Psicología

Centro MENADEL PSICOLOGÍA Clínica y Tradicional

Psicoterapia Clínica cognitivo-conductual (una revisión vital, herramientas para el cambio y ayuda en la toma de consciencia de los mecanismos de nuestro ego) y Tradicional (una aproximación a la Espiritualidad desde una concepción de la psicología que contempla al ser humano en su visión ternaria Tradicional: cuerpo, alma y Espíritu).

“La psicología tradicional y sagrada da por establecido que la vida es un medio hacia un fin más allá de sí misma, no que haya de ser vivida a toda costa. La psicología tradicional no se basa en la observación; es una ciencia de la experiencia subjetiva. Su verdad no es del tipo susceptible de demostración estadística; es una verdad que solo puede ser verificada por el contemplativo experto. En otras palabras, su verdad solo puede ser verificada por aquellos que adoptan el procedimiento prescrito por sus proponedores, y que se llama una ‘Vía’.” (Ananda K Coomaraswamy)

La Psicoterapia es un proceso de superación que, a través de la observación, análisis, control y transformación del pensamiento y modificación de hábitos de conducta te ayudará a vencer:

Depresión / Melancolía
Neurosis - Estrés
Ansiedad / Angustia
Miedos / Fobias
Adicciones / Dependencias (Drogas, Juego, Sexo...)
Obsesiones Problemas Familiares y de Pareja e Hijos
Trastornos de Personalidad...

La Psicología no trata únicamente patologías. ¿Qué sentido tiene mi vida?: el Autoconocimiento, el desarrollo interior es una necesidad de interés creciente en una sociedad de prisas, consumo compulsivo, incertidumbre, soledad y vacío. Conocerte a Ti mismo como clave para encontrar la verdadera felicidad.

Estudio de las estructuras subyacentes de Personalidad
Técnicas de Relajación
Visualización Creativa
Concentración
Cambio de Hábitos
Desbloqueo Emocional
Exploración de la Consciencia

Desde la Psicología Cognitivo-Conductual hasta la Psicología Tradicional, adaptándonos a la naturaleza, necesidades y condiciones de nuestros pacientes desde 1992.

viernes, 24 de agosto de 2018

ESTÁS INVITADO A UNA FIESTA SORPRESA

Me seduce muchísimo la idea de que quizá las distintas religiones no sean sino trajes o disfraces con los que uno se reviste para acudir a una fiesta sorpresa. Encuentro que les hace perder solemnidad. Encuentro que les da un sentido difícil de adivinar de otra manera: cuando lleguemos a la fiesta tendremos que sacarnos los trajes. Leemos en Eclesiastés (VII-1): “Mejor es el buen nombre que el buen ungüento, y el día de la muerte que el día del nacimiento”. Nadie sabe a ciencia cierta ni cuándo ni dónde tendrá lugar la celebración de esta fiesta, y casi nadie sabe que cuando vayamos a entrar en ella estaremos obligados a desnudarnos, o sea a sacarnos el disfraz. Tendremos que quitarnos los trajes que trajimos porque el traje, de trahere, es algo que se trae, no algo que se es. Es más, con trahere también podemos asociar el verbo francés trahir, “traicionar”, y la palabra española “traición” deriva etimológicamente de la traditio latina, “tradición”. Lo atávico, de atavus, “tatarabuelo”, puede relacionarse con el atavío y la capa es un símbolo de la tradición. En la misma palabra “hábito” ya encontramos la idea de “repetición”, de “automatismo” o de “costumbre”; quizá esta idea quede más clara en el francés con habit “vestido” y habitude “costumbre”, y con costume “traje” y coutume, “costumbre”. Todos nuestros trajes, costumbres, vestidos y atavíos no son más que meros disfraces que usamos en este mundo pero que no nos servirán en el otro. La etimología de disfraz es altamente reveladora si pensamos que “disfraz” procede de un verbo latino que significa “pulir”, “frotar”, “restregar”. Este “pulimiento” es un trabajo arduo y silencioso que consiste en lavar, en purificar el alma. El verbo “mudar”, que se puede aplicar indistintamente a cambiar de lugar o cambiar de ropa, nos enseña sutilmente que cuando nos hemos revestido de opiniones, costumbres, certezas o creencias, nos hemos instalado en ellas como si fueran un lugar, y ese no es el lugar del alma. El lugar del alma es la fiesta sorpresa a la que todos estamos invitados. De alguna manera, en esta fiesta sorpresa se nos está despojando de algo. Despojar procede del latín despoliare, sacar el pellejo. No olvidemos que la palabra “ropa” procede de una antigua raíz germánica que significa “robar” y que “saquear” viene de “saco”, que es como en Latinoamérica se denomina a lo que nosotros llamamos “americana”, y que procede de “sacar”, “quitar”. JULI PERADEJORDI - Artículo*: Zohar - Más info en psico@mijasnatural.com / 607725547 MENADEL Psicología Clínica y Transpersonal Tradicional (Pneumatología) en Mijas Pueblo (MIJAS NATURAL) *No suscribimos necesariamente las opiniones o artículos aquí enlazados
Me seduce muchísimo la idea de que quizá las distintas religiones no sean sino trajes o disfraces con los que uno se reviste para acudir a una fiesta sorpresa. Encuentro que les hace perder solemni…

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