Psicología

Centro MENADEL PSICOLOGÍA Clínica y Tradicional

Psicoterapia Clínica cognitivo-conductual (una revisión vital, herramientas para el cambio y ayuda en la toma de consciencia de los mecanismos de nuestro ego) y Tradicional (una aproximación a la Espiritualidad desde una concepción de la psicología que contempla al ser humano en su visión ternaria Tradicional: cuerpo, alma y Espíritu).

“La psicología tradicional y sagrada da por establecido que la vida es un medio hacia un fin más allá de sí misma, no que haya de ser vivida a toda costa. La psicología tradicional no se basa en la observación; es una ciencia de la experiencia subjetiva. Su verdad no es del tipo susceptible de demostración estadística; es una verdad que solo puede ser verificada por el contemplativo experto. En otras palabras, su verdad solo puede ser verificada por aquellos que adoptan el procedimiento prescrito por sus proponedores, y que se llama una ‘Vía’.” (Ananda K Coomaraswamy)

La Psicoterapia es un proceso de superación que, a través de la observación, análisis, control y transformación del pensamiento y modificación de hábitos de conducta te ayudará a vencer:

Depresión / Melancolía
Neurosis - Estrés
Ansiedad / Angustia
Miedos / Fobias
Adicciones / Dependencias (Drogas, Juego, Sexo...)
Obsesiones Problemas Familiares y de Pareja e Hijos
Trastornos de Personalidad...

La Psicología no trata únicamente patologías. ¿Qué sentido tiene mi vida?: el Autoconocimiento, el desarrollo interior es una necesidad de interés creciente en una sociedad de prisas, consumo compulsivo, incertidumbre, soledad y vacío. Conocerte a Ti mismo como clave para encontrar la verdadera felicidad.

Estudio de las estructuras subyacentes de Personalidad
Técnicas de Relajación
Visualización Creativa
Concentración
Cambio de Hábitos
Desbloqueo Emocional
Exploración de la Consciencia

Desde la Psicología Cognitivo-Conductual hasta la Psicología Tradicional, adaptándonos a la naturaleza, necesidades y condiciones de nuestros pacientes desde 1992.

miércoles, 24 de enero de 2018

El Templo de Salomón y el Nombre (Raimon Arola)

Raimόn Arola: El Templo de Salomón y el Nombre El sabio rey Salomón le dijo a Hiram, rey de Tiro: "Tú sabes que mi padre David no pudo edificar una Casa al Nombre de IHVH su Dios, a causa de las guerras en que sus enemigos le cercaron, hasta que IHVH los puso bajo las plantas de sus pies. Ahora IHVH mi Dios me ha concedido paz por todos los lados: no hay adversario ni maldad. Ahora me he propuesto edificar una Casa al Nombre de IHVH mi Dios según lo que IHVH dijo a David mi padre: El hijo tuyo que yo colocaré en tu lugar sobre el trono edificará una Casa en mi Nombre" (1 Reyes, V. 17-19). El templo de Salomón está en Jerusalén, palabra que, etimológicamente significa "fundación de paz", cuando el pueblo de Israel consigue la paz en su alrededor, el Señor (IHVH) se instala en el centro de su tierra, en Jerusalén como está dicho: "pues de Sión saldrá la Torah y la palabra de IHVH de Jerusalén" (Isaías, 11-3), y también: 'En Jerusalén pondré mi Nombre" (11 Reyes XXI-5). Toda la exégesis hebraica está basada en el Nombre del Señor: encontramos un comentario de E.H.: "Los Antiguos enseñaron que, por la transgresión de nuestros primeros padres, el Nombre Divino fue partido en dos. Las dos primeras letras se separaron de las dos últimas. Desde entonces, estas dos partes que están vivas se buscan eternamente, errando por los mundos. La obra de la Kábbala es reunirlas; también se la denomina obra marial o mesiánica. Las dos primeras letras IH forman la palabra "Ia". Está en el cielo donde sueña eternamente, siempre insatisfecha. En hebreo son la iod y la he. Las dos últimas letras son V y H. Se pronuncian Hu, lo que significa en hebreo 'El'. Están en este mundo de exilio con el hombre que posee el sentido y la palabra, pero extraviados y reducidos a la dimensión de exilio. Las dos primeras son un ser insensato que sueña y se piensa sin conocerse. Las dos últimas son un ser afeado por la concupiscencia de lo sensible en exilio. Tales son el cielo y la tierra que debemos reunir para formar el reino, los cristianos dicen en sus plegarias: "Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo..." para no hacer de ellos más que una única cosa. Por esta razón encontramos en Deuteronomio (11,4): "Escucha, Israel, IHVH nuestro Dios, IHVH es uno . Esto no significa que esté sólo, sino que viene a ser como si dijera: deja a los demás pueblos venerar a un Dios inaccesible en el cielo o prosternarse ante un ídolo terrestre impotente. Tu Dios, el tuyo, Israel, es la unión del cielo y la tierra, por ello es uno, porque está reunificado."(1). La separación en dos partes del Nombre de Dios, explican los Sabios Antiguos, que se produjo al destruirse el Templo de Jerusalén; cuando el templo existía, el Nombre de Dios, IHVH, era pronunciado una vez al año por el Sumo Sacerdote en el Sanctasanctorum del templo; al destruirse el templo, el Nombre no se puede pronunciar, ya que para ello necesita el lugar apropiado donde se unen el cielo y la tierra. En el exilio, el Nombre se puede escribir, pero no decir, por esto los hebreos leen el Tetragrama, IHVH, como Adonaí (que significa Mi Señor) o como Hashem (que significa El Nombre). Así pues, para poder reunificar las dos partes del Nombre necesitamos encontrar el templo, el lugar donde se puede unir el cielo y la tierra. las mezquitas, donde sólo hay, en dirección a la Meca, el Corán y las cuatro letras del nombre de Αllâh; aquello que contiene el templo, su simbolismo, es estrictamente, la presencia del Nombre. Por el conocimiento del Nombre nos ligamos con la perpetua creación de Dios, y esto quiere decir que el Nombre puede reconstituir el templo primero y arquetípico, que su sonido engendra el orden perfecto y sincrónico. Volveremos en más de una ocasión sobre este Nombre (¿de qué podemos hablar sino de El?), nos sirve ahora un resumen que hace J. Peradejordi en el prólogo de la edición española de "Las enseñanzas de Jesucristo a sus discípulos", dice así: "En el esoterismo musulmán aparecen infinidad de alusiones al Nombre de Dios. Uno de los más famosos dichos o tradiciones del Profeta dice que 'Dios tiene 99 nombres. 100 menos 1; aquel que los conozca entrará en el Paraíso. Estos 99 nombres están escritos, diseminados a lo largo del Corán, pero existe un centeavo nombre, el Nombre de Dios, que otorga a aquel que lo conoce la omnipotencia, y éste no está escrito... Recordemos también aquí la parábola evangélica de las 99 ovejas que el pastor deja para ir a buscar la centeava (Mateo XVIII- 11 y ss.). Este nombre, esta palabra, este verbo, parece ser el gran secreto que se transmitían los iniciados de boca a oreja, se trataría también de una 'cosa' (en hebreo la palabra Dabar significa tanto palabra como cosa) que se transmitían los kabalistas de mano a mano y que no aparece en los libros, aunque estos, se sobreentiende, no hablan más que de ella. Como nos demuestran los ejemplos que siguen: 'De todo lo que hay escrito en mis libros, nada hay como esta palabra y 'No descubráis esta cosa a aquellos que no podrían soportarla o guardarla" (2). (1)."Introducción al Riquete del Copete según el sentido cabalístico" en "La Puerta", n° 13, Barcelona, 1983. (2). Eddiciones 7 1/2, barcelona, 1980. (Capítulo 5 de la la parte de El Simbolismo del Templo, Obelisco, Barcelona, 1986). - Artículo*: Zurraquín - Más info en psico@mijasnatural.com / 607725547 MENADEL Psicología Clínica y Transpersonal Tradicional (Pneumatología) en Mijas y Fuengirola, MIJAS NATURAL *No suscribimos necesariamente las opiniones o artículos aquí enlazados
Raimόn Arola: El Templo de Salomón y el Nombre El sabio rey Salomón le dijo a Hiram, rey de Tiro: "Tú sabes que mi padre David no pud...

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