“No tengo otro mérito que el de haber expresado, lo mejor que pude, las ideas tradicionales”. René Guénon “Si bien no es posible cambiar el signo de los tiempos, cabe retardar la velocidad de la ‘caída’. Y esto es lo que parece haber ocurrido en la Edad Media occidental (la que se extiende desde el reinado de Carlomagno hasta principios del siglo XIV), único periodo normal -en el sentido cosmológico y metafísico del término- de Occidente. Esta unidad tradicional se quebrará con el Renacimiento y la Reforma. El primero exalta el humanismo y en éste ya está implícito uno de los caracteres más notables de nuestro tiempo: el laicismo”. Armando Asti Vera “El simbolismo es el medio mejor adaptado a la enseñanza de verdades de orden superior, religiosas y metafísicas, es decir, de todo lo que el espíritu moderno desdeña y rechaza”. René Guénon La actual ermita de la Mare de Déu de Bellvitge fue construida hacia el siglo XVIII sobre los restos de una capilla románica de finales del siglo X. Realmente la actual ermita es una de las varias reconstrucciones que sufrió a lo largo de su vida, sometida a lo largo de los siglos a guerras, saqueos e inundaciones varias al estar muy cerca del Delta del río Llobregat (Rubricatus para los romanos), concretamente en su lóbulo izquierdo, y ser víctima de sus antaño frecuentes crecidas, especialmente graves fueron las últimas inundaciones que sufrió en tiempos relativamente cercanos para los que ya tenemos cierta edad, concretamente en los años 1971, 72 y 74; hay que recordar, que hasta el siglo VIII el Mar Mediterráneo llegaba a la altura de lo que hoy es la Gran Vía, es decir, a unos 300 metros aproximadamente del actual emplazamiento de la ermita. Si bien la primera ermita documentada del siglo XIII fue de estilo constructivo románico, la actual es de estilo barroco, aunque con ciertos toques neo-románicos. Una bella ermita, sencilla y humilde, pero en la que se representan unos curiosos símbolos que, sin duda, pertenecen a la Tradición Perenne, a la Gran Tradición Primordial y Sapiencial; los Hombres de la Tradición observándolos, estudiándolos concienzudamente e interpretándolos, pero sobre todo, vivenciándolos, volveremos a conectarnos con ese Centro y ese Origen perdidos en tiempos míticos y metahistóricos, mientras que para la gran mayoría de la humanidad (subhumanidad más bien hoy) su único destino, como dice el Evangelio, es el de consumirse en el Hades: “Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda” (Apocalipsis de San Juan). Vamos a continuación a estudiar algunos de ellos que aparecen bellamente representados en este austero edificio sagrado y religioso: En la fotografía de arriba tenemos representado de forma simbólica al Principio Supremo manifestado sobre los cuatro elementos de la Naturaleza simbolizados por la Cruz, uno de los grandes símbolos fundamentales de la Ciencia Sagrada y de la Tradición Primordial; el punto central simboliza el Centro del Mundo o el Corazón del Mundo. El punto central representa al Principio Supremo, mientras que el círculo simboliza al Mundo. En este caso vemos que hay varios círculos concéntricos que representan los distintos grados o estados de la existencia manifestada, dispuestos jerárquicamente según un mayor o menor alejamiento del Principio Primordial, del Verbo divino. Por otro lado, vemos que aparecen un total de 7 círculos concéntricos; el 7 en la mayoría de las tradiciones tanto de Occidente como de Oriente, y por supuesto en la cristiana como última y definitiva gran manifestación de la Tradición Primordial en el presente Ciclo Humano o Manvantara que está finiquitando, era un número asociado a la perfección y a lo divino; el Evangelio según San Mateo dice “Entonces se acercó Pedro y le dijo: “Señor, ¿cuántas veces ha de pecar contra mí mi hermano y he de perdonarle yo? ¿Hasta siete veces? Jesús le dijo: “No te digo: Hasta siete veces, sino: Hasta setenta y siete veces”. En la fotografía de arriba en este caso vemos una representación simbólica de las Cuatro Edades del presente Ciclo Humano o Manvantara que ya toca a su fin: Edades de Oro, Plata, Bronce y Hierro, ésta última en cuyo nadir ya nos encontramos y cuyos “signos de los tiempos” -ciertamente catastróficos-, ya fueron profetizados hace miles de años en el caso de la tradición indo-aria, o mismamente dos mil en nuestra tradición cristiana. Una representación simbólica de la involución que ha sufrido la actual humanidad desde unos orígenes divinos y uránico-solares hasta el actual estado de semianimalidad, de sub o infra-humanidad. También podría ser una alegoría pétrea aludiendo a las Cuatro Castas o Estados del Orden Jerárquico Tradicional: Regio-sacra, Nobleza Guerrera, Mercaderes y Siervos; ya comentamos en otro ensayo (1) que de la fusión o síntesis de lo peor de estas dos últimas castas (mercaderes y siervos, representados política y cosmovisionalmente en los los sistemas demoníacos que se disputaron el mundo a partir de 1945, en la llamada “Guerra Fría”: Capitalismo/Liberalismo-Comunismo), surgió la actual y terminal Era del Paria, ampliamente representada -material y simbólicamente- por las horrorosas construcciones e infraestructuras levantadas alrededor de tan bello monumento a lo largo de los siglos XX y XXI, arrinconando y aislando este lugar sagrado, quedando dicha ermita como un “último reducto”, como un “último bastión”, como una isla simbólica en medio del caos de un mundo regido por las fuerzas de la oscuridad y de la desintegración, por el oscurecimiento, la fealdad y los abominables artificios técnico-industriosos de Mordor. De hecho en ambos márgenes de la ermita se encuentran levantadas cuatro columnas respectivamente, en total, pues, ocho columnas en el margen Norte-Sur de la misma; hay que decir que el número 8 en la Tradición Cristiana simboliza la Resurreccción, la Transformación, la Estabilidad (recordemos, por ejemplo, las 8 Bienaventuranzas del Nuevo Testamento, dictadas por el propio Jesucristo en el “Sermón de la Montaña”; la Montaña es uno de los grandes símbolos axiales y polares de la Tradición Primordial, de hecho el Templo es un símbolo de la misma, un símbolo microcósmico de la Montaña Primordial). En el Cristianismo Catecumenal se designaba a Jesucristo con el número simbólico de 888, su valor numérico en griego, ya que el nombre de Jesús (Ιησους en griego) sumaba según el valor numérico asignado a cada letra de su nombre 888, trilogía también simbolizadora de la Santísima Trinidad. La bóveda de la ermita, como vemos en la fotografía, tiene trece travesaños a lo largo de sus tres arcos (nuevamente símbolo de la Santa Trinidad) (2), simbolizando a Cristo el travesaño que hace de vértice y Centro rodeado de sus Doce Apóstoles. El simbolismo del 12+1 es también uno grandes símbolos fundamentales de la Tradición Primordial y de la Ciencia Sagrada El número doce es una constante en todos los centros o doctrinas tradicionales o emanados de la Tradición Primordial, a este respecto René Guenon escribió: “Esta constitución se encuentra reproducida en lo que se llama el «consejo circular» del Dalai Lama, formado por doce grandes Namshans; y se la encuentra también, además, hasta en algunas tradiciones occidentales, como por ejemplo los doce caballeros de la Tabla Redonda. Añadiremos aún que los doce miembros del círculo interior del Agarta, desde el punto de vista del orden cósmico, no representan simplemente los doce signos del Zodiaco, sino más bien los doce Adityas, que son otras tantas formas del sol, en relación con estos mismos signos zodiacales. Y añade aún una nota sobre los doce Adityas representados por el Sol de doce rayos, mientras que la liturgia católica atribuye a Cristo el título de Sol Justitiae, siendo los doce apóstoles de la tradición cristiana los doce rayos «enviados» (conforme a la etimología de la palabra griega Apóstoles) por el «Sol espiritual» que es Cristo. En conclusión de todo esto, podemos afirmar, no solo que los centros espirituales diversos que corresponden a las diferentes tradiciones son las emanaciones de un centro único y supremo que corresponde a la gran Tradición Primordial, sino también que el número de los doce apóstoles es una señal, entre muchas más de la perfecta conformidad del centro espiritual cristiano con el centro espiritual universal…» Recordemos también a este respecto a los doce dioses del Olimpo griego, a los 12 Hermanos Arvales (antigua cofradía sacerdotal romana), a las doce tribus de Israel, los 12 frutos del Árbol de la Vida, las doce puertas del Reino de Dios y sus doce ángeles guardándola según el Apocalipsis de San Juan, las doce piedras preciosas simbólicas como fundamento de la “Nueva Jerusalén” (la Jerusalén Celeste) o, mismamente, los doce meses del año o las 12 horas tanto diurnas como nocturnas;en definitiva, número solar por excelencia el 12 simboliza el Bien, el Orden, la Verdad, la Unidad, la Autoridad y la Totalidad divinas, la perfección absoluta y del orden cósmico. En el simbolismo constructivo del Medievo, la Piedra Cúbica en Punta simbolizaba la finalización definitiva de la obra constructiva, la culminación de la misma, ello desde un punto de vista tanto espiritual como metafísico; dicha forma aparece en muchos campanarios de iglesias tando románicas como góticas, simbolizando el conjunto -Piedra y Campana- el Mensaje y la Voz de Dios, dejando claro, pues, una función eminentemente axial, polar y pontifical (puente entre dos mundos). Desde el punto de vista hermético estaría asimilado a la «Obra al Rojo», y por tanto a la consecución de la Piedra Filosofal, simbolizando la iluminación y la realización espiritual, el Elixir de la Vida. Sería la culminación de la Obra Mayor, asimilada a la Vía Iniciática y Solar. CRHISTUS PHILOSOPHORUM. Hemos escudriñado en alguno de los símbolos que aparecen en esta bella ermita antaño rodeaba de bosques y de campos de cultivo, muy expuesta como hemos visto a los vaivenes y destrozos varios ocasianados por las crecidas del río Llobregat que la acababan anegando e inundando, pero mucho peor han sido las crecidas y el constante y cada vez más creciente avance del infierno plutocrático y técnico-industrial con sus masas de esclavos desarraigados y profanadores, así como del cemento y del asfalto, símbolos por excelencia de la subversión moderna -o postmoderna-, en materia constructiva a modo de barreras simbólicas que separan al hombre de la sacralidad de la tierra y de la naturaleza; hoy la ermita de Bellvitge es como un oasis en medio de un desierto, una ciudadela constantemente asediada por las fuerzas tenebrosas de Sauron, el Señor Oscuro… FUERZA HONOR Y TRADICIÓN Joan Montcau NOTAS: “Septentrionis Lux”, en el texto de la presentación del libro de dicho título se hace mención a ello. La Era del Paria sería el Quinto Estado, ya anunciado por Julius Évola en uno de sus últimos escritos, la “era del alumbramiento de una verdadera subhumanidad”… En el «Linga Purana» hindú, escrito 600 años antes de la era cristiana según las estimaciones más benevolentes, ya que el mismo podría tener muchísimos más años de antigüedad, relata el último de los yugas, el «Kali Yuga» o Edad de Hierro (la actual): «En el Kali Yuga, los hombres vivirán atormentados por la envidia, irritados, sectarios, indiferentes a las consecuencias de sus actos. Estarán amenazados por la enfermedad, el hambre, el miedo y terribles calamidades. Sus deseos estarán mal orientados, su saber será utilizado con fines malvados. Serán deshonestos. Muchos perecerán con crueldad. La nobleza declinará, y los esclavos pretenderán gobernar y compartir con los sabios, el conocimiento, las comidas, los sitiales, y los lechos. Los gobernantes serán, en su mayoría, de bajísima cuna. Serán tiránicos dictadores. Se matará a los fetos y a los héroes. Los artesanos querrán desempeñar el papel de los sabios, los sabios el de los artesanos. Los ladrones se convertirán en reyes, y los reyes en ladrones. Raras serán las mujeres hermosas. Se extenderá la promiscuidad. La armonía social desaparecerá por todas partes. La tierra no producirá casi nada en algunos lugares y producirá mucho en otros. Los gobernantes se apoderarán de los bienes, y dejarán de proteger al pueblo. Mercaderes de baja cuna serán honrados como si fueran sacerdotes, y entregarán a gente que no es digna de ello, los peligrosos secretos de las ciencias tradicionales. Los maestros se envilecerán vendiendo su saber. Los pocos maestros puros se refugiarán en una anónima vida errante. Al final del Kali Yuga, aumentará el número de las mujeres, y disminuirá el de los hombres, que carecerán de toda virilidad. (…) Nadie dejará de emplear un lenguaje grosero, nadie cumplirá con su palabra, todos serán envidiosos. (…) Gente sin principios predicará a los demás la virtud. Reinará la censura, y en las ciudades se formarán asociaciones de criminales que gobernarán. (…). Los hombres se matarán entre sí, y matarán también a los niños, a las mujeres, y a las vacas. Los sabios serán condenados a muerte». En cuanto al simbolismo del número Tres, Julius Evola escribió: «Por lo que se refiere al simbolismo perenne del número tres, en relación con el dogma católico de la Trinidad, no podemos hacer nada mejor que reproducir el siguiente fragmento de uno de nuestros artículos: «Los rasgos de ésta última son múltiples en el seno de la Iglesia católico romana. No nos corresponde mencionarlos aquí. Citemos solamente, por ejemplo, la Trinidad, vestigio de la cosmogonía homérica -«cualquier cosa se divide en tres», dijo el famoso poeta griego-, reflejo de la tríada sagrada de los Arios, supervivencia de la doctrina hindú de la trimurti, reminiscendia del «Shamroch» o guirnalda con tres reflejos de los druidas. La concepción del «dios de las tres formas» o de «tres dioses en un solo ser» es igualmente propia de la mitología nórdica (Odín, Ladur y Hoenir) y de la religión egipcia». Artículo*: septentrionislux Más info en frasco@menadelpsicologia.com / Tfno. & WA 607725547 Centro MENADEL (Frasco Martín) Psicología Clínica y Tradicional en Mijas Pueblo #Psicologia #MenadelPsicologia #Clinica #Tradicional #MijasPueblo *No suscribimos necesariamente las opiniones o artículos aquí compartidos. No todo es lo que parece.
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