"Cuando vivimos libres de toda idea y proyección, entramos en contacto real con lo que nos rodea. Hablando desde el punto de vista práctico, por consiguiente, antes de que podamos relacionarnos con nuestro entorno debemos saber relacionarnos con lo que está más cerca de nosotros, el cuerpo, los sentidos y la mente. El único impedimento para la percepción clara de nuestro estado natural es la vigorosa idea de ser un individuo separado, de vivir en un mundo con otros seres separados. Tenemos una imagen de nosotros mismos. Esta imagen sólo se puede mantener en relación con otras cosas y, de este modo, hace objetos de cuanto nos rodea, amigos, hijos, cónyuge, inteligencia, cuenta bancaria, etc., y entra en lo que ella llama una relación personal con estas proyecciones. La fantasiosa idea de un yo es una contracción, una limitación del ser real en su totalidad. Cuando esta noción muere, encontramos nuestra expansión, quietud y globalidad naturales sin periferia ni centro, sin exterior ni interior. Sin la noción de individuo, ya no hay sensación alguna de estar separado y nos sentimos en unidad con todas las cosas. Sentimos cuanto nos rodea como acontecimientos en irrestringida totalidad. Cuando nuestra pareja o hijos se van de casa o nuestra cuenta bancaria se desploma, es un suceso que tiene lugar en nosotros. La conciencia permanece constante." Jean Klein (¿Quién soy yo?)
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