Se ha escrito en servicio de la Humanidad, y la Humanidad y las generaciones futuras tienen que juzgarla. No reconozco tribunal de apelación inferior a éste. Estoy acostumbrada a las injurias, me hallo en relación diaria con la calumnia, y ante la maledicencia me sonrío con silencioso desdén. De minimis non curat lex Âdi o Âdhi Budha, el Uno, o la Primera, y Suprema Sabiduría, es un término usado por Âryâsanga en sus tratados secretos, y en la actualidad por todos los místicos Buddhistas del Norte. Es una palabra sánscrita, y una denominación dada por los primitivos arios a la Deidad desconocida; no encontrándose la palabra “Brahmâ” ni en los Vedas ni en las obras primitivas. Significa la Sabiduría Absoluta, y Fitzedward Hall traduce Âdibhûta, la “primitiva causa increada de todo”. Debieron transcurrir evos de duración indecible, antes de que el epíteto de Buddha fuera humanizado, por decirlo así, para aplicarlo a los mortales, y apropiarlo finalmente a uno, cuyas virtudes y sabiduría incomparables dieron motivo a que le fuera concedido el título de “Buddha de la Sabiduría inmutable”. Bodha significa la posesión innata de la inteligencia o entendimiento divino; Buddha, la adquisición de la misma por los esfuerzos y méritos personales; mientras que Buddhi es la facultad de conocer, el canal por el que el conocimiento divino llega al Ego, el discernimiento del bien y del mal, y también la conciencia divina, y el alma espiritual, que es el vehículo de Âtmâ. “Cuando Buddhi absorbe nuestro Ego-tismo (lo destruye) con todos sus Víkâras96, Avalokiteshvara, se nos manifiesta, y se alcanza el Nirvâna o Mukti”; Mukti es lo mismo que Nirvâna, o sea la libertad de los lazos de Mâyâ, o la ilusión. Bodhi es igualmente el nombre de un estado particular de condición estática, llamado Samâdhi, durante el cual el sujeto alcanza el punto más elevado del conocimiento espiritual. (Dan, en la moderna fonética china y tibetana Chhan, es el nombre general de las escuelas esotéricas y su literatura. En los antiguos libros, la palabra Janna se define como “la reforma de uno mismo por medio de la meditación y el conocimiento” un segundo nacimiento interno. De aquí Dzan Djan fonéticamente, el libro de Dzyan. Véase Edkins, Chinese Buddhism, pág. 129, nota.) La dificultad está en que el Evangelio declara que Juan Bautista vió descender el Espíritu (Poder de Dios) sobre Jesús en el momento del bautismo, es decir, en plena virilidad; y por lo tanto, tiene fundamento la creencia de los ebionitas y nazarenos de que antes del bautismo no es posible admitir en Jesús los atributos del Logos. Por otra parte, los gnósticos creían que Jesús era el Logos manifestado en la carne. Contemplamos todavía en pie las pirámides y las ruinas de templos y laberintos con sus muros cubiertos de inscripciones jeroglíficas y de las extrañas pinturas de dioses y diosas. En rollos de papiro que parecen desafiar los estragos del tiempo, tenemos fragmentos de lo que podría llamarse los libros sagrados de los egipcios. Sin embargo de esto, aunque se ha descifrado mucho concerniente a los antiguos documentos de aquella raza misteriosa, la fuente principal de la religión de Egipto, y la intención original de su culto y ceremonias, están muy lejos de haber sido completamente descubiertas para nosotros. También los ama la que escribe estas líneas, y cree, por tanto, en los antiguos, y en los modernos herederos de su Sabiduría. Y creyendo en ambos, transmite ahora lo que ha recibido y aprendido por sí misma, a todos aquellos que quieran aceptarlo. Para aquellos que rechacen su testimonio, que será la inmensa mayoría, no guardará el menor resentimiento, pues están en su derecho negando, del mismo modo que ella usa del suyo propio al afirmar; siendo lo cierto que las dos partes contemplan la Verdad desde dos puntos de vista por completo diferentes. De acuerdo con las reglas de la crítica científica, el orientalista tiene que desechar a priori cualquiera declaración que no pueda demostrar por sí mismo. ¿Y cómo podría un sabio occidental aceptar puramente de oídas aquello acerca de lo cual nada conoce? A la verdad, lo que se da a luz en estos volúmenes, ha sido entresacado así de enseñanzas orales como escritas. Esta presentación primera de las doctrinas esotéricas está basada sobre Estancias que constituyen los anales de un pueblo que la etnología desconoce. Están escritas aquéllas, según se afirma, en una lengua que se halla ausente del catálogo de los lenguajes y dialectos que conoce la filología; se asegura que han surgido de una fuente que la ciencia repudia: esto es, el Ocultismo; y finalmente son ofrecidas al público por el intermedio de una persona desacreditada sin cesar ante el mundo, por todos cuantos odian las verdades venidas a deshora, o por los que tienen alguna preocupación particular que defender. Así es que el repudio de estas enseñanzas es cosa que puede esperarse, y aun debe esperarse de antemano. Ninguno de los que se llaman a sí mismos “eruditos”, en cualquiera de las ramas de la ciencia exacta, se permitirá mirar estas enseñanzas seriamente. Durante este siglo serán escarnecidas y rechazadas a priori; pero en este siglo únicamente, porque en el siglo xx de nuestra Era, comenzarán a conocer los eruditos que la Doctrina Secreta no ha sido ni inventada ni exagerada, sino por el contrario, tan sólo bosquejada; y finalmente, que sus enseñanzas son anteriores a los Vedas. No es esto una pretensión de profetizar, sino una sencilla afirmación fundada en el conocimiento de los hechos. En cada siglo tiene lugar una tentativa para demostrar al mundo que el Ocultismo no es una superstición vana. Una vez que la puerta quede algo entreabierta, se irá abriendo más y más en los siglos sucesivos. Los tiempos son a propósito para conocimientos más serios que los hasta la fecha permitidos, si bien tienen todavía que ser muy limitados. ¿No han sido los mismos Vedas escarnecidos, rechazados y llamados una “falsificación moderna” no hace todavía cincuenta años? ¿ No hubo una época en la que se declaró al sánscrito hijo del griego, y un dialecto derivado de este último, según Lemprière y otros eruditos? El profesor Max Müller dice que hasta 1820, los libros sagrados de los brahmanes, los de los magos y los de los buddhistas, “eran desconocidos; dudábase hasta de su existencia misma, y no existía ni un solo erudito que hubiese podido traducir una línea de los Vedas … del Zend Avesta… o del Tripitaka buddhista; y ahora está demostrado que los Vedas pertenecen a la antigüedad más remota, siendo su conservación casi una maravilla”. Lo mismo se dirá de la Doctrina Secreta Arcaica cuando se den pruebas innegables de su existencia y de sus anales. Pero tendrán que pasar siglos antes que se publique mucho más de ella. Hablando de la clave para los misterios del Zodiaco, casi perdida para el mundo, hizo ya observar la escritora en Isis sin Velo, hará unos diez años, que: “A la dicha clave deben dársele siete vueltas antes de todo el sistema pueda ser divulgado. Le daremos nosotros una vuelta tan sólo, permitiendo, con esto al profano que perciba una vislumbre del misterio. ¡Feliz aquel que comprenda el todo!” Lo mismo puede decirse del Sistema Esotérico en su totalidad. Una vuelta y no más se dio a la llave, en Isis sin Velo. En estos volúmenes se explica mucho más. En aquellos días apenas conocía la escritora la lengua en que la obra fue escrita, y había prohibición de hablar con la libertad de ahora, acerca de muchas cosas. En el siglo XX, algún discípulo mejor informado, y con cualidades muy superiores, podrá ser enviado por los Maestros de Sabiduría para dar pruebas definitivas e irrefutables de que existe una Ciencia llamada Gupta Vidyâ: y que, a manera de las fuentes del Nilo en un tiempo misteriosas, la fuente de todas las religiones y filosofías en la actualidad conocidas por el mundo, ha permanecido durante muchas épocas olvidada y perdida para los hombres, pero ha sido encontrada por fin. Por sobrehumanos que fuesen los esfuerzos de los primeros Padres de la Iglesia para borrar la Doctrina Secreta de la memoria de los hombres, todos ellos han fracasado. La verdad jamás puede ser destruida; de aquí que fracasase la tentativa de hacer desaparecer por completo de la faz de la tierra todo vestigio de la antigua Sabiduría, y de encadenar y amordazar a cuantos pudiesen dar testimonio de ella. Si se considera los millares y quizás millones de manuscritos quemados, los monumentos reducidos a polvo con sus por demás indiscretas inscripciones y símbolos pictóricos, la multitud de ermitaños y ascetas primitivos vagando entre las ruinas de las ciudades del alto y el bajo Egipto, y por desiertos y montañas, por valles y cordilleras, buscando con ardor obeliscos y columnas, rollos y pergaminos para destruirlos si contenían el símbolo de la Tau, o cualquier otro signo que la nueva fe se hubiese apropiado, se comprenderá fácilmente que haya quedado tan poco de los anales del pasado. A la verdad, el endiablado espíritu fanático del cristianismo primitivo y de la Edad Media, así como el del islamismo, gustaron siempre vivir en las tinieblas y la ignorancia, y ambos han hecho …el sol de sangre, la tierra una tumba. La tumba un infierno, y el infierno mismo una obscuridad más lóbrega. Los hombres luchan por la religión en la tierra; en el cielo encontrarán que sólo existe una religión verdadera: la adoración del ESPÍRITU DE DIOS. En otras palabras, “NO HAY RELIGIÓN (o LEY) SUPERIOR A LA VERDAD” —(Satyât Nâsti Paro Dharmah)— el lema del Mahârâjah de Benares, adoptado por la Sociedad Teosófica. Señores: “Aquí tengo un ramillete de flores escogidas; nada hay en él mío, sino el cordón que las ata”. Romped el “cordón”, hacedlo pedazos si os parece. En cuanto al ramillete de hechos, jamás seréis capaces de destruirlo. Todo lo que podéis es ignorarlos y nada más. Así, el Pasado ayudará a demostrar el Presente, y este último servirá para apreciar mejor el Pasado. Los errores del día tienen que ser explicados y extirpados, y sin embargo, es más que probable, y en el presente caso cierto de toda certeza, que una vez más el testimonio de las edades pasadas y la historia no lograrán hacer impresión más que en los entendimientos intuitivos lo cual equivale a decir sobre muy pocos. Casi cinco siglos antes de nuestra era, Leucipo, el preceptor de Demócrito, sostenía que el Espacio estaba eternamente lleno de átomos impulsados por movimiento incesante, que daba origen, en el debido transcurso del tiempo, y a medida que se agregaban, al movimiento rotatorio por virtud de colisiones mutuas que producían movimientos laterales. Epicuro y Lucrecio enseñaron lo mismo, añadiendo únicamente a la moción lateral de los átomos, la idea de la afinidad, que es una enseñanza oculta. Desde el comienzo de lo que constituye la herencia del hombre; desde la aparición primera de los arquitectos del globo en que vive, la Deidad no revelada fue reconocida y considerada bajo su único aspecto filosófico —el Movimiento Universal, la vibración del Aliento creador en la Naturaleza–. El Ocultismo sintetiza así la Existencia Una: “La Deidad es un fuego misterioso vivo (o moviente), y los eternos testigos de esta Presencia invisible, son la Luz, el Calor y la Humedad”, trinidad esta última que abarca y es causa de todos los fenómenos de la Naturaleza. El movimiento intracósmico es eterno e incesante; el movimiento cósmico, el visible o sea aquel que es objeto de la percepción, es finito y periódico. Como eterna abstracción es lo Siempre Presente; como manifestación, es finito, así en la dirección venidera como en la opuesta, siendo las dos el Alfa y la Omega de las reconstrucciones sucesivas. El cosmos —el Nóumeno– no tiene que ver con las relaciones causales del Mundo fenomenal. Sólo refiriéndonos al Alma intracósmica, al cosmos ideal en el inmutable Pensamiento Divino, podemos decir: “Jamás tuvo principio, ni jamás tendrá fin”. Por lo que hace a su cuerpo u organización cósmica, aunque no puede decirse que haya tenido una primera construcción, o que haya de tener una última, sin embargo, a cada nuevo Manvantara, puede considerarse su organización como la primera y la última de su especie, puesto que evoluciona cada vez en un plano más elevado. La doctrina esotérica enseña, lo mismo que el buddhismo y el brahmanismo, y aun la Kábala, que la Esencia una, infinita y desconocida, existe en toda eternidad, y que es ya pasiva, o ya activa en sucesiones alternadas, armónicas y regulares. En el poético lenguaje de Manu, llámase a estas condiciones los Días y las Noches de Brahmâ. Este último está “despierto” o “dormido”. Los svâbhâvikas, o filósofos de la más antigua escuela del buddhismo, que todavía existe en Nepal, especulan únicamente sobre la condición activa de esta “Esencia” a la cual ellos llaman Svabhâvat, y consideran como una necedad el teorizar acerca del poder abstracto e “incognoscible” en su condición pasiva. De aquí que sean llamados ateos por los teólogos cristianos y por los sabios modernos; pues ni unos ni otros son capaces de comprender la lógica profunda de su filosofía. Los primeros no consentirán otro Dios más que la personificación de dos poderes secundarios que han dado forma al Universo visible, y la cual ha venido a ser el Dios antropomórfico de los cristianos –el Jehovah masculino, rugiendo entre truenos y rayos–. A su vez, la ciencia racionalista considera a buddhistas y a svâbhâvikas como los “positivistas” de las edades arcaicas. Si consideramos la filosofía de estos últimos sólo bajo uno de sus aspectos, pueden tener razón nuestros materialistas en su manera de considerarla. Sostienen los buddhistas que no hay Creador, sino una infinidad de poderes creadores, que colectivamente forman la eterna substancia, cuya esencia es inescrutable; y de aquí que no sea objeto de especulación para ningún filósofo verdadero. Sócrates rehusaba invariablemente discutir acerca del misterio del ser universal, y sin embargo a nadie se le ocurrió acusarle de ateísmo, excepto a aquellos que deseaban su muerte. Al inaugurarse un período de actividad —dice la Doctrina Secreta– tiene lugar una expansión de esta Esencia Divina de fuera adentro y de dentro afuera, con arreglo a la ley eterna e inmutable, siendo el último resultado de la larga cadena de fuerzas cósmicas, puestas así en movimiento progresivo, el universo fenomenal y visible. Del mismo modo, cuando sobreviene la condición pasiva, tiene lugar una contracción de la Esencia Divina, y la obra previa de la creación es gradual y progresivamente deshecha. El universo visible se desintegra, sus materiales se dispersan, y solitarias “tinieblas” es lo único que incuba una vez más sobre la faz del “abismo”. Empleando una metáfora de los libros secretos, que explicará la idea de un modo más claro, una espiración de la “esencia desconocida” produce el mundo; y una inhalación es causa de que desaparezca. Este proceso ha tenido lugar de toda eternidad, y nuestro Universo presente es solamente uno de la serie infinita que no ha tenido principio ni tendrá fin. Este párrafo será explicado, hasta donde sea posible, en la obra presente. Y si bien tal como se halla escrito nada contiene de nuevo para el orientalista, su interpretación esotérica puede contener, sin embargo, muchas cosas que hasta la fecha han permanecido por completo desconocidas para los eruditos occidentales. La primera figura es un disco sencillo . La segunda representa en el símbolo arcaico, un disco con un punto en el centro ☼, la diferenciación primera en las manifestaciones periódicas de la Naturaleza eterna, sin sexo e infinita, “Aditi en AQUELLO” o el Espacio potencial en el Espacio abstracto. En su tercera etapa, el punto se transforma en un diámetro . Entonces simboliza una Madre-Naturaleza inmaculada y divina, en el Infinito absoluto, que lo abarca todo. Cuando el diámetro horizontal se cruza por uno vertical ⊕, el símbolo se convierte en la Cruz Mundana. La humanidad ha alcanzado su Tercera Raza Raíz; éste es el signo que representa el origen de la vida humana. Cuando desaparece la circunferencia y queda únicamente la +, este signo simboliza que la caída del hombre en la materia se ha realizado ya, y que comienza la Cuarta Raza. La Cruz dentro de un círculo simboliza el Panteísmo puro; la cruz no inscripta, viene a ser fálica. Tenía los mismos y además otros significados, que la Tau inscripta en un círculo , o que el martillo de Thor, llamado cruz Jaina, o simplemente Svástica, dentro de un círculo . Por medio del tercer símbolo –el círculo dividido en dos por un diámetro horizontal– se daba a entender la primera manifestación de la Naturaleza creadora, todavía pasiva, por ser femenina. La primera percepción vaga que el hombre tiene de la procreación, es femenina; porque el hombre conoce a su madre más que a su padre. De aquí que las deidades femeninas fuesen más sagradas que las masculinas. La Naturaleza, por tanto, es femenina, y hasta cierto grado, objetiva y tangible; y el Principio espiritual que la fecunda está oculto( Los matemáticos occidentales y algunos kabalistas americanos dicen que también en la Kabalah “el valor del nombre Jehovah es el del diámetro de un círculo”. Añádase a esto que Jehovah es el tercerode los Sephiroth, Binah, palabra femenina, y se tendrá la clave del misterio. Este nombre, que es andrógino en los primeros capítulos del Génesis, se convierte por medio de ciertas transformaciones kabalistas, en masculino, cainita y fálico. La elección de una deidad entre los dioses paganos, el constituirla en un dios nacional para invocarla como al “Dios Uno Vivo”, el “Dios de los Dioses”, y el proclamar este culto monoteísta, no puede convertir a tal deidad en el Principio Uno, cuya “Unidad no admite multiplicidad, cambio, ni forma”, ni mucho menos en el caso de una deidad priápica, como hoy se ha demostrado que es Jehovah.) Añadiendo a la línea horizontal en el círculo una línea perpendicular, se formó la Tau T , la más, antigua forma de la letra. Tal fue el símbolo de la Tercera Raza hasta el día de su caída simbólica –esto es, la separación de los sexos efecto de la evolución natural–, cuando la figura se convirtió en o la vida asexual modificada o separada–, un símbolo o jeroglífico doble. Con las subrazas de nuestra Quinta Raza, vino a ser en Simbología el Sacr'( Véase la muy significativa obra The Source of Measures, en donde el autor explica la significación verdadera de la palabra Sacr’, de la cual se derivan “sagrado”, “sacramento”, palabras que han venido a ser sinónimos de santidad, aunque son puramente fálicas.), y en hebreo N’cabvah, de las Razas primeramente formadas; se cambió entonces en el emblema de la vida egipcio X, y más tarde aún en el signo de Venus J. Viene luego la Svástica (el martillo de Thor, en la actualidad la Cruz Hermética) separada por completo de su círculo, con lo que viene a ser puramente fálica. El símbolo esotérico del Kâli Yuga es la estrella de cinco puntas invertida, con sus dos puntas (cuernos) mirando hacia arriba, así ; signo de la hechicería humana, posición que todo ocultista reconocerá como de la “mano izquierda”, y empleada en la magia ceremonial. ¿No es la sentencia anterior la verdadera clave de la filosofía de los últimos Rosacruces? Parabrahman es, en resumen, la agregación colectiva del Kosmos en su infinidad, y eternidad, el “AQUELLO” y el “ESTO” a quien no pueden aplicarse agregados distributivos. “En el principio “ESTO” era el Mismo, uno solamente” ; el gran Sankarâchârya explica que “ESTO” se refiere al Universo (Jagat); y que las palabras “en el principio” significan antes de la reproducción del Universo fenomenal. Por lo tanto, cuando los Panteístas se hacen eco de los Upanishads, que declaran, lo mismo que la Doctrina Secreta, que “Esto” no puede crear, no niegan la existencia de un Creador, o más bien de un conjunto colectivo de creadores; lo que hacen únicamente, es rehusar, con mucha lógica, el atribuir la “creación”, y especialmente la formación, cosas que son finitas, a un Principio Infinito. Para ellos, Parabrahman es una Causa pasiva, porque es absoluta; es el Mukta incondicionado; y lo único que reniega a esta causa absoluta, es la Omnisciencia y la Omnipotencia limitadas, porque éstos son también atributos, reflejados en las percepciones del hombre; y porque, siendo Parabrahman el Todo Supremo, el siempre invisible Espíritu y Alma de la Naturaleza, inmutable y eterna, no puede tener atributos; pues lo Absoluto excluye naturalmente la posibilidad de conexión con una idea cualquiera finita o condicionada. Y si los vedantinos asignan atributos únicamente a su emanación, llamándola ISHVARA en unión con Mâyâ, y Avidyâ (Agnosticismo y falta de ciencia, más bien que ignorancia), es difícil encontrar ateísmo alguno en esta idea. Puesto que no pueden existir ni dos Infinitos ni dos Absolutos en un Universo, que se supone sin límites, apenas puede concebirse a esta Existencia, que lo es por sí misma, creando personalmente. Para los sentidos y percepciones de los seres finitos, AQUELLO es No-Ser, en el sentido de que es la Seidad Una; porque en este Todo yace oculta su coeterna y coeva emanación o radiación inherente, la cual, al convertirse periódicamente en Brahmâ (la Potencia masculino-femenina), se extiende en el Universo manifestado. “Nârâyana moviéndose sobre las Aguas (abstractas) del Espacio”, se transforma en las Aguas de substancia concreta, movidas por él, que viene a ser ahora el Verbo o Logos manifestado. Los brahmanes ortodoxos, aquellos que mayor oposición hacen a los panteístas y a los advaitas, llamándoles ateos, se ven obligados, si Manu tiene alguna autoridad en la materia, a aceptar la muerte de Brahmâ, el Creador, a la terminación de cada Siglo de esta deidad (100 Años Divinos, período que para expresarlo según nuestros años, requiere quince cifras). Sin embargo, ningún filósofo entre ellos considerará esta “muerte” en otro sentido que el de una desaparición temporal del plano manifestado de la existencia, o como un reposo periódico. El Espacio no es ni un “vacío sin limites” ni una “plenitud condicionada”, sino ambas cosas. Siendo (en el plano de la abstracción absoluta) la Deidad siempre ignota, que es un vacío sólo para mentes finitas, y en el plano de la percepción mayávica, el Plenum; el contenedor absoluto de todo lo que es, sea manifestado o no manifestado, es, por, lo tanto, aquel TODO ABSOLUTO. No existe diferencia alguna entre “En Él vivimos, nos movemos y tenemos nuestra existencia”, del Apóstol cristiano, y las palabras del Rishi indo: “El Universo vive en Brahmâ, procede de él y volverá a él”: porque Brahman (neutro), el no manifestado, es aquel Universo in abscondito; y Brahmâ, el manifestado, es el Logos, macho-hembra139 en los dogmas simbólicos ortodoxos; siendo el Dios del Apóstol Iniciado y el del Rishi, a un mismo tiempo el Espacio Invisible y el Visible. Al Espacio se le llama en el simbolismo esotérico “El Eterno Madre-Padre de Siete Pieles”. Se halla constituido, desde su superficie no diferenciada, hasta la diferenciada, por siete capas. ¿Qué es lo que fue, es y será, ya haya Universo o no, ya existan dioses o no existan?” —pregunta el Catecismo esotérico Senzar–. Y la contestación es: “El Espacio”. Lo que se rechaza no es el Dios desconocido Uno y siempre presente en la Naturaleza, o la Naturaleza in abscondito, sino el “Dios” del dogma humano, y su “Verbo” humanizado. En su presunción infinita y en su orgullo y vanidad inherentes, el hombre le ha dado forma por sí mismo con mano sacrílega, haciendo uso de los materiales que ha encontrado en su propia y mezquina fábrica cerebral, y lo ha impuesto a sus semejantes como revelación directa del uno y no revelado ESPACIO. El ocultista acepta la revelación como procedente de Seres divinos, si bien finitos, las Vidas manifestadas; pero jamás de la Vida Una no manifestable; sí de aquellas Entidades llamadas Hombre Primordial, Dhyâni-Buddhas o Dhyân Chohans, los RishiPrajâpati de los indos, los Elohim o Hijos de Dios de los judíos, los Espíritus Planetarios de todas las naciones, los cuales han venido a ser Dioses para los hombres. El ocultista considera también a Adi-Shakti –la emanación directa de Mûlaprakriti, la eterna RAÍZ de AQUELLO, y el aspecto femenino de la Causa Creadora, Brahmâ, en su forma âkâshica del Alma Universal–, como Mâyâ, filosóficamente, y causa de la Mâyâ humana. Pero esta manera de ver no le impide creer en su existencia por todo el tiempo que dura, esto es, durante un Mahâmanvantara; ni aplicar el Âkâsha, la radiación de Mûlaprakriti, a fines prácticos, por hallarse relacionada esta Alma del Mundo con todos los fenómenos naturales conocidos o desconocidos por la ciencia. Las religiones más antiguas del mundo –exotéricamente, porque la raíz o fundamento esotérico es uno– son la indostánica, la mazdeísta y la egipcia. Viene luego la caldea, producto de aquéllas, enteramente perdida para el mundo hoy día, excepto en su desfigurado sabeísmo tal como al presente lo interpretan los arqueólogos. Después, pasando por cierto número de religiones de que se hablará más adelante, viene la judaica, que esotéricamente sigue la línea del magismo babilónico, como en la Kabalah; y exotéricamente es, como en el Génesis y el Pentateuco, una colección de leyendas alegóricas. Leídos a la luz del Zohar, los cuatro primeros capítulos del Génesis son los fragmentos de una página altamente filosófica de cosmogonía. Dejados en su disfraz simbólico, son un cuento de niños, una horrible espina clavada en el costado de la ciencia y de la lógica, un efecto evidente de Karma. El Catecismo Oculto contiene las siguientes preguntas y respuestas: ¿Qué es aquello que siempre es? –El Espacio, el eterno Anupâdaka [que no tiene padres]. ¿Qué es aquello que siempre fue? –El Germen en la Raíz. ¿Qué es aquello que está siempre viniendo y yendo? –El Gran Aliento. Entonces, ¿existen tres Eternos? –No; los tres son uno.– Lo que siempre es, es uno; lo que siempre fue, es uno; lo que está siempre siendo y viviendo a ser, es también uno; y éste es el Espacio. Explica ¡oh Lanú!, [discípulo]. –El Uno es un Círculo no interrumpido [Anillo] sin circunferencia alguna, pues no está en ninguna parte y está en todas; el Uno es el Plano sin límites del Círculo, que manifiesta un Diámetro solamente durante los períodos manvantáricos; el Uno es el Punto indivisible no encontrado en parte alguna, y percibido en todas partes durante aquellos períodos; es la Vertical y la Horizontal, el Padre y la Madre, la cúspide y la base del Padre, las dos extremidades de la Madre, que no llegan en realidad a parte alguna, porque el Uno es el Anillo, así como también los Anillos que están dentro de aquel Anillo. Es Luz en las Tinieblas y Tinieblas en la Luz: el “Aliento que es eterno”. Procede de fuera adentro, cuando está en todas partes, y de dentro afuera, cuando no está en ninguna parte (o sea Máyá , uno de los Centros) . Se extiende y se contrae (espiración e inspiración). Cuando se extiende, la Madre se difunde y esparce; cuando se contrae, la Madre retrocede y se repliega. Esto produce los períodos de Evolución y de Disolución, Manvantara y Pralaya. El Germen es invisible e ígneo; la Raíz [el Plano del Círculo] es fría; pero durante la Evolución y el Manvantara, su vestidura es fría y radiante. El Aliento caliente es el Padre que devora la generación de los Elementos de múltiple faz [heterogéneos], y deja los de una sola faz [homogéneos]. El Aliento frío es la Madre que los concibe, los forma, los da a luz y los recibe de nuevo en su seno para volverlos a formar otra vez en la Aurora [del Día de Brahmâ, o Manvantara]. Para que la generalidad de los lectores comprendan con mayor claridad, debe decirse que la Ciencia Oculta reconoce siete Elementos Cósmicos, cuatro de los cuales son enteramente físicos, y el quinto (el Éter) semimaterial, el cual llegará a ser visible en el aire hacia el final de nuestra Cuarta Ronda, para dominar por completo sobre los demás durante toda la Quinta. Los dos restantes se hallan todavía absolutamente fuera del alcance de la percepción humana. Aparecerán, sin embargo, como presentimiento durante las Razas Sexta y Séptima de esta Ronda; y serán conocidos del todo en las Rondas Sexta y Séptima respectivamente. Estos siete Elementos, con sus innumerables subelementos, que son mucho más numerosos que los conocidos por la ciencia, son simplemente, modificaciones condicionales y aspectos del Elemento Uno y único. Este último no es el Éter ni siquiera el Akâza, sino el origen de éstos. El Quinto Elemento, hoy día invocado con completa libertad por la ciencia, no es el Éter supuesto por Sir Isaac Newton, aunque él le llama por este nombre, habiéndolo asociado probablemente en su mente con el Æther, el “Padre-Madre” de la antigüedad. Como Newton intuitivamente dice: “La Naturaleza es un operador perpetuo que actúa en forma circular; engendrando fluidos de sólidos, cosas fijas de cosas volátiles y volátiles de fijas; las sutiles de las groseras y las groseras de las sutiles… Así, quizás, pueden todas las cosas haberse originado del Éter” Para que la generalidad de los lectores perciba más claramente estas ideas, debe comenzar con el postulado de que hay Una Realidad Absoluta anterior a todo Ser manifestado y condicionado. Esta Causa Infinita y Eterna, obscuramente formulada en lo “Inconsciente” y en lo “Incognoscible” de la filosofía europea corriente, es la Raíz sin Raíz de “todo cuanto fue, es o ha de ser”. Hállase, por de contado, desprovista de toda clase de atributos, y permanece esencialmente sin ninguna relación con el Ser manifestado y finito. Es la “Seidad” , más bien que Ser, Sat en sánscrito, y está fuera del alcance de todo pensamiento o especulación. ( Seidad: neologismo que nos hemos visto obligados a introducir para traducir la palabra inglesa Beness, que es también un neologismo. Indica el algo que hace que el Ser sea; la cualidad del Ser). la naturaleza de la “Primera Causa” . que el ocultista deriva con más lógica de la Causa sin Causa, lo “Eterno” y lo “Incognoscible”, puede ser esencialmente la misma que la de la conciencia que reside dentro de nosotros; en resumen: que la Realidad impersonal que compenetra el cosmos, es el puro nóumeno del pensamiento. Este adelanto de su parte le lleva muy cerca del principio esotérico y vedantino. Parabrahman, la Realidad Una, lo Absoluto, es el campo de la Conciencia Absoluta; esto es, aquella Esencia que está fuera de toda relación con la existencia condicionada, y de la cual, la existencia, consciente es un símbolo condicionado. Pero en cuanto salimos, en nuestro pensamiento de ésta, para nosotros Absoluta Negación, surge el dualismo en el contraste de Espíritu (o Conciencia), y Materia, Sujeto y Objeto. El Espíritu (o Conciencia) y la Materia, sin embargo, deben ser considerados, no como realidades independientes, sino como los dos símbolos o aspectos de lo Absoluto, Parabrahman, que constituyen la base del Ser condicionado, ya sea subjetivo, ya objetivo. Considerando esta tríada metafísica como la Raíz de la cual procede toda manifestación, el gran Aliento toma el carácter de Ideación precósmica. Él es la fuente y origen de la fuerza y de toda conciencia individual, y provee de inteligencia directora al vasto plan de la Evolución cósmica. Por otra parte, la Substancia-Raíz precósmica (Mûlaprakriti) es el aspecto de lo Absoluto que sirve de fundamento a todos los planos objetivos de la naturaleza. Así como la Ideación Precósmica es la raíz de toda conciencia individual, así también la Substancia Precósmica es el substrátum de la Materia en sus varios grados de diferenciación. Por lo dicho se verá con claridad que el contraste de estos dos aspectos de lo Absoluto es esencial para la existencia del Universo Manifestado. Separada de la Substancia cósmica, la Ideación Cósmica no podría manifestarse corno conciencia individual; pues sólo por medio de un vehículo (upâdhi) de materia, surge esta conciencia como “Yo soy Yo”; siendo necesaria una base física para enfocar un Rayo de la Mente Universal a cierto grado de complejidad. A su vez, separada de la Ideación Cósmica, la Substancia Cósmica permanecería como abstracción vacía, y ninguna manifestación de Conciencia podría seguirse. El Universo Manifestado, por lo tanto, está informado por la dualidad, la cual viene a ser la esencia misma de su Ex-istencia como manifestación. Pero así como los polos opuestos de Sujeto y Objeto, de Espíritu y Materia, son tan sólo aspectos de la Unidad Una, en la cual están sintetizados, así también en el Universo Manifestado existe “algo” que une el Espíritu a la Materia, el Sujeto al Objeto. Este algo, desconocido al presente para la especulación occidental, es llamado Fohat por los ocultistas. Es el “puente” por el cual las Ideas que existen en el Pensamiento Divino, pasan a imprimirse sobre la Substancia Cósmica, como Leyes de la Naturaleza. Fohat es así la energía dinámica de la Ideación Cósmica; o considerado bajo su otro aspecto, es el medio inteligente, el poder directivo de toda manifestación, el Pensamiento Divino transmitido y hecho manifiesto por medio de los Dhyân Chohans(Llamados Arcángeles, Serafines, etc., por la Teología cristiana) ,los Arquitectos del Mundo visible. Así, del Espíritu o Ideación Cósmica, viene nuestra Conciencia; de la Substancia Cósmica los diversos Vehículos en que esta Conciencia se individualiza y llega al yo, a la conciencia de sí mismo, o conciencia reflexiva; mientras que Fohat, en sus manifestaciones varias, es el eslabón misterioso que une la Mente a la Materia, el principio vivificador que electriza cada átomo para darle vida. El siguiente resumen ofrecerá al lector una idea más clara: 1. Lo ABSOLUTO: el Parabrahman de los vedantinos o la Realidad Una, Sat, que es, como dice Hegel, al mismo tiempo, Absoluto Ser y No-Ser. 2. El Primer Logos: el Logos impersonal, y en filosofía, no manifestado, el precursor del Manifestado. Ésta es la “Primera Causa”, lo “Inconsciente” de los panteístas europeos. 3. El Segundo Logos: Espíritu-Materia, Vida; el “Espíritu del Universo”, Purusha y Prakriti. 4. El Tercer Logos: la Ideación Cósmica, Mahat o Inteligencia, el Alma Universal del Mundo; el Nóumeno Cósmico de la Materia, la base de las operaciones inteligentes de la Naturaleza, llamado también Mahâ-Buddhi. La REALIDAD UNA; sus aspectos duales en el Universo condicionado. Además, la Doctrina Secreta afirma: II. La Eternidad del Universo in toto, como plano sin límites; periódicamente “escenario de Universos innumerables, manifestándose y desapareciendo incesantemente”, llamados “las Estrellas que se manifiestan” y las “Chispas de la Eternidad”. “La Eternidad del Peregrino ” es como un abrir y cerrar de ojos de la Existencia por Sí Misma”, según dice el Libro de Dzyan. “La aparición y desaparición de Mundos, es como el flujo y el reflujo regular de las mareas.” ( “Peregrino” es el nombre dado a nuestra Mónada (los Dos en uno) durante su ciclo de encarnaciones. Es el único Principio inmortal y eterno que existe en nosotros, siendo una porción indivisible del todo integral, el Espíritu Universal, del cual emana, y en el cual es absorbida al final del ciclo. Cuando se dice que emana del Espíritu Uno, se emplea una expresión tosca e incorrecta, por falta de palabras propias. Los vedantinos la llaman Sûtrâtmâ (Alma-Hilo); pero sus explicaciones difieren algo de las de los ocultistas; explicar estas diferencias es asunto de los vedantinos.) En su modo de ser absoluto, el Principio Uno bajo sus dos aspectos, Parabrahman y Mûlaprakriti, carece de sexo, es incondicionado y eterno. Su emanación manvantárica, periódica, o irradiación primaria, es también Una, andrógina, y en su aspecto fenomenal, finita. Cuando la irradiación irradia a su vez, todas sus irradiaciones son también andróginas, convirtiéndose en los principios masculino y femenino en sus aspectos inferiores. Después dé un Pralaya, ya sea el Mayor, ya el Menor —este último dejando a los mundos en statu quo – lo primero que despierta a la vida activa es el plástico Âkâsha, el Padre-Madre, el Espíritu y el Alma del Éter, o sea el Plano del Círculo. El Espacio es llamado la Madre, antes de su actividad cósmica, y el Padre-Madre en la primera etapa de su despertar. En la Kabalah es también Padre-Madre-Hijo. Pero mientras en la doctrina oriental, éstos constituyen el Séptimo Principio del Universo Manifestado, o su Âtma-BuddhiManas (Espíritu-Alma-Inteligencia), ramificándose y dividiéndose la Tríada en siete Principios cósmicos y en siete principios humanos; en la Kabalah occidental de los místicos cristianos, se considera la Tríada o Trinidad, y entre sus ocultistas, el Jehovah macho-hembra, Jah-Havah. En esto estriba toda la diferencia entre las Trinidades esotérica y cristiana. Los místicos y los filósofos, los panteístas orientales y occidentales, sintetizan su Tríada pregenética en la abstracción divina pura. El ortodoxo, la antropomorfiza. Hiranyagarbha, Hari Sansâra, las tres Hipóstasis del Espíritu que se manifiesta (el “Espíritu del Espíritu Supremo”, con cuyo título saluda Prithivî, la Tierra, a Vishnu en su Avatâra primero), son las cualidades abstractas puramente metafísicas de la Formación, la Conservación y la Destrucción, y son las tres divinas Avasthâs (Hipóstasis) de lo que “no perece con las cosas creadas” Achyuta, nombre de Vishnu; mientras que el cristiano ortodoxo escinde su Deidad creadora personal en los tres personajes de la Trinidad, y no admite ninguna Deidad superior. Esta última es, en Ocultismo, el Triángulo abstracto; para él ortodoxo, es el Cubo perfecto. El dios creador o los dioses reunidos, son considerados por el filósofo oriental como Bhrântidarshanatah, “falsas apariencias”, algo “concebido, por razón de apariencias erróneas, como una forma material”, y que se explica como procedente del concepto ilusorio del Alma humana personal y egotista (el Quinto Principio inferior). La traducción corregida que aparece en las notas de Fitzedward Hall, a la versión de Wilson del Vishnu Purâna, lo expresa-de un modo feliz: “Brahma en su totalidad, tiene esencialmente el aspecto de Prakriti, así desplegado como sin desplegar (Mûlaprakriti), y también el aspecto del Espíritu y el aspecto del Tiempo. El Espíritu, ¡oh tú, dos veces nacido!, es el aspecto principal del Brahma Supremo154. El aspecto siguiente es doble: Prakriti, a la vez desplegado y sin desplegar; y el último es el Tiempo”. A Cronos se le presenta también en la teogonía órfica como siendo un Dios o agente engendrado. En esta etapa del despertar del Universo, el simbolismo sagrado lo representa como un Círculo perfecto con el Punto (Raíz) en el centro. Éste era un signo universal, y por lo tanto lo encontramos también en la Kabalah. Sin embargo, la Kabalah occidental, en la actualidad en manos de los místicos cristianos, lo ignora por completo, a pesar de hallarse claramente presentado en el Zohar. Estos sectarios comienzan por el fin, y presentan como símbolos del Kosmos pregenético el signo ⊕, llamándolo “La Unión de la Rosa y de la Cruz”, ¡el gran misterio de la generación oculta, de donde procede el nombre Rosacruz (Rosa Cruz)! Esto puede deducirse de uno de los más importantes y mejor conocidos de sus símbolos, el cual, hasta la fecha, jamás ha sido comprendido ni aun por los místicos modernos. Éste es el Pelícano rasgando su seno para alimentar a sus siete hijos; el verdadero credo de los Hermanos de la Rosa-Cruz, y una emanación directa de la Doctrina Secreta del Oriente. Brahman (neutro) es llamado Kâlahamsa, que significa, según lo explican los orientalistas occidentales, el Cisne Eterno (u oca), y lo mismo es Brahmâ, el Creador. Así se da lugar a un grande error. A Brahman (neutro), debe hacerse referencia como Hamsa-vâhana (el que usa el Cisne como Vehículo), y no a Brahmâ, el Creador, que es el verdadero Kâlahamsa; mientras que Brahman (neutro), es Hamsa y A-hamsa, como se explicará en los Comentarios. Téngase presente que los términos Brahmâ y Parabrahman no se emplean aquí porque pertenezcan a nuestra nomenclatura esotérica, sino sencillamente por ser más familiares a los estudiantes de Occidente. Ambos son los perfectos equivalentes de nuestros términos de una, tres y siete vocales, que corresponde al TODO UNO, y al Uno “Todo en Todo”. Las Estancias dan, por lo tanto, una fórmula abstracta, que puede aplicarse mutatis mutandis a toda evolución: a la de nuestra tierra diminuta; a la de la Cadena de Planetas de que esta tierra forma parte; a la del Universo Solar a que pertenece esta Cadena; y así, en escala ascendente, hasta que la mente vacila y queda exhausta por el esfuerzo realizado. Las siete Estancias que en este volumen se dan, representan los siete términos de esta fórmula abstracta. Se refieren y describen las siete grandes etapas del proceso evolutivo, de que tratan los Purânas como las “Siete Creaciones”, y la Biblia como los “días” de la Creación. La Estancia I describe el estado del Todo Uno durante el Pralaya, antes del primer movimiento del despertar de la Manifestación. La Estancia II describe una etapa que para una inteligencia occidental viene a ser casi tan idéntica al estado referido en la primera Estancia, que el explicar la idea de su diferencia requeriría por sí sola un tratado. Por tanto, debe quedar a la intuición y a las facultades más elevadas, del lector, el penetrar hasta donde sea posible la significación de las frases alegóricas de que se hace uso. En verdad, hay que tener presente que todas estas Estancias hablan más a las facultades íntimas que a la inteligencia ordinaria del cerebro físico. La Estancia III describe el despertar del Universo a la vida después del Pralaya. Refiere cómo surgen las Mónadas de su estado de absorción en el seno del Uno; cuya etapa es la primera y superior en la formación de los Mundos. El término Mónada puede aplicarse lo mismo al más vasto Sistema Solar, que al átomo más diminuto. La Estancia IV presenta la diferenciación del “Germen” del Universo en la Jerarquía Septenaria de Poderes Divinos conscientes, que son las manifestaciones activas de la Suprema Energía Una. Ellos son los constructores y modeladores, y en último término los creadores de todo el Universo manifestado, en el único sentido en que el nombre de “Creador” es inteligible; dan forma al Universo y le dirigen; son los Seres inteligentes que ajustan y vigilan la evolución, encarnando en sí mismos aquellas manifestaciones de la Ley Una, que conocernos como “Leyes de la Naturaleza”. Genéricamente son conocidos con el nombre de Dhyân Chohans, si bien cada uno de los diversos grupos tiene su propia denominación en la Doctrina Secreta. Esta etapa de la evolución es llamada en la mitología india la “Creación de los Dioses”. La Estancia V describe el proceso de la formación del mundo. En primer lugar, Materia Cósmica difusa; después el “Torbellino Ígneo”, la primera etapa de la formación de una nebulosa. Esta nebulosa se condensa y, después de pasar por varias transformaciones, forma un Universo Solar, una Cadena Planetaria o un solo Planeta, según los casos. La Estancia VI indica las etapas subsiguientes de la formación de un “Mundo”, mostrando la evolución de este Mundo hasta su cuarto gran período, que corresponde al período en que vivimos actualmente. La Estancia VII continúa la historia, trazando el descenso de la vida hasta la apariencia del hombre; y así termina el libro primero de LA DOCTRINA SECRETA. El desarrollo del “Hombre” desde su primera aparición sobre esta tierra en la Ronda actual, hasta el estado en que hoy se encuentra, constituirá el asunto de los libros tercero y cuarto. Si hubiera de traducirse al español el versículo primero empleando únicamente los sustantivos y términos técnicos que constan en una de las versiones tibetana y senzar, diría corno sigue: Tho-ag en Zhi-gyu durmió siete Khorlo. Zodmanas zhiba. Todo Nyug seno. Konch-hog no; Thyan-Kam no; Lha-Chohan no; Tenbrel Chugnyi no; Dharmakâya cesó; Tgenchang no había llegado a ser; Barnang y Ssa en Ngovonyidj; solamente Tho-og Yinsin en la noche de Sun-chan y Yonggrub (Paranishpanna), etc. Todo esto sonaría como un completo Abracadabra. No existía algo, ni existía nada; El resplandeciente cielo no existía; Ni la inmensa bóveda celeste se extendía en lo alto. ¿Qué cubría todo? ¿Qué lo cobijaba? ¿Qué lo ocultaba? ¿Era el abismo insondable de las aguas? No existía la muerte; pero nada había inmortal. No existían límites entre el día y la noche Sólo el Uno respiraba inanimado y por Sí, Pues ningún otro que Él jamás ha habido. Reinaban las tinieblas, y todo el principio estaba velado En obscuridad profunda; un océano sin luz; El germen hasta entonces oculto en la envoltura Hace brotar una naturaleza del férvido calor. –––––––––––––––––––––––––––––––––––––– ¿Quién conoce el secreto? ¿Quién lo ha revelado? ¿De dónde, de dónde ha surgido esta multiforme creación? Los Dioses mismos vinieron más tarde a la existencia. ¿Quién sabe de dónde vino esta gran creación? Aquello de donde toda esta creación inmensa ha procedido, Bien que su voluntad haya creado, bien fuera muda, El más Elevado Vidente, en los más altos cielos, Lo conoce, o quizás tampoco, ni aun Él lo sepa. Contemplando la eternidad … Antes que fuesen echados los cimientos de la tierra, –––––––––––––––––––––––––––––––––––––– Tú eras. Y cuando la llama subterránea Rompa su prisión y devore la forma, Todavía serás Tú, como eras antes, Sin sufrir cambio alguno cuando el tiempo no exista. ¡Oh, mente infinita, divina Eternidad! Rig Veda (COLEBROOKE) LA EVOLUCIÓN CÓSMICA EN LAS SIETE ESTANCIAS DEL LIBRO DE DZYAN ESTANCIA I . El Eterno Padre, envuelto en sus Siempre Invisibles Vestiduras, había dormitado una vez más por Siete Eternidades. 2. El Tiempo no existía, pues yacía dormido en el Seno Infinito de la Duración. 3. La Mente Universal no existía, pues no había Ah-hi para contenerla. 4. Las Siete Sendas de la Felicidad no existían. Las Grandes Causas de la Desdicha no existían, porque no había nadie que las produjese y fuese aprehendido por ellas. 5. Sólo tinieblas llenaban el Todo Sin Límites; pues Padre, Madre e Hijo eran una vez más Uno, y el Hijo no había aún despertado para la nueva Rueda y su Peregrinación en ella. 6. Los Siete Señores Sublimes y las Siete Verdades habían dejado de ser; y el Universo, el Hijo de la Necesidad, estaba sumido en Paranishpanna, para ser exhalado por aquello que es, y sin embargo, no es. Ninguna cosa existía. 7. Las Causas de la Existencia habían sido destruidas; lo Visible que fue y lo Invisible que es, permanecían en Eterno No-Ser – el único Ser. 8. La Forma Una de Existencia, sin límites, infinita, sin causa, se extendía sola en Sueño sin Ensueño; y la Vida palpitaba inconsciente en el Espacio Universal, en toda la extensión de aquella Omnipresencia que percibe el Ojo Abierto de Dangma. 9. Pero, ¿dónde estaba Dangma cuando el ÁIaya del Universo estaba en Paramârtha, y la Gran Rueda era Anupâdaka? ESTANCIA II 1. …¿Dónde estaban los Constructores, los Brillantes Hijos de la Aurora del Manvantara?… En las Tinieblas Desconocidas, en sus Ah-hi Paranishpanna. Los Productores de la Forma, derivada de la No-Forma, que es la Raíz del Mundo, la Devamâtri y Svabhâvat, reposaban en la felicidad del No-Ser. 2. …¿Dónde estaba el Silencio? ¿En dónde los oídos para percibirlo? No; no había Silencio ni Sonido; nada, salvo el Incesante Hálito Eterno, para sí mismo ignoto. 3. La Hora no había sonado todavía; el Rayo no había brillado aún hacia dentro del Germen; la Mâtripadma aún no se había henchido. 4. Su Corazón no se había abierto todavía para recibir el Rayo único, y caer después, como Tres en Cuatro, en el Regazo de Mâyâ. 5. Los Siete no habían nacido todavía del Tejido de Luz. El Padre-Madre, Svabhâvat, era sólo Tinieblas; y Svabhâvat estaba en tinieblas. 6. Estos, Dos son el Germen, y el Germen es Uno. El Universo estaba aún oculto en el Pensamiento Divino y en el Divino Seno. ESTANCIA III 1. …La última Vibración de la Séptima Eternidad palpita a través del Infinito. La Madre se hincha y se ensancha de dentro afuera como el Botón del Loto. 2. Cunde la Vibración, y sus veloces Alas tocan al Universo entero y al Germen que mora en las Tinieblas; Tinieblas que alientan sobre las dormidas Aguas de la Vida. 3. Las Tinieblas irradian la Luz, y la Luz emite un Rayo solitario en las Aguas, dentro del Abismo de la Madre. El Rayo traspasa el Huevo Virgen; el Rayo hace estremecer al Huevo Eterno, y desprende el Germen no Eterno, que se condensa en el Huevo del Mundo. 4. Los Tres caen en los Cuatro. La Radiante Esencia viene a ser Siete interiormente, Siete exteriormente. El Luminoso Huevo, que es Tres en sí mismo, cuaja y se esparce en Coágulos blancos corno la leche, por toda la extensión de las Profundidades de la Madre: la Raíz que crece en los Abismos del Océano de la Vida. 5. La Raíz permanece, La Luz permanece, Los Coágulos permanecen, y sin embargo, Oeaohoo es Uno. 6. La Raíz de la Vida estaba en cada Gota del Océano de Inmortalidad, y el Océano era Luz Radiante, la cual era Fuego y Calor y Movimiento. Las Tinieblas se desvanecieron, y no fueron más: desaparecieron en su Esencia misma, el Cuerpo de Fuego y Agua, del Padre y la Madre. 7. He aquí, ¡Oh, Lanú!, al Radiante Hijo de los Dos, la Gloria refulgente sin par –el Espacio Luminoso, Hijo del Negro Espacio, que surge de las Profundidades de las grandes Aguas Obscuras. Él es Oeaohoo, el Más joven, el ***. Él brilla como el Sol, es el Resplandeciente Dragón Divino de la Sabiduría. El Uno es Cuatro, y Cuatro toma para sí Tres, y la unión produce el Sapta, en quien están los Siete que vienen a ser los Tridasha, las Huestes y las Multitudes. Contémplale levantando el Velo y desplegándolo de Oriente a Occidente. Oculta lo de Arriba y deja ver lo de Abajo como la Gran Ilusión. Señala los sitios para los Resplandecientes, y convierte lo Superior en un Mar de Fuego sin orillas, y el Uno Manifestado en las Grandes Aguas. 8. ¿Dónde estaba el Germen y dónde estaban entonces las Tinieblas? ¿En dónde está el Espíritu de la Llama que arde en tu Lámpara, ¡oh, Lanú! ? El Germen es Aquello, y Aquello es la Luz, el Blanco Hijo Resplandeciente del Obscuro Padre Oculto. 9. La Luz es Llama Fría, y la llama es Fuego, y el Fuego produce el Calor, que da lugar al Agua – el Agua de Vida en la Gran Madre. 10. El Padre-Madre teje una Tela, cuyo extremo superior está unido al Espíritu, Luz de la Obscuridad única, y el inferior a la Materia, su extremidad de sombras. Esta Tela es el Universo, tejido con las Dos Substancias hechas en Uno, que es Svabhâvat. 11. Se ensancha cuando el Soplo de Fuego se extiende sobre ella; se contrae cuando el Aliento de la Madre la toca. Los Hijos se disgregan entonces y se esparcen, para volver al Seno de su Madre, al final del Gran Día, y ser de nuevo unos con ella. Cuando se enfría, se hace radiante. Sus Hijos se dilatan y contraen dentro de Sí mismos y en sus Corazones; ellos abarcan el Infinito. 12. Entonces Svabhâvat envía a Fohat para endurecer los Átomos. Cada uno es una parte de la Tela. Reflejando al “Señor que existe por Sí Mismo”, como un Espejo, cada cual a su vez viene a ser un Mundo. ESTANCIA IV 1. …Hijos de la Tierra, escuchad a vuestros Instructores, los Hijos del Fuego. Sabed que no hay ni primero ni último; porque todo es un Número, que procede de lo que no es Número. 2. Aprended lo que nosotros que descendemos de los Siete Primeros, lo que nosotros, que nacimos de la Primitiva Llama, hemos aprendido de nuestros Padres … 3. Del Resplandor de la Luz –el Rayo de las Eternas Tinieblas– surgen en el Espacio las Energías despertadas de nuevo; el Uno del Huevo, el Seis y el Cinco. Después el Tres, el Uno, el Cuatro, el Uno, el Cinco, el doble Siete, la Suma Total. Y éstas son las Esencias, las Llamas, los Elementos, los Constructores, los Números, los Arûpa, los Rûpa y la Fuerza o el Hombre Divino, la Suma Total. Y del Hombre Divino emanaron las Formas, las Chispas, los Animales Sagrados, y los Mensajeros de los Sagrados Padres dentro del Santo Cuatro. 4. Éste era el Ejército de la Voz, la Divina Madre de los Siete. Los Destellos de los Siete están sometidos y son los servidores del Primero, del Segundo, del Tercero, del Cuarto, del Quinto, del Sexto y del Séptimo de los Siete. Éstos son llamados Esferas, Triángulos, Cubos, Líneas y Modeladores; pues así se sostiene el Eterno Nidâna – el Oi-Ha-Hou. 5. El Oi-Ha Hou, que es las Tinieblas, el Ilimitado o el que no es Número. ÂdiNidâna, Svabhâvat, el : I. El Âdi-Sanat, el Número; pues él es Uno. II. La Voz de la Palabra, Svabhâvat, los Números; pues él es Uno y Nueve. III. El “Cuadrado sin Forma”. Y estos Tres, encerrados dentro del , son el Cuatro Sagrado; y los Diez son el Universo-Arûpa. Luego vienen los Hijos, los Siete Combatientes, el Uno, el Octavo excluido, y su Aliento que es el Hacedor de la Luz. 6. Después los Segundos Siete, que son los Lipika, producidos por los Tres. El Hijo Desechado es Uno. Los “Hijos-Soles” son innumerables. ESTANCIA V 1. Los Siete Primordiales, los Siete Primeros Soplos del Dragón de la Sabiduría, producen a su vez el Torbellino de Fuego con sus Sagrados Alientos de Circulación giratoria. 2. Ellos hacen de él, el Mensajero de su Voluntad. El Dzyu se convierte en Fohat: el Hijo veloz de los Hijos Divinos, cuyos Hijos son los Lipika, lleva mensajes circulares. Fohat es el Corcel, y el Pensamiento el Jinete. Él atraviesa como el rayo las nubes de fuego; da Tres y Cinco y Siete Pasos a través de las Siete Regiones superiores y de las Siete inferiores. Alza la Voz, y llama a las Chispas innumerables y las reúne. 3. Él es su conductor, el espíritu que las guía. Cuando comienza su obra, separa las Chispas del Reino Inferior, que se ciernen y tiemblan gozosas en sus radiantes moradas, y forma con ellas los Gérmenes de las Ruedas. Las coloca en las Seis Direcciones del Espacio, y una en el Centro: la Rueda Central. 4. Fohat traza líneas espirales para unir la Sexta a la Séptima – la Corona. Un Ejército de los Hijos de la Luz se sitúa en cada uno de los ángulos; los Lipika se colocan en la Rueda Central. Dicen ellos: “Esto es bueno”. El primer Mundo Divino está dispuesto, el Primero, el Segundo. Entonces, el “Divino Arûpa” se refleja en Chhâyâ Loka, la Primera Vestidura de Anupâdaka. 5. Fohat da cinco pasos, y construye una rueda alada en cada ángulo del cuadrado para los Cuatro Santos… y sus Huestes. 6. Los Lipika circunscriben el Triángulo, el Primer Uno, el Cubo, el Segundo Uno y el Pentaclo dentro del Huevo. Éste es el Anillo llamado “No Se Pasa”, para los que descienden y ascienden; para los que durante el Kalpa están marchando hacia el Gran Día “Sed Con Nosotros”… Así fueron formados los Arûpa y los Rûpa: de la Luz única, Siete Luces; de cada una de las Siete, siete veces Siete Luces. Las Ruedas vigilan el Anillo… ESTANCIA VI 1. Por el poder de la Madre de Misericordia y Conocimiento, Kwan-Yin –la Triple de Kwan-Shai-Yin, que reside en Kwan-Yin-Tien– Fohat, el Aliento de su Progenie, el Hijo de los Hijos, habiendo hecho salir de las profundidades del Abismo inferior la Forma Ilusoria de Sien-Tchan y los Siete Elementos. 2. El Veloz y Radiante Uno produce los Siete Centro Laya, contra los cuales nadie prevalecerá hasta el Gran Día “Sed Con Nosotros”; y asienta el Universo sobre estos Eternos Fundamentos, rodeando a Sien-Tchan con los Gérmenes Elementales. 3. De los Siete – primero Uno manifestado, Seis ocultos; Dos manifestados, Cinco ocultos; Tres manifestados, Cuatro ocultos; Cuatro producidos, Tres escondidos; Cuatro y Un Tsan revelados, Dos y Una Mitad ocultos; Seis para manifestarse, Uno dejado aparte. Últimamente, Siete Pequeñas Ruedas girando; una dando nacimiento a la otra. 4. Él las construye a semejanza de Ruedas más antiguas, colocándolas en los Centros Imperecederos. ¿Cómo las construye Fohat? Él reúne el Ígneo Polvo. Hace Esferas de Fuego, corre al través de ellas y a su alrededor, infundiéndoles vida; y después las pone en movimiento: a las unas en esta dirección, a las otras en aquélla. Están frías, y él las caldea. Están secas, y él las humedece. Brillan, y él las aventa y las refresca. Así procede Fohat del uno al otro Crepúsculo, durante Siete Eternidades. 5. En la Cuarta, los Hijos reciben orden de crear sus Imágenes. La Tercera parte se niega. Las Otras Dos obedecen. La Maldición se pronuncia. Nacerán en la Cuarta; sufrirán y harán sufrir. Ésta es la Primera Guerra. 6. Las Ruedas más Antiguas rodaban hacia abajo y hacia arriba… La hueva de la Madre llenaba el Todo. Hubo Batallas reñidas entre los Creadores y los Destructores, y Batallas reñidas por el Espacio; apareciendo y reapareciendo la Semilla continuamente. 7. Haz tus cálculos, Lanú, si quieres saber la edad exacta de tu Pequeña Rueda. Su Cuarto Rayo “es” nuestra Madre. Alcanza el Cuarto Fruto del Cuarto Sendero del Conocimiento que conduce al Nirvâna, y tú comprenderás porque verás… ESTANCIA VII 1. He aquí el principio de la Vida informe senciente. Primero, el Divino, el Uno que procede del Espíritu-Madre; después, el Espiritual; los Tres emanando del Uno, los Cuatro emanando del Uno, y los Cinco, de los cuales proceden los Tres, los Cinco y los Siete. Éstos son los Triples y los Cuádruples hacia abajo; los Hijos nacidos de la Mente del Primer Señor, los Siete Resplandecientes. Ellos son tú, yo, él ¡oh, Lanú!, los que velan sobre ti y tu madre, Bhûmi. 2. El Rayo único multiplica los Rayos menores. La Vida precede a la Forma, y la Vida sobrevive al último átomo. A través de los Rayos innumerables el Rayo de Vida, el Uno parecido a un Hilo que ensarta muchas cuentas. 3. Cuando el Uno se convierte en Dos, aparece el Triple, y los Tres son Uno; y éste es nuestro Hilo, ¡oh, Lanú!, el Corazón del Hombre-Planta, llamado Saptaparma. 4. Él es Raíz que jamás perece; la Llama de Tres Lenguas y Cuatro Pabilos. Los Pabilos son las Chispas que parten de la Llama de Tres Lenguas proyectada por los Siete –de quienes es la Llama– Rayos de Luz y Chispas de una Luna que se refleja en las movientes Ondas de todos los Ríos de la Tierra. 5. La Chispa pende de la Llama por el más tenue hilo de Fohat. Ella viaja a través de los Siete Mundos de Mâyâ. Se detiene en el Primero; y es un Metal y una Piedra; para el Segundo, y hela hecha una Planta; la Planta gira a través de siete cambios, y viene a ser un Animal Sagrado. De los atributos combinados de todos ellos, se forma Manu, el Pensador. ¿Quién lo forma? Las Siete Vidas y la Vida Una. ¿Quién lo completa? El Quíntuple Lha. ¿Y quién perfecciona el último Cuerpo? Pez, Pecado y Soma … 6. Desde el Primer nacido, el Hilo entre el Silencioso Vigilante y su Sombra, se hace más y más fuerte y radiante a cada Cambio. La Luz del Sol de la mañana se ha cambiado en la gloria del mediodía… 7. “Esta es tu Rueda actual” –dijo la Llama a la Chispa–. “Tú eres yo misma, mi imagen y mi sombra. Yo me he revestido de ti, y tú eres mi Vâhan hasta el día “Sed Con Nosotros”, en que has de volver a ser “yo misma y otros, tú misma y yo”. Entonces los Constructores, terminada su primera Vestidura, descienden sobre la radiante Tierra, y reinan sobre los Hombres, que son ellos mismos. [Así acaba esta parte de la narración arcaica, obscura, confusa, casi incomprensible. Trataremos ahora de hacer luz en estas tinieblas, para sacar el significado de esta aparente falta de sentido.] H.P.B. La doctrina secreta - Artículo*: Filosofía Oculta - Más info en psico@mijasnatural.com / 607725547 MENADEL Psicología Clínica y Transpersonal Tradicional (Pneumatología) en Mijas y Fuengirola, MIJAS NATURAL *No suscribimos necesariamente las opiniones o artículos aquí enlazados
- Enlace a artículo -
Más info en psico@mijasnatural.com / 607725547 MENADEL Psicología Clínica y Transpersonal Tradicional (Pneumatología) en Mijas y Fuengirola, MIJAS NATURAL.
(No suscribimos necesariamente las opiniones o artículos aquí presentados)
No hay comentarios:
Publicar un comentario