Psicología

Centro MENADEL PSICOLOGÍA Clínica y Tradicional

Psicoterapia Clínica cognitivo-conductual (una revisión vital, herramientas para el cambio y ayuda en la toma de consciencia de los mecanismos de nuestro ego) y Tradicional (una aproximación a la Espiritualidad desde una concepción de la psicología que contempla al ser humano en su visión ternaria Tradicional: cuerpo, alma y Espíritu).

“La psicología tradicional y sagrada da por establecido que la vida es un medio hacia un fin más allá de sí misma, no que haya de ser vivida a toda costa. La psicología tradicional no se basa en la observación; es una ciencia de la experiencia subjetiva. Su verdad no es del tipo susceptible de demostración estadística; es una verdad que solo puede ser verificada por el contemplativo experto. En otras palabras, su verdad solo puede ser verificada por aquellos que adoptan el procedimiento prescrito por sus proponedores, y que se llama una ‘Vía’.” (Ananda K Coomaraswamy)

La Psicoterapia es un proceso de superación que, a través de la observación, análisis, control y transformación del pensamiento y modificación de hábitos de conducta te ayudará a vencer:

Depresión / Melancolía
Neurosis - Estrés
Ansiedad / Angustia
Miedos / Fobias
Adicciones / Dependencias (Drogas, Juego, Sexo...)
Obsesiones Problemas Familiares y de Pareja e Hijos
Trastornos de Personalidad...

La Psicología no trata únicamente patologías. ¿Qué sentido tiene mi vida?: el Autoconocimiento, el desarrollo interior es una necesidad de interés creciente en una sociedad de prisas, consumo compulsivo, incertidumbre, soledad y vacío. Conocerte a Ti mismo como clave para encontrar la verdadera felicidad.

Estudio de las estructuras subyacentes de Personalidad
Técnicas de Relajación
Visualización Creativa
Concentración
Cambio de Hábitos
Desbloqueo Emocional
Exploración de la Consciencia

Desde la Psicología Cognitivo-Conductual hasta la Psicología Tradicional, adaptándonos a la naturaleza, necesidades y condiciones de nuestros pacientes desde 1992.

domingo, 26 de agosto de 2018

El nous como medio para acceder a lo divino desde Filón a Clemente de Alejandría y Origenes

Ya en el Protreptikos de Clemente de Alejandría, Dios y sus representaciones/ estatuas son noeticos no estéticos (Prot 4.51.6 [ANF 2,186]). «Mientras que todo lo que ha llegado a ser tiene una sustancia, [los seres noéticos] tienen una forma diferente y un cuerpo diferente al de los cuerpos de este mundo … Monogenes es peculiarmente noéticos y posee su propia forma y sustancia, sumamente puros y absolutamente soberanos y disfruta del poder del Padre sin mediación» (Extr. Theod. 10.2-3 [SC23,78]). Clemente concibe una serie de grados en la materialidad de la realidad, desde los entes celestiales hacia abajo. Las estrellas, aunque inmateriales y sin forma comparadas con las realidades terrestres, igual tienen mesura y son sensibles desde la perspectiva del Hijo. Lo mismo se puede decir del Hijo desde la persectiva del Padre [Extr Theod. 11,3 (SC 23,82)]. Los ángeles, por otra parte,son espíritus noéticos por naturaleza, aunque igual tienen un grado de materialidad, que el autor define como un cuerpo noético de fuego. Más aún, existe una luz de la cual los ángeles quieren ardientemente participar, una luz más pura que la de los mismos ángeles, una luz que Clemente llama “noética”. Al mismo tiempo, Clemente define al Hijo como una luz aún más pura, una «luz inaccesible» (1Tim 6,16). Esta luz que es el Hijo se identifica con el «Poder de Dios» (1Cor 1,24) [Extr Theod. 12,2-3 (SC 23,83)]. Los siete Protoctists (las primeros siete seres celestiales creados) siempre contemplan el Rostro del Padre, que es el Hijo. De esta manera, el Hijo tieno una forma y un cuerpo que permite que los Protoctists puedan verlo [Extr. Theod 10,6 (SC 23,80)]. No se trataría de un ojo sensible, sino de uno noético dado por el Padre [idem]. Origenes, a su vez, escribe: «Ahora, como hemos dicho árriba, la sustancia material posee una naturaleza que puede llevar todo tipo de transformaciones. Cuando ésta es reducida a los seres de abajo se forma en condiciones corporales más gruesas y solidas y sirve para distinguir las especies visibles de este mundo en toda su variedad. Sin embargo cuando [la sustancia material] sirve a más perfectos y benditos seres, entonces brilla en el esplendor de los “cuerpos celestiales” y adorna ya sea a los “ángeles de Dios” o a los “hijos de la resurrección” con los vestidos de un “cuerpo espiritual”. Todos estos seres realizan la diversa y variada condición de un mundo» [Princ. 2.2.2 (SC 252, 248)]. Al mismo tiempo, Origenes define a Dios ucupando el término bíblico Kavod para referirse a su Luz y Gloria. Así como el Padre es verdadera Luz y Gloria, el Hijo representa su esplendor en la forma de Dios [Princ. 1.2.7-8 (SC252, 124-128)]. De esta luz participan los ángeles, las almas y las mentes de los vivos de acuerdo a su capacidad y honestidad [Princ. 1.1.1 (SC 252, 90-92)]. «Toda mente que comparta la luz intelectual debe ser indudablemente de una naturaleza con todas las demás mentes que comparten de manera similar en esta luz…Pero los poderes celestiales son incorruptibles e inmortales; indudablemente, por lo tanto, la sustancia del alma del hombre también será incorruptible e inmortal. Y no solo eso, sino que la naturaleza del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, a quien solo pertenece la luz intelectual en la cual la creación universal tiene una participación, es incorruptible y eterna, se deduce lógica y necesariamente que toda existencia que tenga un compartir en esa naturaleza eterna debe también permanecer para siempre incorruptible y eterno, para que la eternidad de la bondad divina pueda revelarse en este hecho adicional, que aquellos que obtienen sus bendiciones son eternos también. Sin embargo, al igual que en nuestros ejemplos, reconocimos cierta diversidad en la recepción de la luz, cuando describimos el poder individual de la vista como tenue o aficionada, así también debemos reconocer una diversidad de participación en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo , variando en proporción a la franqueza del alma y la capacidad de la mente» [Princ 4.49 (SC 268, 424-426)]. Para Origenes, por lo tanto, el visionario puede acceder a las realidades celestiales acutalizando sus facultades intelectuales o noéticas. Y es que las realidades inteligibles pueden ser percibidas a través de la intelección. El nous es llamado también «la visión del corazón» o «la percepción de la mente». «Es de esta manera que debe suponerse que Moisés vio a Dios, no mirándole con ojos de carne, sino al percibirlo intelectualmente con la visión del corazón y la percepción de la mente, e incluso esto en parte solamente» [Princ 2.4.3 (SC 252,286)]. Para más detalles: Dragos A. Giulea «The Noetic Turn in Jewish Thought» Journal for the Study of Judaism 42 (2011) 50-56. - Artículo*: Tomás García-Huidobro - Más info en psico@mijasnatural.com / 607725547 MENADEL Psicología Clínica y Transpersonal Tradicional (Pneumatología) en Mijas Pueblo (MIJAS NATURAL) *No suscribimos necesariamente las opiniones o artículos aquí enlazados
Ya en el Protreptikos de Clemente de Alejandría, Dios y sus representaciones/ estatuas son noeticos no estéticos (Prot 4.51.6 [ANF 2,186]). «Mientras que todo lo que ha llegado a ser tiene una sust…

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