LA NAVE, EL CUERPO DE LUZ (…) Y guiados por todos los dioses, esos desconocidos, hemos arribado a las puertas del Misterio. Y entonces debemos callar, aunque tratando de hacer comprender a nuestros contemporáneos el valor del Silencio absoluto, de una magnitud que no puede medirse. Vivificando la Tradición Hermética estamos cada uno en su casa, como si no pasara nada, aguardando el fin de un ciclo y rogando podamos transbordar a la majestuosa barca de Hermes y Anubis, para navegar perennemente por las aguas de lo no finito (1). Los números no son meras convenciones como el hombre moderno considera sino ideas reveladas que expresan a través de módulos y proporciones armónicas la analogía entre el macro y microcosmos, entre el viviente inmortal y el viviente mortal. Existe una divina proporción que religa lo de abajo y lo de arriba, un sello o signo que revela la huella de lo sagrado en toda la Creación. En este sentido, el de la Tradición, las palabras son significativas al ser expresiones de una inteligencia creadora, es por ello que haciendo las trasposiciones necesarias de carácter analógico, el Lenguaje ha de ser entendido como la emanación del Verbo divino. Partiendo del sonido inaudible revelado por la Belleza como manifestación de la Unidad, es a la vez el origen de todo el despliegue cósmico. El hombre al reconocer esta Unidad reconoce su naturaleza como hijo de Dios, y desde este centro como hombre verdadero le es posible reformular el Cosmos al reconocer la esencia de lo nombrado en sí mismo, participando en este gesto de la potencia demiúrgica del “Fiat Lux”. A través de estos códigos simbólicos la Providencia posibilita al hombre el acceso al Libro de la Vida, que la diosa Inteligencia reescribe perennemente y en el que están inscritos todos los seres y las cosas que participan del Nombre. Formamos parte de una Escuela de Pensamiento, –la Escuela de Pensamiento Federico González Frías–, nombre que signa un destino que reconocemos en nosotros mismos. Esta Escuela no es una suma de individualidades cualesquiera que fueren, sino una nave que cumple una función, vivificar la Tradición Hermética, al modo en que el arca preserva las semillas del ciclo futuro. El anonimato es un gesto interno que guarda el misterio de lo que es un ahora reiterado, ante cuyo asombro sólo queda el olvido de lo que es caduco y múltiple. Reunidos en un espacio diáfano, entorno a un origen cuyo testimonio es reiterado por numerosas voces de todos los tiempos y lugares, de todos nuestros hermanos, de la cadena áurea, se nos dice que ha llegado la hora de cruzar el umbral, de pasar por el ojo de la aguja, guiados por la estrella, que como vespertina anuncia el crepúsculo de este ciclo, y a la vez como el lucero del alba anuncia el nuevo día para transbordar a la majestuosa barca de Hermes y Anubis, para navegar perennemente por las aguas de lo no finito. Hay que morir para poder realizar el viaje post-mortem, aceptar la idea de un fin de ciclo para un individuo o para una humanidad y que nada puede ser salvado, independientemente de las circunstancias espacio-temporales que nos toque vivir. Navegar es morir y a un tiempo renacer, dejarlo todo en la entrega a lo amado, de Aquel cuyo mayor símbolo es la Unidad, la esencia del Amor, la No-dualidad. Un solo pensamiento, una sola voz nos guía, la voluntad de Ser, una unidad manifestada a modo de un círculo o anillo en cuyo centro invisible convergen todos los rayos de la circunferencia. Esta Unidad de Pensamiento de la que participan estos textos y trabajos constituyen la muralla de la Ciudad Celeste o de la Isla Utópica, en cuyo interior se oculta la potencia de la Luz inaccesible, que por su naturaleza es inexpresable e inviolable. No somos nada y no queremos ser nada, hemos elegido dejarlo todo, vaciar la copa para poder ser reabsorbidos en ese origen y destino que es la fuente de la Vida, de la Salud y del Amor. Esta es la nave, el cuerpo de Luz donde el Sí Mismo, el Amor, ha reunido los fragmentos dispersos de su Ser. Somos fragmentos del Amor dice el poeta, y como nos señala el Programa Agartha: Todo ha sido dado y ha de ser devuelto, con la gratuidad propia de una Realidad que nunca se ha visto a sí misma como propietaria, pues es No-Dual (2). Notas 1 Federico González Frías, Documentos de la Iglesia Secreta I. Proemio. Ed. Symbolos, Barcelona, 2014. 2 Federico González y col., Introducción a la Ciencia Sagrada. Programa Agartha. Módulo III, “La estrella y la espiga”. http://ift.tt/2eHLkS0 - Artículo*: Letra Viva. Una Utopía Hermética - Más info en psico@mijasnatural.com / 607725547 MENADEL Psicología Clínica y Transpersonal Tradicional (Pneumatología) en Mijas y Fuengirola, MIJAS NATURAL *No suscribimos necesariamente las opiniones o artículos aquí enlazados
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