Jacinto era un hermoso príncipe troyano que despertó la pasión amorosa de Tamiris, el primer hombre que se nos muestra cortejando a otro hombre, sin embargo el joven desatendiendo ese amor terrenal se decantó por el de un dios, Apolo, habitante del Olimpo al que seguían las Musas. Apolo evidentemente se prendó de la belleza de Jacinto, y quiso enseñarle todas sus artes. También Céfiro, que es el dios que se manifiesta en el viento de poniente, se había enamorado de aquel príncipe espartano. Un día en el que Apolo le mostraba a Jacinto cómo lanzar el disco, y viéndolos Céfiro a ambos bajo el sol embadurnados de aceite, tal y como hacían los atletas, cegado por los celos, desvió el lanzamiento del disco que fue a dar contra la cabeza de Jacinto hiriéndolo de muerte. Apolo intervino con todas sus artes y plantas curativas, pero nada pudo hacer por salvarle la vida. Pero sí logró que de la sangre derramada del amigo brotase una bellísima flor perfumada que llevaría el nombre del amado Jacinto. Ovidio nos cuenta también que de las lágrimas que Apolo vertió sobre los pétalos de la flor surgieron las letras griegas AI («¡Ay!»), como símbolo de lamento. Apolo y Jacinto. Autor desconocido Las leyendas espartanas sobre Jacinto son varias y en ellas se lo asocia a Afrodita, Atenea y Artemisa, más su culto siempre estuvo emparentado con Apolo y con todos los juegos y artes que este le enseñó, que incluyen el arte de la adivinación y la Música Jacinto se convirtió en un héroe civilizador directamente educado por Apolo, en cuyo honor se celebraban en verano festivales denominados Jacintias. Efectivamente hay constancia de que eran fiestas muy importantes en Esparta. Jenofonte, por ejemplo, relata que los espartanos interrumpían sus viajes y campañas militares para poder asistir a ellas. Otros autores, como Pausanias, hablan incluso de días de tregua militar. Las Jacintias duraban tres días. El primero era un día de duelo en el que se lloraba la muerte del héroe, los dos días restantes estaban dedicados a festejar su renacimiento con juegos y cantos e himnos de niños acompañados de la cítara. Wolfgang Amadeus Mozart tenía 11 años cuando compuso una pieza sobre este mito de Apolo y Jacinto, titulado Apollo et Hyacinthus seu Hyacinthi metamorphosis, KV 38 (Apolo y Jacinto o La metamorfosis de Jacinto). Según el antiguo lenguaje que llegó a Europa desde Oriente, y que fue especialmente empleado en la época del Romanticismo, el Jacinto significa Afecto, y si es azul: Constancia, y si la flor es blanca: Hermosura discreta, y si púrpura: Pesares, y si es silvestre: Juegos peligrosos. Aquí os dejo con la pieza del niño Mozart. Mitos y Leyendas de las Flores Mª Ángeles Díaz - Artículo*: Mª Ángeles Díaz - Más info en psico@mijasnatural.com / 607725547 MENADEL Psicología Clínica y Transpersonal Tradicional (Pneumatología) en Mijas Pueblo (MIJAS NATURAL) *No suscribimos necesariamente las opiniones o artículos aquí enlazados
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