Psicología

Centro MENADEL PSICOLOGÍA Clínica y Tradicional

Psicoterapia Clínica cognitivo-conductual (una revisión vital, herramientas para el cambio y ayuda en la toma de consciencia de los mecanismos de nuestro ego) y Tradicional (una aproximación a la Espiritualidad desde una concepción de la psicología que contempla al ser humano en su visión ternaria Tradicional: cuerpo, alma y Espíritu).

“La psicología tradicional y sagrada da por establecido que la vida es un medio hacia un fin más allá de sí misma, no que haya de ser vivida a toda costa. La psicología tradicional no se basa en la observación; es una ciencia de la experiencia subjetiva. Su verdad no es del tipo susceptible de demostración estadística; es una verdad que solo puede ser verificada por el contemplativo experto. En otras palabras, su verdad solo puede ser verificada por aquellos que adoptan el procedimiento prescrito por sus proponedores, y que se llama una ‘Vía’.” (Ananda K Coomaraswamy)

La Psicoterapia es un proceso de superación que, a través de la observación, análisis, control y transformación del pensamiento y modificación de hábitos de conducta te ayudará a vencer:

Depresión / Melancolía
Neurosis - Estrés
Ansiedad / Angustia
Miedos / Fobias
Adicciones / Dependencias (Drogas, Juego, Sexo...)
Obsesiones Problemas Familiares y de Pareja e Hijos
Trastornos de Personalidad...

La Psicología no trata únicamente patologías. ¿Qué sentido tiene mi vida?: el Autoconocimiento, el desarrollo interior es una necesidad de interés creciente en una sociedad de prisas, consumo compulsivo, incertidumbre, soledad y vacío. Conocerte a Ti mismo como clave para encontrar la verdadera felicidad.

Estudio de las estructuras subyacentes de Personalidad
Técnicas de Relajación
Visualización Creativa
Concentración
Cambio de Hábitos
Desbloqueo Emocional
Exploración de la Consciencia

Desde la Psicología Cognitivo-Conductual hasta la Psicología Tradicional, adaptándonos a la naturaleza, necesidades y condiciones de nuestros pacientes desde 1992.

martes, 6 de febrero de 2018

Charpentier. Uno de los más grandes compositores de música religiosa « MusicaAntigua.com

Marc-Antoine Charpentier (París,1643 – ibídem, 24 de febrero de 1704) fue un compositor del Barroco francés. Fue un compositor prolífico y versátil, produciendo música de la más alta calidad en distintos géneros. La maestría de su composición en la música religiosa vocal fue reconocida por sus contemporáneos. Curiosamente, llegó al gran público del siglo XX a través del “Te Deum” H 146 (En tonalidad de Re Mayor), cuyo preludio, un rondó, ha servido de cabecera o sintonía para los programas televisivos distribuidos a través de la red de Eurovisión y especialmente conocido por ser precisamente apertura del Festival de Eurovisión “Nació en París y en un principio su vocación fue la de pintor. Se trasladó a Italia para estudiar y allí conoció al compositor Giacomo Carissimi, que influyó en él de tal manera que decidió dedicarse a la música. Permaneció en Roma durante varios años estudiando composición. Cuando volvió a París a principios de la década de 1670, trabajó con Molière y Corneille en varias obras de teatro. Había una rivalidad patente entre Charpentier y Jean Baptiste Lully, que ejercía una abrumadora influencia en la corte, especialmente en el campo de la composición teatral y la operística. Vista desde nuestra perspectiva, la obra de Lully era más dinámica y original, mientras que la de Charpentier poseía mucho carácter y encanto. En la década de 1680 fue compositor y director musical para la princesa de Guisa. En 1698, a sus 55 años fue nombrado director de música en la Sainte Chapelle de París. Compuso óperas, misas y canciones, y fue admirado por la elegante estructura de sus obras, influidas por sus primeros estudios en Italia. Más info Charpentier, a fondo Se desconoce la fecha de nacimiento de Charpentier pero estudió con Carissimi en Roma durante varios años y sus primeras obras demuestran una clara absorción de los estilos y las formas italianas del periodo. Se desconoce que cargos ocupó al principio, pero hay evidencia que muestra que inmediatamente después de su retorno desde Roma fue contratado por Marie de Lorraine, Duquesa de Guise. Ella poseía uno de los más grandes conjuntos musicales de Francia, y además de ser su maitre de musique, Charpentier fue uno de los cantantes (contratenor) de la duquesa. Para la duquesa, Charpentier compuso La Descente d’Orphée aux Enfers y otras siete obras dramáticas originales, así como una adaptación de Le Malade Imaginaire que se tituló La Couronne de Fleurs. También escribió motetes dramáticos u oratorios, otros motetes y salmos, así como Idyle sur le Retour de la Santé du Roi. Quizá debido al interés de la duquesa en diversos conventos compuso numerosas obras sacras para voces femeninas, entre ellas, motetes, himnos, un Magnificat y una Misa escritas especialmente para Port-Royal. Al parecer fue antes de su empleo con la duquesa que Charpentier comenzó su asociación con la compañía de Moliere, la que en 1680 se denominó Comedie Francaise. La fructífera colaboración entre Moliere y Lully se disolvió en 1672, cuando Lully se abocó (con privilegios reales monopólicos) a la creación de óperas, y entonces Moliere se acercó a Charpentier. Aunque este último aportó con algunos números para La Comtesse d’Escarbagnas y Le Mariage Forcé, su mayor contribución la realizó para Le Malade Imaginaire estrenada en febrero de 1673. Después de la muerte de Moliere ese mismo mes, Charpentier continuó trabajando con la compañía hasta 1686, reemplazando música de antiguas obras, cambiando la instrumentación de otras y componiendo para siete producciones nuevas. Hacia comienzos de la década de 1680, Charpentier estuvo trabajando para el “gran delfín” y es probable que haya escrito para él dos obras dramáticas, Les Plaisirs de Versailles y La Fete de Rueil, así como varias partituras religiosas, incluyendo el gran motete a la muerte de la Reina Marie-Therese y un similar De Profundis. En 1683 se presentó como candidato para uno de los nuevos puestos de sous-maitre de la capilla real, pero una enfermedad le impidió continuar con la postulación. Dos meses después Luis XIV le otorgó una pensión, oficialmente en gratitud a sus servicios al delfín. Esto fue lo más cerca que estuvo del servicio real, aunque posteriormente fue profesor de música de Philippe, Duque de Chartres, más tarde Duque de Orleans (en 1701) y Regente de Francia (desde 1715 a 1723). Alrededor de la misma época Charpentier se convirtió en compositor y maitre de musique de la principal iglesia de los jesuitas en París (St.Louis, más tarde St.Paul-St.Louis). Además de componer una inmensa cantidad de obras religiosas, Charpentier contribuyó a dramas sacros de los colegios jesuitas como Celse Mártir (1687) y David et Jonathas (1688). Su única tragedia lírica para la Opera fue Medée estrenada en diciembre de 1693. La obra no fue exitosa y tuvo sólo otra producción en Lille en noviembre de 1700. En mayo de 1698 quedó vacante el puesto de maitre de musique en la Saint-Chapelle, con la muerte de Francois Chaperon, y en junio Charpentier fue nombrado su sucesor. El cargo, que mantuvo hasta su muerte, poseía gran prestigio y era segundo en importancia, dentro de la música sacra francesa, después de la dirección de la capilla real en Versailles. Charpentier compuso entonces algunas de sus obras más impresionantes, como el Motet pour une Longue Offrande y el oratorio Judicium Salomonis, grandes partituras sobre los salmos LXX, XXVI y XV, y la obra maestra dentro de sus misas, Assumpta est Maria. Muy poca música de Charpentier se publicó mientras él vivió. Algunos Airs de Circé (París, 1676), otra selección de Airs Serieux et a Boire (en ediciones del Mercure Galant) y Medée (París, 1694). Pocos años después de su muerte se publicaron doce de sus motetes más pequeños (París, 1709) y otras obras aparecieron ocasionalmente en los volúmenes anuales de Meslanges. Afortunadamente los manuscritos permanecieron intactos y en 1727 fueron adquiridos por la biblioteca real. Esta colección consta de unas 500 obras de las cuales más de 400 son vocales y religiosas. Hay once misas, cuatro secuencias, 37 antífonas, 19 himnos, 10 Magnificat, 9 Letanías de Loreto, 54 lecciones y responsorios de Tinieblas, 4 Te Deum, 84 salmos y 207 motetes de distinto tipo, incluyendo los motetes dramáticos u oratorios. Artículos relacionados: Un rato en compañía de Marc Antoine Charpentier Parece que hoy es martes, que es el día en... 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Curiosamente, llegó al gran público del siglo XX a través del “Te Deum” H 146 (En tonalidad de Re Mayor), cuyo preludio, un rondó, ha servido de cabecera o sintonía para los programas televisivos distribuidos a través de la red de Eurovisión y especialmente conocido por ser precisamente a...

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