La OMS acaba de declarar emergencia sanitaria mundial la epidemia en África del virus del mono. Lo primero que hay que decir es que su sintomatología es leve y que la mayoría de las personas se recuperan sin necesidad de tratamiento alguno, por lo que nos podemos preguntar, ¿cómo es posible declarar una emergencia mundial con una enfermedad que prácticamente en la mayoría de los casos se cura sin necesidad de tratamiento?
Desde todo punto de vista esta emergencia sanitaria es una nueva irracionalidad de la OMS, ya que sería como decir que hay una emergencia sanitaria por los resfriados y constipados.
La realidad es que el virus del mono, y nuevamente de acuerdo con el biólogo y neumólogo Wolfang Wodard, como ya lo estuve con la pandemia del virus de la gripe A y de la covid, es en su mayoría de los casos el virus del herpes zoster, que no deja de ser un efecto secundario de la vacuna de la covid.
Si nos ponemos en el extremismo irracional de la OMS, y, emplazando, sobre todo a los supuestos partidos progresistas europeos, que con la covid nos hicieron alegatos de que había que ser solidarios, y por ello, debíamos confinarnos, llevar mascarilla y vacunarnos, para no contagiar, ¿no debería ser su propuesta, en base a esta solidaridad, el que se deberían cerrar las fronteras a la inmigración africana, con el fin de evitar contagios?
Lo verdaderamente cierto es que se ha empoderado en la mayoría de las sociedades el virus neuronal de la insensatez y la hipocresía, y, lo peor de todo es, que dicha falta de racionalidad nos viene dictada por el globalismo neoliberal, que lo que realmente quiere, en este asunto, como se ve por la petición de financiación realizada, es imponer una vacunación en el continente africano, con los consiguientes beneficios para un sector exponente claro de un capitalismo exacerbado como son las multinacionales farmacéuticas.
Para romper con esta estrategia, lo primero que hay que hacer, es acabar con la herramienta de la PCR, como medio para diagnosticar enfermedades, donde la mayoría de los positivos son asintomáticos, y, por lo tanto, no enfermos, ya que la enfermedad requiere, si o si, tener alguna sintomatología concreta.
Por todo ello, podemos afirmar que nuevamente la OMS nos demuestra una total falta de sentido común, pero eso sí, un total conflicto de intereses y connivencia con las multinacionales farmacéuticas, y, por lo tanto, con el globalismo neoliberal.
Por ello, hay que denunciar a la OMS, y, a los partidos políticos, que dejen de seguir con esta falta de sentido común e irracionalidad, ya que la sociedad, en algún momento tendrá que despertar, y exigirles la responsabilidades correspondientes ante esta falta de sentido común, que tanto daña neuronalmente a la población y, que a ellos les sirve para lucrarse.
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