Rama y su esposa Sita El Ramayana El dibujo que se muestra de Sita Devi, una reconocida artista del arte madhuvani, representa a Rama, uno de los avatares del dios Vishnu, y a su esposa Sita, una princesa del reino de Mithila que nació de un surco de la tierra. Ellos dos protagonizan la más antigua epopeya poética hindú, junto con el Mahabharata, se trata naturalmente del Ramayana. Su origen es mítico pues, según explica la leyenda, fue el propio Brahma quien ordenó al sabio Valmiki, su autor, que lo compusiera y para ello le dio a conocer el arte de la poesía que hasta entonces no existía en la tierra. Como todas las epopeyas de la antigüedad, el Ramayana sucede en una época dorada, cuando los dioses y los hombres se mezclaban y se relacionaban con facilidad; los dioses vivían una vida humana y los hombres se trasformaban en dioses. Este es el caso delos dos protagonistas de la epopeya que se relata en estos dibujos, el amor y el matrimonio entre un dios y una hija de la tierra en una época en la que las uniones entre el cielo y la tierra se daban normalmente. Sita y Rama protagonizan la más antigua epopeya poética hindú, junto con el Mahabharata, se trata d+el Ramayana, compuesto por Valmiki por orden de Brahma. Rama es el prototipo del hombre perfecto y gracias a él, Ravana uno de los demonios más poderosos de la mitología hindú, pudo ser vencido. Pero para hacerlo el dios Vishnu tuvo que encarnarse en un ser humano, en Rama, pues Ravana, gracias a grandes ascetismos, había obtenido de Brahma un juramento según el cual no sería destruido jamás por ningún “dios, gandharva, yaksa o rakshasa”, sin embargo Brahma no se acordó de mencionar al hombre y aquí reside el secreto del ser humano, su poder sobre toda la creación. Ravana y Sita El arte de Mithila Tanto el Ramayana como los dibujos de Sita Devi están ligados a la región de Mithila, en el norte de la India actual, sin embargo, la historia de Mithila nace en la antigua India mitológica, cuando se usó este nombre para referirse al reino de Videha, donde, según se cuenta en el propio Ramayana, gobernaba el sabio Janaka Kushadhawaja, padre de la Sita, la esposa de Rama. El nombre de Mithila proviene del rey Miti, que nació del cuerpo inerte de su padre Videha, gracias a unos actos mágicos ejecutado por unos sabios, una historia que aparece en otras mitologías y, sobre todo en las fábulas alquímicas, y que se refiere a la renovación del cuerpo y su resurrección. Posteriormente este rey tomó el título de Janaka, utilizado a partir de entonces por todos los reyes de Mithila, Según la tradición, este tipo de dibujos se originaron precisamente cuando el Janaka Kushadhawaja pidió a sus súbditos que adornaran sus casas con ocasión de la boda de su hija Sita con el Señor Rama, el dios de piel azulada. Antes de este matrimonio, Rama tuvo que superar una prueba impuesta a todos los pretendientes de la joven Sita. Los príncipes debían ser capaces de encordar un arco gigante. De todos ellos, únicamente Rama consiguió tensarlo y no solo eso sino que además lo partió. Así fue como Sita eligió como esposo a Rama. Según la tradición, este tipo de dibujos se originaron precisamente cuando el Janaka Kushadhawaja pidió a sus súbditos que adornaran sus casas con ocasión de la boda de su hija Sita con el Señor Rama, el dios de piel azulada. Baratha, el hermano de Rama Después estas hermosas pinturas hechas por mujeres han servido para decorar las paredes y los suelos de las casas con ocasión de festivales religiosos o ceremonias familiares, aunque ahora esta pintura se hace también sobre papel o sobre tela. El estilo de las pinturas, sus temas y sus tinturas, algunas de ellas aún de composición desconocida para los hombres, se han mantenido durante siglos. Las mujeres enseñan a sus hijas los modelos de los dibujos que se transmiten, siempre iguales, de generación en generación. Robert B. Siegle en su estudio sobre la pintura hindú, titulado Mirror to Mirror explica que a estos dibujos se les llama “escritos”, ni dibujos, ni pinturas, sino “escritos” pues, según este autor, son un propiamente un lenguaje. No podríamos estar más de acuerdo con esta opinión pues de las figuras y los símbolos que aparecen en estas pinturas se crea un lenguaje de relaciones y representaciones que proceden del origen de la humanidad y que explica el misterio propio del ser humano, Rama, Sita y Lakshmana con Hanuman El sentido hermético de la epopeya La historia cuenta cómo Rama debía suceder a su padre, el rey Dásharatha, pero, en vez de ello, por culpa de un ardid de una de las esposas del rey, fue exiliado a un bosque durante catorce años, durante los cuales reinó su hermano Baratha.Sita y Lakshmana, otro de los hermanos de Rama, lo siguieron en su destierro. Un destierro en el que pudieron dedicarse a la búsqueda de la sabiduría y a disfrutar de una vida simple, lo cual les llenó de felicidad. Sin embargo, mediante una treta, Ravana el príncipe rakshasa, una especie de demonios o seres malignos, rapta a Sita, dejando a Rama en la desolación más absoluta. Sita es llevada al palacio de Ravana, en la isla de Lanka, donde el malvado demonio intenta poseerla, pero ella solo piensa en Rama y ni siquiera lo mira. Tal y como aparecen en el poema los dos lugares donde se desarrolla la acción, el lector percibe que se trata de una geografía sagrada en la que el reino del rakshasa sería la tierra impura, mientras que Rama, a pesar de su exilio habría permanecido en un lugar puro, al que podría denominarse cielo. Por esta razón Rama no puede ir en busca de Sita hasta que sus ayudantes, los vanaras, unas criaturas que pueden tomar distintas formas a voluntad, rápidos como el viento, fuertes e inteligentes, con aspecto de mono, arrasen la ciudad de Ravana, la purifiquen mediante el fuego y hagan prisionero al rey de los demonios que la gobernaba. La figura de los vanaras, y sobre todo la de uno de sus jefes, el guerrero Hanuman, recuerda la del Mercurio latino, tanto por sus poderes como por las tareas que les son encomendadas. Al leer esta historia es lógico que el recuerdo del lector se desplace a otra terrible batalla, la que aparece en la Ilíada, un drama que se desencadena a partir de otro rapto, el de Helena, la esposa del rey Menelao, y que describe el posterior asedio y la reducción a cenizas de la ciudad de Troya. Por eso, es difícil no percibir el trasfondo hermético (o alquímico) implícito en estas epopeyas y que muchos filósofos alquimistas como Michael Maier o Dom Pernety han puesto de relieve a lo largo de los siglos, comparando asaltos y personajes con las distintas etapas de la obra alquímica. Michael Maier o Dom Pernety, entre otros alquimistas, han comparado asaltos y personajes de las antiguas epopeyas con las distintas etapas de la obra alquímica. Volviendo al Ramayana, nos encontramos con que después una gran guerra en Lanka y su posterior victoria, el ejército de monos, con Hanuman a la cabeza, logra construir un puente desde la isla de Lanka hasta el continente para que Sita y Rama puedan encontrarse. Sin embargo, éste último duda de la lealtad de su esposa pues ha vivido demasiado tiempo en contacto con seres impuros. Para demostrar su inocencia Sita se somete a la prueba del fuego, una prueba con un trasfondo hermético inequívoco, pues la la base de la alquimia, la ciencia propia del hermetismo es la purificación de los metales mediante el fuego. Esta prueba no sólo no la consume sino que la vuelve más brillante, con lo que Rama puede manifestar lo que siente su corazón y unirse con su amada esposa. El hermano de Rama le devuelve su trono y Sita y Rama reinan felices. Baratha ofrece el trono a su hermano Rama después de la batalla de Lanka. Como hemos dicho, la mayoría de los dibujos de Mithila representan distintos momentos del Ramayana, unos dibujos que, a pesar de su aspecto popular, deben su origen y su inspiración a la tradición culta. No hay que olvidar que fragmentos del Ramayana y también del Mahabharata, se recitaban, y aún se recitan hoy en día, en los patios de todos los templos de la India. Cada día, constantemente, la tradición oral se mantiene siempre fiel a sí misma a través de los siglos. Fragmentos del Ramayana y del Mahabharata, se recitaban, y aún se recitan, en los patios de los templos de la India. Cada día, constantemente, la tradición oral se mantiene siempre fiel a sí misma a través de los siglos. ¿Seríamos capaces de imaginar que en algún rincón de nuestras plazas públicas, alguien se dedicara cada día, durante toda su vida, a recitar los versos de la Odisea o de la Ilíada, rodeado de gentes de todas las edades que lo escuchan con atención, pues lo que recita es, ni más ni menos, la epopeya del ser humano y su convivencia con los dioses? La entrada La vida de Rama en el arte de Madhubani se publicó primero en Arsgravis - Arte y simbolismo - Universidad de Barcelona. Artículo*: ArsGravis Más info en psico@mijasnatural.com / 607725547 MENADEL (Frasco Martín) Psicología Clínica y Tradicional en Mijas Pueblo (MIJAS NATURAL) *No suscribimos necesariamente las opiniones o artículos aquí compartidos. No todo es lo que parece.
Dibujos hechos por las mujeres de la región de Mithila, en el norte de la India, que representan escenas de la mitología hindú y en especial del Ramayana. Presentación, Lluïsa Vert
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