Psicología

Centro MENADEL PSICOLOGÍA Clínica y Tradicional

Psicoterapia Clínica cognitivo-conductual (una revisión vital, herramientas para el cambio y ayuda en la toma de consciencia de los mecanismos de nuestro ego) y Tradicional (una aproximación a la Espiritualidad desde una concepción de la psicología que contempla al ser humano en su visión ternaria Tradicional: cuerpo, alma y Espíritu).

“La psicología tradicional y sagrada da por establecido que la vida es un medio hacia un fin más allá de sí misma, no que haya de ser vivida a toda costa. La psicología tradicional no se basa en la observación; es una ciencia de la experiencia subjetiva. Su verdad no es del tipo susceptible de demostración estadística; es una verdad que solo puede ser verificada por el contemplativo experto. En otras palabras, su verdad solo puede ser verificada por aquellos que adoptan el procedimiento prescrito por sus proponedores, y que se llama una ‘Vía’.” (Ananda K Coomaraswamy)

La Psicoterapia es un proceso de superación que, a través de la observación, análisis, control y transformación del pensamiento y modificación de hábitos de conducta te ayudará a vencer:

Depresión / Melancolía
Neurosis - Estrés
Ansiedad / Angustia
Miedos / Fobias
Adicciones / Dependencias (Drogas, Juego, Sexo...)
Obsesiones Problemas Familiares y de Pareja e Hijos
Trastornos de Personalidad...

La Psicología no trata únicamente patologías. ¿Qué sentido tiene mi vida?: el Autoconocimiento, el desarrollo interior es una necesidad de interés creciente en una sociedad de prisas, consumo compulsivo, incertidumbre, soledad y vacío. Conocerte a Ti mismo como clave para encontrar la verdadera felicidad.

Estudio de las estructuras subyacentes de Personalidad
Técnicas de Relajación
Visualización Creativa
Concentración
Cambio de Hábitos
Desbloqueo Emocional
Exploración de la Consciencia

Desde la Psicología Cognitivo-Conductual hasta la Psicología Tradicional, adaptándonos a la naturaleza, necesidades y condiciones de nuestros pacientes desde 1992.

miércoles, 26 de septiembre de 2018

Cabeza de serie - Letra Viva. Una Utopía Hermética

CABEZA DE SERIE Con esta expresión te referiste un día a aquellos integrantes de la Cadena Áurea que en un momento determinado les tocó ser el origen de una actualización-vivificación de la Tradición Unánime en cualquiera de sus ramas; y les tocó sin más, asumiendo su destino sin objeciones y generando a su alrededor un círculo de iniciados que a su vez repitieron el gesto trino de la transmisión de la doctrina. Lo curioso, es que no es por esmerarnos que podemos transitar el mismo camino que Dante y Virgilio o Platón y su Academia, que hasta el día de hoy funcionan en el jardín de la mente, siguiendo las directrices del Colegio Invisible, tal cual los integrantes de aquella Academia que desde el siglo IV a. C. hasta el V d. C. siguieren el pensamiento siempre vivo de Sócrates, culminando con el neoplatonismo y Proclo (que también se decía hijo de Hermes). Es pues la gracia y no los trabajos afanosos del hombre, o sea, los nuestros, la que nos llevará al Conocimiento, pues la puerta está siempre abierta para ser transitada por todos aquellos que hayan sido llamados a ello (1). Está abierta y paradójicamente si te acercas “buscando otras cosas que las que aquí se realizan” la encuentras cerrada o la cierras tú mismo al no darte la oportunidad de conocer el mundo nuevo al que la iniciación te conduce, como te he oído decir en muchas ocasiones y así lo he visto con mis propios ojos. En este sentido, Orfeo es nuestro guardián del umbral. Cantaré para conocedores; cerrad las puertas, profanos. Hablaré a quienes es lícito, cerrad las puertas, profanos (2). Y Platón nos lo advierte en el frontispicio de la Academia, Que nadie entre aquí si no es geómetra. Aunque me llama mucho la atención que tanto y tanto como escribió, –regalándonos esos jugosos diálogos como espejo de las conversaciones que mantenemos con nosotros mismos y con nuestros hermanos en el espíritu–, él, Platón, nunca aparece como protagonista. No personalice ningún asunto. Recuerde que la despersonalización es una de las grandes ventajas del método de nuestro mentor (3). Claro, por eso los “cabeza de serie” no ponen el acento en su individualidad, sino en el número que les ha tocado encarnar, el 1 que dará lugar al agregarse a sí mismo a los 9 siguientes, cerrándose un ciclo completo con la llegada al 10, que se abrirá a otro nuevo, capaz de manifestar todo el despliegue cosmogónico a través de aquellos seres humanos que se han identificado con las sagradas numeraciones, o sea con las ideas-fuerza por ellas sintetizadas, o lo que es lo mismo, con los dioses que integran la Academia Numénica conocida por los iniciados capaces de unir en secretas nupcias su naturaleza humana con la divina. El hijo de Apolo y la Pitaide, que también lo era de los mortales Mnesarco y Partenis fundamenta toda su escuela en la metafísica de los números. Este discurso Sobre los Dioses yo, Pitágoras hijo de Mnesarco, lo he aprendido, mientras fui iniciado en la Liberta tracia, teniendo como maestro a Aglaofamo. Orfeo, hijo de Calíope, instruido por su madre en el monte Pangeo, dijo que la esencia de los números es el principio más providencial de todo el cielo, de la tierra y de la naturaleza intermedia. Es también la raíz de la permanencia de los nombres divinos, de los dioses y de los démones (4). ¡Qué incansables viajeros todos estos “cabeza de serie”! Peregrinaron por los centros sagrados de su tiempo buscando la Verdad, impelidos por esta misma ansia de saber que anida en nuestro fuero interno. Cuántos interrogantes, cuánta necesidad de experimentar y encontrar un punto de detención que aquiete la turbulenta mente y se abra… ¿A qué? ¿A un vacío, a un abismo sin contornos que te sume en el vértigo de no saber y no ser nada de nada? ¿Cómo aunar la paradoja de sentir el latido de mi corazón acompasado por una extraña armonía con el latir silencioso del Ser que se hace en mí y yo en él? ¿Quién los hace palpitar fundidos en un solo corazón? Permaneces en el verdadero asombro que para ti de modo callado es tu identidad. El nombre que te dieron en el Origen, sencillamente tu destino. Pero no siempre eso es así, pues sigues atado, aunque menos, mucho menos; no todo se ha esfumado y gracias a Dios se irá contigo en el último momento (5). ¿Qué hacer con toda esta insatisfacción, con esta sensación de carencia, la incompletitud de lo que procuran los sentidos, las limitaciones del cuerpo y sus engañosas percepciones y la intuición de que éste alberga un alma capaz de adquirir alas, volar y unirse a los dioses que ya no aparecen como entes separados de mí mismo, sino como lo que uno es más en verdad? ¿Cómo proceder, hay acaso un método, una vía que indica el ascenso a otros grados de la conciencia? … mandando a paseo todo esto, aquellos a los que les importa algo su propia alma y que no viven amoldándose al cuerpo, no van por los mismos caminos que estos que no saben adónde se encaminan, sino que considerando que no deben actuar en sentido contrario a la filosofía y a la liberación y el encanto de ésta, se dirigen de acuerdo con ella, siguiéndola por dónde ella los guía. – ¿Cómo Socrates? Yo te lo diré. Conocen, pues, los amantes del saber que cuando la filosofía se hace cargo de su alma que está sencillamente encadenada y apresada dentro del cuerpo, y obligada a examinar la realidad a través de éste como a través de una prisión, y no ella por sí misma, sino dando vueltas en una total ignorancia, y advirtiendo que lo terrible del aprisionamiento es a causa del deseo, de tal modo que el propio encadenado puede ser colaborador de su estar aprisionado. Lo que digo es que entonces reconocen los amantes del saber que, al hacerse cargo la filosofía de su alma, que está en esa condición, la exhorta suavemente e intenta liberarla, mostrándole que el examen a través de los ojos está lleno de engaño, y de engaño también el de los oídos y el de todos los sentidos, persuadiéndola a prescindir de ellos en cuanto no le sean de uso forzoso, aconsejándole que se concentre consigo misma y se recoja, y que no confíe en ninguna otra cosa, sino tan sólo en sí misma, en lo que ella por sí misma capte de lo real como algo que es en sí (6). Es cierto; todos los aquí congregados hemos experimentado de algún modo esta certeza, este estado de unidad en el que no se puede abrir ninguna brecha, pues por su propia naturaleza está encriptado. En ese instante, punto inmóvil de la conciencia, ya no hacemos concesiones a los múltiples pequeños poderes humanos. ¡Se acabó mandar, urdir patrañas, ser cómplices de nuestras complacencias, apesadumbrarnos o creernos liberados, y al día siguiente volver a las viejas maneras! Nos hemos identificado con lo no-humano, y al visualizarnos como querubines, guardamos con celo, espada en mano, el acceso al Sancta Sanctorum. ¡Fuera de mi toda esta basura que sin embargo vuelvo a consumir a diario, cotidianamente, el pavor a ser uno mismo, a ser el verdadero Yo, fuente de la armonía, de la perfección y la belleza! (7). Inesperadamente, volvemos a caer abajo, muy abajo, y nos toca dramatizar de nuevo los estados groseros del Ser, aunque lo cierto es que cada vez tira más el recuerdo de aquellos otros niveles más altos, o más bien reconocemos que ambos, los inferiores y los superiores son en simultaneidad y que la misma necesidad de realizar la totalidad del Ser –para desprendernos definitivamente de él–, no puede producirse sin esta unión de lo de arriba con lo de abajo. Eso sólo es así cuando se ha comprendido, vivido, que ya no es el yo posesivo y pequeño de fulanito o menganito sino el Yo el que ha despertado; o sea, nuestro ser verdadero que excede la individualidad y la incluye al mismo tiempo como vehículo para la realización espiritual. Por esta razón, siempre nos has dicho y repetido hasta la saciedad que no nos fijemos en las particularidades del pinche personaje, y ahora entiendo que los “cabeza de serie” no lo son por su santidad, bondad, erudición o cualquier otro atributo o virtud que excluyera a su opuesto, sino porque justamente toda su vida fue una constante conjugación de lo blanco y de lo negro, lo masculino y lo femenino, el arco y la flecha, la luz y la oscuridad, el Ser y el No Ser, conjunción que les permitió culminar su deificación. Mientras el intelecto individual, limitado por los sentidos, lo corpóreo y lo transitorio, se halla encerrado en sus propios límites, el intelecto trascendente y universal conoce directamente los principios inmutables y eternos. El hombre puede alcanzar este dominio de lo metafísico, pero no en tanto ser individual y transitorio, sino en cuanto que participa de esta inteligencia superior y está ligado a ella por una toma de conciencia de sus verdaderas posibilidades espirituales, que son más que humanas (8). Y si en alguna ocasión se los toma como modelos, me refiero a cada uno de los “cabeza de serie”, y nos fijamos en sus actitudes y modos de ser, en su vida y sus enseñanzas, es en la medida que vehiculan esa presencia del Misterio a través de un “tuteo reiterado con los dioses y las intuiciones aprendidas de la mente divina”, tal como escribiste de ti mismo y de Proclo, y su discípulo Marino lo calificara como el hombre “feliz”, porque había cultivado tanto las virtudes físicas como las éticas, las políticas, las catárticas, las teoréticas y las teúrgicas, o sea, que no había excluido nada de sí, sino que por un constante proceso de solve et coagula, pudo identificarse con el origen de esa aparente contrariedad. En efecto, cuando tenía cuarenta años le pareció que decía en sueños los siguientes versos: “Sobrecelestial sobrevuela un divino esplendor que surge de la fuente, ardiente orgía báquica”. Y al entrar en los cuarenta y dos años le parecía que decía estos versos a voz en grito: “mi alma ha venido respirando ardor de fuego, y desplegando el intelecto, cual espiral de fuego hasta el éter se alza, y de su inmortalidad retumban los cielos estrellados” (9). De radical podríamos caracterizar su entrega, o sea que lo dieron todo de sí mismos, “dejando la honra, el sueño y la existencia en el camino”, reiterando el rito diario de la Memoria, sorteando dificultades de todo tipo y padeciendo mucho rechazo del medio, incomprensión y envidias, y la rebeldía de los que apegados a sus modos mediocres creían, y creen, ser la gran cosa saboteando lo que no pueden realizar en sí mismos… “aunque no se sabe pues el continuo es indefinido (…) y siempre hay una nueva posibilidad con cada amanecer”. De todas maneras, asumir ese destino tan extraordinario, hasta los más conscientes de que toda la vida nos es dada para poder retornar al Origen, pasan por momentos de incertidumbre, casi trastabillan… sino fuera porque se acaba instaurando el poder del único Poder. Padre, si quieres, aparta de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya (10). Se saben exiliados de su verdadero hogar, pues no hay lugar en la tierra ni en cualquier punto de la galaxia que haga las delicias de la Libertad total, presentida y experimentada de algún modo en la conciencia; la casa es un calabozo, el mundo una prisión, el cosmos una cárcel… Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero, como no sois del mundo, porque yo al elegiros os he sacado del mundo, por eso os odia el mundo (11). Y aquí estamos, en este altillo de la conciencia que nos cubre y protege, conversando acerca de estas cosas que no son de recibo por oídos sordos y ojos ciegos, pero que para nosotros son agua de vida y vino del espíritu. Aliados con los dioses, con nuestros estados superiores, vamos escalando las gradas hacia esa puerta tan pequeña como el ojo de una aguja, escribiendo en la misma sala junto con los que han sido, son y serán los receptores de unos mensajes cifrados en clave universal, o sea simbólica. Una redacción en un mundo utópico, en una isla, ciudad o escuela del pensamiento que en verdad es un estado de la conciencia desubicada de los parámetros del 4, o sea del tiempo y del espacio y en el que se dan cita los que han alcanzado tal nivel espiritual. ¿Habéis entendido todo esto? Dícenle: “Sí”. Y él les dijo: “Así, todo escriba que se ha hecho discípulo del Reino de los Cielos es semejante al dueño de una casa que saca de sus arcas lo nuevo y lo viejo” (12). Lo viejo es lo que se ha recibido, una herencia intelectual que se transmite de iniciado a iniciado y de una generación a otra, siendo el receptor el que renueva ese mensaje insuflándole un vigor regenerado porque el Ser se ha hecho en él. Tu decías que eras lo que escribías y paradójicamente que no eras el autor de tus libros, sino que a ti te escribían. Algo análogo acaban por experimentar todos los unidos por el sutil hilo de la sabiduría. Salud, amigo del Misterio. Te damos la Clave para penetrar al interior del Santuario; recíbela con manos purificadas y no entres con los pies impuros, pues es necesario dirigirse castamente a los dioses. Pues si te diriges en primer lugar, con los decretos y secretos de los iniciados, hacia lo universal, y si conoces el Tetracordio o la Cuadriga de Apolión, obtendrás enseguida, más fácil y más felizmente, sin ninguna duda, la ciencia de la Mercabah o del Carro de Israel, con las Sefiroth y las otras Ruedas (Rotae) de la Sabiduría kerubínica o bíblica. Por medio de este combate, ora poético, ora profético, penetrado y ungido por el aliento del Espíritu Sagrado, tocado y adiestrado por su frecuentación, te evadirás divinamente de la fortaleza en la que estás prisionero (13). Serás absorbido, raptado, liberado de las cadenas de la mente y de las ataduras del cuerpo, porque has hecho de todos los deseos un solo deseo, de todas las pasiones una sola pasión, de todos los amores un solo Amor, el Amor al Conocimiento y al misterio de Ser para no Ser; y por ello te preparas, estudiando a fondo la vastedad de la doctrina y dejándote fluir en su cauce, que sí, sí, desemboca inevitablemente en el Océano primordial. Es verdaderamente curioso que se pida el probar la posibilidad de un conocimiento en vez de intentar darse cuenta por sí mismo, haciendo el trabajo necesario para adquirirlo. Nadie puede alcanzar realmente un conocimiento cualquiera más que por un esfuerzo estrictamente personal y todo lo que otro puede hacer es el dar la oportunidad e indicar los medios para alcanzarlo. No hay más que una sola preparación verdaderamente indispensable y es el conocimiento teórico. Este, por otro lado, no podría ir muy lejos sin un medio que debemos considerar así como el que desempeñará el papel más importante y constante: este medio es la concentración. (…) Todos los demás medios sólo son secundarios en relación con éste: sirven sobre todo para favorecer la concentración y también para armonizar entre sí los diversos elementos de la individualidad humana a fin de preparar la comunicación efectiva entre esta individualidad y los estados superiores del ser (14). Optar por esta senda es el colmo de lo que te puede tocar en esta vida. Mejor que el cuponazo del 11 del 11 de la ONCE. Por eso aquí en este altillo lo pasamos en grande, con escenarios que van y vienen al son de la música y la danza de las esferas, en compañía de los “cabeza de serie” y de los adeptos que se congregan a su alrededor, manteniendo profundas y alegres charlas sobre lo mismo de siempre, que jamás suena a música ya sabida. Me preguntas, Valguli mío, qué hago hoy. Lo que hice ayer. Me preguntas, de nuevo, qué planeo hacer mañana. Lo que hago hoy. Nuestro Platón me ha convencido de que acabaré logrando más si me dedico a hacer siempre la misma cosa. Y esto es perfectamente justo. Con toda seguridad, un hombre que persigue todo no alcanza nada, pues lo múltiple obstruye lo uno; por el contrario lo uno sirve y une a lo múltiple. El que persigue muchas cosas es uno de una multitud; quien persigue al uno es singular. Emprender cosas distintas en cualquier momento es signo de una inteligencia inmadura y débil. También es una ambición temeraria prometer muchas cosas cada día. (…) Por otra parte, cada hombre realiza más eficientemente aquello para lo que es más apto por naturaleza. El uno concuerda con el uno, y por lo tanto el uno es necesario; la pluralidad trae confusión. El uno, digo, porque es en sí mismo puro y más adecuado que ninguna otra cosa para el hombre que actúa (15). Lo más extraordinario es que la meta es única, una línea que puede traspasar cualquier “corredor de fondo” que llegue a ella, y está aquí, aquí, no hay necesidad de dar ni un solo paso más. Nuestro objetivo debe ser el Misterio. El Misterio siempre lo es. El Misterio es como el Secreto, dos fuertes rayos que iluminan la noche y el sendero por el que transitan los actores (antiguamente cómicos) guerreros, sabios, nada más ni nada menos que los adoradores del Misterio, los que han nacido en la casta de los artistas y artesanos de todo tipo que fuese, arquitectos e ingenieros incluidos. Los que tienen por su fin el Misterio y también por los que niegan el misterio, una espada que sale de pronto y refulge como la ira del kshatrîya y es capaz de matar a cualquier ignorante que se le presente. Ha comenzado la vida y ésta ha llevado una vez más al Misterio por lo que no nos importa que nos llamen cultores del Misterio, o mejor, los adoradores del Misterio (16). Para nada somos beatos, ni unos locos iluminados, más bien nos estamos borrando, desapareciendo tras las múltiples máscaras que nos cubren y van cayendo, una a una, hasta quedarnos desnudos, sin rostro ni trasero, sin nada. Y aún nos quedan fuerzas para lanzar dardos al adversario y toques a los llamados, siguiendo con nuestra vida cotidiana, con sus avatares, sus afanes y decesos sin que nos importen demasiado. Gustamos cada vez más de la invisibilidad y el anonimato. Nosotros los enviados del Colegio de la Rosa Cruz anunciamos a todos los que quieran entrar a nuestra Sociedad o Congregación que les enseñaremos los conocimientos más perfectos del Altísimo, en cuyo nombre celebraremos hoy una asamblea, y los haremos de visibles invisibles, y de invisibles visibles… (17). Y nada nos atrae más que recogernos en nuestra caverna inviolable, a la que tú en tanto que tú no pasarás, esperando sin esperar que todo el Esplendor se reabsorba en la “más que luminosa oscuridad de la esencia”. Rabbi Simeón levantó las manos e hizo una oración. Estaba contento. Sus discípulos se apretujaron a su alrededor: R. Eleazar su hijo, R. Abba, R. Juda, R. Jossé y R. Hiya. Le dijo a R. Isaac que entraba: “Que tengas buena suerte. Una inmensa alegría te espera en este día”. Después, dirigiéndose a todos: “Ha llegado la hora, voy a entrar en el mundo futuro sin pena. También voy a revelar las cosas sagradas, las cosas todavía no reveladas para que no se me pueda reprochar haber dejado este mundo sin haber cumplido plenamente mi misión, habiendo guardado estos misterios en mi corazón”. El habló y R. Abba consignó por escrito sus palabras, mientras que R. Eleazar las repetía en voz alta y los otros discípulos meditaban en silencio. Pero apenas la Lámpara Santa hubo pronunciado la palabra “vida”, sus palabras se detuvieron. R. Abba dijo: “Yo escribía, y creía tener todavía mucho que escribir, pero no oí nada más. No pude levantar la cabeza porque la luz era deslumbrante y no podía soportar mirarla. Durante todo el día, el Esplendor no se retiró de la casa, ni nadie pudo acercarse a causa de la luz que irradiaba. Yací en el polvo y lancé gritos. Pero cuando el Esplendor se retiró, vi que la Lámpara Santa, el Santo de entre los Santos se había elevado de este mundo. Envuelto en su manto, inclinado sobre el lado derecho y expresando una sonrisa en su semblante”. Esto pasó en el siglo II de la era cristiana, en Merón, pequeño pueblo de la Alta Galilea cercano a la moderna Safed. Cuando llevaron la cama mortuoria de R. Simeón fuera de la casa, se elevó por el aire. Una columna de fuego marchaba delante de la cama y se oyó una voz proclamar: “Entrad y asistid a las bodas de R. Simeón” (18). Notas 1 Federico González Frías, Diccionario de Símbolos y Temas Misteriosos. Entrada: “Cadena Áurea”. Ed. Libros del Innombrable, Zaragoza, 2013. 2 Hieros Logos. Poesía órfica sobre los dioses, el alma y el más allá. Ed. Akal, Madrid, 2003. 3 Federico González Frías, Tres Teatro Tres, “Lunas Indefinidas”. Ed. Libros del Innombrable, Zaragoza, 2011. 4 Jámblico, Vida pitagórica. Etnos, Madrid, 1991. 5 Federico González Frías, Rapsodia. Symbolos, Barcelona, 2015. 6 Platón, Fedón. Gredos, Madrid, 2010. 7 Federico González Frías, Rapsodia. Symbolos, Barcelona, 2015. 8 Federico González y col., Introducción a la Ciencia Sagrada. Programa Agartha. Revista Symbolos nº 25-26, Barcelona, 2003. 9 Marino de Neápolis, Proclo o de la felicidad. Ed. Iralka, Bilbao, 1999. 10 Mateo XXII, 41. 11 Juan XV, 19. 12 Mateo XIII, 51. 13 Guillaume Postel, La llave de las cosas ocultas, citado en Presencia Viva de la Cábala II. La Cábala Cristiana, de Federico González y Mireia Valls, Ed. Libros del Innombrable, Zaragoza, 2012. 14 René Guénon, La Metafísica Oriental. J.J. de Olañeta editor, Palma de Mallorca, 1984. 15 Marsilio Ficino, Opera Omnia de las cartas traducidas de Ficino, “Quien todo persigue nada alcanza”, carta dirigida a Carlo Valguli de Brescia. Ed. Shepheard-Walwyn, traducción: Marc García. 16 Federico González Frías, Alta Distancia (Inédito). 17 Anuncio anónimo aparecido en París en 1623. Citado por: Frances Yates, El Iluminismo Rosacruz. Fondo de Cultura Económica, Madrid, 1999. 18 Guy Casaril, Rabbi Siméon bar Yochaï et la Cabbale. Éditions de Seuil, París, 2004. - Artículo*: Letra Viva. Una Utopía Hermética - Más info en psico@mijasnatural.com / 607725547 MENADEL Psicología Clínica y Transpersonal Tradicional (Pneumatología) en Mijas Pueblo (MIJAS NATURAL) *No suscribimos necesariamente las opiniones o artículos aquí enlazados
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