"P. Si el ego no es real... es decir, autónomo y continuo, ¿qué es lo que funciona en la vida de cada día? R. El ego carece de toda concretitud, sustancia o continuidad. Es una colección de pensamientos unidos por la memoria. La persona aparece cuando piensas en él. Cuando el cuerpo se despierta por la mañana, ya está ahí la conciencia. Puede que no la hayas notado, pero así es. Esta conciencia no es un pensamiento, ni un sujeto ni una sensación. No encuentra concretización. Momentos más tarde, el hábito asocia a la conciencia con un cuerpo y una personalidad. Y entonces dices: “Soy esto. Soy aquello.” Podemos llamar a esto conciencia sin objeto, consciencia, el sujeto esencial o el “yo” incondicional. Este “yo” incondicional es la vigilancia que da la bienvenida a todos los parásitos de “esto y aquello”. El pensamiento de ser una persona determinada limita la inteligencia innata de la mente y el cuerpo. Cuando estás simplemente alerta y disociado de tus hábitos de creer en una personalidad, entonces, todas tus capacidades pueden entrar en juego estimuladas por una situación. Sólo hay acción, sin que actúe ningún actor. Entonces, funcionas mucho más imaginativa, amplia y eficazmente con toda tu inteligencia y talento." Jean Klein (¿Quién soy yo?)
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