Psicología

Centro MENADEL PSICOLOGÍA Clínica y Tradicional

Psicoterapia Clínica cognitivo-conductual (una revisión vital, herramientas para el cambio y ayuda en la toma de consciencia de los mecanismos de nuestro ego) y Tradicional (una aproximación a la Espiritualidad desde una concepción de la psicología que contempla al ser humano en su visión ternaria Tradicional: cuerpo, alma y Espíritu).

“La psicología tradicional y sagrada da por establecido que la vida es un medio hacia un fin más allá de sí misma, no que haya de ser vivida a toda costa. La psicología tradicional no se basa en la observación; es una ciencia de la experiencia subjetiva. Su verdad no es del tipo susceptible de demostración estadística; es una verdad que solo puede ser verificada por el contemplativo experto. En otras palabras, su verdad solo puede ser verificada por aquellos que adoptan el procedimiento prescrito por sus proponedores, y que se llama una ‘Vía’.” (Ananda K Coomaraswamy)

La Psicoterapia es un proceso de superación que, a través de la observación, análisis, control y transformación del pensamiento y modificación de hábitos de conducta te ayudará a vencer:

Depresión / Melancolía
Neurosis - Estrés
Ansiedad / Angustia
Miedos / Fobias
Adicciones / Dependencias (Drogas, Juego, Sexo...)
Obsesiones Problemas Familiares y de Pareja e Hijos
Trastornos de Personalidad...

La Psicología no trata únicamente patologías. ¿Qué sentido tiene mi vida?: el Autoconocimiento, el desarrollo interior es una necesidad de interés creciente en una sociedad de prisas, consumo compulsivo, incertidumbre, soledad y vacío. Conocerte a Ti mismo como clave para encontrar la verdadera felicidad.

Estudio de las estructuras subyacentes de Personalidad
Técnicas de Relajación
Visualización Creativa
Concentración
Cambio de Hábitos
Desbloqueo Emocional
Exploración de la Consciencia

Desde la Psicología Cognitivo-Conductual hasta la Psicología Tradicional, adaptándonos a la naturaleza, necesidades y condiciones de nuestros pacientes desde 1992.

miércoles, 26 de septiembre de 2018

'Abd aΙ-Karîm aΙ-Jîlî DE LA OSCURIDAD DIVINA (al-'am) (Titus Burckhardt)

'Abd aΙ-Karîm aΙ-Jîlî DE LA OSCURIDAD DIVINA (al-'am) Ext. de "al Ιnsân al-Kâmil" ("Del Hombre Universal"). Traducido del árabe y comentado por Titus Burckhardt. París, Dervy-Livres, 1975. *** La Oscuridad divina es el lugar primordial En que los soles de la belleza se ocultan. Es el Si del propio AlΙâh (nafsu nafsi-Llâh), Por el cual ΈΙ es, y del cual jamás ΈΙ procede, de forma que no cambia. Su símbolo es el estado latente del fuego en el sílex. Si bien el fuego emana de una piedra, No obstante no se separan, en principio y en su estado latente; l subsiste siempre no-manifestado, Y su manifestación en nada cambia su estado principial. Os mostramos a un espectador, Ciego ante su propio sujeto (1); -iAllâh, exaltado sea, no se compara! Ella es la consternación de las inteligencias En su impotencia por asimilar lo que, para ellas, es oscuridad. Ella es el Si divino, y no por las tinieblas que implica, Sino, si se comprende bien, por las luces que conlleva. Distinta a la Unidad incognoscible, O a la Unicidad conocible de lo múltiple, Inasible en Si misma, sustraída a toda visión, Se le llama la Oscuridad divina. Por "Oscuridad" divina se designa la Realidad de las realidades (hagîgat al-hagâiq), que no podría ser calificada de "divinidad" ni de "criatura", siendo Esencia pura sin relación con ningún grado divino o criatural, de manera que no puede serle atribuida ni cualidad ni nombre. Tal es el sentido de la frase del Profeta: "No hay aire por encima de la Nube oscura (αΙ-'amâ) ni por debajo de ella", es decir: no hay divinidad por encima, ni naturaleza creada por debajo. La oscuridad divina es entonces el paredro de la Unidad (al-ahadiyah): del mismo modo que todo Nombre y toda Cualidad se desvanece en la Unidad, en la que nada se manifiesta, tampoco nada se manifiesta ni se revela en la Oscuridad divina. Existe no obstante una distinción que hacer entre la Oscuridad divina y la Unidad, en el sentido en que la Unidad afirma la Esencia en la Esencia por exaltación; es la manifestación esencial única, mientras que la Oscuridad divina es la Esencia desde el aspecto de Su realidad absoluta, Realidad de la que nada se comprende, por ser tan sublime, o intima; es la no-manifestación oscura de la Esencia, lógicamente opuesta a la manifestación suprema que es la Unidad; ésta revela la pureza de la Esencia, así como aquella se oculta por la pureza de la Esencia. Allâh, sin embargo, es demasiado sublime como para que ΈΙ se oculte a Si mismo por alguna manifestación, o para que ΈΙ se manifieste a Si mismo fuera de un estado de ocultación; pero ΈΙ se halla eternamente en los estados de ocultación, de no-manifestación y de manifestación que se derivan de su Esencia, al igual que posee siempre Sus actividades, Sus aspectos, Sus productos, relaciones, Nombres y Cualidades, sin que ΈΙ cambie o Se transforme, sin que ΈΙ Se revista de algo dejando otra cosa aparte, o sin que El Se despoje de algo para asir otro algo; el principio de Su Esencia permanece siempre tal como era, y será siempre tal como es, -"No hay cambio en la naturaleza de ΑΙΙâh" (2)-; todos estos cambios o evoluciones en las formas y en otras partes, todo lo que es relación o producto, no proviene sino de modos según los cuales Allâh Se revela a nosotros, de manera que ΈΙ permanece en Si mismo eternamente tal como era antes de que Se manifestara a nosotros. Ahora bien, sean cuales sean estos modos, jamás Su Esencia asume más que un único estado de revelación (tajallî), a saber, el que Le es esencial, de forma que no hay más que una sola irradiación (tajallî), y ésta no posee más que un solo Nombre, el cual no corresponde sino a una sola Cualidad (3); pues en el todo no hay más que uno sólo que está exento de toda multiplicidad; es el, que Se revela a Si mismo al todo, así como Se revela eternamente. Este estado único de revelación Le es exclusivo, de manera que la criatura jamás participa de él, pues tal estado no asume aspectos ni división interna, ni atribución, ni cualidades, ni nada semejante; para que la criatura pudiera participar de él, sería preciso que tuviera aspectos, relaciones, cualidades o algo de este orden; pero todo ello está excluido de este modo de revelación que Le es esencialmente propio, desde el no-comienzo hasta el no-fin. Por el contrario, todas las demás revelaciones, bien se refieran a la Esencia, a la Divinidad, a las Actividades, a las Cualidades o a los Nombres, corresponden siempre, aunque esencialmente Le pertenezcan, a Su manifestación hacia Sus criaturas. De manera general, ninguna especie de revelación Le impide permanecer en ese estado de revelación esencial, pero todos los otros modos de revelación dependen de éste, así como los planetas dependen del sol, del que reciben su luz; al igual, todas las demás revelaciones no son sino un reflejo del cielo de esta revelación suprema, o una gota de su océano; siendo reales, se aniquilan no obstante bajo la potencia de esta revelación esencial, que es exclusivamente de Allâh en virtud de Su conocimiento de Si mismo, mientras que las restantes revelaciones son de Allâh en virtud del conocimiento de otro. Ahora bien, tras haber afirmado que la Oscuridad divina es la Esencia misma bajo el aspecto de Su no-manifestación absoluta, y que la Unidad es la Esencia misma bajo el aspecto de Su afirmación suprema, abstraída de toda relación interna, podemos decir que tales expresiones no contienen un sentido válido, pues la Oscuridad divina no implica ningún aspecto de no-manifestación, ni la Unidad ningún aspecto de manifestación. Has de saber que tú estás con respecto a ti mismo en un estado de oscuridad -"De ΑΙlâh es el símbolo supremo" (4)-, en el sentido de que tu totalidad apenas se manifiesta a ti mismo, sea cual sea el horizonte de tu conocimiento de ti mismo; ahora bien, bajo este aspecto, tú eres una esencia oculta en una oscuridad; ¿no sabes que Allâh es tu esencia y tu ipseidad (huwiyah)? (5) Ahora bien, tú no eres consciente de lo que eminentemente es tu realidad; estás entonces con respecto a ti mismo en la oscuridad, aunque, bajo el aspecto de la realidad divina, no estés velado para ti mismo, pues el principio de esta realidad quiere que ella no sea inconsciente de sí misma; de ello se sigue que tú estás divinamente revelado a ti mismo y, al mismo tiempo, por tu naturaleza creada, eres inconsciente de tu realidad divina; estás entonces simultáneamente manifestado y oculto para ti mismo. Es éste uno de esos símbolos "que Allâh formula para los hombres" (6), y que no comprenden sino los conocedores. Cuando se le preguntó al Profeta dónde estaba Allâh antes de la creación, él respondió: "en una oscuridad", porque una manifestación procede siempre de un estado de no-manifestación, aunque no se trate aquí sino de una anterioridad puramente principial, y no temporal. Allâh es demasiado sublime como para que exista entre ΈΙ y Su creación una relación temporal; tampoco existe, entre El y ella, separación, discontinuidad ni relación de coacción, ya que todas estas relaciones son en sí mismas creadas, y no podrían interponerse entre Allâh y Sus criaturas -a menos de concluir en una cadena sin fin, lo que sería absurdo-. No cabe duda de que tanto Su anterioridad como Su posterioridad, Su primacía como Su ulterioridad, son aspectos principiales y no relaciones temporales o espaciales; al igual que ΈΙ estaba en una oscuridad antes de la creación, ΈΙ está necesariamente en ese estado después de la creación. De ello se deduce que la Oscuridad divina es el estado principial de la Esencia exenta de cualquier relación, mientras que la creación exige la manifestación, que resulta de las relaciones asumidas por la Esencia; tal es el estado de anterioridad principial, y tal el estado de posterioridad; pero no hay "antes" ni "después", ya que El es antes y después, es el Primero y el Último; -iqué misterio, que Su manifestación sea también Su no-manifestación! Esto no es solamente verdad desde un cierto punto de vista, o bajo tal aspecto determinado; es verdaderamente así: Su primacía es esencialmente Su ulterioridad, Su anterioridad es Su posterioridad; las inteligencias están consternadas y no conciben sino Su inmensidad, pues ninguna idea podría abarcar Sus formas. NOTAS: 1. Esto nos recuerda a la doctrina advaita del Sujeto conocedor que jamás puede asimilarse a sí mismo. La Esencia, en efecto, también es el sujeto absoluto. 2. Este versículo puede también traducirse por: "no hay cambio para la creación (el acto creador) de Allâh" (Corán, XXX, 29). 3. Según los contextos, traducimos aquí tajallî por "desvelamiento", "revelación" o "irradiación"; la idea de tajallî puede definirse mediante esta imagen: cuando el sol se "desvela" (tajalIE0), su luz "irradia" (tajallEO) en el mundo. 4. Corán, XVI, 62. 5. O "aseidad". 6. Corán, XXIV, 35. - Artículo*: Zurraquín - Más info en psico@mijasnatural.com / 607725547 MENADEL Psicología Clínica y Transpersonal Tradicional (Pneumatología) en Mijas Pueblo (MIJAS NATURAL) *No suscribimos necesariamente las opiniones o artículos aquí enlazados
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