Ahora dirijamos la mirada a otros grafitis. Sí los de la torre de Coudray, Chinon, son poco conocidos en el caso de los de Domme son completamente ignorados, no solo por la persona común con un mínimo de interés por los Templarios, sino incluso por aquellos autores que andan lanzando a diestra y siniestra cualquier hipótesis sobre los pobres caballeros de cristo, que van desde las más pintorescas, como el absurdo ese de llamarlos protectores de la supuesta descendencia de Jesús así como la de los originadores de la masonería moderna.
Característica de los grafitis
Enfocándonos en nuestro asunto, fue en 1970 y 1971 cuando el P. Tonnellier publicó los descubrimientos que este eclesiástico hizo, en el castillo de Domme, en Perigord, un descubrimiento del que dice le “pareció capaz de hacer palidecer de celos a los buscadores más espigados”[1]. Desde entonces se ha calificado a estos grafitis de origen templario, solo fue en 2018 cuando un nuevo estudio fue encargado en el cual pone en duda la autoría templaria, cosa que no es de extrañar ya que el estudio en cuestión no presenta nada concluyente en contra de la tesis del P. Tonnellier.
Es imponente la puerta de las torres del castillo real de Domme, erigido en el siglo XIII, estas torres contienen extraños grafitis, los cuales se atribuyó a los célebres caballeros de la Orden del Temple. Según el P. Tonnellier desde 1307 hasta 1320, 70 Templarios habrían estado encerrados allí y habrían grabado el testimonio del final de su historia.
La estancia casi en su totalidad está cubierta con los grafitis, siendo esto bastante variados, el P. Tonnellier no duda de datarlos, en base al estudio paleográfico de ciertas frases, en el siglo XIV. Entre los grafitis destacan una gran cantidad de cruces, crucifijos, además de figuras con nimbos radiantes ( fig 1), otra con nimbo cruciforme, hay otros que de acuerdo con nuestro investigador recordarían al pan y vino, hostias consagradas y copas, las cuales nuestro padre no duda de llamar el Grial.
Figura 1. Representacion de personas santas, detallar los nimbos que bordean las cabezasHay también en esta estancia la representación del sol y la luna ( Sol et luna heráldico), así como de estrellas ( tres en total hechas de forma radiante en el sentido heráldico con forma de carbunclo) además aparecen manos, como en el caso de Chinon. Entre las figuras se cuentas dos personajes cada uno al lado de un crucifijo, como presenciando la crucifixión, hay otro que porta una copa, lo que parece ser una hostia con una cruz en medio. En gran parte de la representación de las cruces, se observa que fueron representada sobre el calvario, este en forma de montaña cónica como base de la cruz representa la montaña o el eje sobre el cual fue levantada la cruz de Cristo.
Explicación de los grafitis
Sol y luna
En unos de los muros de la estancia se observa una serie de relieves en los cuales destacan, además de las cruces, copas; unas figuras circulares que parecen hostias, estaríamos entonces ante la imagen del pan y vino consagrados, el cuerpo y la sangre de nuestro señor, a esto nuestro investigador lo califica de << el gran cuadro de la Eucaristía>> ( ver figuras 2 y 3) y no sin razón, y justo encima se observa la talla de la luna y el sol, además de una estrella de ocho puntas, a esta representación y de forma irónica el P. Tonnellier se expresa desacreditando las interpretaciones absurdas que buscan esoterismo en todos lados y lo que termina siendo es una clara representación de la reducción ad absurdum de muchos investigadores y la prostitución del término esotérico, que ha terminado siendo un saco en donde todo cabe. El P. Tonnellier comenta “En el gran cuadro de la Eucaristía vemos, con el Sol y la Luna, tres estrellas. ¿Nada más natural? ¿Pero qué ocurre si una de esas estrellas tiene ocho radios? He aquí una prueba de esoterismo, diremos pues que la estrella de ocho radios es la estrella perfecta, la figura de la piedra filosofal, la estrella hermética, la que da la llave al desciframiento del encasillado criptográfico…”[2]
Sin quitar importancia a lo expuesto por P. Tonnerllier, creo que la explicación a estos símbolos debe complementarse en términos de la heráldica, el antiguo signo “Sol et Luna”, lleva consigo la idea de glorificación y eternidad, por tanto, se nos está diciendo que, en el sacrificio, expuesto en el gran cuadro de la eucaristía (dixit P Tonnerllier) es la glorificación del Hijo y abarca la eternidad. Por otro lado, la estrella de ocho puntas está hecha de forma radiante en el sentido heráldico con forma de carbunclo o escarbunclo, los rayos de dicha estrella se referirían entonces al <<emblema propio de la gloria así entendida, y, sobre todo en una composición religiosa, de la gloria celeste>>[3], es importante considerar que el grabado Sol et Luna también está presente en los grafitis de la torre de Coudray de Chinon, ubicados sobre la representación de los trofeos de la pasión de Cristo (Ver entrada: Comentario a los Grafitis templarios del Torreon de Chinon ( Parte I))
Crucifijos.
Dentro de las representaciones hechas por aquellos que fueron encerrados en Domme, que de acuerdo con el P. Tonnerllier estarían allí desde al menos 1308 hasta 1318 o incluso hasta sus últimos días, resalta la gran cantidad de representaciones de la cruz. A diferencia de Chinon, que se representa la cruz y al crucificado, casi todas figuran sobre un triángulo ( ver fig. 4)que representa la colina del calvario, el cual, dentro del simbolismo cristiano, posee un profundo significado, ya que lo vincula al simbolismo de la montaña ya que el altar cristiano, presente en toda iglesia, capilla, catedral o basílica, es también el monte Sion, donde el cenáculo, en donde la ultima cena fue celebrada, estaba situado; es más, es esta la colina del Gólgota donde Cristo fue ofrecido como víctima sobre el altar de la Cruz, y si este sacrificio tuvo lugar en el Gólgota, esto ciertamente tiene un significado, que también lo asocia a el significado espiritual de la montaña[4].
Dentro de estas representaciones destacan aquellas que presentan cinco cruces, cuatro rodeando una grande, lo que se relaciona con el signáculo domini, es decir el símbolo del Señor con sus cinco heridas, siendo la mas importante la del costado representada siempre de forma resaltante, en este caso ( ver figura 5) por la cruz más grande. Por otro lado, estan las representaciones del evangelio, en donde al lado del crucificado estarían dos figuras que podrían tratarse de la Virgen Maria y de San Juan (ver fig 7). Con esto se estaría expresando la perfecta ortodoxia de la orden, ya que uno de los cargos imputados es el reniego de la cruz. Es conocido, y es absurdo discutirlo, que los templarios incluyendo los lideres de la orden confesaron, sin tortura de por medio, la existencia de una tradición, de una costumbre, que obligaba al nuevo miembro de la orden a renegar de Cristo y realizar un acto de ultraje de la cruz << los frailes lo explicaban, con las palabras est ordinis nostri ‘es una costumbre de nuestra orden’>>[5]. Esto ha sido interpretado de mil y un manera, lo que parece plausible es que esto sea una forma de poner a prueba la obediencia total del nuevo miembro hacia sus lideres, recordemos que en el campo de batalla uno de los halagos que recibieron los templarios, de paganos y cristianos, y por el cual destacaban del resto de los ejércitos de ese tiempo era que se comportaban como un solo cuerpo, para esto debió existir un trabajo sobre la voluntad del individuo de ponerse en servicio completo hacia la orden, pero por otro lado puede ser esto una de las malas costumbres que denunciaba Jacques de Molay entre 1302 y 1306. Conocer toda la verdad a este respecto resulta hoy casi imposible.
Pero a este punto el P. Tonnerllier no deja de manifestar que la gran cantidad de crucifijos ( ver fig 6) tallados en Domme son prueba de la ortodoxia de los Frailes, cosa de la cual estamos completamente de acuerdo, el Padre expone entonces <<El crucifijo era ridiculizado, pisoteado, cubierto de escupitajos, no siendo el crucificado el Hijo de Dios muerto por los hombres, sino un hombre como los otros e incluso un criminal. Sin embargo, ¿qué es lo que vemos en Domme? Esos archivos secretos, que han permanecido guardados durante 650 años nos revelan, de repente, en los Templarios un ardiente amor por el Crucifijo. Esos hombres lo ponían en honor por todas partes de su prisión. Cruces, crucifijos, escenas de la Crucifixión, abundan y forman como el fondo mismo de la meditación de los prisioneros. Si han sido amorosamente grabadas o esculpidas esas imágenes, es con el fin de orar mejor ante ellas. No escatimaban al crucifijo los honores divinos. No cargaban su frente con la corona de espinas, sino con la corona gloriosa. Es la corona real o el nimbo radiante, o el nimbo cruciforme tradicionalmente reservado a Cristo solamente. La cruz misma está rodeada de honores y de sus brazos salen rayos gloriosos. ¿Es el acto de hombres que, un día solemne, habrían escupido sobre esta misma cruz, sobre ese mismo crucifijo?>>[6]
Eucaristía, grial y hostia.
Entre las mentiras que esparcieron los secuaces de Felipe IV el hermoso estaba el supuesto hecho en el que los capellanes Templarios omitían a propósito, en la misa, las palabras de la consagración, lo que equivale a negar la presencia real de Cristo en la Eucaristía. Si vemos con detenimiento los grafitis de Domme nos percatamos de representaciones de la hostia y el cáliz , habiendo uno en el que se infiere su forma octogonal y sobre él una hostia de tamaño similar a la copa ( ver fig 8), por otro lado vemos la representación de un crucificado y alrededor de un círculo que claramente representa la hostia consagrada ( ver fig 9), la cual representaría el cuerpo del Verbo, y sobre estos grabados en específico P Tonnerllier comenta << Parece que baste mirar ese gran grabado donde Cristo presenta el Pan y el Vino y leer debajo ese magnífico acto de fe: Mi alimento es Dios, Dios es mi alimento. En verdad lo ha dicho. Yo creo. Y más abajo en el banco del centinela, la misma y tierna alusión a la Eucaristía: ¡oh! Dios es mi alimento. O más lejos esa hermosa hostia al pie de un crucifijo, o también el Grial, la copa de la Preciosa Sangre que recoge José de Arimatea. ¿Es eso el hecho de despreciar la Eucaristía?>>
Representación de manos y el destructor del templo.
Al igual que en Chinon los grafitis de Domme nos muestras la representación de manos (fig 10), y en ambos casos no esta claro el significado de estas dentro del conjunto de las representaciones y de forma individual. Si bien Charbonneau-Lassay comenta en su descripción de los Grafiti de Chinon <<la mano abierta representada tres veces y que bien podría ser un signo talismánico tomado por los Caballeros Templarios de las costumbres orientales>> ya que en su contexto estas manos no parecen representar la mano de Cristo que en otro lado nuestro mismo autor nos dice es parte de la emblemática cristiana[7]. Aunque desde mi juicio, considerando todo lo representado en Domme, estas manos no podrían ser otras que la de Cristo mismo.
Por ultimo quisiera comentar una frase que el P. Tonnellier descubrió en su investigación en Domme, y de la cual R. Pernoud comenta << es el caso de la inscripciones …[de] la torre de Domme, en Périgord, en que , a través de frase vengadoras ( Clemens destructor Templi), hermosos crucifijos y ángeles del Apocalipsis, los Templarios clamaron la injusticia de su suerte y el calvario que sufrieron>> la presencia de esta frase Clemens destructor templi, Clemente Destructor del Templo puede darnos una ubicación en el tiempo. Podría ser que la misma fuera tallada en 1312 cuando se ordenó la abolición de la orden. A diferencia de Chinon en donde los dignatarios piden perdón a Dios, y de algun modo su auxilio, en Domme vemos la rabia hacia aquel que debía ser el protector de la orden y que terminó siendo, en parte, su verdugo. A este respecto el P. Tonnellier comenta
<< Los Templarios vieron en Clemente V al Anticristo. Dante, este gran panfletario, en la misma época, se había limitado a asignarle un lugar en el infierno de los simoníacos. “Vendrá del poniente un Pastor sin ley… el cual será flexible al rey que rige Francia.”
Aludía a la leyenda, según la cual Bertrand de Goth hubiera aceptado algunas condiciones en premio al apoyo del rey en la elección del nuevo Papa. Este pacto simoníaco hubiera sido concluido sin testigos, entonces, ¿qué se sabe de él? en un bosque de los alrededores de St. Jean de Angély. Se trataba del Priorato de la Fayolle, en medio del bosque de Essouvert. Esta leyenda, ya muy sospechosa y llena de inverosimilitudes, resultó desmentida cuando se encontró el cuaderno de viajes de Bertrand de Goth. El futuro Papa no se encontraba en Saintonge en la fecha señalada, sino en Lusignan en Poitou, y no fue a St. Jean de Angély.
Los historiadores no han dejado de divulgar esa leyenda que ya circulaba en vida de Clemente V. Es posible que haya llegado a oídos de los Templarios, Clemente V, al final, era por lo menos sospechoso de complacencia exclusiva hacia Felipe el Hermoso, y su prestigio ya estaba mermado.
Los Templarios que habían creído en sus promesas de solicitud, al principio del asunto, habían perdido toda confianza en él. Cuando llegó bruscamente la abolición de la Orden, su desafecto se volvió en odio y Clemente V, para ellos, no fue más que el Anticristo… ¿Cuál fue la suerte final de los Templarios en Domme?… Se fueron, rezando con toda su alma a Cristo y a la buena Virgen, y a San Juan y a San Miguel…, llevándose a la tumba una fidelidad feroz a la Orden del Temple y un odio no menos sólido hacia el que era su “Destructor”>>.
Conclusión
El P. Tonnellier nos parece enfático y contundente en su conclusión:
<<En definitiva, los grafitis de Domme nos muestran en los Templarios a “buenos católicos” como pretenden serlo, como se lo dicen al Papa, como quieren ser siempre. Buenos católicos, con la fe muy segura, sin el menor desvío, con la piedad fuerte y tierna de su Orden. No es exactamente la imagen que la Historia ha querido dejarnos de ellos>>
Por los testimonios de los grafitis de Domme y Chinon los Templarios se presentan como buenos cristianos, pero esto no quita que la orden a comienzos del siglo XIV se mostraba de forma decaída, las riquezas, el comercio y la pérdida de tierra santa ayudaron a socavar sus nobles principios y que como toda institución humana es susceptible a vicios, ya que, junto con las virtudes, habitan en lo más profundo del corazón del hombre.
Así vemos que con estos testimonios en piedra queda patente que gran parte de las acusaciones hacia el temple eran falsas, no así la pérdida del espíritu caballeresco y de su objetivo de salvaguarda de los peregrinos a tierra santa, ya que ambos se perdieron con la caída de San Juan de Acre. Por otro lado si el Temple era completamente herético ¿no esperábamos que entre los grafitis dejados por los dignatarios y los caballero en Chinon y Domme apareciera la figura del fulano bafomet?, ( como el caso de la cabeza con tres rostros que se encuentra en la clave de bóveda del Convento de Cristo en Tomar y la cual fue esculpida en el siglo XVI, bastante tardía como para ser hecha por mano templaria) ese que se describió como un gato, cabeza o como un objeto y de mil y un formas ¡todo gracias a la torturas!, pues ese supuesto ídolo no aparece en ninguna parte de estos grafitis, pero muy por el contrario aparecen las mas piadosas representaciones de santos templarios, Hugh de Payns y San Bernardo, muchísimas cruces, los trofeos de la pasión de Cristo, la hostia, el cáliz entre otras representaciones, todas apegadas a la ortodoxia.
Así llegamos al final de estos comentarios sobre los dos grafitis conocidos hasta ahora de autoría templaria, y no nos queda mas que añadir que El Temple fue desde un inicio, en su singladura y su final una orden completamente cristiana.
[1] Artículos en la revista Arqueología, en los números de Enero-Febrero y Marzo-Abril de 1970, y Enero-Febrero de 1971 https://www.archeologia-magazine.com/scripts/recherche_avancee.php?mode=resultat
[2] Tonnellier ibid.
[3] (Charbonnea Lassay, 2020) The Vulnerary of Christ
[4] (Hani, 2008) The Divine Liturgy
[5] (Frale, 2011) Los Templarios y la Sabana Santa.
[6] Tonnellier ibid.
[7] (Charbonneau – Lassay, 1997) El Bestiario de Cristo Vol I
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