Segunda de las cuatro entregas de nuestra serie "Un viaje personal a través del cine clásico y contemporáneo" donde recopilamos distintas intervenciones de Guillermo Mas Arellano para conocer mejor su visión acerca de la crítica cultural. ¿Cómo ha sido el cine de la última década que ahora dejamos atrás (2010-20)? ¿Cuáles han sido las mejores películas de la década? ¿Cómo es el panorama actual del cine? ¿Qué perspectivas de futuro tiene el cine? ¿Cómo será el cine de 2030? Conectando el cine clásico, las nociones teóricas de Ángel Faretta o de Eugenio Trías, analizando la cultura pop de la mano de Stephen King o profundizando en las vertiente ocultas de lo popular a través de la obra de Camille Paglia, tratamos de adentrarnos dentro del mundo de la crítica cinematográfica. "Si "hacer historia es componer elegías" (Díez del Corral), quizás este momento de ocaso del cine sea el adecuado para comenzar a crear una teoría y una crítica cinematográfica rigurosas como la que han ensayado en el ámbito hispano Eugenio Trías o Ángel Faretta. En el fondo, se trataría solo de actualizar el estudio clásico del mito allí donde ha tenido su mayor cristalización a lo largo del siglo XX: en el cine: "El mito es el sueño que precede a la vida; su revelación se confunde con la aparición del lenguaje y de él se vale el hombre para legitimar su estirpe, divinizar el origen de su historia y situar la clave de su cultura" (Aquilino Duque). Una sociedad sin arte, sin mito, sin cine, es una sociedad desarraigada. El futuro del cine es, en la frontera de su desaparición, su propio pasado abierto para nosotros. Si el arte moderno se caracteriza por una ausencia total de significado, entendemos que romántico es todo aquel que quiere volver a un estadio previo donde el arte era pleno en significado. El romántico es, entonces, un reaccionario. Se define por la tradición a la que pertenece, dado que "lo que no es tradición es plagio" (Eugenio D´Ors). Que el futuro del cine pertenezca al pasado no debe confundirse ni con el inmovilismo ni con la falta de evolución, pero sí que descarta toda idea de un supuesto progreso junto con el concepto mismo de vanguardia. Sirve, entonces, para el cine lo dicho por Eliot para la literatura: "Toda la literatura tiene una existencia simultánea y compone un orden simultáneo". El cine, de Griffith a Scorsese y pasando por Ford o Coppola, transcurre en un tiempo único. El cine ha sido siempre un vehículo de transmisión ideológica y, desde su invención, es el lugar en el que tiene lugar la lucha por el imaginario colectivo (Edgar Morin). Como dice Agapito Maestre, "el cine nos ayuda a penetrar la opacidad de la realidad, y en este sentido es un arte imprescindible para comprendernos. Ver películas es una forma de sobrevivir con dignidad". Ver películas es una forma de actualizar los mitos atemporales del hombre. El cine es un arte sintético que aúna música, pintura y literatura; que reconcilia técnica y poesía a través de una puesta en escena simbólica mediante la cual retoma mitos intemporales. Su análisis debe rotar sobre tres ejes: narración, tiempo-imagen y discurso. Además de esto hay una serie de elementos (colores, montaje) y de valores estéticos característicos en toda obra así como unas circunstancias socioeconómicas, históricas y psicológico-biográficas que deben ser tenidas en cuenta tanto en el caso de quien realiza la película como en la sociedad y el público que la recibe. El cine es arte, es técnica, es un oficio reservado a artesanos, sí, pero también requiere de mecenas como las grandes obras del Renacimiento (no así el arte moderno, que vive de las subvenciones estatales). En definitiva, el cine también es industria. Y lo es de una forma mucho más evidente y relevante que otras artes de otras épocas. Por eso, un análisis riguroso del cine como arte no puede obviar la importante faceta que la industria representa dentro del mapa general de ese producto complejo al que llamamos cine. Esta evidencia descarta la existencia de un cine "de autor": no hay una autoría única en el cine como sí la hay, por ejemplo, en la novela, a pesar de que intervienen correctores, editores y publicistas en su producción. Sin el escritor no habría libro, pero sin el director, el guionista o el productor (las figuras sobre las que ha descansado el término "autoría" en diferentes momentos), seguiría habiendo iluminación, montaje, actuaciones, banda sonora, localizaciones, etcétera. Si no entendemos el cine como industria, como producto colectivo; y como arte, como actualización del mito; sencillamente no entendemos el cine" Enlace al artículo completo: https://ift.tt/EG2jtxy #Cine #Arte #Películas Artículo*: Pura Virtud: Cine y Literatura Más info en frasco@menadelpsicologia.com / Tfno. & WA 607725547 Centro MENADEL (Frasco Martín) Psicología Clínica y Tradicional en Mijas Pueblo #Psicologia #MenadelPsicologia #Clinica #Tradicional #MijasPueblo *No suscribimos necesariamente las opiniones o artículos aquí compartidos. No todo es lo que parece.
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