TRADICIÓN, MONTAÑA E IDENTIDAD

TRADICIÓN, MONTAÑA E IDENTIDAD

“Las montañas ayudan a los hombres a despertar sueños dormidos”.

H.Tazieff

“La Tierra y el cielo, bosques y campos, lagos y ríos, las montañas y el mar son excelentes escuelas que nos enseñan muchísimas cosas que no se pueden aprender en los libros.»

John Lubbock

“En el cielo hay un castillo y su nombre es Monsalvat”.

Richard Wagner, Parsifal

“En medio del bosque se alza un monte que nadie puede encontrar a menos de ser guiado a él por ángeles, el monte defendido, el monte custodiado, Montsalvatsche. Sobre él se cierne el Grial, sostenido por seres invisibles”.

Wolfram von Eschenbach, Titurel

   Los pasados días 20, 21 y 22 de octubre, coincidiendo con un fin de semana, varios camaradas pertenecientes a las agrupaciones hermanas HEXAFOLIA y ULTREIA ET SUSEIA, disfrutamos de unos días de hermanamiento, de formación y de camaradería en plena naturaleza, teniendo como principal protagonista a uno de los grandes símbolos de la Tradición Primordial y de la Ciencia Sagrada como es la Montaña, todo ello en uno de los grandes Axis Mundi de nuestra sagrada Patria, un macizo de resonancias míticas, legendarias y metahistóricas: Montserrat, una montaña sagrada que muchos han querido identificar con el famoso Montsalvat de las leyendas griálicas del Medievo, principalmente a través de la obra del fabuloso caballero-trovador, poeta místico y guerrero de Wolfram von Eschenbach (1170-1220), pero sobre todo después de la mitología romántica wagneriana del siglo XIX que tanto furor causó entre la cierta parte importante de burguesía catalana principalmente. Que quede claro, pues, que el Montsalvat mítico y legendario, es un centro metahistórico, símbolo del Centro del Mundo y de la Tradición Primordial, y al que todos los centros sagrados geográficos y físicos le están subordinados a manera de Imagio Mundi (Imagen del Mundo); así que Montserrat, se trataría evidentemente de uno de ellos. Otros identifican ese centro sagrado mítico con el antiguo Reino de Aragón, y a Alfonso I el Batallador con el Rey Anfortas de la leyenda medieval, así como el poseedor y guardián, así como Gran Maestre de la Orden del Santo Grial; mientras otros, con el legendario Conde de Barcelona (878-897) Wilfredo el Belloso. Decía Hernández de la Fuente a tal respecto, en el caso concreto de nuestra Patria, que “La antigua península ibérica también tenía especial predilección por los montes sagrados que siguen hoy erigiendo sus figuras solitarias e imponentes en las leyendas de nuestra geografía. La prehistoria del Arte, el mundo rupestre, se arracima en torno a grandes moles sagradas como centros de veneración. Véanse si no los Picos de Europa y Peñalba, donde habría personificados diversos dioses atávicos. Muchos son los montes sagrados en nuestra geografía: el Moncayo, el Gorbea, el Pindo, Montejurra… También la colina es sagrada, como epicentro del cosmos de la Celtiberia. Piensen en Numancia, en la ciudad sagrada como Mediolanum, eje de culto, rito y vida social. Las fuentes romanas, desde Pomponio Mela a Avieno o Justino, nos hablan de unos cuantos más: por ejemplo, el Montgó, en Alicante, de figura singular que domina la comarca, o el Matas, junto al Besós. Destacan las sierras sagradas que hay que transitar. Por ejemplo, la de La Demanda, entre la Rioja y Burgos, con las alturas del monte más visible, el San Lorenzo. Los romanos hablan también de la Sierra de Balaguer y del Pico Sacro o Mons Illicinus, en La Coruña “ (1). Por causalidades del destino, varios camaradas todos ellos provenientes de los restos -hoy ultradegradados en la medianoche de la Edad de Hierro y en la disoluta HEZ-paña de la Prostitución del 78-, de aquella monarquía aristocrático-solar y viril fundada en el Alto Medievo -en plena Reconquista-, hemos coincidido en unas mismas jornadas de reivindicación y afirmación totalitaria e identitaria en la “Montaña del Grial”.

   El viernes día 20 por la tarde, ya casi anocheciendo, los camaradas de Barcelona iniciamos el montaje del campamento, ello en una bella zona de acampada poco conocida, estratégicamente situada en la ladera noreste de la montaña en forma de balconada, danto el aspecto de una “casa colgante” cuando se observa a cierta distancia confundida con la abundante vegetación y arbolado de dicha zona. Muy cerca del monasterio de Montserrat, hay un camino asfaltado ascendente que nos conduce a dicha zona, encontrándose la recepción a mano izquierda del camino pasando desapercibida para la mayoría de la gente que por ahí pasa; curiosamente muy cerca hay un monolito colocado en 1966 por la O.J.E. con motivo de una peregrinación mariana efectuada por dicha organización ese año. Una zona de acampada bien equipada y con impresionantes vistas de Montserrat, así como de las montañas que tiene enfrente: la Sierra del Cairat, el Puig Cendrós, el Puigventós, San Salvador de las Espadas, La Puda, Turó de la Portadora, Turó dels Ducs, el Coll de Bram, el Turó de la Socarrada, etc.; también de parte de la Ribera Sacra del Llobregat (Rubricatus). Después de la instalación de las tiendas de campaña, un pequeño recorrido por la zona, y la cena de rigor; buen vino, buena comida y, sobre todo, buenas charlas. Una jornada fría y con mucho viento nos acompañó durante toda la noche y que balanceaba constantemente nuestras tiendas de campaña, pero la sensación de desconexión del horrendo y mundo de las urbes plutocráticas era increíble: ”La noche es la mitad de la vida. Y la mejor mitad” (Johann Wolfgang Goethe).

   El sábado 21, al poco de llegar los camaradas de Aragón al campamento y tras el montaje de sus respectivas tiendas de campaña, junto con otros camaradas venidos de Barcelona poco después, iniciamos a eso de las 10:00 horas aproximadamente una ruta circular de unos 15 km. pero con un desnivel positivo acumulado en total de más de 800 metros, conocida como la “Ruta de las Ermitas”; las ermitas de San Miguel, San Juan, San Onofre, Sant Jeroni, Santa Anna, etc. Cuando llegamos hacia la bella ermita de Sant Jeroni (S. XVI), continuamos una ruta ascendente, con tramos bastante duros e interminables y agotadoras escalinatas según nos íbamos acercando hacia la cumbre, dicha ruta nos condujo hacia el pico más alto de todo el macizo de Montserrat, la Cima de San Jeroni con 1236 metros de altitud sobre el nivel del mar; en la cumbre hay un mirador circular con una gran rosa de los vientos en su parte central; desde este mirador las vistas y las panorámicas son espectaculares, y si el día está lo suficientemente claro se pueden apreciar claramente desde la cima las comarcas del Bages, del Vallés, del Baix Llobregat y del Barcelonés. Hay que decir que cerca de las ermitas de San Onofre y Sant Jeroni, hubo dos restaurantes de finales del siglo XIX y principios del XX inicialmente para uso y disfrute de la burguesía catalana de entonces, y que finalmente cayeron en desuso sobre los años 70 del pasado siglo hasta su definitiva demolición en tiempos relativamente recientes; concretamente en los años 90 aún se mantenían en pie ciertas estructuras del restaurante que había en San Onofre y que ya por entonces pudimos visitar algunos camaradas (hará cerca de 30 años), ello pese a las advertencias de peligro de derrumbe, hoy ya no quedan ni las ruinas de ambas estructuras arquitectónicas.

   Una vez bajamos de la cima, un ligero refrigerio junto a la ermita de Sant Jeroni; continuamos la marcha hasta adentrarnos en densos y frondosos bosques, la variedad de microclimas que esta montaña tiene y alberga es alucinante, existe incluso hasta la posibilidad según varias leyendas, indicios y estudios o prospecciones de que su interior probablemente albergue un lago interior. Existe la leyenda de unos exploradores que, a mediados del siglo XIX, en las inmediaciones de Collbató, penetraron por una sima o cueva adentrándose en el interior de la montaña hasta llegar, según manifestaron, hacia un inmenso lago interior con impresionantes cascadas o saltos de agua que hacían un ruido ensordecedor, lo que les impidió continuar y, por lo tanto, no tuvieron más remedio que dar marcha atrás. Si el relato era verídico y el lugar donde se encontraba esa sima por donde penetraron al interior de la montaña, lo cierto es que se llevaron, todos, el secreto a la tumba… Hace unos años hicimos una ruta guiada por las cuevas de salitre de Collbató, y precisamente el guía también apuntó a dicha posibilidad; sea como sea, uno de tantos misterios que rodean a esta montaña sagrada y mágica (2). Una vez llegados a la ermita de Santa Anna, en el denominado “Paso de Francés” hay una intersección; cogiendo concretamente el camino de la izquierda nos conduce directamente hacia el Monasterio de Montserrat, nuevamente nos encontramos con interminables escalinatas prácticamente hasta la finalización de la ruta, lo más insoportable la plebe turística e irrespetuosa con la que constantemente nos cruzábamos que hacían del camino lo más parecido a una masificada rambla de muertos vivientes pululando; no es muy aconsejable marchar por estos senderos los fines de semana o días de fiesta…

   Una vez finalizada esta primera fase de la marcha inicialmente proyectada, tras llenar las cantimploras en la fuente de la plaza que hay junto a las antiguas celdas de los monjes del monasterio, procedemos a efectuar primeramente el Vía Crucis; prácticamente en su totalidad fue destruido por la escoria roja durante nuestra Cruzada, en 1936 para ser más precisos, a excepción de 1 de las 14 estaciones que habían (obras de autores insignes como Enric Sagnier, Llimona, Arnau, etc.); luego fue reconstruido durante el Estado del 18 de Julio a lo largo de los años 50 por diversos autores. Algunas de las estaciones de pésimo gusto y horrorosas desde un punto artístico fueron reconstrucciones posteriores al nefasto y diabólico Concilio Vaticano II (1962-65) que acabó por resquebrajar los cimientos de la Catolicidad europea, y no digamos desde el punto artístico, simbólico y cosmovisional.

   Una vez en la Plaza de los Apóstoles, visitamos el Mausoleo del Tercio de Nuestra Señora de Montserrat (3) donde reposan los restos mortales de cientos de héroes que entregaron sus vidas y derramaron su sangre durante nuestra Cruzada de Liberación Nacional (1936-39); después de rendir honores a esos Caídos por Dios y por España, continuamos la marcha por el “Camí dels Degotalls”; estamos ante un bello camino exuberante en vegetación y ornamentado a lo largo del mismo con multitud de monumentos e imágenes de todas las Vírgenes de Cataluña. Un itinerario que transcurre por un lateral de la cara norte de la montaña con los Pirineos de fondo y que nos invita al recogimiento y a la introspección. El nombre de la ruta (Els Degotalls) proviene del constante goteo del agua que se filtra por las rocas de la montaña; en el final de dicho camino hay unas cuevas naturales y una roca megalítica aparentemente levantada a modo de altar; este tramo también es conocido por ser el inicio del Camino de Santiago. Finalizamos la marcha en Santa Cecilia, precioso enclave en la falda de la canal de Sant Joan y en dirección al municipio de Marganell; en el mismo se encuentra una ermita y, justo al lado, hay un refugio de montaña (hoy inoperativo y ocupado por una asquerosa chusma progre, drogadicta y hippiosa), que lleva el nombre de uno de los fundadores de la extinta organización nacionalsocialista CEDADE: Bartomeu Puiggròs, fallecido en 1975 en un accidente de escalada en la montaña de Montserrat; curiosamente en dicho refugio aún subsiste una placa conmemorativa -ciertamente deteriorada-, dedicada a este camarada fallecido con tan sólo 26 años de edad. Los camaradas de las Hermandades identitarias HEXAFOLIA y ULTREIA ET SUSEIA rendimos los honores pertinentes. Ya de regreso, una corta visita por las inmediaciones del monasterio contemplando las estatuas del gran Carlos V, Felipe II, Jaime I el Conquistador, San Miguel Arcángel, San Jorge, etc. No olvidemos que el peregrinaje (o la marcha partiendo de nuestra común cosmovisión ascético-militar de la vida), ha de convertirse en una alegoría, en un símbolo metafórico de la vida: en él nacemos, crecemos, maduramos y morimos simbólicamente; tras una peregrinación sufrimos un proceso de transformación interior dejando atrás una parte del “hombre viejo”, transformación tanto a nivel físico, como psicológico y espiritual: “No se cambia sin renacer, no se renace sin morir” (L. Charpentier). Ya una vez llegados al camping, un más que merecido descanso después de tantos kilómetros de marcha; dicen que una cena exitosa es aquella que dura un tiempo y en la que todos se van felices, y nuevamente este fue el caso; un precioso anochecer estrellado entre risas, fructíferas conversaciones sobre lo divino y lo humano y un ambiente de total camaradería. Al fin y al cabo, como decía Epicuro de Samos, lo importante es con quién se come y se bebe, no solamente lo que se come y se bebe…

   El domingo día 21, tras el levantamiento del campamento al poco de amanecer, efectuamos una nueva visita a la basílica, esta vez de manera más minuciosa y pormenorizada aprovechando unos momentos en los que aún no se había producido la odiosa avalancha turística y la presencia de la plebe era más bien escasa. Visitamos la Cripta de los Mártires (año 1950) donde se encuentran los restos mortales de once monjes benedictinos, de los 20 que fueron salvajemente asesinados por la escoria roja durante la Cruzada de Liberación Nacional; en la sala de al lado se encuentra la sagrada bandera del heroico Tercio de Requetés de Nuestra Señora de Montserrat. Finalizada la visita a la basílica, emprendemos una nueva ruta, esta vez un tanto corta, pero con un gran desnivel positivo acumulado: el Camino de la Santa Cueva. Se trata de un santuario con un origen mítico y legendario: cuenta la leyenda que a finales del Siglo IX unos pastores encontraron la imagen de la Virgen María, momento en el que se empezó a constituir lo que hoy conocemos como Monasterio de Montserrat, fundado en 1025 por el mítico Abad Oliba (4). La capilla como tal no se construyó hasta finales del Siglo XVII, sufriendo enormes daños por parte de la canalla liberal y enciclopedista durante la Guerra del Francés a primeros del Siglo XIX, siendo reconstruida a mediados del mismo. Lo espectacular de este camino ascético no sólo son las impresionantes vistas, ya que el mismo hace de balconada y de cornisa a lo largo de la montaña hasta la llegada al santuario, sino el impresionante rosario monumental levantado a lo largo de toda la ruta. Dicho rosario fue construido entre finales del Siglo XIX y principios del XX, con obras de famosos y reconocidos arquitectos y escultores de la época como Gaudí, Llimona, Sagnier, Puig i Cadafalch, etc. Como decía Lao Tsé, la identidad del Camino es el Misterio. Y en este Misterio se halla la puerta de toda maravilla… Mediante el Mito, el Símbolo y el Misterio siempre a la búsqueda de nuestra verdadera Identidad, de la restauración del Centro, la vuelta al Origen, la afirmación plena del Sí Interior. Por ello, para nosotros toda peregrinación se convierte en un verdadero Rito Iniciático.

   Una vez terminada esta nueva ruta, bajamos todos al pueblo de Monistrol de Montserrat dando por finalizadas las jornadas después de comer en un restaurante de la zona. Gratas jornadas con buenos camaradas, y ello en un entorno fascinante. Esperamos devolverles un día la visita que los camaradas de Aragón nos hicieron el pasado fin de semana. ¡¡¡SEMPER FIDELIS!!! 

FUERZA HONOR Y TRADICIÓN

Joan Montcau

NOTAS:

(1)  “Axis Mundi: el monte sacro en la Península”, David Hernández de la Fuente, 2023.

(2)  “Muchos geólogos especulan con la existencia de un lago subterráneo en el interior de la montaña. Esta hipótesis empezó a cobrar fuerza tras quedar por demostrado que el interior de la montaña es hueco. En varias ocasiones, los espeleólogos descendieron a las dos grandes simas de la montaña, pero no pudieron confirmar la existencia de este lago debido a la dificultad del acceso” (Rate This, “Los misterios que esconde Montserrat”). A principios del Siglo XIX el padre Joan, un monje de la congregación residente en la montaña quiso investigar la teoría del lago subterráneo bajo Montserrat, debido a que por numerosos puntos de la geografía emana agua del interior del macizo, llamados por muchos de los que lo conocen como desagües. Un grupo formado por el padre Joan se adentró en las galerías conocidas como las cuevas de salitre, se adentraron en su interior más de un kilómetro quedando maravillados, paso tras paso, debido a lo que descubrieron estalagmitas y estalactitas. Al final de esos túneles encontraron un gran acantilado y un enorme lago subterráneo. Por fortuna dejó sus descubrimientos anotados en un manuscrito que aún se conserva en los archivos del monasterio. Por desgracia en la actualidad la galería que en otro tiempo recorrieron estos valientes acaba de forma abrupta con el camino bloqueado, sin posibilidad de poder confirmar el testimonio del manuscrito. Aunque es posible que hace más de dos siglos se pudiera llegar al mítico lago.

(3)  Un poco de historia sobre esta fascinante construcción sagrada, y no hace mucho profanada, por cierto: “En la Plaza de los Apóstoles de la montaña de Montserrat, cerca del monasterio, se encuentra el mausoleo al Tercio de Requetés de Nuestra Señora de Montserrat. El mausoleo fue inaugurado en 1961 por la Hermandad de Ex Combatientes del Tercio de Requetés de Nuestra Señora de Montserrat. El espacio consta de un monumento en el espacio público y de una cripta funeraria de acceso privado. El acceso está reservado a la Hermandad de Ex Combatientes. El monumento consta de una escultura de bronze que representa un requeté moribundo ataviado con la indumentaria clásica carlista y mirando hacia la abadía de Montserrat. La escultura es acompañada por la inscripción “Recorda el seu exemple y sacrifici. Terc de Requetès Mare de Déu Montserrat. 1936-1939”. Los restos de 319 combatientes del Tercio de Requetés de Montserrat fallecidos durante la Guerra Civil española están enterrados en la cripta. La cripta, situada a un extremo de la plaza, consta de una capilla, una cámara sepulcral y un deambulatorio. En el interior se hayan inscripciones, vitrinas con objetos facilitados por los familiares de los requetés y una pequeña librería-archivo. Se encuentra en el término municipal de Monistrol de Montserrat, pero el terreno es propiedad del monasterio de Montserrat, el cual lo cedió en usufructo a la Hermandad de Ex Combatientes del Tercio de Requetés de Nuestra Señora de Montserrat acontecimientos. En los alrededores del Santuario se encuentra el Camino del Vía Crucis, construido en el siglo XVII al mismo tiempo que la Capilla-Cueva, en que la leyenda sitúa el hallazgo de la imagen de la Moreneta, con representaciones de los quince misterios del rosario, obra de grandes artistas como Antoni Gaudí, Puig i Cadafalch, Llimona, los hermanos Vallmitjana y otros. Otras capillas, todas de construcción moderna, son las de San Miguel, San Jerónimo, San Dimas y San Juan, del siglo XIX. Las capillas de los Apóstoles, de la Inmaculada y de los Héroes del Bruc, fueron arrasadas por los “descontrolados” de 1936.

   La erección de la cripta-mausoleo del Tercio de Montserrat en la montaña de Montserrat, concretamente en la plaza de los Apóstoles, fue posible gracias a un convenio entre la abadía de Montserrat, representada por el Abad Aurelio María Escarré, y el entonces presidente de la Hermandad, Salvador Nonell i Bru. El 18 de setiembre de 1957 se autoriza la construcción por Decreto del Patronato de la Montaña de Montserrat. Como ya se ha mencionado antes, la iniciativa de construcción del mausoleo no fue estatal. Así pues, ésta se financió con donaciones de miembros del Tercio y de la Hermandad, de otros particulares, de empresas y de administraciones locales. Sabemos, por ejemplo, que el Ayuntamiento de Barcelona donó 100.000 pesetas “para iniciar la suscripción abierta por la Hermandad de ex Combatientes pro Monumento a los muertos durante la Cruzada Nacional bajo la bandera del Tercio de Requetés de Nuestra Señora de Montserrat”. El diseño de la cripta-mausoleo se le encargó al arquitecto del Patronato de la Montaña de Montserrat, el Señor Baldrich, y a religiosos de la abadía, de entre los que destacan los monjes P.P. Busquets y Picas, que se encuentran bajo las órdenes del Abad Dom Celestí Gusi. El 1 de abril de 1958 se inicia la construcción de la cripta-mausoleo. Según la Hermandad de Ex-combatientes, el 20 de abril de 1961 se trasladaron a la recién erigida cripta-mausoleo los restos exhumados de los requetés del Tercio de Montserrat muertos durante la guerra. Los restos fueron bendecidos y depositados en la cripta ante la Comunidad Benedictina de Montserrat y la Junta Directiva de la Hermandad. El 29 de abril el Abad Dom Aureli M. Escarré consagra y celebra la primera misa en el altar de la cripta del Tercio. La inauguración oficial del mausoleo se celebró el 1 de mayo de 1961. Según se recoge en la Hoja Oficial de la provincia de Barcelona, que publica los actos del día, los restos de los combatientes serían trasladados a la cripta el mismo 1 de mayo por la mañana. Los otros actos son una misa en la basílica durante la cual se procederá a la entrega de la llave simbólica de la cripta a la Comunidad del Monasterio de Montserrat por la Hermandad; una procesión a la plaza de los apóstoles donde se encuentra el monumento-mausoleo; y bendición de la cripta, responso y oración fúnebre para conmemorar a los requetés muertos. Finalmente, los asistentes se despiden de la Virgen y se termina la celebración.

  En 1961, año de inauguración del mausoleo, se entierran en la cripta los restos de 316 combatientes. Aun así, la tarea de exhumación no termina entonces. Se siguen exhumando y enterrando en la cripta los restos que se encuentran más tarde. Así, por ejemplo, en 1967 Salvador Nonell viaja a Guadalajara para exhumar los restos de Manuel Villar Guix, un requeté del Tercio de Montserrat muerto en el frente de Guadalajara. Los carlistas catalanes, con una larga tradición política en Cataluña, celebraban ya antes de la Guerra Civil aplecs anuales en la montaña de Montserrat. Siguiendo la cobertura de la prensa de época de los aplecs se puede concluir que eran reuniones multitudinarias de carácter festivo, político y religioso en el Monasterio de Montserrat. Si bien la tradición de los aplecs carlistas es muy anterior, a partir de 1961 una parte del día será dedicada sin excepción a visitar la cripta-mausoleo dedicada a los combatientes del Tercio de Montserrat. El aplec de 1967 es un buen ejemplo del carácter político y religioso de los aplecs. En 1967 la invitada de honor al aplec es la Infanta María Teresa Borbón-Parma, hija de Javier de Borbón-Parma, el pretendiente carlista. La Infanta asistió a la misa y colocó una corona de laurel sobre el monumento a los muertos del Tercio de Montserrat. Francisco Franco visitó el mausoleo al Tercio de Requetés de Montserrat en dos ocasiones, ambas durante la década de 1960. El 8 de mayo de 1961 el No-Do informaba y retransmitía imágenes de la visita de Franco a Montserrat. La visita comenzó con una procesión de la Moreneta que debía ser depositada en la cripta del monumento-mausoleo al Tercio de Montserrat. Así, en la “santa” montaña de Montserrat Franco participó en una jornada “de fervor patriótico” durante la cual se visitó la cripta de aquellos requetés “que dieron su vida por Dios y por la Patria en la Cruzada Nacional”. El 18 de julio de 1966, treinta años después del golpe de estado, Franco visita con su esposa Carmen Polo el monasterio de Montserrat. Después de una misa en la basílica Franco y su esposa se dirigieron a la plaza de los apóstoles donde saludaron a miembros del Tercio de Montserrat y visitaron el monumento-mausoleo” (Cinta Domingo. “Mausoleo al Tercio de Requetés de Nuestra Señora de Montserrat”, 2021).

(4) Según la tradición popular, en el año 880 un sábado por la tarde unos pastores vieron descender del cielo una fuerte luz acompañada por una hermosa melodía, y como esto se repitió a la semana siguiente, los siguientes cuatro sábados los pastores se hicieron acompañar por un sacerdote, que dio la noticia al obispo. Éste decidió visitar el lugar y cuando llegaron al sitio, vieron que de una cueva salía un resplandor y cantos. Cuando se acercaron descubrieron la imagen. El obispo ordenó que se llevara a la población de Manresa, pero como la imagen se tornaba demasiado pesada cuando querían moverla, comprendieron que la voluntad de la virgen era que se le hiciera un santuario en la montaña y así se le dedicó un santuario en este sitio.

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