La Administración Sanitaria Vasca continúa utilizando los test de PCR, cuando además de saber que no diagnostican una enfermedad, saben perfectamente que no por hacer más test van a controlar la verdadera enfermedad que tenemos hoy en día, que es lo que se le puede llamar “síndrome covid” ocasionado por las propias inoculaciones. Reiteradamente vengo diciendo que esta pandemia es una pandemia de test de PCR, que ahora la siguen utilizando para enmascarar la verdadera pandemia que tenemos, en este momento, la ocasionada por las inoculaciones. A lo largo de estos años se han utilizado estos test de PCR para crear las olas respectivas, en el caso de la segunda, tercera y sexta, para enmascarar las epidemias estacionales de la gripe, y curiosamente la cuarta, quinta y séptima, se utilizaron para encubrir las inoculaciones de pauta completa y de primer refuerzo (es decir, 3ª inoculación). Es cierto, que en primavera de 2020, primera ola, marzo a mayo de 2020, se dio un exceso de fallecidos, coincidiendo con el final de la época gripal, y ello unido, a que la enfermedad, no fue una enfermedad del aparato respiratorio al uso, sino más bien una enfermedad trasmitida a nivel sanguíneo, los datos de la estadística epidemiológica así nos lo dicen, pudiendo haber sido una de las razones de dichos fallecidos, la vacuna de la gripe que se dio en otoño invierno 2019-2020, y, que no habiéndose querido estudiar, por parte de la administración y de los profesionales sanitarios, lo que realmente había ocurrido durante esa primavera de 2020. Si continuamos analizando los datos vemos, que en la segunda ola, entre octubre y diciembre de 2020, los fallecidos van incrementando más incluso en la fase de descenso que en la de ascenso, mientras que en la tercera, entre enero y marzo de 2021, se ve que en la fase de descenso, final de marzo de 2021, va disminuyendo el número de fallecidos, siendo esto propio de lo que ocurre todos los años, durante las epidemias estacionales de la gripe. La confirmación de este hecho fue que en la época estival del 2020, coincidente con la desaparición de la gripe, y teniendo en cuenta, además, que durante ese verano de 2020, teníamos a la variante delta mucho más letal que la ómicron, el número de fallecidos por/con covid fue mínimo, llegándose al punto que en julio de 2022 hubo 4.912,50% más fallecidos que en julio 2020, siendo la principal diferencia que en el 2020 no había vacuna y en el 2022 se había inoculado la tercera dosis. Las siguientes olas, cuarta y quinta, marzo a junio 2021 y junio a septiembre 2021, fuera de fechas de epidemias gripales, han coincidido con las inoculaciones de primera y segunda dosis de la vacuna, hasta alcanzar un porcentaje alto de vacunación con pauta completa. Es curioso, que durante estas olas, a diferencia de lo comentado con las olas anteriores coincidentes con las épocas gripales, los fallecidos han tenido una distribución homogénea a lo largo de las fases de ascenso y descenso de las olas incluso aumentando algo al final de la fase de descenso de la quinta ola, coincidente con esa pauta completa. La sexta ola, noviembre de 2021 a marzo de 2022, vuelve a coincidir con la epidemia estacional de la gripe y los efectos de la 3ª inoculación, que prácticamente justo acabó en octubre de 2021, lo cual se aprecia con claridad al experimentarse un fuerte incremento de fallecidos en la fase de descenso, cuya razón estaría en la suma de la epidemia estacional de la gripe junto a los efectos adversos de esta tercera inoculación. Finalmente en la séptima ola, junio a agosto de 2022, fuera del período estacional de la gripe, por ser época estival, nos encontramos con algo totalmente diferente a lo que ocurrió en el verano de 2020, en pleno apogeo de la covid, observando que el número de fallecidos ha aumentado entre la fase de ascenso y la de descenso, siendo julio, el período donde se ha dado un exceso de fallecidos, pudiendo relacionarlos directamente con la inoculación de esa tercera dosis, que ya había empezado a dar signos de sus efectos en el final de la sexta ola. En este momento, se continúan realizando test de PCR para enmascarar claramente, lo acontecido con las inoculaciones responsables de la verdadera pandemia, y, también coincidente con la epidemia estacional de gripe, de ahí ese aumento de fallecidos que se está experimentando en estas fechas. De los datos, se observa, que esta pandemia es muy selectiva, porque si nos referimos al mes de octubre hasta el 13 de noviembre de 2022, vemos que de forma reiterada en los fines de semana se hacen menos test, (- 48, 75%) y por lo tanto se obtienen menos positivos (- 128,54% ), no siendo lógico que los positivos sean tan selectivos que discriminen más contagios entre semana que en fin de semana, dándonos a entender que la situación no es de gravedad, al no dedicar esfuerzos en hacer los mismos test sea entre semana o fin de semana. El problema, y, lo dije desde un inicio es que eso se hubiese solucionado realizando los test que quisieran pero normalizándolos de forma que la Incidencia Acumulada hubiese sido más representativa desde el punto de vista epidemiológico, pero con esa normalización no hubiesen podido tomar las medidas restrictivas adoptadas, ya que en muy pocos casos esa Incidencia Acumulada normalizada hubiese superado el valor referencia de 500. Con estos datos se puede decir que el “síndrome covid” lo está generando la propia vacuna, de ahí que los fallecidos por/con covid sin vacunación representen un 94,67% menos que los vacunados con tercera inoculación. Igualmente, y ante el desmantelamiento de la Sanidad y su proceso de privatización, vemos que los recursos económicos se están utilizando de forma irracional, ya que ante esta pandemia de PCR, habrá que decir que en Euskadi se han realizado 6.504.223 test, que a un coste de 75 euros/test el gasto realizado alcanzaría los 487.816.725 euros, cantidad más que suficiente para reforzar la atención primaria. Por ello, le podríamos hacer cinco preguntas claras a la Administración Sanitaria Vasca: ¿Cuál es la verdadera razón para continuar con los test de pcr? ¿Por qué ese empeño en continuar con las inoculaciones si no se están evitando fallecidos por/con covid? ¿Cuál es la razón para realizar ese gasto exagerado en test de pcr, cuando esos recursos económicos se podrían haber dedicado a déficits de la sanidad pública como es el reforzamiento de la atención primaria? ¿Cuál es la razón para no haber normalizado el número de test de forma que no nos hubiesen dado a entender que lo que tenemos es un virus selectivo y que también se toma descanso los fines de semana? ¿Cuál es la razón para seguir con este libreto de la pandemia de los test de pcr? Espero las respuestas Sra Gotzone Sagardui. Artículo*: Jon Ander Etxebarria Más info en frasco@menadelpsicologia.com / Tfno. & WA 607725547 Centro MENADEL (Frasco Martín) Psicología Clínica y Tradicional en Mijas Pueblo #Psicologia #MenadelPsicologia #Clinica #Tradicional #MijasPueblo *No suscribimos necesariamente las opiniones o artículos aquí compartidos. No todo es lo que parece.
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