de las emociones, no de las razones, y a quienes el sistema les ha ofrecido un "Risto Mejide" de primer orden: otra vez quien hace sentir se lleva el premio gordo. El drama del suicidio por piedad no puede dejar de conmovernos, pero es un caso extremo nada representativo de la realidad cotidiana, en la que centenares de miles de familias cuidan a sus mayores enfermos, compasivamente en el mejor de los casos y resignadamente en el peor. Y, de nuevo, la terminología que unos y otros ("hunos" y "hotros", diría Unamuno con ironía erudita) aplican a un caso tan dramático pretende condicionar el posicionamiento de la sociedad en su conjunto, puesto que ciertos etiquetados, eufemismos o calificativos condicionan, y mucho, la mirada que aplicamos a este caso. Defender una muerte digna no es hacer apología de una "cultura de la muerte" que denuncia el ultracatolicismo; la muerte mal se aviene a ser una construcción cultural, dado que es, antes que nada, una realidad natural. También resulta disparatado, en el otro extremo del espectro ideológico, pretender juzgar a Angel Hernández ... por violencia de género. El hombre que hace 25 años evitó el suicidio de su esposa y que finalmente cedió a los ruegos de ésta no ejerció ninguna violencia amparado en una pretendida superioridad sobre ella. Su única superioridad era, obviamente, que él podía moverse y acercar el vaso con veneno a su esposa y ella, que era quien deseaba ese movimiento, no podía ejercutarlo por sí. Pero claro, otro número a sumar a las asesinadas por la mál llamada "violencia de género" es un regalo al que la necrofilia feminista del "cuanto peor, mejor" no iba a renunciar así como así, ahora que las subvenciones han sido puestas en cuestión. En definitiva, en algo ante lo cual solo caben un respeto y una sensibilidad infinitos medios y políticos han entrado como elefante en cacharrería, desvirtuando el necesario debate antes de que hayan empezado a dibujarse sus términos. Quien controla el lenguaje, imponiendo su conceptualización de las cuestiones a los demás, tiene ya las riendas de la situación en sus manos, mientras que ceder semánticamente ante el adversario es el comienzo de la derrota. Y en este debate amenaza con confirmarse de nuevo el dictamen de Clausewitz: "Las falsas ideas surgidas del sentimentalismo son precisamente las peores" (posesodegerasa) - Artículo*: posesodegerasa - Más info en psico@mijasnatural.com / 607725547 MENADEL Psicología Clínica y Transpersonal Tradicional (Pneumatología) en Mijas Pueblo (MIJAS NATURAL) *No suscribimos necesariamente las opiniones o artículos aquí enlazados
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