Psicología

Centro MENADEL PSICOLOGÍA Clínica y Tradicional

Psicoterapia Clínica cognitivo-conductual (una revisión vital, herramientas para el cambio y ayuda en la toma de consciencia de los mecanismos de nuestro ego) y Tradicional (una aproximación a la Espiritualidad desde una concepción de la psicología que contempla al ser humano en su visión ternaria Tradicional: cuerpo, alma y Espíritu).

“La psicología tradicional y sagrada da por establecido que la vida es un medio hacia un fin más allá de sí misma, no que haya de ser vivida a toda costa. La psicología tradicional no se basa en la observación; es una ciencia de la experiencia subjetiva. Su verdad no es del tipo susceptible de demostración estadística; es una verdad que solo puede ser verificada por el contemplativo experto. En otras palabras, su verdad solo puede ser verificada por aquellos que adoptan el procedimiento prescrito por sus proponedores, y que se llama una ‘Vía’.” (Ananda K Coomaraswamy)

La Psicoterapia es un proceso de superación que, a través de la observación, análisis, control y transformación del pensamiento y modificación de hábitos de conducta te ayudará a vencer:

Depresión / Melancolía
Neurosis - Estrés
Ansiedad / Angustia
Miedos / Fobias
Adicciones / Dependencias (Drogas, Juego, Sexo...)
Obsesiones Problemas Familiares y de Pareja e Hijos
Trastornos de Personalidad...

La Psicología no trata únicamente patologías. ¿Qué sentido tiene mi vida?: el Autoconocimiento, el desarrollo interior es una necesidad de interés creciente en una sociedad de prisas, consumo compulsivo, incertidumbre, soledad y vacío. Conocerte a Ti mismo como clave para encontrar la verdadera felicidad.

Estudio de las estructuras subyacentes de Personalidad
Técnicas de Relajación
Visualización Creativa
Concentración
Cambio de Hábitos
Desbloqueo Emocional
Exploración de la Consciencia

Desde la Psicología Cognitivo-Conductual hasta la Psicología Tradicional, adaptándonos a la naturaleza, necesidades y condiciones de nuestros pacientes desde 1992.

jueves, 25 de mayo de 2017

Tierra Pura

Budismo La espiritualidad llamada «de la Tierra Pura» constituye, sin duda, una de las formas más vivas del Budismo del Gran Vehículo (Mahâyâna). Se apoya en tres libros fundamentales designados habitualmente con el nombre de «Tres Sûtra». De entre ellos, el más importante es el «Gran Sûtra de los Ornamentos de la Tierra de la Felicidad» (Gran Sukhâvatî-Vyûha-Sûtra). Redactado en sánscrito hacia el siglo I de nuestra era, pronto pasó de India a China, donde fue traducido una docena de veces. De entre las pocas versiones chinas que hoy subsisten, la más venerada es el «Gran Sûtra de la Vida Infinita» (Dai-Muryôju-Kyô), texto acabado por Sanghavarman en el 252. El segundo de los «Tres Sûtra» es conocido como el «Libro de la Contemplación de la Vida Infinita» (Kam-Muryôju-Kyô). El original sánscrito (Amitâyur-Dhyâna-Sûtra) está actualmente perdido. De las versiones chinas que de él se hicieron, sólo queda la traducción que realizó Kâlayasas en el segundo cuarto del siglo V. El tercer libro es más corto. Su original sánscrito se llama «Pequeño Sûtra de los Ornamentos de la Tierra de la Felicidad» (Pequeño Sukhâvatî-Vyûha-Sûtra). Se poseen dos versiones chinas. Una de ellas está más ampliamente divulgada y apreciada: obra del gran traductor Kumârajîva, fue realizada en el 402 y lleva el nombre de «Sûtra de Amida» (Amida-Kyô). No son, evidentemente, estos tres textos los únicos en los que Amitâbha (jap. Amida), el Buddha de la Tierra de la Felicidad, desempeña un papel de primer plano. Así, también se conoce un texto en el que se enseña un método de concentración en este Buddha: se titula «Sûtra de la Concentración donde aparece Buddha en presencia inmediata» (Pratyutpanna-Buddha-Sammukhâvasthita-Samâdhi-Sûtra) y una de sus versiones chinas fue realizada en el 149 de nuestra era. Otro documento depende de la misma tradición. Llamado «Sûtra de la Contemplación amplia como el océano en la que se contempla a Buddha» (Buddânusmriti-Samâdhi-Sâgara-Sûtra), fue traducido al chino por Buddhabhadra a principios del siglo V. Un pequeño texto bastante popular se halla sin duda emparentado con los libros santos de la Tierra Pura: es el « Sûtra de Aparimitâyus» (Aparimita-Ayur-Jnâna-Sûtra). En él se dice que aquel que copie este Sûtra renacerá con seguridad en la Tierra de la Felicidad del Buddha Amitâbha. Un libro chino muy extendido, el «Sûtra de la Marcha Heroica», que no debe confundirse con un texto indio del mismo nombre (Surangama-Samâdhi-Sûtra), expone una meditación sobre Amitâbha manifiestamente inspirada en los «Tres Sûtra» de la Tierra Pura. Junto a los «Tres Sûtra», las escuelas de la Tierra Pura tienen por varios comentarios una alta estima. Unos están atribuidos a los filósofos indios Nâgârjuna (siglos II-III) y Vasubandhu (siglos IV-V), otros son obra de grandes maestros chinos o japoneses. Los «Tres Sûtra» han ejercido una influencia de primera magnitud sobre la mentalidad religiosa de Extremo Oriente. En China, el primer grupo conocido de fieles de la Tierra Pura es la «Sociedad del Loto blanco» (Lien tsung), fundada por Hui Yuan a finales del siglo IV. A continuación este movimiento espiritual se desarrolló de manera considerable y proporcionó grandes maestros como T’an Luan († 542), Tao Ch’o († 645) y Shan Tao († 681). La descendencia de los maestros chinos de la Tierra Pura continuó incluso después del declive del Budismo en China, habiendo vivido el último de ellos, Hsing An, bajo la dinastía manchú (1644-1911). Lo que seguramente favoreció la persistencia de la Escuela de la Tierra Pura en China, fue que estaba muy cerca del pueblo, siendo simple su enseñanza y fácil su práctica. Los chinos nunca apreciaron demasiado las argumentaciones que tanto estiman los indios. Necesitaban doctrinas prácticas cuya eficacia fuese rápidamente comprobable. Un Budismo tan simplificado como el de los «Tres Sûtra» ofrecía, desde este punto de vista, todo lo necesario para satisfacerlos. Por otra parte, los chinos, con su carácter optimista, pronto prefirieron la imaginería de la Tierra de la Suprema Felicidad al ideal mucho más abstracto del Nirvâna. La noción de las «Tierras de Buddha» (Buddhakshetra), a la que está estrechamente unida la de las «Tierras Puras», sirve de telón de fondo a la exposición de los «Tres Sútra». Sin embargo, no es esta noción una particularidad exclusiva de los libros consagrados al Buddha del Oeste. Si bien algunos libros de la Escuela de los Antiguos (Theravâda) mentan a estos mundos, es sobre todo en las Escrituras del Gran Vehículo donde se los encuentra, en particular en los grandes Sûtra de la «Sabiduría que ha cruzado a la Otra Orilla» (sánscrito: Prajnâ-Pâramitâ; sino-jap.: Hannya Haramita), en el del «Loto de la Ley Maravillosa» (sánscrito: Saddharma-Pundarîka; sino-japonés: Myôhô Renge), en el de la «Guirnalda de Flores» (sáns.: Avatamsaka; sino-jap.: Kegon), etc. Las «Tierras de Buddha» reflejan, en los Sûtra del Gran Vehículo, una concepción bastante elaborada que se integra, por lo demás, en una grandiosa visión del universo. Según la perspectiva budista, el espacio infinito está repleto de innumerables mundos, dispuestos en todas las direcciones. Su número es tal, que supera con mucho el de las arenas del Ganges o incluso el de las motas de polvo de nuestra tierra. Estos mundos están generalmente concebidos como habitados por seres variados y numerosos. Se dice que Buddha y Bodhisattva sin número habitan en ellos predicando la Ley a todos los seres. No es raro ver que un Sûtra del Gran Vehículo se abra con un prodigio: de un punto cualquiera de su cuerpo, Buddha Sâkyamuni hace brotar un rayo de luz que se expande por todas partes y revela a la asombrada asistencia la infinidad de mundos en que los Buddha enseñan la doctrina. Considerados como lugares donde los Buddha se manifiestan o, al menos, pueden manifestarse, estos mundos se denominan, con plena lógica, «Tierras de Buddha». Unos están descritos como de una belleza sin par, puros y maravillosos, brillantes como piedras preciosas. Otros, al contrario, están cubiertos de inmundicias, presentan grietas y precipicios. Algunos textos sugieren que las «Tierras Puras» son el privilegio de los Buddha perfectamente realizados, mientras que los Bodhisattva, que aún no están sino en camino hacia el Supremo Despertar, deben «embellecer» y «purificar» los mundos donde habitan. Un pasaje del «Sûtra de la Contemplación del Buddha de la Vida Infinita» evoca bien el conjunto de estas nociones: «Entonces el Venerado del Mundo, de entre sus cejas envió luz. Esa luz tenía el color del oro. Y se extendió iluminando los innumerables mundos de las diez direcciones. Volvió y se fijó sobre la punta de la cabeza de Buddha. Se transformó allí en una torre de oro semejante al Monte Sumeru. En el interior, las maravillosas Tierras Puras de todos los Buddha se tornaron visibles todas a la vez. Algunas estaban compuestas de siete joyas; otras estaban enteramente hechas con flores de loto blancas; otras eran parecidas al palacio del Rey de los Dioses; otras se parecían a espejos de cristal donde se reflejaban al mismo tiempo todos los mundos de las diez direcciones.» Se pueden atribuir tres significados a la expresión «Tierra de Buddha». Puede significar, simplemente, el lugar en que un Buddha aparece en el mundo, donde nace, o donde alcanza el Despertar o donde «pone en movimiento la Rueda de la Ley» o donde desaparece cuando su Nirvâna final. A este primer sentido, más bien material, se incorpora un segundo. También se designa con la misma expresión el ámbito en el que la enseñanza de un Buddha es proclamada y aceptada. En este segundo sentido, la «Tierra de Buddha» roza ya al mundo espiritual, puesto que penetra en el corazón de todos aquellos que reciben la doctrina búdica. Existe, finalmente, un tercer sentido: «Tierra de Buddha» se refiere a todo lo que un Buddha toca con su actividad, es decir, todo lo que puede captar con su conocimiento y abarcar con su amor. Inmediatamente se comprueba que en los dos primeros sentidos, la «Tierra de Buddha» es algo limitado, mientras que en el tercero no sufre ninguna limitación. Desde otro punto de vista, se considera que la Tierra del primer sentido, habitada por una multitud de seres imperfectos, se halla impura y repleta de sufrimientos, que la del segundo sentido está purificándose, ya que acepta la Vía de la Liberación y, en fin, que la Tierra del tercer sentido es perfectamente pura y luminosa, porque no es sino la visión que Buddha posee del universo y de los seres en su pensamiento sin apegos y su totalmente desinteresado amor. Si Amitâbha es la personificación del «Cuerpo de la Ley», es decir, de la esencia del estado de Buddha, como ya hemos mostrado, la «Tierra de la Suprema Felicidad» no puede estar sino incluida en el tercer sentido definido más arriba. Aparece, por tanto, como la representación gráfica de la gran felicidad y de la paz suprema de Buddha, es decir, del Nirvâna. Este último término, como hemos visto, es una expresión negativa que indica la experiencia inefable de los Buddha. Para permitir a los hombres captar mejor lo que ese estado significa, se dice que Sâkyamuni lo describió en términos positivos con el aspecto de la «Tierra Pura» del Buddha Amitâbha. Tierra Pura - Artículo*: Tradición Perenne - Más info en psico@mijasnatural.com / 607725547 MENADEL Psicología Clínica y Transpersonal Tradicional (Pneumatología) en Mijas y Fuengirola, MIJAS NATURAL *No suscribimos necesariamente las opiniones o artículos aquí enlazados
 

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