— Basta un solo párrafo con sentido para tener que atribuir la incoherencia del texto a nuestra impericia. — La inflación económica de este final de siglo es fenómeno moral. Resultado, y a la vez castigo, de la codicia igualitaria. — Ningún pasado es ideal. Pero sólo del pasado surgen ideales que no sean linfáticos, ideales con sangre en las venas. — Al caer el polvo que levantan los grandes acontecimientos de la historia moderna, la mediocridad de los protagonistas deja estupefacto al historiador. — El choque contra un libro inteligente nos hace ver mil estrellas. — Una nación no “demistifica” su pasado sin empobrecer su sustancia presente. — La humanidad no suprime un error sin borrar simultáneamente varias verdades. — Las épocas en que las ideas originales escasean se dedican a resucitar errores. — El raquitismo cultural de nuestro tiempo es secuela de la cultura industrializada. — La técnica ofrecería menos peligros si su manipuleo no le fuese tan fácil al imbécil y tan rentable al caco. — La liberación creciente de un lado, y la reglamentación creciente del otro, colaboran de manera perfecta a la desmoralización de la sociedad. — En toda circunstancia histórica surge siempre quien defienda en nombre de la libertad, de la humanidad o del derecho, la opinión boba. — Quizás las prácticas religiosas no mejoren el comportamiento ético, pero mejoran indiscutiblemente los modales. — Pronto se llega al sitio desde donde la civilización decrece con cada comodidad más. — Si la izquierda sigue adoptando, una tras otra, las objeciones que los reaccionarios le hemos hecho al mundo moderno, tendremos que volvernos izquierdistas. — Que nada intramundano logre colmarnos no obsta para que anhelemos un mundo menos innoble y menos feo. En un jardín bien ordenado el alma observa con más noble calma los primeros estragos del invierno. — Debemos acoger toda ventura, sin temor pagano ni presunción imbécil. — Serenidad perfecta del instante en que parece que nos ligara a Dios una complicidad incomprensible. — Para corromper al individuo basta enseñarle a llamar derechos sus anhelos personales y abusos los derechos ajenos. — Los placeres que colman suelen ser aquellos tan humildes que no les conocemos usualmente el nombre. — La mayoría de nuestros fracasos se debe a la propiedad de las series empíricas de no tener ni fin ni inicio ciertos. El hombre rara vez sabe donde puede comenzar y dónde puede concluir. — El horror del progreso sólo puede medirlo el que ha conocido un paisaje antes y después que el progreso lo transforme. — La brevedad de la vida no angustia cuando en lugar de fijarnos metas nos fijamos rumbos. — Aprender a morir es aprender a dejar morir los motivos de esperar sin dejar morir la esperanza. — El norteamericano no resulta insoportable porque se crea individualmente importante, sino porque posee, en cuanto norteamericano, la solución de todo problema. — Sin la propagación de cultos orientales y sin las invasiones germánicas la civilización helenística hubiese iniciado, desde Roma, la americanización del mundo. — Evitemos las profecías, si no queremos vivir de mal humor con la historia. — El gobernante democrático no puede adoptar una solución mientras no consiga el apoyo entusiasta de los que nunca entenderán el problema. — Mientras lo que escribimos no le parezca obsoleto al moderno, inmaduro al adulto, trivial al hombre serio, tenemos que volver a empezar. — El arte francés auténtico y la auténtica literatura francesa han vivido siempre al margen de esas “últimas modas intelectuales de París” que el extranjero tanto admira. — La solución típicamente moderna de un problema cualquiera escandaliza siempre al que nació sensible a la calidad humana. — En un mundo de estados soberanos toda doctrina, por universal que sea, acaba convertida en ideología más o menos oficial de uno de ellos. — Las grandes ferias industriales son el muestrario de todo lo que la civilización no requiere. — No sólo el intelecto, en algunos el alma misma rebuzna. — La peor retórica se cultiva en las naciones democráticas, donde todo formalismo tiene que fingirse actitud espontánea y sincera. La retórica monárquica es un formalismo reconocido y confeso, como la etiqueta. — La tierra no será nunca un paraíso, pero quizás se pudiera evitar que siga aproximándose a una imitación cursi del infierno. — Una reseña de literatura contemporánea nunca permite saber si el crítico cree vivir en medio de genios o si prefiere no tener enemigos. — El hombre no hace las peores cosas mientras no afirma que su conciencia lo obliga a hacerlas. — El capitalismo es deformación monstruosa de la propiedad privada por la democracia liberal. — El Occidente marchita toda alma no-occidental que lo toca. — La polución conceptual del mundo por la mentalidad moderna es más grave que la del medio por la industria contemporánea. — La poesía rescata las cosas al reconciliar en la metáfora la materia con el espíritu. — La familiaridad, con personas u objetos, es lo único que no cansa. — Todo grito de soberbia humana acaba en grito de angustia. — El que inventa una nueva máquina le inventa a la humanidad un nuevo encadenamiento de nuevas servidumbres. — Los mecanismos de la sociedad moderna fomentan las virtudes fastidiosas y castigan los vicios simpáticos. — Un sentimiento no es sincero si sus manifestaciones no engañan al psicólogo profesional. — El anonimato de la sociedad moderna obliga a todo el mundo a pretenderse importante. — La serenidad es el estado de ánimo del que encargó a Dios, una vez por todas, de todas las cosas. — La vida es deliciosa en los instantes en que se deja pensar o soñar. — Escuchar al prójimo es una de las más penosas obras de misericordia. — La crítica moderna usualmente le acredita al autor su extracción modesta como mérito literario. — El rico no se desconcierta sino ante quien no lo envidia. — La esclerosis senil de la inteligencia no consiste en la incapacidad de cambiar ideas, sino en la incapacidad de cambiar de nivel a las que tenemos. — Para convivir pacíficamente con el prójimo nada mejor que no tener ni un solo postulado común. — Acusar el aforismo de no expresar sino parte de la verdad equivale a suponer que el discurso prolijo puede expresarla toda. — Muy pocos se comportan con la discreción adecuada a su insignificancia. — Las ciencias tienden a burocratizarse como todo. — Sus acomodaciones a la práctica no dejan de las teorías políticas sino un simple recuerdo. — Las más graves dolencias de la sociedad suelen provenir de la imprudencia con que se receta. — El rico, en la sociedad capitalista, no sabe usar del dinero para lo que mejor sirve: para no tener que pensar en él. — Ser reaccionario es comprender que el hombre es un problema sin solución humana. — La alusión es la única manera de expresar lo íntimo sin adulterarlo. — Donde las costumbres y las leyes les permiten a todos aspirar a todo, todos viven frustrados cualquiera que sea el sitio que lleguen a ocupar. — Noble es la sociedad que no espera para disciplinarse que la disciplinen las catástrofes. — Aún los menos tontos suelen ignorar las condiciones de lo que anhelan y las consecuencias de lo que admiten. — La originalidad no es algo que se busque, sino algo que se encuentra. — A la celebridades de nuestro tiempo las impregna el olor de los laboratorios publicitarios donde las fabrican. — El alma se reseca viviendo en un mundo casi exclusivamente manufacturado. — Nunca respira bien entre edificios el que recuerda los olores de la hierba hollada por sus pies desnudos. — Nunca me volvió a importar en donde vivir, desde que vi morir los amplios caserones y cubrirse de inmundicia industrial y humana los anchos campos solitarios de mi infancia. — No es a realizar sus sueños a lo que se puede esforzar el hombre sino a parecer digno de que se realicen. — Quien pretenda montar guardia en los desfiladeros de su alma debe aprender a morar entre roquedos. — Las generaciones recientes son particularmente aburridas: creyendo en efecto haber inventado la violencia y el sexo copulan doctrinariamente y doctrinariamente matan. — Adoctrinar técnicos es notoriamente fácil. El técnico, en efecto, le atribuye a todo dictamen enfático la misma autoridad que a las recetas que aplica. — Donde imprudentemente toleremos aglomeraciones, orden y tiranía acaban desgraciadamente coincidiendo. — La inteligencia es el único arte que puede sobrevivir en cualquier clima histórico. — La fealdad del mundo moderno ha necesitado una labor titánica. — El tonto pierde sus esperanzas, nunca sus ilusiones. — Tener buen gusto es ante todo saber qué debemos rechazar. — El ruido moderno ensordece el alma. — Entre los vicios de la democracia hay que contar la imposibilidad de que alguien ocupe allí un puesto importante que no ambicione. — Ángeles y demonios se llevan ambos un chasco ante el lecho mortuorio de un agonizante bien moderno: apenas encuentran huellas de alma desde hace años evaporada. — El periodista se arroga la importancia de lo que informa. — Canónigo obscurantista del viejo capitulo metropolitano de Santa Fe, agria beata bogotana, rudo hacendado sabanero, somos de la misma ralea. Con mis actuales compatriotas sólo comparto pasaporte. — El único progreso posible es el progreso interno de cada individuo. Proceso que termina con el fin de cada vida. — Al divorciarse religión y estética no se sabe cuál se corrompe más pronto. — Dada la rápida obsolescencia de todo en nuestra época, el hombre vive hoy en un tiempo psicológicamente más breve. — Mientras se le conserve el nombre a un partido se le pueden cambiar los programas. — El invento se inventa una vez por todas. La idea tiene que ser reinventada cada vez. — El que no esté listo a preferir la derrota en determinadas circunstancias comete tarde o temprano los crímenes que denuncia. — El que derrota una causa noble es el verdadero derrotado. — El error puede ganar, pero no vencer. — Todo peso pronto nos agobia, si no tenemos a Jesús de cireneo. — Nuestra propia cruz nos pesa menos que la que no podemos ayudar a llevar al que amamos. — Nuestros interlocutores cotidianos y nuestros autores favoritos no pueden pertenecer a la misma especia zoológica. — Cada nueva generación, en este siglo, entra gritando que tiene algo nuevo que hacer y sale diciendo que sólo tiene algo nuevo que lamentar. — El que atiborra de modismos su texto fabrica folclorismo lingüístico para turistas literarios. — A quien haya que definirle ciertos términos hay que hablarle de otra cosa. — Más que un viento de traición, sobre el clero moderno sopla un huracán de estupidez. — La inteligencia aísla; la estupidez congrega. — La capacidad de absorber pornografía es el rasgo distintivo del imbécil. — El poeta moderno es labriego que siembra con desaliento una parcela de tierra erosionada. — Para huir de esta cárcel, hay que aprender a no pactar con sus indiscutibles comodidades. — Las piruetas del teólogo moderno no le han granjeado ni una conversión más, ni una apostasía menos. — Lo que nos enclaustra nos ofrece la posibilidad de ennoblecernos. Aun cuando sea un simple aguacero. — El pueblo nunca elige. Cuando mucho, ratifica. — El hombre les debe con frecuencia a sus defectos los fracasos que evita. — El conservatismo no debe ser partido sino actitud normal de todo hombre decente. — Para ganar una apuesta, en nuestro tiempo, hay que apostar por los individuos o las causas que uno quisiera ver perder. — Las únicas sociedades más odiosas que las que enrabian al joven rebelde son las que ayuda inocentemente a construir. — El comportamiento estéticamente satisfactorio es el ético. — Dialogar con el imbécil es escabroso: nunca sabemos dónde lo herimos, cuándo lo escandalizamos, cómo lo complacemos. — No es a ampliar nuestra ciencia a lo que podemos aspirar, sino a documentar nuestra ignorancia. — La evolución de las obras de arte en objetos de arte y de los objetos de arte en bienes de inversión o en artículos de consumo es fenómeno moderno. Proceso que no patentiza una difusión de lo estético, sino la culminación del economismo contemporáneo. — Comprender es finalmente hacer coincidir hecho tras hecho con nuestro propio misterio. — En las agrupaciones humanas sólo se suman los defectos de los que se agrupan. — Los museos son el castigo del turista. — Después de cierta edad no debemos mirarnos los unos a los otros sino a media luz. — El peor irresponsable es el que asume cualquier responsabilidad sin ser constreñido. — La impertinente tentativa de justificar “the ways of God to man” transforma a Dios en un pedagogo consternado que inventa trucos didácticos, a la vez crueles y pueriles. — La verdad reside en la zona indecisa donde principios opuestos se entrecruzan y se corrigen recíprocamente. — Los países de literatura indigente tienen historia desabrida. - Artículo*: Zurraquín - Más info en psico@mijasnatural.com / 607725547 MENADEL Psicología Clínica y Transpersonal Tradicional (Pneumatología) en Mijas Pueblo (MIJAS NATURAL) *No suscribimos necesariamente las opiniones o artículos aquí enlazados
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