«… trabajaréis en lo sucesivo con la espada en una mano y la paleta en la otra.» Caballero de Oriente, III Orden del Rito Francés. «La diosa, después de darle la bienvenida, lo primero que hace es llamar a Parmenides, «joven»; en griego la palabra es «kouros». Un kouros es un hombre joven, un chico, un hijo, un niño. El kouros, más que ningún otro, era el héroe. Sólo como kouros los iniciados pueden superar la prueba del viaje al más allá, tal como hace Parménides.» En los oscuros lugares del saber. Peter Kingsley. Juvelinitas y caballería en el Islam iranio [1] […] Esta palabra (fotowwat, javânmardi) implica a la vez las ideas de juvelinitasy caballería. La palabra persa javânmardiy su equivalente árabe fotowwatdesignan una forma de vida que se ha manifestado en vastas regiones de la civilización islámica, pero que, en cualquier lugar que se la encuentre, lleva siempre de forma clara la impronta shíita irania, por los motivos que a continuación explicaremos. La fotowwat, de la que puede afirmarse que es la categoría ética por excelencia, otorga un sentido espiritual a toda asociación humana, al hecho mismo del compagnonnage; fue la idea de fotowwat la que inspiró la organización de las corporaciones de oficio u otras análogas que se multiplicaron en el mundo islámico. Resulta paradójico que hayan sido sobre todo las formas de compagnonnage en el mundo turco las más estudiadas, pues hay que recordar que todo el mundo está de acuerdo en buscar los orígenes dela javânmardi no sólo en el mundo espiritual iranio shiíta, sino incluso, más allá de él, en el Irán preislámico, es decir, en el mundo zoroastriano. Esta paradoja se explica por la situación geográfica: Persia estaba muy lejos antes de la era de la aviación; además, los orientalistas han estudiado en primer lugar los países del entorno mediterráneo. A consecuencia de ello, los primeros estudios relativos al fenómeno de la fotowwatse relacionaban con el mundo turco, es decir, con el antiguo imperio otomano, claro está, pues todo ello ha desaparecido de la Turquía kemalista. En Irán, donde nace en el seno del sufismo, la idea de fotowwat da forma y estructura a las asociaciones de oficios. Esta idea impregnó todas las actividades de la vida con un sentimiento de servicio caballeresco que implicaba comportamiento ritual, iniciación, grado, pacto de fraternidad, secreto, etc. Un bueno ejemplo de ello nos lo proporciona un tratado cuya edición en la «Bibliotèque Iranienne» [2] está siendo preparada por uno de mis jóvenes colaboradores iraníes. Se trata de un ritual de iniciación de los «estampadores de telas» (tchîtsâzân). El texto, en un persa muy hermoso, comprende una treintena de páginas de preguntas y respuestas. Su extremado interés radica en que se interroga al recipiendario no sólo sobre los ancestros de la corporación, sino también sobre todo el simbolismo de los objetos utilizados para estampar las telas, los gestos realizados, las figuras que se imprimen, etc. Todo ello se convierte en otros tantos actos litúrgicos [3]. El otoño último hablé con el decano de la Facultad de Letras de la Universidad de Ispahán acerca de la maravillosa mezquita real, con sus inmensas superficies cubiertas de azulejos esmaltados en azul. El decano me dijo: «Puede usted estar seguro de que una mezquita así sólo es concebible como obra de los caballeros constructores». Lo mismo sucede con nuestras catedrales. Puede establecerse una comparación con el fenómeno correspondiente en Occidente, con la «Orden de los compañeros del Santo Deber de Dios», y con todos aquellos a los que todavía llamamos en Francia los Compagnons du Tour de France. Sería una bella empresa establecer el contacto histórico, primero, y quizá renovar a continuación el vínculo desvanecido desde hace siglos. Empresa difícil, pues ante el impacto occidental estas cosas tienen tendencia a entrar en un esoterismo cada vez más cerrado. Todavía estos últimos años se han construido soberbias mezquitas tradicionales en Irán. Los arquitectos conservan el secreto, pero toda tentativa, incluso por parte de los iraníes, de obtener de ellos un texto, o incluso simplemente algunas palabras, se enfrenta a una disciplina del arcano, a un sentido de la discreción, que nos desalienta a los investigadores. […] En cuanto a la palabra misma, no podríamos realmente explicarla sin traer a colación eo ipso la esencia de aquello que designa. Como lo precisa en detalle nuestro autor, apoyándose en numerosas citas, la palabra árabe fatâ tiene como equivalente persa la palabra javân. Se reconoce en ésta una palabra indo-europea de la misma raíz que el latín juvenis. Cuando se dice en persa mard-e javân, se está aludiendo a una persona joven, de entre 16 y 30 años, aproximadamente. El árabe fotowwat tiene por equivalente persa javânî, que corresponde al latín juventus o juvenitas. Es ése el sentido literal, que se relaciona con la edad física. Pero en su sentido técnico – y tenemos aquí la posibilidad de que el sentido técnico sea el sentido espiritual – la palabra designa una juventud sobre la que el tiempo no tiene poder ninguno, pues ella misma supone precisamente una victoria sobre el tiempo y sus esclerosis. La palabra se relaciona entonces con la juvenilitas propia de los seres espirituales, designando las cualidades que evoca la idea de juventud. La encontramos al final del camino del místico, es decir, del peregrino, del sâlik, término que traduce exactamente lo que designamos en Occidente como homo viator, el peregrino, el viajero. El peregrino, tras haberse liberado progresivamente, en el curso de su viaje interior, de los lazos y pasiones del alma carnal, llega a la estación del corazón, es decir, del hombre interior, del hombre verdadero. Accede entonces a la morada de la juventud, manzal-e javânî, de una juventud que no se desvanece con el paso del tiempo. Es este término el que vamos a encontrar como desenlace del conocimiento de sí, como final de la epopeya del caballero místico. Por eso, la palabra compuesta javânmarda, en árabe fatâ, designa a aquella persona en la que están actualizadas las perfecciones humanas y las energías espirituales, las fuerzas interiores del alma; a aquel, por tanto, que está en posesión de unas cualidades deslumbrantes, de unas costumbres ejemplares, que lo distinguen del común de los hombres. De ahí la solemnidad del vocativo ¡javân-mardâ! que se encuentra en los textos sufíes. El nombre abstracto, javânmardî, que es el equivalente del árabe fotowwat, designa así, con recurso al contraste que caracteriza toda la percepción irania del mundo, la manifestación de la Luz, de la naturaleza inicial del hombre, a la que se denomina fitrat, y al victoria de dicha Luz sobre las Tinieblas del alma carnal. Ya aquí se anuncia el recuerdo del combate eterno de la Luz y las Tinieblas. Llegado a este punto, el hombre, curado de todos los vicios, posee todas las excelencias morales. Ésta es la juvenilitas esencial del hombre y lo que otorga su sentido a la caballería espiritual como conclusión del conocimiento de sí, de la posesión de sí. En su origen, el concepto, de caballería espiritual, de javânmardî, está pues ligado a la naturaleza inicial del hombre, fitrat, y al concepto específicamente shiíta de walâyat, que traduciré por «dilección divina» de que son objetos algunos elegidos. La walâyat es lo esotérico de la profecía; el término lleva implícita la idea de la iniciación espiritual con las que son investidos algunos seres amados de Dios. Notas: [1] El autor ha tratado todas las cuestiones estudiadas aquí en su obra En Islam iranien: aspects spirituels et philosophiques, Gallimard, París, 1971-1972, reed. 1991. Se dan ahí todas las referencias a los textos y a las fuentes utilizadas; dichas referencias no son producidas aquí. El lector interesado en profundizar en el tema puede remitirse a esta obra, especialmente al libro VII, vol. IV, que trata el tema de «El duodé2]cimo Imam y la caballería espiritual». [2] Traités des Compagnons-Chevaliers, Bibliothèque Iranienne, vol. 20, Adrien-Maisonneuve, París, 1973. [3] Véase la introducción de este texto en «Introduction», op. cit., pp. 83-99. - Artículo*: 4GAMMAS - Más info en psico@mijasnatural.com / 607725547 MENADEL Psicología Clínica y Transpersonal Tradicional (Pneumatología) en Mijas Pueblo (MIJAS NATURAL) *No suscribimos necesariamente las opiniones o artículos aquí enlazados
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