Psicología

Centro MENADEL PSICOLOGÍA Clínica y Tradicional

Psicoterapia Clínica cognitivo-conductual (una revisión vital, herramientas para el cambio y ayuda en la toma de consciencia de los mecanismos de nuestro ego) y Tradicional (una aproximación a la Espiritualidad desde una concepción de la psicología que contempla al ser humano en su visión ternaria Tradicional: cuerpo, alma y Espíritu).

“La psicología tradicional y sagrada da por establecido que la vida es un medio hacia un fin más allá de sí misma, no que haya de ser vivida a toda costa. La psicología tradicional no se basa en la observación; es una ciencia de la experiencia subjetiva. Su verdad no es del tipo susceptible de demostración estadística; es una verdad que solo puede ser verificada por el contemplativo experto. En otras palabras, su verdad solo puede ser verificada por aquellos que adoptan el procedimiento prescrito por sus proponedores, y que se llama una ‘Vía’.” (Ananda K Coomaraswamy)

La Psicoterapia es un proceso de superación que, a través de la observación, análisis, control y transformación del pensamiento y modificación de hábitos de conducta te ayudará a vencer:

Depresión / Melancolía
Neurosis - Estrés
Ansiedad / Angustia
Miedos / Fobias
Adicciones / Dependencias (Drogas, Juego, Sexo...)
Obsesiones Problemas Familiares y de Pareja e Hijos
Trastornos de Personalidad...

La Psicología no trata únicamente patologías. ¿Qué sentido tiene mi vida?: el Autoconocimiento, el desarrollo interior es una necesidad de interés creciente en una sociedad de prisas, consumo compulsivo, incertidumbre, soledad y vacío. Conocerte a Ti mismo como clave para encontrar la verdadera felicidad.

Estudio de las estructuras subyacentes de Personalidad
Técnicas de Relajación
Visualización Creativa
Concentración
Cambio de Hábitos
Desbloqueo Emocional
Exploración de la Consciencia

Desde la Psicología Cognitivo-Conductual hasta la Psicología Tradicional, adaptándonos a la naturaleza, necesidades y condiciones de nuestros pacientes desde 1992.

jueves, 26 de noviembre de 2020

Sufismo o cómo vivir en disposición de recibir, acoger y compartir.

Sufismo o cómo vivir en disposición de recibir, acoger y compartir Halil Bárcena Nadie ha elegido vivir. A veces, nos traiciona el lenguaje, tan henchidos de yo como estamos. Porque, en verdad, no hemos nacido por propia voluntad, sino que hemos sido nacidos. Del mismo modo que no respiramos, sino que somos respirados en cada instante. En realidad, los hechos fundamentales de la vida humana (nacer, morir, enamorarse, descubrir la amistad...) jamás se planifican, simplemente suceden como maravillas milagrosas. De ahí que la vida que vivimos no nos pertenezca en propiedad; antes bien, nos ha sido entregada como un inmenso don inesperado que debemos custodiar; custodiar, venerar y agradecer. De hecho, el ser humano no es poseedor de nada, sino custodio de todo cuanto existe. A ese custodio, agradecido y respetuoso, que venera la vida en sus múltiples expresiones, se le llama jalīfa (خليفة) en el árabe coránico (Corán 2, 30), de donde el término "califa" en español. Lo contrario del jalīfa es el depredador, ese ser pagado de sí mismo hasta el endiosamiento, que profana lo sagrado de la vida en cada acto, porque para él: primero, el mundo carece de espíritu, todo es materia inanimada; y, segundo, se sabe el rey de la creación, dueño y señor de las cosas, como si todo estuviese a su servicio, como si pudiese disponer de todo cuanto existe a su antojo. El depredador encarna la figura coránica del kāfir (كافر), que ha dado el español "cafre", una suerte de bárbaro, cuya crueldad es aplaudida -son los signos de los tiempos- en nombre del progreso, máxima expresión de la idolatría del hombre moderno. Mientras el jalīfa es un ser agradecido, y por ende humilde, generoso y solidario, que vive en disposición de recibir y acoger maravillado cuanto le brinda la vida, el depredador, librado a la voluntad de sus propios instintos, ve el mundo (la naturaleza, los otros seres humanos, el resto de creaturas vivientes...) como el escenario donde satisfacer a toda costa su voracidad insaciable. Allí donde se enseñorea la depredación reinan la violencia y la injusticia. Y es que el ser humano llega a ser plenamente humano con los otros, jamás contra los otros, ni a costa de los otros, ni tampoco al margen de los otros. Por todo ello, cabe decir que el tasawwuf o sufismo islámico, que es el corazón del islam y el islam del corazón, es la senda de la veneración de la vida y, al mismo tiempo, un grito de denuncia de todo aquello que atente contra ella. Nada más expresivo de cuanto venimos diciendo que la imagen de un derviche mevleví danzando durante el samā' (سماع), con sus brazos desplegados: la palma de la mano derecha mira hacia el cielo, abierta a cuanto llega; la izquierda, por su parte, mira hacia la tierra, dispuesta siempre a dar. Las manos del derviche no pretenden ni atrapar ni retener nada. Simplemente, están en disposición de recibir y acoger, de compartir y ofrendar. Pues bien, las manos del derviche son la expresión simbólica de su corazón (Halil Bárcena). Artículo*: Halil Bárcena Más info en psico@mijasnatural.com / 607725547 MENADEL (Frasco Martín) Psicología Clínica y Transpersonal Tradicional (Pneumatología) en Mijas Pueblo (MIJAS NATURAL) *No suscribimos necesariamente las opiniones o artículos aquí compartidos
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