Hace un par de días recibí el «pensamiento de la semana», del monje budista y filósofo francés Matthieu Ricard, el cual llevo recibiendo desde hace varios años, y en mi monotonía actual este «pensamiento de la semana», fue realmente iluminador, la frase que más tocó mi corazón fue la que da título a estas modestas líneas: «Coherentes con lo que más nos inspira». Hoy, mientras salía de trabajar me ha llegado la reflexión sobre el Dhammapada de Ajahn Munindo, la cual llevo recibiendo también desde hace varios años, y esa también refrescó mi corazón. Qué compasivo, paciente, justo, sabio y cariñoso es el Dhamma, a pesar de que la rutina, y el flujo continuo sensorial y racional son los padrones de mis últimos años. La sabiduría nunca deja de tocar nuestras puertas.
Quisiera, como resonancia ante dichos textos, traducir del italiano, y compartir en esta entrada dicha reflexión del Dhammapada del maestro theravada, Ajahn Munindo, la cual examina de modo muy simple, pero muy preciso, el párrafo número 25 del citado libro, y a la vez cotejarla muy brevemente con el pensamiento del hombre más feliz del mundo, como fue llamado Matthieu Ricard hace algunos años. He revisado dos traducciones en español de la estrofa del Dhammapada, y ambas tienen algo que decirnos, pues dicho párrafo o número, toca temas soberanamente esenciales para los humanos que hemos intentado vivir desde ese «algo que nos inspira»: atención, moderación, disciplina, dominio de sí mismo, diligencia, sabiduría.
La primera traducción, con introducción de Thomas Clearly, dice: «Mediante la energía, la vigilancia, el control de uno mismo y el dominio de sí, el sabio puede construir una isla que no se verá arrastrada por las aguas». La segunda traducción dice: «A través del esfuerzo, la diligencia, la disciplina y el autocontrol, que el hombre sabio haga de sí mismo una isla que ninguna inundación pueda anegar», esta última coincide con el texto italiano que cita Ajahn Munindo.
Ante ese breve, pero profundo texto, Ajahn Munindo declara:
«Cuando gran parte del mundo se centra en lo contrario de la moderación, puede resultarnos difícil no sentirnos abrumados por las impresiones sensoriales. Cuando el Buda insiste en la necesidad de cultivar la moderación, no lo hace para hacernos sentir fracasados o confundidos. Más bien, señala de forma directa lo que es importante investigar. Disponemos de una cantidad limitada de atención. ¿En qué la invertimos? Los valores de la «cultura informal» nos animan a invertir en distracciones que nos proporcionan un alivio temporal del miedo y de la confusión. Los valores alentados por nuestros sabios maestros sirven a un propósito totalmente distinto. Las virtudes de la vigilancia y de la moderación, por ejemplo, nos proporcionan resistencia y estabilidad, de modo que incluso cuando nos encontramos con el caos no nos vemos circunscritos por él».
Matthieu Ricard en su «pensamiento de la semana» del 14 de Agosto de este año, nos aconseja: “Me parece esencial mantenernos coherentes con lo que más nos inspira. Las circunstancias pueden parecer desfavorables para alcanzar nuestras aspiraciones, pero con determinación y perseverancia, en la mayoría de los casos, es posible superar los obstáculos y lograr nuestros objetivos. No importa cuáles sean las condiciones iniciales, si la dirección está clara en nuestra mente, todo es posible”.
Quisiera cotejar ambos textos con un breve comentario personal: he vivido los últimos años en medio de la gente. La rutina; la forma en que los humanos viven sus vidas; la forma en la que se nos dice que debemos vivir como humanos; la falta de atención; la falta de ser coherente con lo que más me inspira; la mezquindad del mundo, mi propia mezquindad; el sin sentido del mundo, están siendo grandes maestros para mí. Creo que lo más peligroso del mundo actual, en mi caso, es dejarme engañar por el mundo mismo. Un alto monje recordando una frase antigua me decía: “al mundo le encanta que le mientan”, pero los verdaderos maestros, aquellos que realmente han percibido el valor de la vida humana, aquellos que se han dado cuenta de la brevedad de la vida, pero a la vez han percibido la grandeza de la contemplación (Ars longa, vita brevis), desean para mí que vuelva a edificar esa isla que soy ante el mar de la confusión, ante las olas de las apariencias sensoriales, de las justificaciones, y de las mismas razones lógicas que el mundo me sugiere.
Para muchos y muchas, un gran maestro puede ser la pobreza, la vejez, la enfermedad, el amor, las adicciones, las dificultades económicas, para otros, un gran maestro es el letargo del mundo, el sinsentido del mundo, su futilidad; el incuestionable e indiscutible progreso del mundo, la mezquindad, el tedio, el sistema invasivo del divertimento actual. Sea cual sea ese compasivo y amoroso maestro o maestra, que todos tengamos la sabiduría para darnos cuenta, para poder verlos cara a cara, -tal cual son-, y con el método de la coherencia ante aquello que más nos inspira, podamos construir una isla en cuya orilla, podamos ver siempre reflejada la luz del sol y de la luna, sea cual el obstáculo.
Más info en https://ift.tt/w5AKGOE / Tfno. & WA 607725547 Centro MENADEL (Frasco Martín) Psicología Clínica y Tradicional en Mijas. #Menadel #Psicología #Clínica #Tradicional #MijasPueblo
*No suscribimos necesariamente las opiniones o artículos aquí compartidos. No todo es lo que parece.
No hay comentarios:
Publicar un comentario