ARQUITECTURA SAGRADA EN LA “ERA DE FRANCO”
“La arquitectura es una música de piedras y la música una arquitectura de sonidos”.
Beethoven
“Cuanto más elevado es el edificio, más profundamente debe sentar las bases”.
Thomás de Kempis
“No es el estilo lo que hay que admirar, sino el resultado final”.
Antoni Gaudí
De toda aquella gigantesca Obra de Estado de cuatro décadas que fue el Estado del 18 de Julio, o la “Era de Franco” (1)tal como muy acertadamente la denominó el historiador y economista ex-comunista Ramón Tamames -dándole a tal período de la Historia de España un carácter -sin él quererlo seguramente-, mítico y metahistórico (como dice el Evangelio: “pues los hijos de este mundo son en su generación más sagaces que los hijos de luz” (San Lucas 16:8)-, hubo infinidad de construcciones sagradas, no sólo de ámbito puramente religioso, sino también de marcado carácter metafísico. Aquí nos centraremos fundamentalmente en dos, -aunque hubo muchas más-: la Basílica del Valle de los Caídos, en Cuelgamuros, y el Templo-santuario del Sagrado Corazón de Jesús, en el Cerro de los Ángeles, ambos en el municipio de Madrid. La herencia simbólica que Franco quiso dejar para la posteridad y la historia de nuestra Patria, quedó bien patente sobre todo en estas dos grandes obras monumentales y arquitectónicas; ambas construcciones sagradas levantadas en cimas de montaña o cerros, emergen “de la marea del mundo como la Roca de la Salvación o el Monte Ararat en el que descansa el Arca de Noé, donde no llegan las aguas del Diluvio (Universal) que barre la maldad del mundo. Franco cree que la España cristiana se ha salvado gracias a una Cruzada en que derrotó la amenaza del laicismo masónico y el ateísmo soviético” (2). Dos Axis Mundi levantados en medio de un caótico y disoluto mundo arrasado por la revolución totalitaria anticrística del democratismo infrahumano -burgués/liberal o marxista-, del cientifismo, del progresismo, del materialismo más absoluto, etc., todos ellos anti-míticos por definición y vencidos -en el caso de España-, temporalmente, en la Cruzada de 1936-39. Aunque ambos complejos arquitectónicos fueran inaugurados ya inmersos en el denominado “segundo franquismo” (1959 y 1965 respectivamente), es decir ya en el ocaso del Estado del Movimiento Nacional, lo cierto es que su construcción se inició casi en los orígenes del Estado del 18 de Julio tras la Victoria sagrada de 1939, y tanto desde el punto de vista cosmovisional, simbólico, como del estilo constructivo, pertenecen íntegramente al denominado “primer franquismo”, a la España de la Cruzada dominada por los arquetipos metapolíticos del Guerrero y del Misionero -ambos estaban ya en germen durante la Cruzada, dos figuras heroicas y radicalmente antimodernas en la cosmogonía mito-poética legendaria y tradicional-; período que abarca, en líneas generales, la etapa de 1936-59; es decir, del franquismo en su “fase alta” como diría el historiador Stanley G. Payne (3).
Decía René Guénon al respecto del simbolismo sapiencial y metafísico tanto de la Montaña como de la Caverna que, “existe, pues, una relación estrecha entre la Montaña y la Caverna, en cuanto una y otra se toman como símbolos de los centros espirituales, como lo son también, por razones evidentes, todos los símbolos, “axiales” o “polares”, de los cuales uno de los principales es precisamente la Montaña. Recordaremos que, a este respecto, la Caverna debe considerarse situada bajo la Montaña o en su interior, de modo de encontrarse igualmente sobre el eje, lo que refuerza aún el vínculo existente entre ambos símbolos, en cierto modo complementarios entre sí” (4). Ya comentamos en anteriores entregas sobre el alto simbolismo de ambos Axis Mundi desde el punto de vista de la ciencia sagrada;todas las montañas en mayor o menor medida son una imagen del CENTRO DEL MUNDO (simbolismos de Verticalidad, Orden, Jerarquía, Totalidad, Ascensión, Permanencia, Solidez, Fortaleza, Estabilidad, Pureza). Nos dice A. Bernard en su extraordinario libro Teología Simbólica: “Las etapas de la vida de Cristo pueden ser ritmadas por ascensiones. La primera ascensión conduce a la Colina de las Bienaventuranzas, donde enseña el maestro de la sabiduría, cuya gloria interior se manifestará especialmente en la transfiguración sobre el Monte Tabor; la segunda, más dramática, se cumple sobre el Calvario; la tercera, finalmente, en el Monte de los Olivos, testimonia el triunfo de Jesús: él asciende al Cielo justamente en el lugar donde fue aplastado durante su agonía; y de ahí partirán los hombres de Galilea para cumplir su Misión Universal”. A éstos hay que agregar el Monte de la Tentación, la Montaña del Milagro de la multiplicación de los panes, la Montaña del Gólgota, y finalmente, la montaña escatológica del Paraíso a la que se refiere el Apocalipsis. En última instancia, para el cristianismo, la Montaña Santa que lleva a cumplimiento todo Monte Santo es Cristo mismo”. Así pues, estamos ante dos «Símbolos Fundamentales de la Tradición Primordial y de la Ciencia Sagrada»: La Montaña y la Cueva. AXIS MUNDI (Eje del Mundo) y RECEPTÁCULO DE LA TRADICIÓN, simbolizando esto último a la Cueva, lugar de nacimiento de los Héroes divinos y solares en las cosmogonías tradicionales (Cristo, Mitra, Horus, Attis, Dionisio, Orfeo, Krishna); también la Cueva de las iniciaciones prehistóricas y de las sociedades de cazadores, verdaderos centros sagrados de las Männerbünde. La cueva o caverna al igual que la montaña, es un arquetipo universal directamente relacionado con un Nuevo Nacimiento (o “Renacimiento”), el nacimiento espiritual aparte del puramente físico y corpóreo. El mismo altar de los templos e Iglesias cristianas simboliza también a la cueva o derivaciones de la misma: gruta, catacumba o cripta. Recapitulando, el esquema MONTAÑA-CUEVA-TEMPLO es soberbiamente representado en ambos conjuntos monumentales y arquitectónicos como iremos viendo. Se podrá observar, según el mismo esquema, que, si la montaña se reemplaza por la pirámide, la cámara interior de ésta es el equivalente exacto de la caverna. Hay que decir, que el proyecto original del Valle de los Caídos, recién finalizada la Cruzada, era la construcción de una gigantesca pirámide, cuyo proyecto prototípico originario apareció muy detallado en la revista falangista Vértice en 1940 (aunque el mismo empezó a tejerse en 1936-37, en plena Cruzada Nacional de Liberación pues); finalmente Franco rechazó dicho proyecto optando por otro proyecto alternativo donde también se cumplía idénticamente el mismo esquema trifuncional, sería su Gran Obra hermética; el monumento en su totalidad era una emanación de la cosmovisión mística y de la concepción de un catolicismo totalista, viril y ascético-guerrero de Franco. Fue deseo de Franco el de perforar la montaña para crear una cripta subterránea en ambos monumentos impresionantes. Decía René Guénon que el centro espiritual primordial de la humanidad en la Edad de Oro estaba, simbólicamente, en la cúspide de la montaña. Pero este centro espiritual se trasladó al interior de la gruta cuando el conocimiento sagrado y sapiencial se convirtió en oculto tras la Caída (nacimiento de la “caverna iniciática”), ello tras la pérdida del Centro y del Origen a medida que se iba produciendo el descenso cíclico, la involución; la Historia de la Humanidad como vemos, no es la historia de un “progreso” tal como afirma la subversión democrática y el enloquecido totalitarismo postmoderno y transhumanista, sino de una degeneración progresiva y cada vez más creciente; de unos orígenes suprahumanos y divinos poco a poco hemos ido degenerando hasta llegar a un oscuro final caracterizado por la semianimalidad y la infrahumanidad -los tiempos actuales-.
La Basílica del Valle de los Caídos, su construcción en concreto se inició oficialmente el 1º de Abril de 1940, I Aniversario de la Victoria, y su inauguración oficial fue el 1º de Abril de 1959, en el XX Aniversario de la Victoria (y que a partir de entonces empezaría el ocaso de la misma…); un monumento impresionante construido en menos de 20 años y que llegaría a fascinar al gran Arno Breker, que la consideró como la última gran obra arquitectónica de la cultura occidental. Hay que decir que el inicio y gran parte de la construcción de ambos monumentos arquitectónicos, España estaba aislada internacionalmente y sometida a un brutal bloqueo -comercial, económico, diplomático, etc.- por parte de las genocidas potencias vencedoras de la II Guerra Mundial, además de sufrir en suelo patrio el constante acoso por parte del criminal terrorismo anarco-comunista apoyado por las mismas. En el caso del Valle de los Caídos, se dan multitud de datos curiosos que vale la pena de reseñar y que nos lleva a la conclusión de que Franco tenía algunas nociones sobre arquitectura sagrada (5); dónde y cómo adquirió las mismas ya es harina de otro costal, pero lo que está claro, como dijo hace unos años el escritor Ernesto Milá, “decididamente la historia oculta de Franco aún está por escribir…” Franco fue el que eligió el lugar exacto donde se edificaría su Templo-Santuario-Ciudad de los Muertos, eligió un cerro pétreo con cierto aspecto piramidal que fue lo que le atrajo al parecer; supervisó constantemente sus obras a lo largo de los casi 20 años de duración, dando multitud de consejos y correcciones a sus constructores, la cruz del Altar Mayor fue tallada con madera de un árbol que el mismo Franco taló en los bosques de Segovia (en otra versión dicen que estuvo presente en la tala y que él fue el que eligió el árbol); el árbol precisamente era un enebro, un tipo de árbol que en el mundo indoeuropeo era muy reverenciado y considerado como ahuyentador de los malos espíritus y de las malas energías; Franco calculó el peso que debería soportar la inmensa y gigantesca cruz de más de 150 metros de altitud, la más alta del mundo aún a día de hoy (algo esto último que odian al unísono tanto el mundo plutocrático sionista como la herejía protestante, por ya no hablar del pseudo-catolicismo moderno y post-conciliar, netamente contra-tradicional y subversivo). El Templo excavado en el interior de la montaña y en cuyo Altar Mayor reposaron los restos mortales del Caudillo y del Fundador de la Falange durante varias décadas -así como los de varios miles de combatientes de ambos bandos caídos durante la Cruzada-, nos hacen remontar a otro viejo mito tradicional y aristocrático-solar, muy común en todo el mundo indoeuropeo, el mito del “Rey Perdido”o del “Emperador dormido en el seno de una montaña”(6)… La cripta del Valle de los Caídos está orientada hacia El Escorial y simétricamente separada de él por la cima del Monte Abantos, una montaña considerada sagrada por los antiguos pueblos celtíberos; es decir, trazando una línea recta desde la Cripta del Valle de los Caídos al Monasterio de San Lorenzo del Escorial, pese a lo abrupto y montañoso de la zona, prácticamente el centro mismo de dicha línea pasa por la cima del Monte Abantos (7). El Altar Mayor de la cripta y la gran cúpula, es circular; la mesa del altar está en el centro del círculo como si fuera la Capilla del Santo Grial. En el simbolismo tradicional el Círculo es el símbolo del Macrocosmos y el Cuadrado el símbolo del Microcosmos, el conjunto hace alusión al Centro Manifestado, al Principio Supremo. El Altar Mayor se encuentra justo debajo de la inmensa Cruz que corona la montaña granítica de aspecto piramidal, el Corazón de la Montaña, una alusión también alegórica y simbólica al Sagrado Corazón de Jesús que, en forma de Pantocrator, preside la bella cúpula sobre fondo dorado, Cristo Todopoderoso, Rey de Reyes, Señor de Señores y Juez Supremo, en majestad, con el Libro de la Vida en el que aparece inscrita la frase “Ego sum lux mundi” (“Yo soy la luz del mundo”); Ángeles, Apóstoles, Santos, Mártires y Cruzados yendo hacia Él, prácticamente en severa formación militar procesionando hacia la Gloria; a los lados del grupo de la Asunción de Santa María Virgen están los Caídos civiles y religiosos, y los Caídos militares en la Santa Cruzada de 1936-39. Las varias capillas que hay a lo largo del túnel consagradas a diversas vírgenes patrias, las estatuas de arcángeles con espadas y con lanzas, las impresionantes estatuas de los 4 Evangelistas rodeando la Santa Cruz (8); los tapices que recrean escenas correlativas al Apocalipsis de San Juan -el discípulo predilecto de Franco-, en los espacios entre las capillas laterales de la nave central de la Cripta. En definitiva, una auténtica joya constructiva -simbólica, espiritual, metafísica, artística, etc.- sometida y asediada por el odio criminal y la barbarie totalitaria liberal-plutocrática, y que hoy se enfrenta a un futuro incierto frente a la postmoderna tiranía del “pensamiento único” y de la maldita desmemoria histérica de la subversión progresista; como decía el escritor argentino Jorge Ferro, “el lenguaje (en este caso sería su manipulación) es un inapreciable instrumento de penetración y de dominio. Es la savia misma de la vida social y cultural. Quien imponga un determinado lenguaje impondrá junto con éste un modo de entender la realidad, una cosmovisión subyacente, valores morales, culturales y políticos, pautas de conducta”.
En cuanto al Santuario del Cerro de los Ángeles -el otro Axis Mundi-, inicialmente su construcción se inició a principios del siglo XX, ello sobre un cerro situado a 700 metros de altitud sobre el nivel del mar y en plena naturaleza. El monumento originario se inauguró en 1919 y el 30 de Mayo de dicho año, el nefasto, vago y cobarde monarca liberal Alfonso XIII consagró a España al Sagrado Corazón de Jesús (para luego huir de nuestra Patria apresuradamente como una rata de alcantarilla en 1931, entregándola a la demencia y la vileza genocida de una República masónica y demoníaca que ni siquiera había ganado unas simples elecciones municipales); después de 6 años de inaudito salvajismo totalitario y de barbarie demoliberal y demomarxista, ya en plena Cruzada de Liberación Nacional, el sagrado monumento fue profanado por la chusma anarco-marxista: la gigantesca estatua de Nuestro Señor Jesucristo fue fusilada por aquella escoria infrahumana (aunque ni una sola bala impactó en el relieve del Sagrado Corazón), todo el conjunto monumental fue dinamitado y derruido por los sindiós; pero el crimen satánico de la Antiespaña no se quedaría ahí, la parodia diabólica fue tal que llegarían a rebautizar la zona como “El Cerro Rojo”. Finalizada la Santa Cruzada con la aplastante Victoria de las fuerzas nacionales, Franco decidió no ya reconstruir el monumento originario como haría con tantísimos otros monumentos o centros sagrados destruidos y profanados por la chusma, sino construir uno nuevo que, aunque fuera una réplica hasta cierto punto del anterior, sería de mucho mayor tamaño, y donde también se volvería a cumplir el mismo esquema trifuncional y paradigmático del Valle de los Caídos –Montaña, Cripta, Templo-; empezó a edificarse en el año 1944, el monumento nos muestra a un Cristo triunfante y victorioso con los brazos abiertos invitando a todos los hombres de ir hacia Él, rematado con la leyenda REINO EN ESPAÑA. Como dato curioso, decir que Franco ordenó levantar el nuevo monumento-santuario en el mismo lugar del originario -según dicen es el centro exacto de la Península Ibérica, otro Centro o Corazón del Mundo-, y para ello hizo trasladar varios metros más allá las ruinas que quedaron del antiguo para despejar el solar de cara a la nueva edificación, ello como el recuerdo y como el testimonio de los restos de aquella guerra mítica y legendaria contra Bestia Anticrística perpetrada en suelo patrio entre 1936 y 1939; como un eco lejano illud tempus de aquella metahistórica batalla entre ángeles y demonios; la “estética de las ruinas”, ellas hacen que uno piense en el pasado -más o menos reciente, pero imperecedero-, convirtiéndose casi en un misterio sagrado puesto que, momentáneamente, mediante su observación y análisis introspectivo, uno se traslada al mismo, casi viviendo en él; por otro lado las ruinas finalmente acaban interactuando con la naturaleza hasta casi ser absorbidas por ella: “la fuerza de las ruinas debería superar las generaciones, y mostrar, indestructibles, que el imperio, si bien decadente, impondría su marca en el futuro a través del espíritu de lo que fuera su grandeza” (Myriam Mahiques).
La imagen del Sagrado Corazón de Jesús, de más de 11 metros de altitud, de su pedestal, de 26 metros de longitud, junto con los impresionantes grupos escultóricos de la base (9), se inauguraron el 25 de Junio de 1965. El 30 de Mayo de 1969 el Caudillo Francisco Franco, volvió a consagrar a España al Sagrado Corazón de Jesús, casi en el XXX Aniversario de la Victoria en la Cruzada y en el L Aniversario de la primera consagración; diez años después, en 1975, curiosamente el último año de la “Era de Franco”, se inaugurada un nuevo elemento inexistente en el monumento originario: LA CRIPTA. Ambos conjuntos monumentales y sagrados, como hemos visto, son un canto a un Catolicismo Militante, Misional, de Cruzada, combativo, ascético-viril; un Catolicismo antitético y que se oponía diametralmente, en definitiva, ya no solo a los pseudo-valores del mundo democrático y progresista, sino también a la parodia caricaturesca que surgió tras el nefasto Concilio Vaticano II y que precisamente finalizó también en 1965; el alumbramiento de un pseudo-catolicismo afeminado, de marcada tendencia humanitario-pacifista y ginecocrática, y esencialmente anti-viril, anti-sapiencial, muy en consonancia con la actual tiranía mundialista, ecologeta y multikultureta (no había que perder el “tren de la Historia”, decían los majaderos en los años 60): la Contra-Iglesia de Judas. Aunque hay que reconocer, que realmente los prolegómenos del CVII comenzaron realmente con la derrota de Europa de 1945 y tras el triunfo de los totalitarismos anglosionista y marxista, dos cosmovisiones netamente antisacrales, demoníacas y totalmente anti y contratradicionales; de la fusión de lo peor de ambos sistemas diabólicos tras el desplome del bloque soviético, surgió el actual Nuevo Orden Mundial, el actual mundialismo totalitario y global: el Reino del Anticristo. 1945 no sólo fue el final de “la era europea” (Pío Moa), sino también el inicio de la fase más oscura y destructiva del Kali-Yuga o Edad de Hierro, el “final de los tiempos” profetizados en el Evangelio. Los ideales metapolíticos de la Cruzada y de la Victoria simbolizados en la fecha mágica y sagrada del 18 de Julio y en la figura mítica y metahistórica del Caudillo, un verdadero Hombre de la Tradición, fueron los que alumbraron auténticas maravillas como las que acabamos de relatar y de desglosar ligeramente, pero también fueron la completa antítesis y negación del mundo decadente y en acelerada descomposición en el que hoy estamos inmersos (10). Si para los Hombres de la Tradición la catástrofe de 1945 supuso entrar en la fase más oscura y sombría de la Edad de Hierro -la Tierra Baldía-, para la Subversión es precisamente ahí cuando comienza su “Era de la Luz”… (11)
Para finalizar, un recuerdo y oraciones para los 5 mártires y héroes que el 25 de Julio de 1936, a los pocos días de iniciarse la Cruzada, fueron salvajemente asesinados por las hordas rojas por intentar proteger el monumento originario. 30 miembros de las Compañías de Obreros de San José y del Sagrado Corazón de Jesús acudieron al Cerro de los Ángeles a una vigilia de Adoración Nocturna. Al terminar la misa, ya de madrugada, la mayoría de los congregantes volvieron a Madrid, a excepción de los cinco camaradas martirizados a posteriori, un símbolo y una metáfora de las 5 Llagas de Nuestro Señor Jesucristo durante la Pasión:
-Pedro-Justo Dorado Dellmans, de 31 años: ¡¡¡PRESENTE!!!
-Fidel Barrios Muñoz, de 21 años: ¡¡¡PRESENTE!!!
-Elías Requejo Sorondo, de 19 años: ¡¡¡PRESENTE!!!
-Blas Ciarreta Ibarrondo, de 40 años: ¡¡¡PRESENTE!!!
-Vicente de Pablo García, de 19 años de edad: ¡¡¡PRESENTE!!!
…Y SIN EMBARGO ¡¡¡TRIUNFASTEIS!!!
Los cinco se quedaron en el Cerro de los Ángeles para proteger el monumento. Los habitantes de una finca cercana (las “chivatas de balcón” de la época, retrotrayéndonos ya a tiempos canallescos muy recientes…), les denunciaron al verlos rezar el Santo Rosario y bendecir la mesa antes de comer. El 23 de julio fueron salvajemente asesinados por milicianos rojos. En el momento de su asesinato los cinco miraban al monumento, y su último aliento fue para gritar un “Viva Cristo Rey”, antes de que sus cadáveres se desplomasen en la tierra sagrada del Cerro, donde fueron abandonados un día entero como si fueran alimañas. Hoy los restos de aquellos Cinco Mártires y Héroes descansan en el interior de la Iglesia situada bajo el nuevo monumento creado por el Caudillo.
FUERZA HONOR Y TRADICIÓN
Ioannes Mons Christus
NOTAS:
1.- “La República; la Era de Franco”. Ramón Tamames, Editorial Alianza Universidad 1973.
2.- “La Vida Secreta de Franco”,David Zurdo y Ángel Gutiérrez, editorial Edaf, 2005. Un poco más adelante los autores de este interesante libro manifiestan que “la idea de una España que resurge de sus cenizas salvando el feroz acoso de sus enemigos se asocia, en el mural de Franco (como) Cruzado, con la imagen de Santiago luchando al lado de los españoles cristianos. Santiago aparece así, detrás de Franco, tal como se le representa luchando en la batalla de Clavijo: sobre un caballo blanco, la espada en su puño y la bandera blanca con una cruz roja, la “Cruz de Santiago”. En esta famosa batalla las fuerzas cristianas de Ramiro I de Asturias se enfrentaron a las musulmanas, acaudilladas por Abderramán II. Los musulmanes tenían clara ventaja numérica, pero, en el momento decisivo de la batalla, apareció el Apóstol empuñando su espada y arremetiendo contra los moros, lo que decantó la victoria hacia el ejército cristiano. De igual forma que Franco acudía a esta mítica aparición en los tiempos de la dominación musulmana, los hombres medievales que forjaron la leyenda de Santiago luchando en la batalla de Clavijo recogían ya una imagen muy anterior… Esta imagen procedía de los tiempos en que los primeros cristianos eran asimismo perseguidos, y estaba presente en el libro que cierra la Biblia: el Apocalipsis de San Juan. Este es un texto en el que los acosados cristianos se les promete la esperanza de una salvación cercana, tras la batalla celeste que derrotará a las fuerzas demoníacas”. En la finalización del capítulo –“Franco y Santiago Apóstol”-, curiosamente los autores del libro comparan la mítica aparición de Santiago Apóstol en la Batalla de Clavijo -bellamente representada en el Mural de la Exaltación de Franco como Caudillo de la Cruzada, obra del pintor boliviano “Kemer” en 1948, hoy en el Archivo Militar de Ávila-, con la figura de un Mago Gandalf resplandeciente de la monumental obra de JRR Tolkien “El Señor de los Anillos”, una manifestación -en forma de brillante obra literaria-, en pleno Siglo XX, de la eterna, mítica y metahistórica lucha entre los Ejércitos de la Luz y los Ejércitos de las Tinieblas.
3.- “El Régimen de Franco, 1936-1975”, Stanley G. Payne, Editorial: Alianza, Madrid, 1987.
4.- “La Montaña y la Caverna”, René Guénon, Estudios Tradicionales, enero de 1938. A continuación, reproducimos una parte de este interesante artículo que fue introducido en el libro recopilatorio “Símbolos Fundamentales de la Ciencia Sagrada”, del mismo autor:
“Existe, pues, una relación estrecha entre la montaña y la caverna, en cuanto una y otra se toman como símbolos de los centros espirituales, como lo son también, por razones evidentes, todos los símbolos, “axiales” o “polares”, de los cuales uno de los principales es precisamente la montaña. Recordaremos que, a este respecto, la caverna debe considerarse situada bajo la montaña o en su interior, de modo de encontrarse igualmente sobre el eje, lo que refuerza aún el vínculo existente entre ambos símbolos, en cierto modo complementarios entre sí. Es preciso, empero, advertir también, para “situarlos” exactamente uno respecto del otro, que la montaña tiene carácter más “primordial” que la caverna: ello resulta del hecho de que es visible en el exterior, de que es inclusive, podría decirse, el más visible de todos los lugares, mientras que, al contrario, la caverna es, según lo hemos dicho, un lugar esencialmente oculto y cerrado. Puede fácilmente deducirse que la representación del centro primordial por la montaña corresponde propiamente al período originario de la humanidad terrestre, durante el cual la verdad era íntegramente accesible a todos (de donde el nombre de Satya-Yuga [‘período de la verdad’], y la cúspide de la montaña es entonces el Satya-Loka o ‘lugar de la verdad’); pero, cuando a consecuencia de la marcha descendente del ciclo esa verdad no estuvo ya sino al alcance de una minoría más o menos restringida (lo que coincide con los comienzos de la iniciación entendida en su sentido más estricto) y se hizo oculta para la mayoría de los hombres, la caverna fue un símbolo más apropiado para el centro espiritual y, por consiguiente, para los santuarios iniciáticos que son su imagen. Por tal cambio, el centro, podría decirse, no abandonó la montaña, sino que se retiró solamente de la cúspide al interior; por otra parte, ese mismo cambio es en cierto modo una “inversión” por la cual, según lo hemos explicado en otro lugar, el “mundo celeste” (al cual se refiere la elevación de la montaña por sobre la superficie terrestre) se convirtió en cierto sentido en el “mundo subterráneo” (aunque en realidad no sea él el que cambió, sino las condiciones del mundo exterior, y por lo tanto su relación con éste); y esa “inversión” se encuentra figurada por los esquemas respectivos de la montaña y la caverna, que expresan a la vez su mutua complementariedad. Según hemos señalado anteriormente, el esquema de la montaña, al igual que el de la pirámide o el del montículo, sus equivalentes, es un triángulo con el vértice hacia arriba; el de la caverna, al contrario, es un triángulo con el vértice hacia abajo, y por ende invertido con respecto a aquél. Este triángulo invertido es igualmente el esquema del corazón, y el de la copa, que está generalmente asimilada a aquél en el simbolismo, según lo hemos mostrado particularmente en lo que concierne al Santo Graal. Agreguemos que estos últimos símbolos y sus similares, desde un punto de vista más general, se refieren al principio pasivo o femenino de la manifestación universal, o a alguno de los aspectos de él, mientras que los símbolos esquematizados por el triángulo con el vértice hacia arriba se refieren al principio activo o masculino; se trata, pues, de una verdadera complementariedad. Por otra parte, si se disponen ambos triángulos uno debajo del otro, lo que corresponde a la situación de la caverna bajo la montaña, se ve que el segundo puede considerarse como el reflejo del primero; y esta idea de reflejo conviene muy bien a la relación de un símbolo derivado con respecto al símbolo principal, según lo que acabamos de decir acerca de la relación entre la montaña y la caverna en cuanto representaciones sucesivas del centro espiritual en las diferentes fases del desarrollo cíclico.
5– Laconstrucción de la Academia General Militar de Zaragoza se hizo en un tiempo récord y de la que Franco sería su primer Director General entre 1928 y 1931; Franco supervisó personalmente la construcción de dicho edificio de principio a fin, y parece ser que también participó en la confección de los planos del mismo. Muy interesante el libro de José Antonio Vaca de Osma donde se hace alusión a este tema: “La larga guerra de Francisco Franco”, Ediciones Rialp, 1991.
6.- “El tema del “Rey Perdido” alude a reyes históricos que la crónica ha revestido de contenidos míticos; por el contrario, el tema del “Rey del Mundo” pertenece exclusivamente al universo mítico. Cuando un rey histórico no muere, sino que desaparece, oculto en una cueva, en una montaña o en una isla, es que ha pasado al dominio del Rey del Mundo, ha establecido contacto con él y ha tenido acceso a ese reino latente que está oculto por culpa de la degeneración del mundo. En todas las tradiciones el “Rey Perdido”, al desaparecer y entrar en contacto con el “Rey del Mundo”, legitima su poder y alcanza un rango divino. Ahora bien, esa situación no durará siempre. Finalizado el ciclo, la espada vengadora del “Rey Perdido” se manifestará de nuevo y, gracias al poder de su brazo, el mundo quedará renovado, habitualmente tras una gran batalla” (Ernesto Milá, “El Rey Perdido, un Mito Europeo”, Info/krisis 2020). En la España contemporánea nos encontraríamos con dos derivaciones, dos avatares de dicho mito ancestral: José Antonio y Francisco Franco, el Fundador de la Falange y el Caudillo de España; uno y otro abrieron y cerraron un Ciclo Heroico de la mejor Historia de España en pleno siglo XX (en la misma fecha además, que se convertiría en mítica, un 20 de Noviembre), de ahí el rencor y el odio satánico hacia estas dos figuras egregias de nuestra sagrada Patria, ello hasta el punto de profanar vergonzosa y cobardemente sus tumbas por parte de la chusma democrática, pero también del silencio cómplice, canalla, miserable y pérfido de la Contra-iglesia postconciliar dominada hoy por las tenebrosas hordas de GOG y MAGOG (no es casualidad que el Papa actual se llame Ber-GOG-lio): “Existe una Iglesia Secreta, o Invisible, y una Iglesia Exterior, o Visible. La primera (ligada con San Juan Evangelista y Santiago el Mayor, los “Hijos del Trueno”) permanecerá hasta la Segunda Venida de Cristo, hasta el “fin de los tiempos”: “Si yo quiero que él [Juan, el discípulo amado] permanezca hasta mi venida, ¿a ti [en referencia a Pedro, ligado con la Iglesia Exterior] que te importa? Tú sígueme” (Juan 21, 20-23)” (Francisco Ariza). A pesar de la subversión post-conciliar y de la putrefacción mundialista y postmoderna de la Iglesia romana, la verdadera Iglesia, aunque oculta para la gran mayoría, permanece y vencerá al final de los tiempos. Concluye Milá en el citado artículo: “El mito del Rey del Mundo, las leyendas de los reyes perdidos y de los monarcas que aguardan la batalla final rodeados de sus fieles guerreros, pertenece a nuestro pasado ancestral. Es una parte de nosotros mismos, algo que debemos conocer y encuadrar en un universo simbólico y mítico, hoy perdido, pero del cual no podemos prescindir si queremos conocer nuestro origen y nuestro destino”.
7.- Recordemos que el Monasterio de San Lorenzo del Escorial fue obra del gran Rey Felipe II, rey muy admirado por Franco y del que se consideraba su digno continuador. Tampoco consideramos como “casual” la conexión mágica y sagrada que hay entre ambos conjuntos monumentales (el Eje El Escorial-Valle de los Caídos), ya que, según la tradición, la copa utilizada por Jesucristo durante la Última Cena -el Santo Grial-, y según la tradición oral cristiana ininterrumpida llegó a Huesca en el siglo III gracias, precisamente, a San Lorenzo, y que sería el que hoy se encuentra en la Catedral de Valencia.
8.- A la hora de tallar a San Juan Evangelista, el discípulo amado de Jesucristo, su escultor Juan de Ávalos lo creó avejentado y con una barba que disgustó al Caudillo. El Generalísimo y Caudillo imaginaba a San Juan Evangelista como aparece descrito en el Nuevo Testamento. Es decir, un joven, lozano y vigoroso, con mirada alucinada y visionaria. Rechazó de inmediato la representación decrépita del Evangelista y pidió al escultor que, además de rejuvenecerlo, lo afeitara.
9.- Los dos grupos escultóricos de la parte delantera son repetición, aunque en distinto estilo y orden de las figuras, de los que configuraron el Monumento antiguo de 1919: la IGLESIA MILITANTE y la IGLESIA TRIUNFANTE. En el conjunto de la Iglesia Triunfante, los personajes son de carácter histórico: San Agustín, San Francisco de Asís, Santa Margarita María de Alacoque, Santa Teresa de Jesús, Santa Gertrudis y el Padre Bernardo de Hoyos, apóstol de la promesa del Reinado de Cristo Rey en España. Los dos grupos de la parte posterior representan la ESPAÑA DEFENSORA DE LA FE, encarnada en los siguientes personajes: Osio, Obispo de Córdoba, el Rey Don Pelayo, el Padre jesuita Laínez, que intervino activamente en el Concilio de Trento, Don Juan de Austria y el padre Polanco. La ESPAÑA MISIONERA está representada por las imágenes de Isabel la Católica, Cristóbal Colón, Hernán Cortés y Fray Junípero Serra.
10.- Al igual que pasó con la Catolicidad, lo mismo podríamos decir del Estado del 18 de Julio; si bien éste último sufrió un golpe certero y demoledor a raíz de las consecuencias que se derivaron del repugnante “aggiornamento” vaticanista de 1962-65, realmente su sentencia de muerte ya fue redactada 30 años antes por los vencedores de 1945. La Ley de Reforma Política que desmantelaría por completo al Movimiento Nacional y al Estado de las Leyes Fundamentales en 1976-77, sin duda tuvo su punto de origen o de partida con la derrota de Europa de 1945 y, con ella, la de todos los movimientos nacionales que pugnaron entre 1919 y 1945 a lo largo y ancho de todo el continente -con mayor o con menor acierto-, con instaurar una nueva Edad de los Héroes, un nuevo Ciclo Heroico. Lo que está claro es que con el CVII la Iglesia romana renunció por completo a tener su propia doctrina política y filosofía del Estado, rindiéndose definitivamente a la subversión modernista y democrática.
11.- Recordemos que para la Masonería moderna la “Era de la Luz” (parodia caricaturesca de la “Edad de Oro” de la Tradición primordial y sapiencial), comienza precisamente con el nacimiento de la O.N.U. a finales de 1945, y, sobre todo, con la “Declaración Universal de los Derechos Humanos” de 1948.
Más info en frasco@menadelpsicologia.com / Tfno. & WA 607725547 Centro MENADEL (Frasco Martín) Psicología Clínica y Tradicional en Mijas Pueblo #Psicologia #MenadelPsicologia #Clinica #Tradicional #MijasPueblo
*No suscribimos necesariamente las opiniones o artículos aquí compartidos. No todo es lo que parece.
No hay comentarios:
Publicar un comentario