Psicología

Centro MENADEL PSICOLOGÍA Clínica y Tradicional

Psicoterapia Clínica cognitivo-conductual (una revisión vital, herramientas para el cambio y ayuda en la toma de consciencia de los mecanismos de nuestro ego) y Tradicional (una aproximación a la Espiritualidad desde una concepción de la psicología que contempla al ser humano en su visión ternaria Tradicional: cuerpo, alma y Espíritu).

“La psicología tradicional y sagrada da por establecido que la vida es un medio hacia un fin más allá de sí misma, no que haya de ser vivida a toda costa. La psicología tradicional no se basa en la observación; es una ciencia de la experiencia subjetiva. Su verdad no es del tipo susceptible de demostración estadística; es una verdad que solo puede ser verificada por el contemplativo experto. En otras palabras, su verdad solo puede ser verificada por aquellos que adoptan el procedimiento prescrito por sus proponedores, y que se llama una ‘Vía’.” (Ananda K Coomaraswamy)

La Psicoterapia es un proceso de superación que, a través de la observación, análisis, control y transformación del pensamiento y modificación de hábitos de conducta te ayudará a vencer:

Depresión / Melancolía
Neurosis - Estrés
Ansiedad / Angustia
Miedos / Fobias
Adicciones / Dependencias (Drogas, Juego, Sexo...)
Obsesiones Problemas Familiares y de Pareja e Hijos
Trastornos de Personalidad...

La Psicología no trata únicamente patologías. ¿Qué sentido tiene mi vida?: el Autoconocimiento, el desarrollo interior es una necesidad de interés creciente en una sociedad de prisas, consumo compulsivo, incertidumbre, soledad y vacío. Conocerte a Ti mismo como clave para encontrar la verdadera felicidad.

Estudio de las estructuras subyacentes de Personalidad
Técnicas de Relajación
Visualización Creativa
Concentración
Cambio de Hábitos
Desbloqueo Emocional
Exploración de la Consciencia

Desde la Psicología Cognitivo-Conductual hasta la Psicología Tradicional, adaptándonos a la naturaleza, necesidades y condiciones de nuestros pacientes desde 1992.

domingo, 20 de marzo de 2016

SANATANA DHARMA - Vedanta y Tradición Primordial: NO-DUALISMO CRÍSTICO

SOBRE LA ESENCIA NO-DUALISTA DEL MENSAJE CRÍSTICO Roberto Pla * * "Cuando es llegada la hora, los muertos (vivientes) oyen la voz del hijo de Dios para ser retornados como muertos a la vida." Este breve comentario sobre el Logion 1 del Evangelio según Tomás, nos introduce en el mensaje Crístico “oculto”, cuya esencia es idéntica a otros mensajes de la Tradición, como el transmitido por el No-Dualismo del Vedanta Advaita respecto a la meta más elevada de la vida de todo ser humano: el descubrimiento del Sí Mismo (Atman); esa 'Esencia pura que habita en nosotros'. Extracto de “El Hombre, Templo de Dios Vivo. Exégesis oculta de la religión de Cristo”. Roberto Pla” Editorial Sirio, Málaga 1990. __________ COMENTARIO La idea expresada en este logion constituye la esencia del mensaje cristiano y son muchas las ocasiones en que los textos neo-testamentarios canónicos, la indican con leves variantes que aportan buena riqueza de matices. De estos textos hemos de servirnos ahora para el Comentario. Sin duda, el proceso anunciado consiste en todos los casos en una transferencia o mutación de la conciencia mediante la cual ésta se renueva gradualmente hasta alcanzar el Conocimiento perfecto, o epignosis [1] . En pos de esta translación paulatina, operada de día en día, las adherencias con las que la conciencia se identifica –denominadas habitual y genéricamente tendencias de la carne [2]–, y bajo las cuales la conciencia pura, desconocedora de sí misma, permanece como sepultada o muerta, son desechadas. El conjunto de tales adherencias es lo que en el lenguaje paulino se llama el hombre viejo con sus obras [3] , el cual está constituido por todo lo que en el hombre es mortal, pasajero. Al despojarse de esos revestimientos, lo que queda, desnudo, ante la conciencia pura es el Espíritu, esencia del hombre nuevo, esto es, del hombre que ha pasado, mediante este proceso de la muerte a la vida, ya que el Espíritu, al cual el hombre nuevo conoce, puesto que es él mismo, tiene o es, Vida eterna. Todo esto que decimos no sólo es conocido por la religión sino sospechado por muchos. Pero lo que el logion afirma es que hay una interpretación, una ciencia del conocimiento, que una vez encontrada conduce a culminar esa mutación [4] de la conciencia que equivale a pasar de la muerte a la vida [5] y ser, desde entonces, como muertos retornados a la Vida [6]. Esta no es, por supuesto, la vía manifiesta, sino la oculta, esto es, aún no manifestada en muchos, porque tiene por objeto la realización -la manifestación- del Cristo Viviente que mora en la Cámara interior y secreta de cada uno, oculto en gracia de nuestra ignorancia y del que Pablo habla cuando dice: Mas si Cristo está en nosotros… [7] Cristo habita siempre en nosotros, y esto de habitar hay que entenderlo en un sentido muy literal[8], porque él –o lo que su denominación significa realmente– es nuestra esencia pura e indeclinable, de la cual sólo nos separa, ciertamente, la espesura de nuestra ignorancia que extiende su velo. Encontrar la interpretación es, en el sentido que quiere el logion, igual a que en la mente pacificada e inquisidora se abran intersticios de silencio que permitan la percepción de la Luz del Viviente. Al principio, esta Luz habrá de llegar muy atenuada a la conciencia, pero poco a poco ese pan preparado para que el hombre lo coma y no muera[9] y amasado trabajosamente con nuestra incansable busca de la eternidad presentida, se revelará como el único alimento que puede abrirnos al Conocimiento perfecto y con él a la intelección clarificadora de los destellos de la Luz verdadera. El primer paso que sobreviene como resultado de esta interiorización purgativa hacia el conocimiento, consiste en que adviene una insospechada capacidad para la intuición espontánea de la esencia pura que habita en nosotros y que no es otra cosa más que el substrato sobre el que el entendimiento activo y transitorio se levanta. Tal intuición del Ser es una percepción sin paralelo posible en la esfera intelectual y sensible de cada uno, y se muestra enseguida, en su mismo acto intelectivo, como certeza de la esencia propia. Esta certeza o intuición del Ser es lo que en el lenguaje de Jesús se indica como la fe en que el Cristo universal y Viviente, inmanente y trascendente a un tiempo, es la esencia única que somos. La Vida eterna y la vida limitada y mortal, son los dos polos sobre los que oscila este reconocimiento. Por eso dice Jesucristo: El que cree en mí aunque muera vivirá [10] . Y también dice lo opuesto: Si no creéis que Yo soy, moriréis [11] . Es en este sentido de identificación con todas las adherencias mortales, o por el contrario, de permanencia eterna e independiente como conciencia pura en Cristo viviente, por donde gira el pensamiento neo-testamentario, el cual traza una línea meridiana que separa y diferencia las dos esferas de creer o no creer, de haber percibido o no la intuición del Ser, del sí-mismo. Según se dice: Cuando es llegada la hora, los muertos (vivientes) oyen la voz del hijo de Dios [12] para ser retornados como muertos a la vida [13] . En verdad, sólo los que guardan la Palabra, prime­ro la esperan y luego la intuyen, la buscan, la aman, la perciben y, al fin, la encuentran y la guardan. Como es la Luz del Conocimiento que viene del Hijo, no gustaran la muerte jamas [14] . Ellos tienen Vida eterna y no incurren en juicio, sino que han pasado de la muerte a la Vida [15]. Ya no van a morir, porque son iguales a los ángeles; son hijos de Dios y, por tanto, hijos de la resurrección [16]. La confirmación neo-testamentaria es concluyente: Entre los aquí presentes hay algunos que no gustarán la muerte hasta que vean venir con poder el Reino de Dios [17]. De éstos hablamos ahora. ____ [1] Col 3, 10. A esto se refieren aquellas expresiones de San Pablo en las que incita a despojarse del hombre viejo y a revestirse del nuevo (ver: 2 Co 4, 6; Ef 4, 22-24) [2] Rm8, 6. [3] Col 3, 9-10. [4] 1Cor 12, 10 ss. San Pablo expresa la consideración máxima a lo que él llama don de interpretar. [5] 1Jn 3, 14. [6] Rm 6, 13. [7] Rm 8,10. [8] Rm 8,11 [9] Jn 6,50 [10] Jn 11,25 [11] Jn 8, 24. Yo soy (ehyeh aser ehyeh = Yo soy el que soy), es la denominación con que a Moisés se le revela (Ex 3, 14) el Dios de sus padres (el Dios de siempre). Esto equivale al Conocimiento, puesto que denominante y denominado son una sola y misma cosa. Al reivindicar para sí este nombre, Yo soy, Cristo se confirma como el que es, el Ser absoluto, es decir, el único Ser, con exclusión de cualquier otro. No hay opción para sugerir aquí ningún dualismo después de esta declaración. Cristo es el Ser y como tal, es el Ser esencial en todo ser viviente, puesto que El es la Vida real y eterna, de cuyos rayos parece vivir todo lo demás, aunque con vida limitada y dependiente de Cristo. Moisés tuvo en el monte Horeb la intuición del Ser, esto es, de Cristo. [12] Jn 5,25 [13] Rm 6,13 [14] Jn 8,52 [15] Jn 5,24 [16] Lc 20,30 [17] Mc 9, 1; Lc 9, 27. Es decir, verán el Reino de Dios y ya no morirán, porque estarán en la Vida eterna. *
 

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