LA CONSTRUCCIÓN DEL TEMPLO INTERNO Meditaciones sobre el punto y la circunferencia El arte de la construcción se basa en la contemplación de un gesto divino primordial: la creación del Mundo (1). Al pulir la piedra bruta, el aprendiz constructor estaba realizando un trabajo y un gesto ritual consigo mismo. La piedra era él mismo, y la transformación de ésta, en piedra tallada y cúbica, simbolizaba la transmutación cualitativa de todo su ser (2). Leemos en Introducción a la Ciencia Sagrada. Programa Agartha que la aventura del conocimiento es un viaje o peregrinaje que se relaciona con la búsqueda del Centro del Mundo. Todo se da en la “rueda de la vida”, receptáculo de las energías del cosmos, que el iniciado debe reconocer en sí mismo para llegar al Centro o corazón inmóvil de la rueda, allí donde se produce la identificación con lo universal y verdadero origen. El Centro del Mundo es la unidad esencial que se esconde bajo indefinidas formas que son expresiones de esta única verdad y Principio Supremo. El círculo y su punto central son el símbolo que nos permite desvelar esta realidad; un punto central y la circunferencia a que éste da lugar por su irradiación. Así como el 1 es el símbolo aritmético del Centro Inmutable o Unidad, el punto sin dimensiones es su imagen geométrica. La Unidad y Principio Supremo que el punto central simboliza da lugar a la manifestación universal en su totalidad, simbolizada por la circunferencia, que una vez trazada gracias a la emanación del Principio, retorna nuevamente a Él, cumpliendo así un doble movimiento de expansión y concentración, centrífugo y centrípeto –solve et coagula de la Alquimia–. El desarrollo aritmético y geométrico a partir del Uno, y la aparente diferenciación entre la concreción material y la unidad, conduce en su despliegue hasta el novenario y su representación geométrica, la circunferencia. El nueve es el símbolo de la multiplicidad indefinida, representada geométricamente por los indefinidos puntos de la circunferencia que se corresponden con las indefinidas manifestaciones formales y materiales del Ser. El nueve, como la circunferencia, retorna sobre sí mismo incesantemente. “Al nueve se lo considera como un número circular, ya que es el único que tiene la particularidad de que todos sus múltiplos se reducen finalmente a él mismo” (3). No hay salida más allá de éste, sino el retorno al punto central y Principio, al contrario de lo que pretende el “progreso” moderno y contemporáneo. La única salida de la circunferencia es interior, un camino de retorno hacia el Centro o Unidad en la que todo lo manifestado debe reabsorberse, completando el ciclo: 9+1=10=1+0=1. Todo lo manifestado, el universo y todo lo que incluye, es simbólico, un lenguaje que podemos comprender y que está hablando de nuestra verdadera identidad. Las figuras geométricas y los números son, de entre todos los símbolos, la expresión simbólica más sintética del desarrollo de la cosmogonía. Dice Pitágoras en su "Discurso Sagrado" citando a Orfeo que la esencia de los números es el principio más providencial de todo el cielo, de la tierra, y de la naturaleza intermedia. (...) Y es mediante la naturaleza de los números y sus proporciones, como primera esencia, que se extienden a través de todas las cosas de acuerdo con las cuales todo esta armónicamente dispuesto y convenientemente ordenado. Es por ello que se habla de un ingenio creador, la Inteligencia Universal, con la cual “Dios geometriza” (4). El hombre, única criatura de la creación capaz de realizar conscientemente el camino de retorno al Origen, puede lograr su identidad con el Ser Universal a través de un segundo nacimiento. Este despertar se corresponde simbólicamente con un recorrido desde un punto de la circunferencia hasta su centro, y también con una cuenta atrás que parte del denario y termina en la Unidad, principio generador de la multiplicidad implícita en la década. Si “Dios geometriza”, el iniciado se reconoce en aquello que las figuras geométricas están simbolizando como distintos estados del Ser. Deberá construir su Templo Interno “imitando un modelo olvidado” (5), reordenando en su interior la creación hasta la reunificación con el Principio Supremo. Se servirá del compás y la escuadra, símbolos respectivos del Cielo y la Tierra, con los cuales recreará el gesto cosmogónico original dibujando todas las figuras geométricas que se pueden trazar dentro del espacio comprendido entre el punto central y la circunferencia, del uno al nueve, y que actuarán en su conciencia, promoviendo el ascenso por la escala de conocimiento, y la transmutación y realización de los distintos estados del Ser. Este es el fin último de la geometría, su aplicación filosófica a la que se puede denominar Geometría Filosofal (...) No en vano ya Platón hizo poner sobre el frontispicio de su escuela: "Que nadie entre aquí si no es geómetra", indicando así que sus enseñanzas sólo podían ser comprendidas por quienes comprendían el aspecto cualitativo y esotérico de la geometría (6). Notas 1 Federico González y col., Introducción a la Ciencia Sagrada. Programa Agartha. Revista SYMBOLOS Nº 25-26, Barcelona, 2003. 2 Introducción a la Ciencia Sagrada. Programa Agartha, op. cit. 3 Ibíd. 4 Federico González Frías. Diccionario de Símbolos y Temas Misteriosos. Ed. Libros del Innombrable, Zaragoza, 2013. 5 Federico González Frías. Obra teatral "En el Útero del Cosmos”, DVD. 6 Introducción a la Ciencia Sagrada. Programa Agartha, ibíd. - Artículo*: Letra Viva. Una Utopía Hermética - Más info en psico@mijasnatural.com / 607725547 MENADEL Psicología Clínica y Transpersonal Tradicional (Pneumatología) en Mijas y Fuengirola, MIJAS NATURAL *No suscribimos necesariamente las opiniones o artículos aquí enlazados
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