IMAGEN Los textos que aquí presentamos pretenden desarrollar el amplio sentido de la frase que abre Le Message Retrouvé: «Creer lo increíble». Increíble no es o, al menos, no debería ser, sinónimo de imposible.[1] Lo imposible es una negación objetiva, lo increíble, es subjetiva, pues no desdice la posible existencia ni la verdad de lo que se postula, simplemente se cuestiona el origen del universo imaginario del sujeto que cree. Lo increíble no puede ser inferido a partir de una reflexión, sino que aparece inesperadamente en la conciencia; no procede de la mente, por lo que jamás es el fruto de una deducción. Obligatoriamente, lo increíble es algo que «es dado». El barón d’Hooghvorst lo aclara cuando precisa que “creen porque han recibido el don del cielo de poder creer lo increíble”. El mismo Cattiaux escribió lo siguiente: “incluso los creyentes han dejado de creer que Dios aún es capaz de hablar directamente a sus hijos” (MR 19, 48). Pero, el hombre del siglo XXI, ¿qué atención puede prestar a algo que no emane de su voluntad ni de su inteligencia? Increíble no es o, al menos, no debería ser, sinónimo de imposible. Lo imposible es una negación objetiva, lo increíble, es subjetiva, pues no desdice la posible existencia ni la verdad de lo que se postula. Tal y como se refleja en la historia de las religiones, o en la historia del arte, en general cuesta de admitir en el presente lo que parecía creíble en tiempos pasados. Comentar un milagro ocurrido en la Edad Media, incluso una visión, parece menos controvertido que referirse a uno acaecido ayer, como si su ubicación temporal los hiciera distintos. Por otro lado, lo «increíble» se acostumbre a relacionar con lo «nuevo». El libro de Cattiaux parece «increíble» porque es «nuevo»; su credibilidad se cuestiona esencialmente por este hecho. El propio título del libro incide en este aspecto: Le Message Retrouvé, es decir, «el mensaje encontrado de nuevo», aunque quizá sería más correcto variar las señas tipográficas de la manera siguiente: «el mensaje encontrado de nuevo»; a fin de resaltar la importancia del mensaje como tal y no su novedad. IMAGEN Sin embargo, la «novedad» vivifica el «mensaje», pues lo contrario significaría un mensaje muerto en la letra y clavado en el tiempo. Lo «nuevo» en la historia de las religiones no es otra cosa que lo más «antiguo», encontrado de nuevo, es decir, el retorno a las fuentes originales para enderezar lo que se había torcido y «reencontrar» aquello que se había perdido. Y esto es lo que, al mundo actual, admirado con los nuevos descubrimientos de la ciencia, le parece increíble. ¿Cómo se puede considerar nuevo algo antiguo? Sin ni siquiera pensar en que la novedad consiste en el descubrimiento de un mensaje, de una sabiduría que permanece oculta tanto ahora y en la antigüedad, porque se trata de algo interior que no pertenece a la realidad cotidiana sino a otra realidad. La tradición hebrea, habla del “este mundo” y “el mundo por venir” pues bien, lo nuevo consiste en penetrar en el “mundo por venir”. Descubrir el nuevo mundo. En sus escritos, Emmanuel y Charles d’Hooghvorst insistieron siempre en que el mensaje de Cattiaux no era otro que el mensaje de Hermes, el mítico inventor de la alquimia, la agricultura y la escritura. En la mitología griega, el dios Hermes personificaba el mensaje de los dioses; Eustacio explica la etimología del nombre del dios de la siguiente manera: «Hermes: aquel que dice, es decir, el que aporta el mensaje de los dioses».[3] El hermetismo sería pues «la palabra o el mensaje» de los dioses, siempre el mismo, pero siempre «nuevo»; es decir, reencontrado en cada época y en cada contexto. El hermetismo sería pues «la palabra o el mensaje» de los dioses, siempre el mismo, pero siempre «nuevo»; es decir, reencontrado en cada época y en cada contexto. Al estudiar las influencias del hermetismo antiguo en los escritos del gran místico persa Sohravardî, Henry Corbin se dio cuenta de que la cuestión a dilucidar era, una vez más, la relación entre lo «antiguo» y lo «nuevo», de manera que sus reflexiones se centraron en el siguiente presupuesto: Se abusa con demasiada facilidad del término «sincretismo», utilizado con frecuencia a modo de argumento para desautorizar algún generoso proyecto de poner de nuevo en presente doctrinas que se suponían pertenecían a un «pasado irrecuperable». Ahora bien, nada es más fluctuante que esa noción de «pasado», que depende en realidad de un presupuesto o una decisión siempre susceptible de ser superada por otra que vuelva a dar porvenir a ese pasado. Ésta es un poco, a lo largo de los siglos, la historia de la gnosis. La instauración por Sohravardî, en el siglo XII, de una «teosofía oriental» no ha escapado a este juicio tan sumario como superficial, dictado por quienes sólo pudieron tener un conocimiento precario y superficial de la obra de Sohravardî. De hecho, como en cualquier otra sistematización personal, se encuentran en ella elementos materialmente identificables […]. Pero la ordenación de estos materiales en una estructura nueva está regida por una intuición central tan original como constante.[4] Difícilmente se podría expresar mejor el sentido de la «re-novación» o estructura «nueva», pero al lector de este filósofo de las religiones le correspondería hacerse la siguiente pregunta, ¿a qué se refiere Corbin con una «intuición central»? ¿qué muestra y qué esconde con estas palabras? A menudo, al leer este fragmento u otros parecidos de Corbin, nos asalta la tentación de creer que ocultan mucho más de lo que explican. Quizá sea la historiografía del arte la que más haya profundizado en el misterio de la «intuición central», puesto que el arte no puede existir sin ella. La «intuición central» es el origen de toda creación genial. NOTAS [1] Cf. MR 29, 33 [2] Citado por A. Lynxe, «El Maestro Hermes», en Hermes Trimegisto, colección La Puerta, Arola, Tarragona, p. 65. [3] El hombre de luz, p. 31. La entrada ¿Qué significa “Creer lo increíble”? se publicó primero en Arsgravis - Arte y simbolismo - Universidad de Barcelona. Artículo*: ArsGravis Más info en psico@mijasnatural.com / 607725547 MENADEL (Frasco Martín) Psicología Clínica y Tradicional en Mijas Pueblo (MIJAS NATURAL) *No suscribimos necesariamente las opiniones o artículos aquí compartidos. No todo es lo que parece.
Fragmento del prólogo de Raimon Arola que abre el volumen de la Biblioteca La Puerta titulado “Creer lo increíble o lo antiguo y lo nuevo en la historia de las religiones” con textos de Emmanuel y Charles d’Hooghvorst.
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