Psicología

Centro MENADEL PSICOLOGÍA Clínica y Tradicional

Psicoterapia Clínica cognitivo-conductual (una revisión vital, herramientas para el cambio y ayuda en la toma de consciencia de los mecanismos de nuestro ego) y Tradicional (una aproximación a la Espiritualidad desde una concepción de la psicología que contempla al ser humano en su visión ternaria Tradicional: cuerpo, alma y Espíritu).

“La psicología tradicional y sagrada da por establecido que la vida es un medio hacia un fin más allá de sí misma, no que haya de ser vivida a toda costa. La psicología tradicional no se basa en la observación; es una ciencia de la experiencia subjetiva. Su verdad no es del tipo susceptible de demostración estadística; es una verdad que solo puede ser verificada por el contemplativo experto. En otras palabras, su verdad solo puede ser verificada por aquellos que adoptan el procedimiento prescrito por sus proponedores, y que se llama una ‘Vía’.” (Ananda K Coomaraswamy)

La Psicoterapia es un proceso de superación que, a través de la observación, análisis, control y transformación del pensamiento y modificación de hábitos de conducta te ayudará a vencer:

Depresión / Melancolía
Neurosis - Estrés
Ansiedad / Angustia
Miedos / Fobias
Adicciones / Dependencias (Drogas, Juego, Sexo...)
Obsesiones Problemas Familiares y de Pareja e Hijos
Trastornos de Personalidad...

La Psicología no trata únicamente patologías. ¿Qué sentido tiene mi vida?: el Autoconocimiento, el desarrollo interior es una necesidad de interés creciente en una sociedad de prisas, consumo compulsivo, incertidumbre, soledad y vacío. Conocerte a Ti mismo como clave para encontrar la verdadera felicidad.

Estudio de las estructuras subyacentes de Personalidad
Técnicas de Relajación
Visualización Creativa
Concentración
Cambio de Hábitos
Desbloqueo Emocional
Exploración de la Consciencia

Desde la Psicología Cognitivo-Conductual hasta la Psicología Tradicional, adaptándonos a la naturaleza, necesidades y condiciones de nuestros pacientes desde 1992.

lunes, 25 de enero de 2016

SANATANA DHARMA - Vedanta y Tradición Primordial: ESTABLECERSE EN ATMAN

Svatma Nirupanam “El establecimiento en Atman” Sri Shankaracharya * * Capítulo del libro “Dieciocho Tratados Vedanta Advaita” de Sri Shankaracharya. Traducción, introducción y notas de Roberto Mallón Fedriani. Editorial Sanz y Torres, Colección Ignitus, 2011. http://ift.tt/1lLo5Jz ______________________________ Maestro, me postro ante tus pies cuyo polvo es la ceniza que disipa la percepción errónea del mundo y que destruye los insoportables pares de opuestos. Me postro ante el excelso gurú, el compasivo, el que destruye todas las dudas, cuyos pies instruyen sobre la experiencia no dual; sobre el significado de la palabra “Eso”. Abrasado por el fuego del bosque del Samsara, el discípulo que lleva a cabo todas las prácticas es iluminado sobre de la definición del propio Sí Mismo con las palabras perfectas y precisas del gurú. “Uno mismo existe”. ¿Quién duda de este hecho? Incluso si dudases de ello, el que tiene la duda eres de hecho tú. Cuando uno cree saber “yo no soy verdaderamente Brahman”, cree saber de hecho que no lo es. Sabiendo que “Yo soy Brahman” es como se conoce de hecho a sí mismo. Brahman es solamente tú mismo. Por tanto, “yo no soy Brahman” es solo una ilusión. Las diferencias llegan al ser a partir de la ilusión, y todas las penas tienen su raíz en ello. El que es capaz de discriminar las cinco envolturas no experimenta los cinco obstáculos[i]. De ahí que las personas que poseen un intelecto hábil investigan siempre estas cinco envolturas. A partir de la discriminación de las cinco envolturas -la del alimento, del aliento, la mental, la intelectual, y la de la felicidad- se experimenta el Sí Mismo resplandeciente. Este cuerpo físico del que se sabe tener la naturaleza del alimento, es una envoltura, no el Sí Mismo; pues es inerte, como lo es una vasija. Tiene un comienzo y deja de existir posteriormente; es un objeto de percepción. En esta envoltura que tiene la naturaleza del aliento, que es un tipo de aire dentro del cuerpo y que está delimitado por éste, ¿cómo podría haber Sí Mismo en ella, estando conectada como está con las aflicciones que generan el hambre y la sed? La envoltura mental crea el sentido del ego en relación al cuerpo; crea el sentido de “lo mío” en relación al hogar y demás cosas; está sujeta a gustos y disgustos. Esta envoltura mental no es el Sí Mismo. La envoltura del intelecto desaparece en sí misma en el sueño profundo; al despertar impregna todo el cuerpo. Esta envoltura intelectual, que es un reflejo de la Conciencia, tampoco es el Sí Mismo. Aquello que cree “Yo soy feliz” en los momentos de felicidad que se sienten durante el sueño profundo; aquello que se denomina envoltura de felicidad, ¿cómo podría ser el Sí Mismo? Aquello que brilla siendo el Ser original, es de hecho la Felicidad, el Sí Mismo de todo, porque existe antes y después; es sin cambios y nada lo afecta. Más allá de la experiencia de la envoltura del alimento, y de las demás, existe un experimentador que las experimenta. Aunque de por sí experimenta, no puede sin embargo ser experimentado. No puede haber ninguna duda sobre la inexistencia de la Realidad, cuya naturaleza es el Conocimiento. El Sí Mismo experimenta el universo, pero este Sí Mismo no es experimentado por el universo. El Sol ilumina plenamente todo lo demás, pero sin embargo no es iluminado. Lo que no es ni eso, ni esto, ni como eso, ni como esto, ni tanto de esto, ni tanto de aquello, etc.; eso es lo que se debe entender por Brahman; de lo contrario sería un objeto, y no algo que se experimenta directamente. Los objetos que en todas partes son tomados por “esto”, se pueden negar; en cambio la Realidad, debido a su Existencia, no puede ser contradicha, y no está más allá de la experiencia directa. Aunque Brahman no puede ser conocido intelectualmente, no está más allá de la experiencia directa; siendo auto-luminoso, Brahman es Realidad, Conocimiento e Infinitud. Así es como se define. Cuando por el poder de las envolturas se dan los condicionamientos, los estados de Jiva y de Ishvara entran en la existencia para el Sí Mismo. En su ausencia, el Sí Mismo brilla sin distinciones en su verdadera naturaleza. Si todo lo que es visto está sujeto a la contradicción, entonces no existe nada en absoluto –tampoco Brahman. Aun cuando ésta sea la opinión mundana, Brahman es aquello que se define como no siendo nada de esto. Esto es lo que afirman los Vedas. Aunque esto sea así, para los que no reflexionan sobre los grandes aforismos como “Tú eres Eso”, este Sí Mismo parece como si estuviera más allá de la experiencia directa; incluso aunque brille internamente. Por tanto, por la indagación en el significado de las palabras y por la reflexión sobre el significado del aforismo, por la grandeza de la Gracia del Maestro, uno alcanza en un instante la Conciencia directa del Sí Mismo. El significado aparente de la palabra “Tu” podría ser el de sobreimposición sobre el Sí Mismo indiferenciado, o el de las funciones corporales y sensoriales, o el del experimentador y agente de las acciones. El Conocimiento es saber que lo que denota la palabra “Tu” es al Testigo que brilla separado del cuerpo, del ego, y de los sentidos. Los Vedas, a través de palabras como “causa material de la totalidad del universo manifiesto dotada de omnisciencia” se refieren a la Conciencia -que es el significado que se pretende dar a la palabra “Eso”. Libre de los diversos condicionamientos, trascendiendo el universo, inmaculado, sin segundo, no decadente, conocido por la experiencia directa; Conciencia es el significado que se pretende dar con la palabra “Eso”. Pertenecientes a la misma categoría de cosas; o como atributo y objeto que se cualifica; o como lo aparente y lo realmente indicado: esas son las palabras, sus significados, y su conexión mutua. La interpretación de palabras que admiten modos diferentes dentro un mismo modo es lo que se llama “traerlas a la misma categoría”. Esto es lo que dicen los que están versados en la interpretación. Visibilidad inmediata e invisibilidad, perfección absoluta y ser con un segundo: son afirmaciones mutuamente contradictorias. Por tanto solo debe haber un significado pretendido. Cuando el significado primario no es aceptable debido a que hay otras razones que demuestran ser un obstáculo para ello, el modo que busca no anular el significado primario se dice que es, de hecho, el modo pretendido. El modo que descarta todos los significados aparentes y que comporta un significado distinto –como ocurre en la frase “la aldea sobre el río Ganges”- será el jahat-lakshana[ii], y no debe adoptarse aquí. El modo de interpretación que es aplicable a otro objeto sin descartar el significado aparente –como en la frase “el rojo corre”- se dice que es ajahat lakshana, y no debe ser adoptado aquí. El modo aahat-ajahat es aquel que excluye en parte el significado pretendido y a la vez denota una parte –como en la expresión “Él es un Brahmin”. Este es el modo que debe aplicarse en este caso. En la frase “Él es un Brahmin” al desecharse la inmediatez e invisibilidad de los sitios y demás características, e indicar únicamente la característica de “Brahmin”, se expresa la identidad de los dos significados de la palabra. De igual modo, en la frase “Tu eres Eso”, descartando la inmediatez e invisibilidad y haciendo de la Conciencia lo que se pretende indicar, se expresa claramente la identidad por medio de la palabra “eres”. El significado que expresa el gran aforismo muestra la identidad de este modo -es decir, de que yo soy esto- . Los Vedas afirman que aquellos que toman conciencia directamente de ello alcanzan la liberación del sufrimiento. En la mayoría de las prescripciones tanto mundanas como védicas, se hace una llamada a la acción. ¿Cómo puede convertirse entonces en un mandamiento el significado que lleva a la conclusión de que “Tú eres Eso”? Las prescripciones no son las únicas que conducen a la acción. El conocimiento de los objetos de deseo puede también hacerlo. La gente inicia la acción por el conocimiento de cosas tales como “el rey va” o “ha nacido un hijo”. De acuerdo con las palabras de los Vedas en donde se afirma la Identidad, el Sí Mismo ilumina eternamente; pero para las gentes que carecen de la Gracia del Maestro no es posible tener una Conciencia directa de ello. “Uno puede alcanzar el conocimiento por sí mismo evitando los ritos prohibidos, practicando los prescritos, y manteniendo la mente inmaculada. ¿Para qué es entonces necesario el Gurú?” No debes pensar de este modo. El Conocimiento no surge practicando solamente los ritos y sin un Gurú –morada de compasión-. Solo aquel que tiene un Maestro puede conocer. Esta es la conclusión expresada en los Vedas. Los Vedas son la mayor autoridad, bien porque no tienen comienzo o bien porque son pronunciamientos del Señor Supremo. El conocimiento no surge por sí mismo o a partir de otras autoridades distintas a los Vedas. “Aquello que no depende de ninguna otra cosa; aquello de lo que dependen todas las demás pruebas”; esa frase de los Vedas es la prueba de la comprensión de Brahman que trasciende los sentidos. Aquellos que por medio de una prueba se esfuerzan en alcanzar el Conocimiento que da lugar a dicha prueba son en verdad “grandes”; son como los que desean prender fuego usando solo el combustible. Los Vedas no tienen comienzo, y Aquel que deja esto claro es Ishvara -la manifestación del Atman auto-luminoso. Teniendo esto en vista, se ha dicho por los grandes que los Vedas son la máxima autoridad. No se encuentra otra causa para ver que no sean los ojos. De igual manera, para darse cuenta de lo que no se ve, no hay causa que iguale a los Vedas para hacérnoslo conocer. En algunos tratados se nos muestra el significado de los Vedas. Estos tratados no son más que una repetición de carácter explicativo; no son autoridad en lo más mínimo. Los Vedas tienen dos partes. En una de ellas se establece solamente lo dual, y en la otra se expone solamente lo no dual, lo Real. Solo lo no dual es la Verdad. Lo dual, sobreimpuesto sobre la Verdad, no es la Verdad. Es como la plata sobre la madreperla, y como el brillo del agua en un espejismo. Si se piensa que hay sobreimposición de lo no dual sobre lo irreal dual ha de saberse que esto no es posible en absoluto, pues la sobreimposición es de lo irreal sobre lo real. Si se piensa que hay sobreimposición de ambos, de modo que no hay diferencia entre uno y otro, ha de saberse que la sobreimposición no puede producirse sobre la nada. Por tanto, la verdad de lo no dual ha de ser aceptada. La no dualidad, al no ser comprendida por la percepción inmediata, ha de ser demostrada por los Vedas. La dualidad no necesita ser demostrada, ya que se llega a ella por ella misma, por medios mundanos. La no dualidad es de la naturaleza de la Felicidad. La dualidad será siempre sufrimiento intolerable. Los Vedas establecen lo que tiene sentido: “Eso, en verdad, es esto”. Algunos dicen que en los Vedas se afirma que el Jiva es la naturaleza inherente de lo real, de lo no dual y de la felicidad. Si la naturaleza inherente de lo que es venerado fuese el Jiva, entonces la individualidad no se destruiría ni siquiera por un momento -al igual que el calor y la luz del fuego. Al igual que el color del hierro se hace dorado cuando actúa sobre él algún compuesto químico determinado, así este Jiva alcanza el estado supremo por el poder del esfuerzo espiritual –esto es lo que opinan algunos. No es correcto afirmar que este Jiva se convierta en Eso. Ocurre lo mismo con poder del agente químico: deja de actuar tras un periodo de tiempo y entonces desaparece el color dorado del hierro. Asimismo, esta individualidad que es el Jiva -cuyas características son la alegría y sufrimiento- por el esfuerzo solo parecerá haber alcanzado el estado supremo, pero su naturaleza no habrá sido destruida. Por tanto, si la individualidad por naturaleza es Jiva, siempre será Jiva, y si es el Sí Mismo Supremo será por tanto solo el Sí Mismo Supremo –esta sería la conclusión correcta. Incluso si por medio del esfuerzo el Jiva alcanza a tener una similitud con lo Supremo -aun así, y por mucho que lo haga- de hecho perecerá con el paso del tiempo. Esto es lo que todos los sabios han concluido. Por lo tanto, destruyendo el propio cuerpo lleno de ilusión y de samsara, uno permanece por Sí Mismo como El Perfecto, y nada más permanece. Todos los Vedas, como otros tratados, exponen la verdad del tema que se debate, esto es, que la naturaleza del Sí Mismo Supremo no-dual no es sino Ser, Conciencia y Felicidad. Con respecto a los otros pasajes de los Vedas que enseñan la No-dualidad, todos apuntan hacia lo mismo. El sujeto individual agente de la acción desaparece, al igual que lo hace la oscuridad de la noche cuando sale del Sol. Entonces, ¿cómo llega de hecho a ser ese Conocimiento sin diferencias implícito en el aforismo “Tú eres Eso”? Algunos sabios afirman que en la sección ritual de los Vedas se encuentra el Conocimiento. Pero, ¿cómo puede ser esto? ¿cómo puede subordinarse el conocimiento a los rituales? Tanto la persona a la que se refieren como el tema contenido en ambas partes de los Vedas son distintos. Siendo así, ¿cómo se puede traer a colación la relación principal-subordinado en el caso de los rituales y el Conocimiento? El Conocimiento no puede estar en los rituales. De igual modo los rituales tampoco pueden estar en el Conocimiento. Por tanto ¿cómo puede traerse a colación la relación entre ambos cuando son como el Sol y la oscuridad? El Conocimiento no necesita de nada más para protegerse de la ilusión; ocurre como con los mil rayos del Sol que por sí mismos disipan la densa oscuridad. Así pues, ese Conocimiento puro y sin mancha, que es el Supremo Sí Mismo, es el Testigo del universo. No está atado a las cualidades de las que es Testigo y es verdaderamente Ser, Conciencia y Felicidad. Su relación con el objeto es como la de la ilusión de la cuerda que se toma por una serpiente. Los Vedas establecen solo un significado: que el Sí Mismo siempre esta desapegado. Solo Brahman ve claramente al sujeto de la acción y a la acción; estos no conocen Eso. Solo Eso es capaz del Conocimiento; Aquel para el que no hay hacedor ni acción.[iii] Algunos dicen que el sujeto de la acción y los demás elementos son desplegados por el poder de Maya. Esto es un error porque no hay nada distinto a Brahman. Al conocer a Brahman, se conoce la totalidad del universo. Al igual que se conocen jarras, vasijas, y demás objetos de la misma materia cuando se conoce su causa: la arcilla.[iv] Entonces, Brahman es la Única causa del universo; sin atributos y de la naturaleza de la pura Conciencia. De esta Única Realidad, condicionada por Maya, surgió este universo. Dicen algunos que “la causa es inexistente”, pero como todos pueden ver, la causa no puede ser inexistente, pues el poder de crear un retoño se da solo si existe la semilla. Si uno dice que la causa no existe, tendrá que tratárselas con el hijo de una mujer estéril y saciar su sed bebiendo las aguas de un espejismo. Este argumento de que la causa no existe no es conforme a las Escrituras ni a lógica; por tanto, solo lo Real, la Verdad de todo, es la causa del universo. Esta Realidad, más elevada que lo más alto, se manifiesta también en la forma del mundo, en la forma del discípulo y del maestro, y también en la de Brahma –el Creador-. Entender que este universo es real lleva a los de mentes inmaduras al Samsara. De ahí que todos seguidores del Vedanta afirmen que todo este universo es irreal. En aquellos cuyas mentes están bien maduras por la realización de actos meritorios en el pasado, se despierta la afirmación de que “Esto, la totalidad del universo, es solo Brahman”. Aquellos que no se dan cuenta del oro que hay en un adorno, solo perciben un adorno. De igual modo, para las gentes del mundo que siguen en la ignorancia no hay entendimiento de la Realidad. Este Brahman que es alcanzable por la permanencia en el Yo ¿para quienes puede estar más allá de la conciencia? A los ignorantes desprovistos de discriminación no les es posible ser conscientes de ello directamente. Todo el mundo interactúa siempre mediante ideas como “yo” o “esto”. La primera es para lo interior, la segunda para lo exterior -como el cuerpo físico los sentidos y demás objetos exteriores. La concepción del Yo en relación al cuerpo y los sentidos es un gran error porque puede ser tachada de falsa atribución. El Testigo de todo es únicamente el Sí Mismo Supremo. Este es el significado correcto de “Yo”. Este “Yo”, al entrar en contacto con la Realidad se convierte en el ego individual. Por tanto el concepto es claro: aquello que brilla claramente en todos los cuerpos es el “Yo”, cuyo significado directo es solo Brahman. El significado de la palabra “vaca” se refiere a la cualidad bovina, pero por medio del significado común, solo es indicado el objeto concreto –una vaca-. Del mismo modo el significado de “Yo”, el Sí Mismo Supremo, se convierte por error en el ego. Al igual que en el hierro se manifiesta la capacidad de arder al estar en contacto con el fuego, en el “Yo” se manifiesta el ego, sujeto de la acción, al estar en contacto con la Conciencia. Distinto del cuerpo, distinto de los sentidos y de los demás objetos, puro, incomparable, sin dualidad; sabiendo que este es el significado de “Yo”, uno no debe pensar en ello como siendo nada distinto a “esto”[v]. Al igual que se da una variedad de goces y sufrimientos en el cuerpo debido a las diferencias que hay entre los miembros, así se dan variedad de experiencias entre los egos individuales debido a sus diferencias -en Realidad inexistentes. ¿Qué es este mundo? ¿Cuál es su naturaleza? ¿Cómo llego a ser? ¿Cuál es su origen? Nunca se debe pensar de este modo. El sabio debe considerar este universo una ilusión. La madera desaparece al ser tallada con la forma de un elefante; después es el elefante el que desaparece, quedando solo la madera. Del mismo modo, el Sí Mismo “desaparece” en el universo y después el universo desaparece en el Sí Mismo. El Sí Mismo pinta por Sí Mismo el variado cuadro del universo sobre el vasto lienzo que es el Sí Mismo. El Sí Mismo Supremo, aquello que solo Es verdaderamente, se deleita viéndolo. Solo existe Brahman, solo la Conciencia sin imperfecciones, sin decadencia, sin segundo; Felicidad a ser alcanzada por la experiencia directa. Aparte de “Eso” nada existe. Esta es la certeza de los que han alcanzado la realización. Las diferencias terminológicas, como la que hay entre conocimiento e ignorancia, existen en la vida cotidiana. No existen desde el punto de vista de la Verdad. Brahman es la única Verdad y no existe nada distinto. Si surge la idea de que existe algo distinto de Brahman, entonces ese algo también sería Brahman, porque su naturaleza sería la de la Existencia. Y si fuese distinto de la Existencia, entonces sería solo un vacío, debido precisamente a su no-existencia. El Sí Mismo individual o Atman continúa brillando hasta la muerte incluso para aquellos que por medio del poder del Conocimiento de la Verdad han alcanzado la realización tras haber superado la ilusión. El carácter especial de los realizados radica en que aunque miren hacia el mundo fenoménico del Samsara no ven otra cosa distinta al Sí Mismo –tal y como establecen los Vedas. Para los realizados que saben que todo es Brahman, ¿qué es lo que hay que pensar o no pensar? ¿qué es lo que hay que decir o no decir? ¿qué es lo que hay que hacer o no hacer? Para los realizados que ven que todos los objetos con distintos atributos son de la misma naturaleza que el Veedor -el Sí Mismo-, para ellos, no hay esclavitud ni liberación, ni estado de Sí Mismo Supremo y estado de individual–o Jiva-. Para aquellos que continuamente discriminan, ésta es la única conclusión que transmiten todos los Vedas –última frontera de la autoridad-. Aleccionado de este modo por el Gurú, el discípulo lleno de alegría y postrado ante sus pies, meditó en y por sí mismo sobre el significado comprobado por su propia experiencia. Yo no envejezco. Yo no me deterioro. Yo ensalzo el Conocimiento. Yo soy el Conocimiento que es el Sí Mismo interior. Yo estoy pleno de Felicidad Suprema. Yo soy el Supremo Shiva. Yo, el perfectamente Pleno y Completo. Yo soy el más destacado entre aquellos que van al Sí Mismo. Yo soy el que goza de la Conciencia de la Felicidad del Sí Mismo. Yo soy la gloria de la que se goza como “Yo”; de la que todos gozan, incluso los niños y los analfabetos. Aparto mi rostro de los goces del aquí y del más allá. Estoy lleno de la Felicidad de ser consciente del Conocimiento. Estoy muy alejado de la idea de que las cosas sean como parecen; mi mente es feliz por tener una convicción diferente. Soy el Señor de los Señores. Carezco de envidia y de odio. Soy de aquellos que tienen la mente enfocada en ver la Verdad. Estoy decidido a completar el propósito de la vida del ser humano. Soy el origen del universo. Soy el que retoza en el jardín de los Upanishad. Soy la lengua flamígera de fuego submarino para el desbordante océano del sufrimiento. Soy el que por mi propia gloria poderosa domina arriba, abajo, y a través. Soy el que es probado y aceptado por medio de la comprensión, el razonamiento y la discriminación. Soy el que ve; el anfitrión de los que ven. Soy el acto de ver. Soy también lo que es visto. Soy lo que se consigue. Soy el crecimiento. Soy la satisfacción. Soy el resplandor de la luz de la satisfacción. Yo soy el Uno. Carezco de diferencias inestables tales como “esto”, “al igual que esto”, “de este modo”, y demás. Soy el que está dentro; hacia el que se aproxima aquel que, habiendo realizado actos meritorios, carece de deseos. Soy el ser que tiene Conciencia. Yo soy el que revela la Unidad a aquellas mentes que están purificadas por medio de un amplio conocimiento de los grandes aforismos. Solo Yo soy la Realidad del Señor. Yo soy como el Sol a la oscuridad de la ilusoria inexistencia del Señor. Yo soy la potencia de las hierbas. Yo soy la trama y la urdimbre del mundo. Yo soy la abeja ebria que se deleita con la felicidad del Sí Mismo en el lago de Om[vi]. Soy el bálsamo de todos los males. Carezco de los condicionamientos de la red de cualidades. Soy abundancia de generosidad. Yo soy el que concede de diversas formas las cuatro metas de la vida humana[vii]. Por mi grandeza, Yo soy la aguijada que gobierna todos los elefantes poderosos en celo. Yo, como el espacio, carezco de imperfecciones. Yo carezco de los cambios generados por el dios del amor. Yo soy el que alcanzan aquellos que poseen ideas erróneas cuando siguen la instrucción espiritual que no se desvía. Yo soy el que aparta sus rostros de las veleidosas alegrías. Yo soy el apropiado para la eterna plenitud de la Dicha y del Conocimiento. Estoy lleno de la esencia de la compasión. Yo soy el que devora los mundos del que se sienta en el loto –Brahma- y de otros. Estoy lejos de tener una forma con imperfecciones. Estoy libre de cualquier cobertura de maldad o de virtud. Yo estoy más allá del ámbito de los órganos sensoriales. Yo trasciendo el Cielo, y soy el que domina la flor en el cielo[viii]. Soy difícil de alcanzar por los malvados. Estoy resuelto a disipar el conocimiento fragmentado. Yo soy Uno del que se han apartado las palabras de dualidad. Al ser el Sí Mismo, soy el corazón que es fuente de todo. Soy el que han de alcanzar los que carecen de deseos. Soy el conocimiento perfecto que no tiene idas y venidas. Yo soy la multitud de soles que destruyen la concentración de oscuridad de la densa ilusión. Yo soy las divisiones del tiempo como ghatika[ix], día, noche, año, yuga, kalpa. Dentro de mí tengo lo móvil y lo inmóvil. Yo soy el que lleva a cabo los actos que ensalzan los de mente aguda. Soy de difícil acceso para la gente inconstante. Yo soy la lejana orilla del inestable océano de la existencia mundana. Yo soy el que es feliz disfrutando de la dicha del Conocimiento oculto en el océano de los Vedas. Estoy velado a las mentes poseídas por mundos engañosos. Yo soy el que se alcanza por el camino de la paz. Soy la raíz de la diversidad de las cosas, desde el que se sienta sobre el loto –Brahma/Ishvara- hasta los cinco grandes elementos. Yo soy el que llena de felicidad el universo. Carezco de nacimiento, de vejez y de enfermedad. Yo soy la variedad de sonidos que se emiten rápidamente, como el cascabeleo, el tintineo, el bramido, y el rugido. Yo soy el que ilumina la mansión del corazón con la lámpara de la realización del Sí Mismo encendida. Yo soy el conocimiento, el conocedor y lo conocido. Yo soy el conjunto de prácticas que conducen a la adquisición del Conocimiento. Yo soy de hecho sólo Existencia; sin distinción de conocedor, conocimiento o conocido. Yo soy el estado que trasciende los tatwas[x]. Carezco de la actitud consistente en la identificación con el cuerpo. Soy difícil de dominar por los ignorantes. Yo soy el Corazón consciente del Conocimiento que hay en las palabras “Eso” y “Tu”. Soy el más importante de todos los dioses, demonios, malignos, hombres, animales y montañas. Carezco de cuerpo y de sentidos. Yo soy la división de las direcciones del espacio, sur, este, y demás. Mi naturaleza es lo correcto y lo erróneo. Carezco de las ataduras de lo correcto, lo erróneo, y demás. Soy fácilmente alcanzable por los hombres justos. Soy afortunado. Soy el origen del Creador. Carezco de nombres. Carezco de infierno, de cielo, o de liberación final. Soy el que es conocido como el fin del sonido primordial. Yo soy la esencia de los distintos Vedas. Yo soy de mente pura con el Conocimiento de la Realidad; Verdad Suprema que descarta la diferencia entre lo Supremo y lo individual. Yo soy lo original y la modificación. Yo soy la plenitud de todo lo que es afortunado. Yo soy la esencia sobre la que se apoya el mundo manifiesto en forma de serpiente, de montaña, de elefante. Yo soy el que humilló a aquel de las cinco flechas[xi] por medio del fuego que surge del ojo de la frente. Yo no me encadeno. Tampoco soy el que se libera de las cadenas. Yo no me convierto en el que debe ser enseñado, tampoco soy lo que se enseña ni el que debe enseñar. Yo soy devoción. Yo soy adoración. Yo soy gozo. También soy liberación del goce. Soy el regente de los seres. Soy el origen del pasado, del presente, y del futuro. Yo soy el que debe reverenciarse entre los grandes. No soy el que debe considerarse entre los de mente lenta. Soy difícil de alcanzar por la mente engañada por las malas tendencias como la arrogancia, la pasión y la vanidad. Mi naturaleza es la del rito sacrificial, la del anfitrión del sacrificio, la del sacerdote que realiza el sacrificio, y la del propio sacrificio. Carezco de restricción de los sentidos y demás. Mi naturaleza es la de Yama, Varuna, Yaksa, Indra, Niruti, Vayu, Isa y Agni. Yo soy la gloria de la mirada juguetona que ofrece protección y la visión del Conocimiento. Yo soy el que tiene la certeza de la autoridad del brillo de la mente cuando cesa la noche y el día. Mi naturaleza es la del sentido de lo indicado, la de lo denotado, y la de lo que de ello se deriva. Carezco de disolución. Mi naturaleza es la de lo que se gana y de lo que se pierde. Entre los que se pueden alcanzar, Yo soy inalcanzable. En mí no hay castas ni etapas prescritas de la vida. Soy las silabas sagradas, y estoy entre los más excelentes. Estoy más allá de los límites del habla. Soy el que debe alcanzarse mediante el significado de las palabras de los grandes aforismos. Las mentes carentes de paz y de autocontrol no pueden alcanzarme ni siquiera mediante cientos de Escrituras. Solo yo soy el refugio de los realizados. Yo soy el que ha hecho pedazos la multitud de dudas diversas. Yo soy sin los seis estados y carezco de las seis cualidades. Yo carezco de nada que no sea beneficioso. Yo soy sin las seis envolturas. Yo carezco de la red de los treinta y seis tatwas. Tengo dentro de mí la Felicidad de la Conciencia. Soy el árbol celestial que proporciona la determinación de obtener el samadhi. Yo soy sin Samsara. Yo soy la realización directa del Conocimiento del Sí Mismo. Yo soy la oblación a los dioses. Yo soy la oblación a los manes. Carezco de las actitudes de rechazo y de aceptación. Yo soy Hari; Yo soy Hara; Yo soy Brahma. Solo Yo soy causa de ellos. Yo soy aquel en el que se ha limpiado el temor del pecado. Yo soy aquel de cuyo corazón ha sido desechada la red de sufrimientos del Samsara. Solo Yo soy la raíz de diversas interacciones bien estructuradas que ocasionan letras con la terminación en ksa y similares. ¿De qué sirven todas estas afirmaciones? Solo Yo soy este universo que se mueve y no se mueve. Las gotas, la espuma y las olas del océano de hecho no son cosas distintas de ello. La madre, el padre, los hijos, los hermanos u otros no son el refugio. El refugio supremo es este pie del Maestro puesto sobre mi cabeza. Cuando está ahí el pie del Maestro; cuando hay Gracia ilimitada en su mirada; cuando existe cualquier cosa de lo que haya dicho; ¿Qué más puede esperarse de esta vida? Rebosante de compasión, otorgando bendiciones, a los pies del Maestro como árboles de kalpaka, se alivian las angustias de la mente con sus serenas miradas. En la cueva del corazón, y tras haberse tragado la mente vacilante, duerme por sí sola, por largo tiempo y con satisfacción, la pesada rana -la serpiente de la Conciencia-. En Mi –vasto océano de Felicidad y Conocimiento- surgen mil universos de la naturaleza de Maya como pompas formadas por el viento, y después desaparecen; una y otra vez. El océano del Samsara, de altas olas de sufrimiento imposibles de soportar, se cruza sólo con el barco de la compasión del Gurú y con el viento favorable de la buena fortuna procedente de tiempos anteriores. Cuando reinaba la oscuridad de la ilusión, veía todo el universo como “esto” y “aquello”. Ahora que ha surgido el Conocimiento ¡no percibo nada en absoluto! ¡qué maravilla es esta! Yo no saludo a los dioses. Habiéndolos trascendido, uno ya no adora a un dios. Tras ello, uno ya no se esfuerza en llevar a cabo los mandamientos de las Escrituras. ¡Me postro ante Mi-mismo una y otra vez! De este modo, aquel que reflexiona una y otra vez sobre el logro del Conocimiento del Sí Mismo, aquel que disfruta de su Prarabdha Karma[xii] alcanza de hecho al final el Estado Supremo; el de ser Eso que solo Es. Que este texto llamado ‘El establecimiento del Sí Mismo’ se refleje interiormente en aquellos que son verdaderos, ayude a disipar la oscuridad de la ilusión, y a atravesar el desbordante océano del Samsara. NOTAS:[i]Los cinco obstáculos son: Avidya o ignorancia de lo Real; Asmita o egoísmo; Raga o pasión y apego; Dvesa aversión; Abhinevesa o apego a la vida. Como se ha dicho más arriba, la dinámica de estos obstáculos se describe en los Yogasutras de Patanjali. [ii]Jahat lakshana se da cuando una palabra pierde su significado primario y se utiliza en un sentido que no obstante está de alguna manera conectado con su sentido primario. Es el caso del ejemplo de la frase “la casa sobre el Ganges” en la que no queremos decir que la casa este encima del agua del Ganges, sino en algún lugar de sus orillas. Por el contrario, en el Ajahat lakshana las palabras no pierden completamente su significado original sino solo hasta cierto punto. En la fraseo “el rojo corre” nos estaremos refiriendo -pongamos el caso- a que “el insecto de color rojo es el que corre” no al color propiamente. [iii]En el capítulo titulado “La Lámpara del Teatro” del Panchadasi -obra ya citada- Vidyaranya establece una interesante analogía: el Sí Mismo es la lámpara que ilumina el teatro; Ahamkara o ego es el mecenas o patrocinador de la obra; el público que presencia la obra son los objetos del mundo; el bailarín es el intelecto o buddhi; los músicos que tocan son los sentidos y sus vrittis o vibraciones. Señala Vidyarnaya que entre todos los elementos existe interrelación excepto con la luz de la lámpara que ilumina, lámpara es Testigo de todo el espectáculo, y no es afectada en absoluto por lo que ocurra en el teatro… Sin la lámpara no habría espectáculo…, y todo el espectáculo, toda esa ilusión, aparece por ella. Brahman lo ilumina y lo contiene todo… [iv] La causa está en el efecto; el efecto, aun conteniendo la causa, no está en ella… [v] El Sí Mismo es la única realidad de todo “esto”, de todo objeto del jagat o el mundo. El Sí Mismo es “el conocedor del campo” o mundo (incluidas en este “campo” las cinco envolturas tan íntimas para ese ego: buddhi, manas, etc.) [vi]En la Nadabindu Upanishad se dice: “Al igual que la abeja que bebe la miel no desea el olor, la mente que se encuentra en Om, no desea los objetos”. [vii]Las cuatro metas: 1.Dharma, 2.Kama (el placer de los sentidos), 3.Artha (la prosperidad material), 4.Moksha (la liberación). [viii]Como se entenderá, se trata de una metáfora referida a algo inexistente; como lo es jagat, el mundo. [ix]División del tiempo en India que equivale a 24 minutos. [x]Los Tatwas: son los principios universales que se describen en la cosmología doctrinal o darsana Samkya. [xi] Se refiere al dios Kama; dios del amor, del deseo, del eros. [xii]Prarabda Karma es el conjunto de acciones que el individuo (el Jiva) ha de realizar en esta vida y que son resultado o consecuencia de las acciones pasadas que realizó y que ya han empezado a dar sus frutos. Se dice que hay tres tipos de Prarabda Karma: el procedente de deseos personales (iccha), el que se experimenta sin haber un deseo previo (anichha), y el que procede del deseo de otros (parechha). Para aquel que ha realizado el Sí mismo no hay iccha prarabda, si bien los otros dos continúan. Esto quiere decir que las acciones realizadas tras la Liberación no generan nuevo Karma ya que se ejecutan con total y absoluto desapego respecto a sus consecuencias y por consiguiente carecen de mérito o demérito. Ver Sri Muruganar, Padamalai: Las enseñanzas de Sri Ramana Maharishi, Madrid, 2010. *
 

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