DEL REINO DEL MORDOR AL MONTE DE LA SALVACIÓN
“El ser humano sólo puede encontrar paz y felicidad en su propio Montserrat”.
Goethe
“Tranquila e irresistible potencia de esta luz que brilla sobre las heladas alturas. Los símbolos cobran vida, los significados profundos se manifiestan. Allí hay siempre lugares y momentos -no son corrientes, pero lo hay- en los cuales el elemento físico y el metafísico se interfieren, y lo exterior se adhiere a lo interior. Y son como «cierres del circuito»: la luz que, por un instante, como en el punto de tales cierres, surge de ellos, es ciertamente la de una vida absoluta”.
Julius Evola
“En el cielo hay un castillo y su nombre es Montsalvat”.
“Parsifal”, Richard Wagner
“En tanto que un punto en la tierra que se eleva hacia el cielo, simboliza la comunicación mística entre el Cielo y la Tierra; la entrega de las Tablas de Moisés y la Transfiguración de Cristo tienen lugar en montañas elevadas. Como una extensión de este simbolismo, un lugar o nivel elevado, sea interior o exterior, significa elevación espiritual alejada de cosas terrenales”.
John Baldock
El pasado día 30 de agosto, un total de 19 camaradas iniciamos la peregrinación desde Barcelona hasta el Monasterio de Montserrat, una dura caminata -nocturna, para más señas- de cerca de 60 km. En términos simbólicos, casi podríamos hablar de una ruta iniciática -a modo de catarsis-, ello desde el oscuro Reino de Mordor (la putrefacta, infrahumana, sucia y demoníaca Barcelona de nuestros días) a nuestro particular Montsalvatge, la Montaña de la Salvación: Montserrat. Aunque del grupo inicial que partió desde Barcelona tan sólo 9 camaradas consiguieron hacer la ruta completa hasta llegar a Montserrat, el punto de reencuentro final precisamente era el Templo; así quedó establecido casi a modo de un juramento sagrado.
En esta ocasión no haremos una exposición muy detallada de la peregrinación, ya que al ser la marcha en su mayor parte nocturna, no se podía apreciar debidamente y con claridad los monumentos o los lugares de poder por donde pasábamos, pero sí que nos detendremos en algunos de ellos por la gran carga simbólica y espiritual que tienen, haciendo una mención especial de la dimensión mítica que adquiere cierto monumento natural que luego mencionaremos y que podría retrotraernos a illud tempus y cosmovisiones metahistóricas…
El punto de quedada en Barcelona fue el famoso gimnasio de deportes de contacto “Puro Impacto”, partiendo del mismo a eso de las 18:00 horas nos dirigimos dirección al Parque Natural de Collserola, el gran parque metropolitano (uno de los mayores del mundo) que los romanos hace 2000 años lo bautizaron como la “Sierra Oscura”, ello por su gran frondosidad y espesura donde apenas penetraban los rayos del sol en su interior. Precisamente, en esta primera fase de la peregrinación, nos adentraremos en las zonas más boscosas y arboladas del parque natural, es decir, Cerdanyola del Vallès y Sant Cugat del Vallès. Nos dirigimos hacia el Valle Hebrón, concretamente hacia el famoso Parque del Laberinto, junto a éste se inicia un sendero con fuerte y duro ascenso montaña arriba, ello en dirección a Castell Fortí; una vez en zona, nos encontramos ante los restos de una fortificación del siglo XIX construida durante la I Guerra Carlista (1883-40) -la primera gran Cruzada contra la basura liberal y burguesa-, ubicada a 265 metros de altitud sobre el nivel del mar; muy buenas e impresionantes vistas desde la cima de este cerro con el sagrado Mare Nostrum al fondo. Como vemos, la marcha empezó ya con fuerza y con mucha garra…
Continuamos la marcha hasta llegar al Valle de Sant Medir (1), ya dentro del término municipal de Sant Cugat del Vallès; llegamos a una gran explanada presidida por una bella ermita románica del siglo X; estamos cerca del antiguo camino romano de Egara (Tarrasa) a Barcino (Barcelona), que pasando por Castrum Octavianum (Sant Cugat) entraba a la Sierra Oscura por el Valle de Gausac (o valle de Sant Medir, como se lo conoce hoy), que es donde hicimos una pequeña parada técnica para tomar algún que otro refrigerio. Siempre nos ha gustado utilizar preferentemente los antiguos nombres en latín, no sólo por la gran carga simbólica e identitaria que dicha lengua tiene, sino también porque para conectar con el mundo de la trascendencia, una lengua sagrada introduce y vehiculiza al hombre en el universo divino, fuera del mundo de lo profano y de lo cotidiano (cada vez más horrendo y odioso a medida que avanza -y a una velocidad cada vez más creciente- la Edad Oscura), y que, a su vez, también manifiesta la magnitud de lo celeste.
Nos vamos acercando al Parque Rural de la Torre Negra. A lo lejos contemplamos, cerca de una edificación medieval (2), la bella y majestuosa estampa de un gigantesco pino piñonero de cerca de 300 años de antigüedad y más de 23 metros de altura, recortándose alzado sobre una loma y bajo una noche estrellada: el Pi d’en Xandri. Este gigantesco pino es uno de los grandes símbolos identitarios del municipio, al igual que su monasterio medieval del que luego hablaremos un poco de pasada; símbolo también dicho árbol de la lucha del municipio por preservar un espacio natural de altísimo valor biológico, ecológico y cultural, ya que durante décadas la escoria plutocrática quiso urbanizar la zona arrasándolo todo, de hecho, en una ocasión hasta una cuadrilla de malnacidos intentaron talar este imponente árbol simbólico (parece ser que pagados por la constructora que estaba en pleno litigio con el Ayuntamiento del municipio); la perversidad y la maldad de las chusma tecno-plutocrática no tiene límites. El Árbol es uno de los grandes símbolos fundamentales de la Ciencia Sagrada y de la Tradición Primordial, en un plano macrocósmico simboliza o es una imagen del Eje o Centro del Mundo (Axis Mundi), ya que simboliza la conexión de la Tierra con el Cielo, de lo humano con lo divino, de lo visible con lo invisible, por ello, tenido como una de las encarnaciones representativas de la TOTALIDAD, fue uno de los grandes símbolos identitarios y sagrados del mundo arcaico (y hoy, en contraposición, es uno de los grandes enemigos de la tiranía urbanícola de la post-modernidad transhumanista con sus megalópolis ruidosas e infernales); en el microcósmico simboliza a la propia vida humana desde su nacimiento hasta su muerte en este mundo, que es cuando llegan y se abren las ramas del árbol a los cielos, así como también representa la ciclicidad de los periodos estacionales, de La Vida, La Muerte y La Regeneración : “El tronco (a modo de eje…) representa esa unión entre la vida y la muerte que es la vida (celestial), y todas las ramas que aparecen en el árbol son los múltiples caminos o sendas que nos podemos encontrar a lo largo de nuestra vida terrenal pero que, al final, todos terminan llevándonos a nuestro tronco” (3), es decir, conducirnos a nuestro punto de origen, la Patria del Espíritu.En la Tradición Cristiana la Cruz es asimilada alegóricamente al Árbol de la Vida, de la misma manera que Nuestro Señor Jesucristo se convierte en “la Verdadera Viña”, aquel árbol del que cuyo fruto, mediante un proceso de transformación casi alquímico, surge la bebida espiritual y sagrada que, simbólicamente, une el Cielo con la Tierra mediante el Rito, el Mito y el Símbolo: “Veo hombres, pero parecen árboles andando” (Evangelio de San Marcos 8:24); las alusiones al simbolismo arbóreo en los Santos Evangelios son muchas y variadas, una muestra más -como decía René Guénon-, de la perfecta conformidad de la Tradición Cristiana con la Tradición Primordial y Sapiencial (4).
Nos adentramos ya en el casco urbano de Sant Cugat del Vallésy nos dirigimos a la plaza donde está ubicado el extraordinario Monasterio de Sant Cugat, así como la zona amurallada; en esa plaza hicimos otro pequeño alto en el camino para comer algo y reponer energías. El monasterio, perteneciente a la Orden Benedictina, fue construido a lo largo de 5 siglos, concretamente entre los siglos IX y XIV. Parece ser que en este mismo lugar estuvo ubicada una fortaleza militar romana hace dos milenios: Castrum Octavianum. Se sabe también que en el siglo V hubo una iglesia paleocristiana que se construyó tras el Edicto de Milán para rendir culto a los Mártires y aprovechando las estructuras del emplazamiento militar romano anterior, dándose, así, una continuidad sucesoria sagrada de tipo heroico-viril y metafísico entre dos tradiciones de origen mistérico y metafísico; en los siglos VIII y IX este complejo sagrado fue arrasado por las turbas sarracenas tras la invasión de nuestra Patria por parte de esa canalla endemoniada (nada nuevo entre las oscuras hordas de Gog y de Magog) …
Reemprendemos la marcha dirección a Viladecavalls pasando primeramente por Tarrasa, y tras una larga caminata por zonas asfaltadas, superados ya los municipios de Sant Cugat del Vallès y de Tarrasa, nos adentramos en zonas boscosas y de muy fuerte ascenso pertenecientes al Parque Rural de Montserrat. Ascendemos por un sendero con el piso muy irregular y pedregoso, muy resbaladizo, que, unido al bochorno insoportable imperante, hacían del camino un suplicio. Llegamos a Can Corbera (serían sobre las 02:00 horas), ya dentro del municipio de Viladecavalls, ello después de 35 km recorridos en 8 horas desde Barcelona, y a un ritmo nada desdeñable. A esta altura, ya algunos tuvimos que retirarnos (la edad y las lesiones ya no perdonan). Algunos optamos por coger un transporte público dirección a Monistrol que era el punto de reencuentro, ello con vistas al fuerte ascenso hacia el Monasterio de Montserrat; llegaríamos hacia las 03:00 horas a este bonito pueblo de la comarca del Bages, presidida por la imagen majestuosa del macizo de Montserrat, la Montaña Mágica y Sagrada por excelencia de Cataluña, y uno de los lugares de poder más fascinantes y misteriosos de Europa; para algunos el Montsalvatge de las leyendas del Santo Grial (5).
Ya en Monistrol, los 4 camaradas que nos habíamos descolgado del grupo inicial, dimos una vuelta por el pueblo, concretamente siguiendo el canal que pasa por el interior del mismo -el Paseo de la Canaleta-, y que nos lleva a la Plaza de la Font Gran. Decidimos hacer un pequeño descanso para hacer tiempo en un parque situado en la parte antigua del pueblo (junto al canal), precisamente pegando a la muralla urbana originalmente datada en el siglo XIV (reconstruida posteriormente durante la I Guerra Carlista (1833-40), ya que eran tan sólo las 03:30 horas, y aún quedarían varias horas más para que nos reencontráramos todos… Sobre las 05:00 horas nos dirigimos a la estación del tren cremallera e hicimos una visita a la Casa-Museo de aquel, antiguamente una estación de finales del siglo XIX y hoy bellamente reformada y transformada en un curioso museo con exposiciones -interiores y exteriores- y fotografías de época. Sobre las 06:00 horas cogimos el tren cremallera dirección, montaña arriba, al Monasterio de Montserrat; el magnífico Templo Solar símbolo de la unión del Macrocosmos con el Microcosmos; preciosas vistas de todo el macizo, así como de la comarca del Bages cuando el tren iba ascendiendo y adentrándose en el seno de la Montaña Sagrada. El viaje es corto, de apenas unos 15 ó 20 minutos, estando la estación de llegada justo enfrente del complejo sagrado, y en cuya plaza (Plaza Abat Oliba), frente a la gran fuente que hay presidida por una estatua del Abat Oliba, tomamos un ligero almuerzo y unos cafés para reponer fuerzas…
Seguidamente, nos encaminamos hacia el Monasterio visitando primeramente la sagrada bandera del heroico Tercio Requeté de Nuestra Señora de Montserrat, una de las unidades militares más condecoradas y famosas durante la Cruzada de Liberación Nacional de 1936-39; seguidamente visita y oración ante la imagen de la Madre de Dios de Montserrat, popularmente conocida como “La Moreneta”. Serían sobre las 10:00 u 11:00 horas cuando llegaron a su destino, después de casi 60 Km, tan sólo 9 camaradas supervivientes de la dura y gran marcha (de los 19 iniciales que la comenzamos…) Después de visitar los alrededores de la Cripta-Mausoleo del Tercio de Requetés, ubicada en la Plaza de los Apóstoles, y donde reposan los restos mortales de más 300 combatientes Mártires y Caídos durante la Santa Cruzada de 1936-39, efectuamos el descenso en dirección de nuevo a Monistrol por el Camí de les Aigües, sendero que se va complicando a medida que vamos descendiendo, ya que una vez superado el tramo de escaleras (que no son pocas…), el camino se va haciendo cada vez más abrupto y con tramos donde en más de una ocasión tendremos que hacer uso también de las manos, ya que hay mucha roca desprendida de la montaña en algunas partes del camino. Poco antes de adentrarnos ya en el pueblo de Monistrol, alzado sobre un cerro se encuentran ubicadas las ruinas de un castillo conocido como la Torre de Bestorre, de origen altomedieval y un bastión en la lucha contra las hordas sarracenas durante nuestra Reconquista, y destruido en el siglo XVIII durante la Guerra de Sucesión (1701-1715) que, triste y desgraciadamente para nuestra sagrada Patria, finalizó con la victoria de la escoria subversiva y antitradicional borbónica…
Adentrándonos en el pueblo, y una vez pasado el puente que se alza sobre el Rubricatus Flumen (Río Llobregat), llegamos a la estación del ferrocarril que nos conducirá al punto de partida: el Reino de Mordor, el detritus y el estercolero subhumano en el que se ha convertido la otrora orgullosa ciudad de Barcelona; pero pese a todo, como decía Tolkien “el mundo en verdad está lleno de peligros, y en él hay muchos lugares oscuros; pero todavía hay muchos que son justos, y aunque en todas las tierras el amor se mezcla con el dolor, puede que crezcan más”.
FUERZA HONOR Y TRADICIÓN
Ioannes Mons Christus
NOTAS:
1)- “Dice la leyenda que Medir era un campesino que vivía en el valle de Gausac (en la Sierra de Collserola) hacia el año 303, durante el dominio del emperador romano Diocleciano. En esta época se iniciaron unas fuertes persecuciones contra los cristianos, las mismas que afectaron a otra famosa santa barcelonesa: Santa Eulalia. El Obispo Sever, constantemente asediado por las autoridades romanas, tuvo que huir de la ciudad y emprendió el camino tradicional que unía Barcelona con Sant Cugat del Vallès a través de la Sierra de Collserola.
A medio camino, con las tropas romanas persiguiéndolo, Severo se encontró el campesino Medir plantando habas. Le explicó su situación y, como era un hombre de tan buena fe, pidió al campesino que si sus perseguidores preguntaban por él, les dijera la verdad e indicara hacia dónde se dirigía. Cuando Severo siguió su camino las habas que plantaba Medir empezaron a crecer y florecer milagrosamente. Era una muestra de la beatitud del obispo.
Los perseguidores romanos no tardaron en llegar y, cuando interrogaron Medir, no se creyeron su historia inverosímil: ¿un obispo que indicaba a sus perseguidores dónde pueden acosarlo? ¿Unas habas que brotaban milagrosamente? Pensaron que el campesino se mofaba de ellos y quería proteger al obispo y, sintiéndose engañados, se lo llevaron detenido mientras iban a capturar al obispo. Los dos fueron aprisionados y torturados en Sant Cugat del Vallès y Medir fue degollado.
En memoria de toda esta gesta, san Medir es copatrón de Sant Cugat y en Barcelona tenía muchos devotos. En honor del martirio que sufrió, tiene una ermita románica dedicada en la zona donde supuestamente vivía, en el valle de Gausac. Es precisamente en esta ermita donde cada año el 3 de marzo, día de Sant Medir, llegan en peregrinaje los romeros procedentes de Barcelona. Se hace un grupo en el campo del Milagro, una explanada donde se supone que brotaron las habas, al cual se añade también la gente de Sant Cugat” (“La Leyenda de San Medir de Barcelona”, Instituto de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona).
2)- Su origen se remonta al siglo XII, es un castillo de tipo constructivo románico; parece que fue reconstruido entre los siglos XIV y XV. La Torre Negra debe su nombre actual a sus murallas de piedra de color oscuro. Está estratégicamente situada entre dos torrentes, justo a la entrada del Valle de Sant Medir, prácticamente en el límite de lo que hoy es el Parque Natural de Collserola a la altura de Sant Cugat del Vallès.
3)- “Árbol de la vida: significado, qué es y origen”, Elia Tabuenca, 2021. Muy interesante también el estudio de Fernando Trejos “Introducción a la Simbólica”; concretamente sobre el simbolismo del árbol comenta: “En general, todo el desarrollo del árbol nos muestra simbólicamente el misterio de la vida y el proceso de la iniciación. Desde la semilla, que indica las posibilidades latentes del ser; su ingreso en las entrañas de la Madre Tierra, que el adepto a los misterios experimenta cuando se interna en la Caverna Iniciática; la muerte de esa semilla y su renacimiento hasta que sale a la luz; su crecimiento vertical ascendente”. Por otro lado, siguiendo la ley de las analogías, el árbol en el mundo arcaico y tradicional era concebido, al igual que el hombre, como un ser trino y axial, es decir, compuesto igualmente y de forma verticalmente jerarquizada de un Cuerpo (raíces), de un Alma (tronco) y de un Espíritu (las ramas y hojas que se abren y apuntan al Cielo).
4)- Otros símbolos fundamentales de la Ciencia Sagrada y de la Tradición Primordial de carácter polar o axial que aparecen con frecuencia en el Evangelio, son los de la Montaña, la Torre, la Roca, el Arado, el Cayado, la Espada, el Cáliz, la Fuente, la Concha, la Estrella, la Nave, el Pilar, la Puerta, el Trono, el Templo, etc…
6)- En el emplazamiento de la actual Ermita de Sant Dimes, hubo en el Alto Medievo una torre de vigilancia que posteriormente pasaría a llamarse “Castillo de Montserrat”. De muy difícil acceso por lo accidentado del terreno y situado a 920 metros de altitud sobre el nivel del mar, dicha torre de vigilancia o fortificación también se convirtió en una pequeña Covadonga durante la Reconquista, ya que uno de los objetivos de la misma era precisamente el de defender el Monasterio de los posibles ataques de la canalla sarracena. Entre los siglos XVII y XVIII se construyó sobre las ruinas del castillo una ermita dedicada al Buen Ladrón del Evangelio, destruida en 1812 durante la Guerra de Independencia por los sindiós “ilustrados”; a finales del siglo XIX se reconstruyó la capilla, pero no fue hasta el pasado siglo XX cuando la ermita fuera completamente restaurada; es una de las ermitas más emblemáticas de la montaña de Montserrat y de la denominada “Ruta de las Ermitas” (que vale muy mucho la pena recorrer…) Algunos han querido identificar el Castillo de Marro y la montaña de Montserrat con el Castillo del Grial y con el Montsalvatge de las leyendas griálicas del Medievo gibelino, otros lo han hecho con el Castillo de Montségur; lo cierto que, en todo caso, estaríamos ante un imago mundi del Centro Supremo de la Tradición Primordial y del Eje del Mundo, es decir, estaríamos ante una traslación o emanación histórica y geográfica de un símbolo esencialmente metafísico, mítico y metahistórico.
Más info en https://ift.tt/OaGyN4K / Tfno. & WA 607725547 Centro MENADEL (Frasco Martín) Psicología Clínica y Tradicional en Mijas. #Menadel #Psicología #Clínica #Tradicional #MijasPueblo
*No suscribimos necesariamente las opiniones o artículos aquí compartidos. No todo es lo que parece.
No hay comentarios:
Publicar un comentario